Después de la tormenta, los chicos volvieron en poco menos de una semana. Tenían mucho que contarnos y nosotros los dejamos hablar intentando pasar desapercibidos; Pero con Himchan, eso es imposible.
-Oye, Himchan ¿qué tienes? –Interrogó Yongguk - ¿por qué tan feliz? No me digas que trajiste a tu papacito a hacer cosas extrañas estando Uppie aquí.
-No, Yongguk. Nosotros terminamos, así que déjame en paz.
Creo que no lo hicieron a propósito pero los cuatro chicos suspiraron aliviados. No pude evitar reírme ante tal efecto.
-Jongup hyung –se me acercó Zelo- tú también estás diferente ¿No nos extrañaste?
-Bueno, sí, pero no hay nada diferente.-ahora todos me miraban. Me toqué las mejillas, creo que me sonrojé.
-¡Venga Uppie! Preparemos algo de comer –Himchan me guió hasta la cocina.
-¿No les diremos de lo nuestro a…?
-Por ahora no. –Me interrumpió- si Yongguk se entera que apenas terminé con Dongsuk me metí contigo, probablemente me mate.
-¿Por qué haría eso? –Yongguk habló apoyado en la puerta. –Así que no solo son viejitos, sino también menores de edad. –le hablaba a Himchan. –Tus gustos son amplios. Bien no me opongo. Más que mal…
-Tú tienes algo con Zelo –se defendió Himchan- Y es menor que Uppie.
-Sí. –Entonces me miró- tú sabes lo que haces.
Su rostro tenía algo que no me inspiraba confianza, pero lo dejé pasar. Con la tensión del momento, inconscientemente me situé delante de Himchan, protegiéndolo. Cuando me di cuenta me giré.
-No nos fue tan mal. –le sonreí, y a cambio me besó.
En fin, los chicos se enteraron y a diferencia de la vez pasada en que todos atacaron a Himchan, esta vez nos felicitaron.
-¡Bien! –Gritó emocionado Zelo abrazando a Yongguk.- Ahora que todos tenemos pareja deberíamos hacer una cita triple.
-¿Cómo que todos? ¿Quién…?
Y así nos enteramos que Youngjae y Daehyun se habían declarado mutuamente teniendo también su “Estado de Hibernación” como le decía Himchan, en casa del manager. Pobre manager… ¿Se habrá dado cuenta?
Como hacía mucho frío y la noche había llegado ya, nos fuimos a dormir sin comer nada. Himchan cambió de habitación con Zelo, haciéndose un favor mutuo y durmió aferrado a mí como hacíamos todas las noches.
No tenía idea que esa sería la última vez, en mucho tiempo, que lo volvería a tocar.
-¡¡Himchan!! ¡Es hora de ensayar, levántate! –la puerta se abrió con violencia cuando recién aclaraba y nos despertamos de golpe.
-¿¿Qué te pasa, Yongguk?? ¡Déjame en paz! –gritó Himchan recostándose de nuevo y atrayéndome a su lado.
-No, vamos a ensayar. –lo tiró de la cama, pero a mí en cambio me abrigó de nuevo. –Tú no Uppie, te vas más tarde con Zelo.
Los vi desaparecer tras la puerta y lo último que escuché fue un “Pero primero prepárame el desayuno que tengo hambre”.
Zelo vino por mí al mediodía y no fuimos precisamente a ensayar. Me pidió arreglarme lo mejor posible y terminamos participando en un programa de televisión representando a B.A.P.
La grabación del show terminó pasada la medianoche por lo que cuando llegamos al departamento todos dormían. Y mi cama estaba vacía.
Por la mañana, Youngjae me despertó palpando suavemente mi espalda.
-Jonguppie. –Me decía- ¿me acompañas a la pastelería? Quiero llevarle el desayuno a la cama a Dae.
Accedí. Nos fuimos en silencio y compré unos pasteles sabor café para mi Himchan. Sin embargo, cuando regresamos ni él ni Yongguk estaban.
Tuve que soportar toda la mañana el ambiente pegajoso que tenían Youngjae y Daehyun, hasta que el manager me sacó de allí junto a Zelo.
Creí que iríamos a la agencia, pero fuimos a una sesión de fotos fuera de Seúl, cerca de las montañas. No volveríamos hasta el otro día y quería avisarle a Himchan, pero mi celular se quedó junto a los pasteles en mi habitación.
Dos días sin ver a mi hyung. Quisiera saber si me extraña…
Zelo lloraba en el cuarto después que la sesión terminó. Creí que era por Yongguk, pero era por un libro que leía.
-Al principio se amaban tanto.-decía entre sollozos.-Pero los obligaron a separarse y aunque hicieron todo lo posible para encontrarse, el amor se acabó.
-Ya, Zeloshi. Es solo un libro.-lo consolé.
Pero como no paraba de llorar lo invité a comer al salón del hotel. Nos quedamos toda la noche comiendo y bailando como enfermos de pena y al día siguiente se nos fue la hora para irnos. El manager nos regañó y debimos partir en la noche.
El departamento estaba oscuro y silencioso. Ya iban tres días sin ver a mi hyung y seguiría en aumento.
-¡Yah! ¡Yongguk! Los maknaes llegaron ¡Déjame ver a Jongup!
Esa era la voz de Himchan…la escucho entre sueños.
-¡Déjalos! Llegaron hace un par de horas tienen que dormir, están en pleno crecimiento.
-No, voy a entrar.
Pero nunca entró y cuando alcancé a reaccionar y salí al pasillo a buscarlo, no estaba. Corrí fuera del departamento, esperanzado, para encontrarme con la puerta del ascensor cerrándose.
Los ojos se me humedecieron. Me quedé como un bobo mirando el ascensor de pie frente a él.
-Himchan hyung…-susurré. Quería llorar, pero me aguanté. Al menos sé que también me extraña. Además no podemos dejar de vernos para siempre.
Me di la vuelta, entré al departamento y revisé mi celular: 14 llamadas perdidas de Himchan. Marqué de vuelta muchas más veces que él, pero nunca contestó.
Al anochecer seguía en casa con los chicos y se cumplían cuatro días sin verlo. Los nervios me iban a matar.
-¿Qué haces Jongup hyung?
-Nada, Zelo. Sólo miro el paisaje.
Se sentó a mi lado y miramos desde el balcón la ciudad entera.
-¿Zelo? ¿No extrañas a Yongguk hyung?
-No ¿Por qué? Lo vi ayer en la mañana.
-¿En serio? ¿A qué hora?
-Poco después que llegamos. Entró en silencio y conversamos un poquito en el salón.-me sonrió tranquilo.
-Llevo cuatro días sin ver a Himchan hyung. –le dije nostálgico.
-Oh…suspiró afligido, daba la impresión que quería decirme algo pero no sabía cómo.
-¿Qué pasa?
-Los hyungs viajaron hasta Malasia. No volverán hasta la presentación del sábado.
¿Cuál fue mi expresión? No tengo ni idea. Quizás una no muy buena porque Zelo bajó la voz hasta hacerla un susurro.
-Lo siento…
Al otro día nos encontrábamos en el salón, frente al televisor, esperando por el programa en el que aparecerían los chicos. Sigo sin entender por qué no fuimos los seis juntos, pero al parecer el único que le preocupaba esto es a mí; los demás están felices.
-¡Ahí están! –Zelo apuntaba y jalaba de mi brazo.
Eran muchos los grupos invitados y todos llevaban solo dos representantes de cada uno. Nuestros hyungs estaban sentados en la primera fila al lado de los MC, así que aparecían constantemente.
Bueno, el show era de variedades y se permitían el intercambio de preguntas con el público. La que atrajo más mi atención, fue una dirigida a los representantes de B.A.P.
-¡Oh, aquí hay una para los chicos de B.A.P! –Se escuchaba el grito de las chicas al fondo -¡Am, Himchan! Responde tú primero. Actualmente ¿Tienes novia?
-Hahaha no. ¡No, sir! –responde. No me preocupo, es normal que no diga nada.
-¿Y alguien que te guste? ¿Que detenga tu corazón?
-No, tampoco. ¡¡Estoy libre para todas la babys!! –gritó saludando a las chicas del público y provocando gritos histéricos.
-¿Y tú, Yongguk? –si el responde algo similar a Himchan es porque debían de disimular, si no…
-No, no tengo novia.-sonríe a la cámara mientras habla.- Pero sí hay alguien que detiene mi corazón.
Creo que, hasta ahí, la transmisión termina para mí. Me levanto del suelo, camino a la cocina en busca de un vaso con agua, y me encierro en mi habitación.
Me siento terriblemente triste, mucho más que aquella vez que lo vi abrazado a Dongsuk en el café. No debería sentirme así, pero… Si Yongguk habló de Zelo, indirectamente, ¿Por qué no lo hizo Himchan también?
Por suerte es tarde y no tengo que dar explicaciones de por qué me fui a dormir. Sin embargo, unas horas más tarde mi teléfono suena. Es Himchan. Lo dejo sonar, pero insiste tantas veces, que opto por apagarlo y lo tiro a la oscuridad debajo de la cama.
Para la presentación del día sábado, restaban cuatro días, en los cuales me dediqué a hacer ejercicio como demente y a tomar puramente agua y nada de comida. Cualquier bocado que intentaba digerir mi estómago lo rechazaba, pero los disimulé lo suficiente para no preocupar a nadie.
Cuando el productor, enviado por el manager, vino por nosotros para la presentación, mi cuerpo estaba terriblemente débil. No quería que Zelo me presionara apresurándome, así que opté por encerrarme en el baño a cambiarme de ropa, sin embargo, cuando me observé en el espejo no imaginé el estado en que me hallaba.
Me acerqué a la luz para verme minuciosamente mis mejillas hundidas y mis ojeras. Al menos creo que eso es fácil de maquillar, pero ¿Y la ropa? Me queda gigante, especialmente la chaqueta, y qué decir del pantalón ¿Cómo es que bajé tanto de peso?
Después de arreglarme un poco salí al salón y partimos al evento. Nos esperaba el staff para maquillarnos y una vez estuvimos listos debimos esperar nuestro turno para salir al escenario. Quedaba un grupo y salíamos.
El manager llegó justo a tiempo con los hyungs, pero primero nos reunió para darnos unas indicaciones. Antes de prestarle atención, noté como Yongguk llegaba al lado de Zelo y lo tomaba de la cintura dándole un ligero apretón.
Himchan llegó justo a mi lado y quiso abrazarme, pero lo esquivé a tiempo fingiendo hacerle una pregunta a Daehyun.
-Ya sé que hace días no están juntos y no han tenido tiempo de organizarse para la presentación. –nos decía el manager. –Pero como cantarán “Crash” no les debo dar tantos consejos, así que den lo mejor… ¡Ah! La pareja al final de la canción la compondrán Himchan y Jongup. ¡Corran es su turno! –nos empujó al escenario.
Sin embargo, cuando estaba en la fila entre los chicos, el manager se acercó a mi oído.
-Aguanta Uppie. Apenas terminen te llevo al hospital.
-¿Al hospital? ¿Por qué? –pero no me respondió ¿tan malo es mi aspecto?
Respiré profundo y salí al escenario.
Las luces bailaban siguiendo nuestros pasos, las babys gritaban, los chicos cantaban. No me di ni cuenta cuando la canción acabó y mis manos las tomó Himchan. Tanto tiempo sin sentir su piel, ni su respiración. Las apretó, saludándome con ese simple gesto.
Las luces se apagaron. Nos retiramos y apenas Himchan me rodeó con su brazos me sentí desvanecer; quite sus manos de encima y caminé donde el manager.
-Manager, aguanté. –La cabeza me daba vueltas.- Ahora dígame por qué…-no terminé mi pregunta porque me desvanecí y caí al suelo.