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LOS ENCUENTROS NO SON SIMPLES CASUALIDADES por Hizaki chan

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Notas del fanfic:

Bueno no voy a negar que por momento me ha costado escribirla...pero creo que dentro de todo esta bien desarrollada, espero que les agrade...

Cada uno de los personajes tiene su forma de ser, teniendo en cuenta de la posicion que tendran en la historia.

Me diverti mucho escribiendola en especial los momentos incomodos de los personajes... fue una grata experiencia.

Notas del capitulo:

Bueno, primero que nada esta es la primera vez que escribo una historia BL asi que espero que les agrade el primer cap de la misma

CAPITULO 1

Por fin ha comenzado a caer la noche, ésta dentro de todo, es bastante particular, la causa…bueno…a diferencia de los demás días, la tarde tuvo un gran protagonismo, de por sí,  cayo una tormenta que realmente parecía ser un diluvio en todo lo referido a temporales que se han visto en esta ciudad. Duro horas, realmente parecía una batalla entre nubes, los rayos y los estruendos producto de los truenos mostraron un excepcional espectáculo, pero ahora, las cosas son diferentes, ha cesado, caen lentamente una que otra gota de lluvia por todo esta gran ciudad.

Yuma, un joven de 25 años, de tez blanca, orbes color verde claro y de cabello negro, se encuentra sentado en uno de los escritorios de oficina, está tratando de terminar de solucionar unos últimos problemas que le han encargado. En un solo estar, observa por el ventanal como ha comenzado a oscurecer, significando que pronto acabara su turno y podrá volver a su hogar. Su pensamiento circula en que si bien para él esta fue una lluvia sin importancia, para otros fue muy buena, en especial para esos románticos que pudieron estar junto a sus respectivas parejas. Suspira, mientras se levanta, dejando al escritorio de lado camina unos pasos, se pone nostálgico, mientras se acerca a ese ventanal que le muestra un paisaje no muy común de la ciudad, resignado, piensa que a él no le queda otra compañía más que la soledad, vuelve al sillón sólo para tomar su chaqueta y sale de ese cuarto. Sus compañeros se despiden de él, conforme camina por los corredores que tienen como destino final el llegar al ascensor.

Una vez abajo, se despide del guardia, al salir por una de las puertas de vidrio transparente, suspira, piensa que debería tomar pronto vacaciones, pues este trabajo terminara por matarlo en algún momento. Él trabaja en la editorial Diamante, es el encargado de leer manuscritos de su género favorito: acción, pero sus tareas no acaban aquí, ha tomado la posición de supervisor, pero solo de vez en cuando se encarga de eso totalmente, sus labores se basan más en controlar lo que hacen los empleados que están bajo sus órdenes, éstos le tienen un gran aprecio al ser una persona sumamente fácil de tratar. Los momentos más difíciles para este sector son las fechas límites, pues, como todo mundo sabe, las cosas toman dimensiones extremas si ellos no acaban con los arreglos, sin más, decir lo que sucede si la imprenta tiene problemas extras…hoy fue de esos días término medio, no pudo estar más que dos minutos sentado a causa de las demandas de su trabajo, que de por si es exigente.

Camina por esas calles, las lucen han empezado a encenderse, la oscuridad de la noche que se avecina es muy obvia, claramente uno puede advertir que no fue nada tranquila la tormenta, no solo por su llegada de improviso, sino también porque aun cuando ya paso tanto de ella, los desembocaderos de agua aún están por sectores sobrecargados, el caudal es bastante considerable.

Yuma toma el camino que utiliza para llegar como siempre hasta la parada de colectivos que le permitirá llegar hasta su hogar; es el último día de trabajo, por lo menos podrá descansar el siguiente día y retomar fuerzas de una buena vez. Su caminar es tranquilo, como si estuviera disfrutando de esa noche tan tranquila…teniendo en cuenta que hasta las personas están reducidas a unas cuantas, no hay ese abrumante número que recorre las calles con mucha agitación, se siente cómodo, pues ahora no es un ganar o perder, pero en las esquinas para cruzar, hay bastantes personas que se acumulan a causa de los semáforos que detienen a todo transeúnte por esos rumbos. La mayoría, presume, que ha escapado por los acontecimientos de esa tarde, pero eso es lo de menos, ahora por lo menos no debe estar soportando los empujes o golpes del que está al lado, que si bien no lo hace voluntariamente…pero son movimientos molestos.

Mientras cruza esa calle, sus pensamientos toman más fuerza en él, reflexiona sobre su trabajo, podría pensar en cosas mejores pero no, se ha vuelto adicto a éste hace exactamente un mes, pues siente que es lo único “productivo” en su vida, ya que desde hace casi un mes…su relación con Hiroko acabo. Si bien ya se veía el deterioro de la misma hace un tiempo atrás, no deja de ser doloroso, pero últimamente ha dejado de sentirse tan miserable, pues ha decidido tomar otro camino en su vida, tiene esperanzas que podrá superarlo en menos tiempo del que creyó, ya que ahora ya no duele tanto como antes verle en el trabajo, ella también es parte del grupo de la editorial, por lo que es imposible no encontrarse en medio de tantos movimientos en el edificio. Ha tomado en cuenta un refrán que ha leído en uno de los libros: “la esperanza es lo último que se pierde”.

Cuando se da cuenta, ha llegado hasta el último semáforo, caminar de manera automática no es bueno cuando hay muchos vehículos, pero esta noche él está favorecido en cierto sentido. A unos 100 metros se encuentra ese lugar donde deberá esperar a que llegue el ómnibus que lo transportara hasta su acogedor hogar, solo era cuestión de esperar cruzar esa calle y caminar un poco más para satisfacer sus deseos… el semáforo parece molesto, ese rojo demuestra que no quiere permitirle pasar, que es un obstáculo, pero él solo debe soportarlo un poco más, ya cambiara, eso lo anima.

Mientras el semáforo se resiste a cambiar de color, como rebelándose ante todos los que esperan, su tiempo se le acaba, solo quedan segundos para dar ese color tan añorado para todos. Las personas de su alrededor, se muestran sumidas en sus pensamientos, hay muchos con miradas serias, o vacías, es por lo general así, nadie mira a nadie, están en sus burbujas protegidos de la sociedad, la mayoría lo hace habitualmente, es una manera de auto protegerse del resto.

Yuma mira hacia la calle, ve el pasar de varios automóviles, al parecer esta calle está más concurrida que las demás, pero de repente no hay ninguno, nadie se aventura a cruzar, es lo mejor, pues ese sector es algo peligroso, como los vehículos toman un giro repentino para cruzar por allí pueden sorprender a cualquiera que lo intente mucho antes de que cruce de forma total esa porción de asfalto. El contador que esta frente a ellos inicia la cuenta regresiva, 10 segundos para que cambie al tan esperado color verde. Solo 10 segundos…

Sin previo aviso alguien baja de la vereda, dejando el barandal de protección sin efecto en ella. Es una mujer, que camina a paso lento y sin mirar por esa calle, del giro aparece de la nada un vehículo de color rojo, como era predicho, y con el suficiente tiempo para cruzar sin problemas, claro, si ella no estaría en ese lugar siendo un obstáculo para el tránsito. Se puede divisar que la ha visto ese conductor por lo que ha frenado de golpe, pero esto no es suficiente, la velocidad más el asfalto mojado no es una buena combinación, Yuma se debate entre ayudarla o esperar ese trágico final que tienen todos los que cruzan sin tomar en cuenta los riesgos, pero sus valores ganan y se termina por lanzarse también a esa calle. Esta estúpida acción es sorpresa para muchos que observan cómo se desarrollan los acontecimientos.

El joven se apresura para alcanzar a la muchacha que aún no se percata de la velocidad ni del vehículo que se acerca, cuando lo consigue la jala del brazo para el otro lado de la calle, la caída es dolorosa para ambos, pero en especial para él, pues trato de protegerla con su cuerpo. Si bien ellos lograron salir dentro de todo ilesos el automóvil no corrió con la misma suerte, al intentar el conductor frenar, generó que perdiera el control del vehículo que comenzó a dar rombos y se estrelló contra el barandal de protección de la calle. Muchos se llevaron un susto ante este accidente, pero no podían remediarlo. La parte delantera que dio en el barandal quedo hecha trizas, al igual que las luces delanteras del sector derecho.

Yuma observo a quien salvo, con una leve sonrisa suspiro mientras intento saber el estado actual de la muchacha…

-estas bien- pregunto mientras la observaba.

-sí, gracias- dijo.

Del coche salió un joven, con ropas algo lujosas, de tez sumamente blanca, de cabellera purpura y orbes rojas en la que se depositaban lentes con un marco casi difícil de notar. Yuma pudo notar claramente que no está nada contento con lo sucedido, camina hacia la parte frontal del coche, observa detenidamente la misma, y segundos después se ha puesto realmente de malas, pero tiene una idea fija: piensa en desquitarse con los causantes de este problema. Las personas aprovechan para retirarse apresuradamente del lugar, el semáforo se ha tornado verde, por lo que ninguno de ellos quiere verse involucrado con lo sucedido.

Este joven se acerca a ellos, camina de forma segura y sin reparo, es obvio que no saldrá nada bien lo que viene de esta futura discusión…

-qué clase de estúpido camina en plena calle con el semáforo en su contra?!?- dijo molesto, mientras los observa.

-lamento los problemas ocasionados – dijo Yuma que sujeta entre sus brazos a la causante de todo este lio.

-no gano nada con esa lamentación, saben o…tienen alguna idea de cuánto saldrá este arreglo?? Estoy seguro que no- sonrió molesto.

-se….se lo pagare señor, se lo prometo- murmuro con voz entrecortada la joven.

-siguen sin entender, verdad? El arreglo sale unos 100.000 dólares- explico

-…- ambos quedan sin decir nada, pero sus miradas dicen mucho.

-eso es imposible para un simple arreglo- replico el joven.

-mi auto es importado, no saben cuánto ha tardado en armarse, todo en él es único, el precio que les doy es aproximado- agrego totalmente orgulloso.

-los conseguiré, solo le pido tiempo para lograrlo-dijo ella.

-tiempo? Bien, una semana, que es cuando me darán el precio real de la avería-

-es demasiado, por más importado que sea, te estas aprovechando de ella- dijo el “salvador” tratando de protegerla.

-no me importa si no me creen, ya les mostrare el presupuesto-

-es poco el tiempo, por favor un poco más- suplico ella.

-no me importa como harás para pagar, así tendrás una lección para que no vuelvas a cruzar de esa manera las calles- él dio media vuelta, no sin antes dejar caer entre ellos su tarjeta de presentación.

-señor…- de los ojos de la joven comienzan a caer lágrimas.

-si no pagas por las buenas, me encargare que pagues por las malas, así que te conviene llamar, adiós-

Yuma observa la tarjeta que está a unos centímetros de ellos, el nombre de ese joven según la tarjeta es Rui Takeshi…

Rui sube a su vehículo, lo enciende y se va del lugar, él no necesita preguntar quiénes son ellos, tiene muchos contactos que pueden decirle quienes son en cuestión de minutos, no es que trabaje en la policía sino más bien tiene contactos poderosos.

Mientras conduce, piensa que ese día no podría ser peor, su mañana se tornó horrible por las altas temperaturas que había, y por la tarde la tormenta, el viento, la lluvia, todo…sin tener en cuenta que estuvo luchando para imponer sus ideas ante un grupo que solo pretendía arruinar su trabajo, queriendo darle consejos, o directamente pretendiendo imponerse a sus ideales. Su trabajo es extenuante, en cierto sentido, pero él tiene todo lo necesario para enfrentarlo, éste se basa en la belleza, él es el nuevo director de publicidad de la revista “Gya!”, se encarga de trabajar totalmente con modelos, alta costura, representantes de moda, sujetos con dinero, todo eso, que para él es un mundo ideal. Está acostumbrado a que todos acaten sus órdenes sin queja, ese es su estilo, se encarga de controlar hasta los más ínfimos detalles de la producción que dirige, esto es lo que más le gusta, el sentirse poderoso ante los que tiene en frente. Su trabajo es exquisito, realmente toma en cuenta el pro y contra de lo que planifica, por lo que nada es al azar, todo está totalmente calculado.

Suspira, se lamenta  el haberse desviado de su ruta normal, pues en un descuido no tomó la autopista que lo llevaría hasta su casa de manera más rápida y tuvo que bajar a las calles alternativas en un intento de regresar a su hogar, que es en el único lugar que siente verdadera paz. Sus deseos se basan principalmente en desconectar todos los teléfonos de la casa, apagar las luces y estar a oscuras hasta el siguiente día, que para colmo de males debe trabajar.

En tanto, Yuma ayuda a la joven a levantar de ese frio asfalto, estuvieron muy conmocionados como para hacerlo antes…

-no llores, tratare de ayudarte a conseguir ese dinero- dijo a la muchacha para calmarla, a la vez se inclinó para tomar el único vínculo con el joven que se acaba de retirar….su tarjeta.

-que hare, es demasiado, en mi vida he tenido esa cantidad- solloza.

-vamos a otro lugar, me parece preciso ponernos de acuerdo en algún plan-

-está bien- dijo.

Mientras caminaron hacia una cafetería, Yuma piensa que las cosas no pueden estar peor, pero no es una opción dejarla solo, se pregunta porque esta tan apagada, si es realmente linda, también se percata que su mirada se ve como perdida, duda que eso sea a causa de lo que ocurrió, sino más bien hubo situaciones extras para este desenlace, a su vez se siente identificado con ella al momento de haber terminado su relación con Hiroko.

Ya en el local…

-estas más tranquila?- preguntó.

-gracias por todo, creo que debemos presentarnos, por lo menos para saber como llamarnos- sonrió levemente la muchacha.

-tienes razón, mi nombre es Mirai Yuma-

-y yo soy Akemi Mizuki-

-por lo visto, vamos a tener que hacer trabajos extras para pagar lo que pretende-

-así parece ser…-

-no te preocupes, pero no vuelvas a cruzar de esa manera de nuevo, o no tendrás un buen final- comento el joven algo pensativo.

-lo sé, lamento todo lo ocurrido, fue un descuido- se lamentaba la muchacha sin querer pensar más lo sucedido.

-bueno, solo queda hablar con este sujeto…supongo-

-por favor, yo soy mala con las discusiones, podrías hacer los arreglos con esa persona? temo realmente no poder obtener una buena cantidad de tiempo para conseguir el monto que él dispuso- lo mira con ojos esperanzados.

-eh? Mmm…hare lo posible- Yuma entiende muy bien porque ella no quiere verle, quien querría escuchar esa manera de hablar de nuevo…

Notas finales:

Me comprometo a actualizarla semanalmente (o antes jejeje dependera de mi tiempo), y espero que les haya gustado


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