Dicen que para poder escaparnos de la realidad sólo nos basta tener en mente un sueño, un libro, una canción o un deseo. Con eso podemos hacer y deshacer en esta vida o nos ésta nos puede invertir todo lo planeado logrando que esa nubecita de sueños e deshaga en la cruda y asquerosa realidad.
-Oye Yumehiko, estás preparado para empezar nuestras prácticas en la TBS?-
-Ah, si, aunque admito que van a ser muy pesadas.-
-Si! pero bastante entretenidas, ¿En qué área vas a estar?-
-Ustedes irán a lo de televisión analógica, yo quizá pase a la radiodifusora.-
-Oh, tú y tu fanatismo por querer ser no sé que cosa de radio.-
-Estar en las cabinas de radio, en el mantenimiento de estas y si se puede ser locutor de radio.-
-Uy no, va a estar difícil, pero bueno, soñar no cuesta nada.-
-Mira Hirose, creo que está más difícil ser conductor de televisión.-
-¡Pero si yo si la hago de comediante!-
-Si claro….-
-Eres un aburrido Yumehiko.-
-Iré a ver los resultados de la prueba del miércoles.-
-¡No seas tan ñoño! Qué te parece si vamos a tomar por ahí y de paso conocemos a unas buenas chicas y..-
-¿Me voy?- el chico de cabello semiondulado, algo corto, de color café con algunos indicios de que había sido decolorado años atrás y de gran estatura a comparación de sus compañeros de clase, veía al chico que lo invitaba a salir de modo algo serio, por lo que el otro daba dos pasos hacia atrás y suspiraba.
-Ok, ok, nos vemos mañana en la TBS para ver lo de nuestro servicio.-
-Nos vemos.-
Era viernes, normal que en la Universidad de Tokio hubiese tantos chicos y chicas de un lado hacia el otro, era viernes en que algunos tenían ya sus horas libres para poder hacer lo que quisiesen, otros estaban preocupados por sus trabajos sabatinos y muy pocos estaban pensando en sus clases matutinas de regularización. El chico de tez algo apiñonada veía toda esa gente, por lo que se ponía sus audífonos y dando un click en la tecla de play de su reproductor de música, comenzaba a caminar despreocupadamente por los pasillos de la escuela. Pasaba por el área de tallares y recreación, para aquellos que no tenían nada mejor que hacer, se la pasaban tocando instrumentos musicales, haciendo poesía o pintando; ahí el chico se detenía por unos segundos y veía a los jóvenes divirtiéndose.
-¿Acaso no se preocupan de su futuro? Risas tras risas ¿Qué no tienen un plan de vida? Si claro Yumehiko, como si tú tuvieses uno.- hacía una mueca de lado y proseguía con su andar para poder ir a la sala de profesores a ver su calificación.
-Tiene un 10 casi perfecto, 99% de sus créditos y buenísima conducta, al parecer puede entrar a hacer su servicio e donde guste.-
-Oh muchas gracias.-
-¿Qué área quieres muchacho? Te veo el potencial para periodista, conductor de televisión, creo que estaría perfecto en el área de noticias como tu padre.-
-Eh muchas gracias por pensar así de mi, pero no quiero ninguna de esas áreas.-
-¿Entonces?-
-Cuando termine mi servicio en la radiodifusora de la TBS, veré si realmente estoy hecho para lo que quiero.-
-Eso me suena a que quiere ser conductor de radio.-
-Quizá…-
-Igual lo veo en el área de noticias.-
-Ah, si, gracias, me voy.-
-De todos modos, tome, le doy este pase para que mañana vaya a ver la radiodifusora que pidió, aunque…-
-Gracias.- el chico tomaba el pase y haciendo una reverencia salía de la sala del director dejándolo solo hablándole.-
-¡Oiga! Si es así con los altos mandos de allá.. lo van a sacar al tercer día.-
Por fin el chico salía de su escuela, por lo único que le hacía plática al odioso director era por poder obtener ese pase, nunca había sido de su agrado aquel señor gordinflón que solo pensaba en canales de noticias y que cuando había eventos especiales las edecanes eran acosadas hasta el hecho de llegar a la cama de ese señor.
-Ok, ya tienes tu pase, no se si a Hirose le hayan dado el suyo, él sabrá si va por el o no, me da igual. Yo ya tengo asegurado mi primer paso hacia la TBS, solo falta dar lo mejor de mi aunque eso signifique no dormir ni comer en mi servicio. Pero… ¿Y después?-
Como de costumbre, al comenzar su camino a casa, el chico prendía un cigarrillo y con música a volumen casi ensordecedor, subía al transporte público. Veía a tanta gente, uso con pláticas que al parecer eran graciosas, otros con cara de angustia y preocupación por que quizá iban a llegar tarde a una cita de trabajo o a sus casas o escuelas, otros tantos durmiéndose aunque fuesen las 4 de la tarde. La música lo sacaba de ese ambiente o mejor dicho, de esos ambientes, sólo podía pensar en los acordes y voces que escuchaba.
-Estudié comunicaciones por mera tradición, me gusta, pero no me llena. Toda mi familia ha estado en el ámbito de las radiodifusoras y cadenas le televisivas de Japón, mi madre trabajando en el staff controlando los controles de mando en la televisora de Osaka, y mi padre conductor de noticias en al TBS, por casualidad se conocieron pero mi padre fue un poco famoso, odio que por él todos piensen que su hijo va a heredar ese puesto, pero las noticias me aburren tragedias por aquí y por allá, solo se ve la cruda realidad en donde vivimos. Aunque, si por mi hubiese sido… yo…- el chico veía su casa desde el parabrisas del camón y bajaba rápidamente.
Una casa bastante grande, pintada de blanco con toques rojos, ventanas polarizadas y barrotes negros, un pequeño jardín y una gran cochera. Muy hermosa casa pero el ambiente no era el mismo.
-Ya vine.-
-Oh hijo, pasa que la comida ya esta lista.-
-No me digas hijo ¿si? Soy Shuu.-
-Shuu…- la voz fuerte del padre del chico se escuchaba desde el comedor.
-Ya, ya lo dije, no es mi madre, ¿está mal que le comente que solo me diga Shuu?-
-Ella ya tiene el derecho de decirte hijo, puesto que está casada conmigo.-
-Pero no salí de su vientre ¿ok? Y es muy joven para tener un hijo de 21 años.-
-Pero pequeño…-
-Hamawari-san, muchas gracias pero no tengo hambre, tengo que preparar muchas cosas para mañana y..-
-¿Conseguiste entrar a la TBS?-
-Si..-
-¡Hurra!- vitoreaba la señora de no más de 30 años.
-Las porras no tienen sentido hasta que trabaje ahí, es solo un servicio.-
-Shuu, Hima-chan está feliz de que su hijo haya entrado a una radiodifusora tan buena como la TBS, obvio se va a emocionar.-
-Tiene apenas viviendo con nosotros una semana y ¿ya se está emocionando por el hijastro? ¿Su segundo apellido de pura casualidad no es hipocresía?- Shuu parecía burlarse un poco de la señorita, pero esta solo se encogía de hombros y abrazaba al padre del menor.
-Ahh, va a ser difícil tratarlo.-
-Shuu, serás mi último hijo, pero no te permitiré que le faltes al respeto de nuevo a Himawari.-
-Si, si, si.-
-Y solo me ignoras….- el padre del castaño se paraba rápidamente de su silla y le daba un buen golpe en la cara a su hijo.
El chico sentía un fuerte dolor en su mejilla izquierda y cerrando fuertemente sus ojos decía quedito:
-Con su permiso, me voy a mi cuarto.-
-No debiste de haberle pegado así de fuerte.-
-Este chico solo comprende a base de golpes.-
-Ahh, es todo un caso ¿verdad?-
-Y es mi último heredero, y el apellido Yumehiko debe de permanecer en la cadena de televisión por siempre y el no será la excepción.-
En el cuarto del menor, se escuchaba música a todo volumen y se veía al chico acostado en su cama boca abajo.
-Claro.. golpéame, mi madre no te hubiese dejado hacer eso, pero oh si madre, ¿por qué carajos caíste en esa maldita depresión? ¡¿eh?! Te quería y amaba mucho madre… ¿pero por que? Ya casi 3 años de que falleciste… y nunca supe por que tuviste esa “enfermedad mental”.-
Al ritmo de Beethoven, el chico iba cayendo dormido en su cama, aún con su mejilla adolorida se recostaba de ese lado y poder descansar un poco.
Pasaban unas horas y a las 11 de la noche el menor despertaba.
-Oh fuking god… why?- decía con su entendible pero no muy bueno inglés al ver que se había quedado profundamente dormido. –Ahora que Shuu? Y me duele la cabeza, y tengo hambre, y debo de ver la ropa que mañana me debo de poner, buscar los kilos de gel para el cabello y quitarme los piercings y…- el ruido de su estómago le causaba un poco de gracia y suspiraba. –Vale, a comer primero y después veré mi disfraz.-
Abría la puerta de su cuarto y escuchaba unos ruidos nada agradables provenientes del cuarto de su padre.
-¡¿Por que mierda no se fueron a un jodido hotel?! El apetito se me acaba de ir…. Pero por lo menos una manzana me tragaré, piensa en.. en… piensa en que mañana estarás visitado la torre, si, si, piensa eso.-
Abría el refrigerador y veía que había mucha comida pero nada de eso se le antojaba.
-Si fuese mujer, me dirían anoréxica, aunque muchos de mis compañeros por querer entrar a la televisión se ponen tan… ¿flacos? Al carajo, una manzana y un té verde.-
Después de comer un poco, subía a su habitación y por fortuna para su sentido del oído, esos ruidos ya no se escuchaban. Aguantándose la risa, entraba a su habitación, tomaba una almohada y ahí se carcajeaba.-
-AHAHAHAHAHAHAHAHAHA!! AHAHAHAHAHAHAHA!! ¿EYACULACIÓN PRECOZ O QUE PADRE!? AHAHAHAHAHAHAHA!!- después de haberse reído de tal forma, el chico miraba el techo de su habitación y suspiraba. –Espero que haga lo correcto… por que, ¿qué eso no era lo que querías madre?-
Las 7am, a esa hora la mayoría de las personas de Tokio se levantaban para poder ir a trabajar, y ahora, Shuu era el que se levantaba para ir a conocer su lugar de prácticas.
La música no faltaba a la hora de su ducha, cuando desayunaba y en el camino a la torre, muchos le decían que un día iba a ser aplastado por un camón por estar con su música en todas partes, pero Shuu no era tan idiota como para cruzar una calle en la señal de siga para los coches o pasarse una avenida como cabra loca.
Llegaba a las 8:30 siendo que la cita era a las 9, pero aprovechaba para darse un paseo por los alrededores del lugar. Tomaba un buen café cargado y al ver que faltaban cinco para las nueve, subía al piso que le habían asignado y veía como las personas estaban demasiado metida en sus asuntos que ni se dignaban a decir un buenos días.-
-Creo que es por educación decir buenos dí…- en ese momento sentía como chocaba con alguien y su café se caía al piso. –¡Woo! Oye, oye, ten mas cuidado ¿si?- decía enojado al ver que casi su traje era ensuciado por ese líquido café, se entretenía limpiando un poco el café derramado en su zapato y no veía quien había chocado con él.
-Pe-perdón.- la voz de esa persona sonaba muy queda un poco triste pero al mismo tiempo agitada. Cuando el joven Yumehiko volteaba, ya no había nadie cerca de él.-
-Oh vaya, ni un perdón me dijo.-
-Disculpe, si usted tiro eso, debe de limpiarlo.-
-¿Qué cree que ando haciendo?-
-Oh pero si eres el hijo de Jun, je, sigues siendo un enojón.-
-¿Y usted es?-
-Vienes de la Universidad ¿verdad? Oh ¿intentas seguir los pasos de tu padre? ¡Qué bien!, sabes que aquí eres bienvenido y..-
-Disculpe, pero me gustaría pasar a ver las instalaciones, ya que estarme haciendo mi servicio en este lugar.-
-Oh si, pero, de una vez te digo, yo estimo mucho a tu padre, pero otros no tanto, así que si puedes y espero que puedas, compórtate bien ahí ¿si?-
-Je, si claro.-
-¡¡Si vas a la ver las cabinas de radio, están a tu mano izquierdaaa!!- el señor se veía bastante amable pero a la vez se notaba que si lo hacían enojar podía ser la peor pesadilla para los trabajadores.
-Ahh, si, si, finge ser un chico bien, finge que eres casi de la realeza…- al imaginarse eso, sonreía para si mismo pero los demás trabajadores le miraban inconformes. –Uyyy lo siento, aunque creo que así soy con los chicos de recreación, pero ¿eso que?- llegaba a las cabinas de radio y antes de entrar suspiraba. –Ok Shuu, ¿listo?- Al dar un paso sentía que pisaba algo y rápidamente retiraba su pie. –¿Qué demonios?- alzaba un CD con todo y su empaque, le extrañaba que fuesen tan irresponsables como para dejar material de esa forma en el piso. –Lamento interrumpir pero, ¿qué hace un disco aquí triado?-
-¿Y tú quien eres?-
-Yumehiko Shuu, estudiante de comunicación audiovisual, haré mis practicas aquí y..-
-Oh ya llego el trae-cafés.-
-¿Eh?-
-Mira, muchas gracias pero ese CD no sirve, por algo esta en el piso.-
-¿Pero afuera de este lugar? ¿Ya lo revisaron?-
-Mira niño, aquí nosotros sabemos lo que hacemos ¿ok? Y pues si vas a empezar a hacer tu trabajo, no es tan necesario que vengas de traje y todo lleno de gel, un pantalón de mezclilla y un mandil, digo una playera normal estaría más que mejor.-
-¿Qué diablos insinúa?-
-Shh, esa boquita, anda, puedes ir por unos cafés? Mi novia quiere un capuchino sin azúcar y yo un americano con tres de azúcar.-
-No soy el que traeré los cafés, yo vengo a practicar y a aprender un poco más de..-
-Un capucchino sin azúcar y un americano con tres de azúcar ¿entendiste? ¿ok? ¿vale? ¿capicci?-
Shuu se quedaba anonadado, ¿acaso ese iba a ser su servicio? Se comía su orgullo y caminando hacia la máquina de café, llevaba el pedido de su “jefe”-
-¿Qué diablos..? ¿Para esto vine? Traer cafés para los estúpidos empleados, ¿Es esto lo que un practicante debe de hacer? Mejor me largo a mi casa…- Shuu suspiraba y empezaba a llenar los vasos de café y tal como se los habían pedido, el chico los llevaba a su lugar de “trabajo”.
-¿Entonces qué? Ese disco ¿no valía le pena amor?-
-No querida, esa voz tan chillona y desafinada no entra ni para ser actor de doblaje.-
-¿Y por lo menos el propietario del CD estaba guapo o guapa?-
-Je, te diré…-
-Sus cafés están listos.- Shuu entraba sin tocar y dejaba los cafés cerca de un escritorio.
-Primero toca muchachin, después entra, y después dinos: sus cafés están listos señores.-
-Ustedes tendrán quizá 5 años más que yo, eso no los hace ser señores, al no ser que ya se sientan viejos.-
-Oh con que nos saliste muy habladorcito ¿eh?-
-Sincero y sarcástico si gustas.-
-Si gusta, recuerda que yo soy tu sempai.-
-Ajá.. me largo a ver en que puedo ayudar.-
-A ir por la botana, unas galletas de avena y unas integrales.-
-Pero ya fui a la estúpida cafeterí..-
-Shhh.. no se deben de decir palabras altisonantes, ¿qué tal si estamos al aire? Bueno a mi no me correrían, a ti si.-
-No estoy empleado.-
-Uy amor, si que tienes competencia.-
-Cállate.-
Shuu inhalaba un poco de aire, y azotando un poco la puerta salía a comprar las galletas que le habían ordenado comprar.
El día pasaba muy lento para el chico de cabello ondulado, hasta que por fin veía que sus horas de servicio se acababan por ese día.
-¿Y vas a venir todos los días?- le preguntaba el señor que había conocido después del incidente del café.
-No, sólo cada tercer día.-
-Sabes que este lugar está abierto para ti todos los días, de hecho toma.- el señor le daba un gafete donde decía servicio social paraqué así pudiese entrar cada que quisiese.
-Gracias.-
-De nada, y ya sabes cualquier cosa me dices.-
-Aja si.-
-¡Nos vemos!-
-Ajá…-
El menor salía de su nuevo servicio, volteaba a ver la torre y suspiraba.
-De verdad… ¿este será mi destino?-
Los días pasaban y Shuu cada vez veía más y más injusticias en ese lugar: a algunas actrices las obligaban a bajar de peso, a otros les exigían trabajar horas extras para curbir días que habían faltado por enfermedad, y sobre todo lo que másle molestaba era que sus dos jefes no hacían más que sentirse los muy geniales sólo por que sus voces eran escuchadas por varios radioescuchas, aunque la voz del chico era demasiado desafinada.
-¡Ay amor! ¿Entonces tu padre va a venir a verte?-
-Si, y le debo de agradecer que por él entré a este trabajo.-
-¿O sea que solo eres hijo de alguien adinerado o conocido de la empresa y por eso entraste a esto?-
-Los chismosos aquí sobran.-
-Los inútiles igual…-
-Di..disculpen…- decía una chica entrando por la puerta de la cabina de radio.
-¿Qué quieres?-
-Lo buscan señor.-
-¡OH HA DE SER MI PADRE!- el chico de cabello teñido de rubio corría hacia las afueras dela cabina y jalando a su novia dejaban solo a Shuu en aquel lugar.
-Ahh por fin un poco de tranquilidad.- el chico que iba a hacer su servicio recordaba el CD que se había encontrado y lo sacaba de su mochila. –Lo he querido escuchar, y ver por que carajos dicen que este CD no sirve, ahorita que no hay nadie… me gustaría escucharlo.- ponía el disco en un reproductor que estaba en la cabina y no escuchaba nada al principio. –No pues sí, con razón lo tira…-
-Ehh uno, dos, probando, ya esta idiota, canta de una vez o te rompo los….- se hacía una leve interferencia y comenzaba a escucharse una guitarra. Poco a poco una voz demasiado melódica se escuchaba; aunque era algo titubeante a la vez esa voz sonaba particularmente bonita.
-Ok, mal inicio, pero… ¿Qué hacía en la piso un material “bueno”? Ese chico tiene buena voz y hasta para ser cantante, claro, ¿Qué más podría ser este chico con semejante voz?.- Shuu tenía algo de curiosidad ante esa voz y veía que el empaque del CD decía “voz radio”, y al leer eso, se botaba de la risa. -¿Qué demonios? ¡¡Ahahahahaha!! ¡¿Radiolocutor con esa voz!?- se escuchaban unos pasos detrás de Shuu y este se paralizaba. –Oh fuck.. dile adiós a tu estúpido servicio, Shuu…-
-Yo no le escucho nada de malo a esa voz.-
-¿Eh?-
-Yeep, está muy bonita la voz de ese chico, puede llegar a ser locutor o si lo desea vocalista.-
-¿Y eres?-
-Higurashi Nii.-
-¿Y eres?- el chico arqueaba una ceja.
-Sección de periodismo.-
-Oh, periodistas…-
-¿Haciendo tu servicio, chico?-
-Si….-
-Hace un año pasé por eso.-
-¡¿O sea que me ganas por un año!?- Shuu se impresionaba un poco al ver al ese chico de cabello largo agarrado en una coleta y con unos lentes algo pequeños.
-¿Me veo tan viejo como para que alguien de mi edad me diga eso?-
-Ok, ok, ¿Me estás espiando o que?-
-Mmm, curiosidad, simple curiosidad, aquella que mató al gato pero es increíblemente exquisita para el humano.-
-Periodistas, nunca comprendí su modo de hablar tan…metafóricamente raro.-
-Ahahahahaha, nadie nos comprende a veces, ni nosotros mismos.-
-¿No has pensado en pasarte a filosofía y letras?
-Literalmente de allá vengo, dos carreras.-
-Ahh un erudito-
-Como sea, ese chico tiene muy linda voz.. ammm ¿tu nombre es?-
-Yumehiko Shuu.-
-Yumehiko-kun, el poseedor de esa voz tiene grandes expectativas, aunque tenga un inicio bastante…-
-El del inicio no es él.-
-¿Cómo lo sabes? Puede fingir la voz.-
-Por que no se escucha igual, y algo me lo dice.-
-¿Intuición o tu oído es extremadamente selectivo?-
-Las dos cosas.-
-Je, locutores, son tan expresivos.-
-Y ustedes tan raros.-
-Todos somos raros.- decía cantadito el chico de tez más pálida.
-Ok, ok, mejor quito el disco o me van a correr de mi servicio.-
-Si te corren de aquí, te puedes ir conmigo.-
-¿Y por que tanta amabilidad?-
-¿Qué no puedo? Ya te dije, curiosidad, simple curiosidad, y eres diferente a los demás chicos de estos lares.-
-Ya lo sé, pero es que es tan… estúpido ser el que lleve los cafés y los estúpidos entremeses de los “señoritos hijos de papi”.-
-Yo barría los cuartos donde se almacenaban los periódicos, pero mientras hacía eso, leía un buen libro, o releía los periódicos viejos.-
-¿Y yo que puedo hacer aquí? ¿Picarme los ojos?-
-Puedes ver qué hacen mal para que tu no lo hagas.-
-Rechazar material valioso… eso está mal ¿no?-
-Pues ahí está.-
Shuu veía su reloj y guardaba el disco en su mochila para así pararse de la silla de locutor.
-Pues yo me debo de ir a casa.-
-Ya terminó el día, ¿preparado para mañana?-
-Ajá…-
-Nos vemos mañana.-
-No, hasta pasado mañana.-
-Oh, ok, ok, mientras tanto estúdiale para que después podamos ser compañeros de trabajo.-
-Ahhh.. ajá.-
-¡Bye! Señorito ajá.-
-¿Eh?- Shuu se sorprendía de que alguien de ese lugar pudiese ser un poco social, pero aún así no le quedaba claro por que ese disco era para ser locutor y no cantante. –Francamente no le queda, o quizá si, pero ¿por qué canto en vez de hablar o decir unas líneas presentando algo?- el estudiante iba tan centrado en sus pensamientos que no veía que chocaba con alguien y sentía una leve quemazón en su mano derecha. –¡¡ITAII!!-
-¡Pe-perdón! ¿Está usted bien? ¿Dónde lo quemé? Oh ¡qué estúpido soy!-
Shuu levantaba su mirada y veía a un chico más bajito que el como por 8 centímetros, de cabello dividido a la mitad, con unos lentes bastante grandes que si los viesen de lado se podría decir que eran dos enormes fondos de botella con armazón extremadamente grueso, vestido muy formal pero a la vez algo casual, unos tenis tipo converse le daban el toque informal al chico, el cual estaba haciendo varias reverencias y seguía diciendo perdón.
-Oye…-
-De verdad perdón, perdón, pero es que si no llevaba rápido ese café yo..-
-¡OYE!- la voz fuerte de Shuu hacia que el chico se encogiera de hombros y temblara un poco.
-Si me van a despedir, que lo hagan en una parte donde no me vena todos y me hagan quedar en ridículo.-
-A ver… ¿crees que con estas fachas soy ya un empleado de esta empresa? ¿Me vez cara de vejete o de adulto joven amargado?-
-Yo..-
-Bueno, bueno, quizá contestabas que si a la segunda propuesta, pero oye, relájate…-
-Pero es que lo queme.-
-El maldito café de las putas máquinas siempre esta hirviendo como el carajo, y si tenías prisa y aunado a que yo iba perdido en mis pensamientos era normal que pasara algo así.-
-Pero…-
-Ya, ya, ya, mejor ve y llena esa taza antes de que alguien si te regañe.-
-Perdón.-
-Ahh, a ver, no me pidas perdón, solo quítate de mi camino que si no si te grito.-
-Es que debo de tratar a mis mayores con el respeto adecuado y..-
-¿Pues cuantos años tienes, niño?-
-22.-
-¿!QUE CARAJOS!?-
-Este.. no diga ese tipo de palabras.-
-Es no digas…. ¡DIGAS CARAY!… -
-Ehh… ¿Cómo?-
-A ver, dame la maldita taza.- Shuu iba y volvía a llenar la taza color azul marino que llevaba el mayor… la idea de saber que ese chico chaparrito era mayor que él le causaba un poco de confusión. –Toma, llévasela a tu jefe, con cuidado y ve a que te revisen esos lentes, ¿no están demasiado… gruesos?-
-N-no..-
-Como sea, anda, vete ya.-
-S-si…-
-No tartamudees.-
-Pe-pero..-
-Me largo.-
-Que pase buena noche.-
-Kami-sama….- Shuu se daba un leve golpe en su rostro por que alguien mayor que el le hablaba de usted… se veía muy viejo o el chico de plano usaba un aumento correctivo equivocado en sus lentes.
Salía del edificio, suspiraba un poco y poniéndose su música caminaba de regreso a casa.
-No me cabe en la cabeza que ese chico sea mayor que yo, no.. y ¿esta haciendo apenas su servicio? ¿Lo traen como a mi de lleva-cafés? Pobre chico… por lo menos mis “jefes” no son tan locos.-
Llegaba a su casa y al ver que no había nadie, se preparaba una buena cena.
-Ahh que día, y luego ese chico… pero nada como la voz del CD, me pregunto ¿por qué llevo esa grabación?- Shuu terminaba su cena y al subir a su cuarto, prendía su lap y volvía a escuchar el disco que había encontrado. –No tiene mala voz, pero para locutor.. no.. no sé.. no creo que pueda…- poco a poco el chico iba quedándose dormido hasta que sentía que su lap iba a caerse de su cama. –Al diablo, hasta me dio sueño con su voz, mejor me duermo ya.-
En medio de sus sueños, el chico se despertaba pensativo.
-¿Y si se equivocó el dueño de ese CD o si alguien lo tomó por equivocación y al ve que no servía en la compañía lo desecharon? Sería una lástima que esa voz… se perdiera.-
Al otro día, Shuu se encontraba en la torre de TBS preguntando de piso en piso si de alguien era ese CD.
-No, lo lamento chico, pero las audiciones de quiero ser estrella ya no se hacen aquí.-
-Oiga, no vengo por eso.-
-Pues entonces vete a tu escuela.-
-¡Oiga!-
De un azotón de puerta, Shuu salía de ese estudio y guardaba el disco.
-Agh, que frustrante…-
Al llegar a su respectivo piso, veía de nuevo al chico que lo había quemado el día de ayer.
-Oh, ahí esta.-
-¿Me estabas buscando?-
-Si… tome.- el chico le hacía una reverencia y le daba un café.
-Ehh ¿y por qué el café gratis?-
-Agradecimiento.-
-Y ¿por qué?-
-Gracias.-
-¿De que?-
-Sólo gracias.-
-Me imagino que no me estás confundiendo.-
-No, aunque no lo crea, estos lentes si son los correctos, y no lo confundo, eres el chico que hace su servicio social en las cabinas de radio.-
-Eh..-
-El gafete lo dice todo.-
-Ah, si, si….-
-Quizá no sea algo muy.. amm.. bueno, pero espero le guste.-
-Oye, oye, oye.. no me digas de usted, carajo soy menor que tu.-
-¡¿Eh!? Pero si se.. digo te vez tan..-
-Ok, mi cara de amargado lo dice todo.-
-Jejejeje.- el chico se reía un poco pero enseguida se tapaba la boca.
-¿Y por qué te tapas la boca?-
-No debemos de reírnos así en el trabajo.-
-Ok, tienes 22 años y pareces tan…-
-Con tu permiso, me debo de ir.-
-Ah, si, déjame hablando así.-
-Luego… luego hablamos.-
El chico cabizbajo partía hacia el elevador y tenia un semblante algo débil.
-¿Y este chico que? Bueno por lo menos gané un café gratis.-
-Aún sigo pensando en el por qué de ese disco.
El por qué de muchas cosas….
A veces odio tener tantas cosas en mi mente.
Pero esa voz se quedo más grabada que cualquier otra cosa.
Curiosidad.
Espero no me mates o mínimo…
Me metas en un embrollo.-