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Looking for Happiness por Allie

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Cerró sus ojos una vez más, el sumirse en su propio mundo había llegado a ser la única salida que encontró ante la soledad. Estaba rodeado de gente, aun así se sentía sólo. Las personas lo saludaban alegremente, algunos de ellos se hacían llamar sus amigos pero sólo esperaban un desliz de su parte para tomar su lugar en la pirámide social del instituto. Esa era su vida, sonrisas falsas, amigos falsos, sus padres ni recordaban que tenían un hijo pero desde hacía unos cuantos años atrás todo eso dejó de importarle.


Era de una familia que tenía muchísimas facilidades económicas, tenía todo lo que cualquier chico pudiese desear pero no era feliz. ¿Cómo hallar la felicidad si lo único que tienes son objetos y personas falsas a tu alrededor? Claramente sabía que le era imposible, más a pesar de eso, trataba de encontrarla como diese lugar. Sexo, algunas veces drogas, lo que las personas podrían considerar “felicidad efímera” no le servía tampoco. Ya no tenía noción de con cuantas personas e había acostado, ni con cuantas personas había compartido un beso, mucho menos recordaba quien fue la primera persona a la cual se entregó. Eso ya carecía de importancia, tal y como toda su vida lo había hecho.


–Joven Baekhyun.– Alzó la mirada y esbozó una triste sonrisa, la única persona a la cual había querido se le estaba escapando, la muerte la acechaba y no había nada que él pudiese hacer. Alargó una de sus manos hasta rozar con sus dedos la arrugada piel que cubría el dorso de una de las manos de su mayordomo.- No debe estar triste, joven Baekhyun. –La voz de aquel señor a quien tanto quería resonó en la habitación, a pesar de que sus horas estaban contadas mantenía en el rostro una cálida sonrisa para el castaño. Tenía pleno conocimiento de que sólo a él lo había querido de verdad, de que sólo a él le había dedicado sonrisas honestas, sonrisas verdaderas; tenía pena, un joven como Baekhyun no merecía la vida que llevaba. Aún recordaba al castaño con apenas doce años, fue en ese momento en el cual el mismo chico le confió que sólo en él veía un amigo. – La vida pone pruebas, y usted las está superando con ánimo y sin darse por vencido. No cambie, joven Baekhyun.– Y su último aliento se fue en aquella frase.


Baekhyun contuvo las lágrimas que amenazaban con escapar por sus ojos, la única persona que había disipado su soledad ya no estaba con él. Nuevamente estaba sólo.


–Baekhyun. –La voz de una mujer se abrió paso en el triste ambiente de aquella habitación. – Cariño. – Sintió el sonido metálico que producían sus tacones al caminar, se estaba acercando a él. – Deberías salir de aquí. –Esperó algo similar de parte de aquella mujer que se hacía llamar su madre. Nunca había mostrado real interés en el anciano que yacía sin vida bajo las sábanas de su cama. – Baekhyun. – Le llamó una vez más.


–No. – Pronunció de manera casi audible. – No me iré, no lo dejaré sólo.


–Baekhyun. – Nuevamente la voz aguda de la mujer hizo eco en la habitación. – No te estaba preguntando


–Y yo sólo dejaba claro el hecho de que no dejaré a la única persona que de verdad me quiso. – ¿Era el momento de desquitarse por todo lo que le habían hecho? No, pero no pudo evitar que sus palabras escapasen de su garganta a través de sus labios. – ¿No lo has comprendido aún?


Un profundo silencio tomó su lugar entre aquellos dos seres. La mujer, de esbelta figura y envidiable porte, aún no salía del asombro de las palabras que su hijo acababa de proferir. Por otro lado, Baekhyun se mantenía sereno ante la situación; su mirada estaba fija en el cuerpo muerto de su mayordomo. Una pequeña y solitaria lágrima fue derramada por el castaño, rodó por su mejilla hasta simplemente dejarse morir al caer sobre las mantas que cubrían el cuerpo sin vida. – Baekhyun. – La voz de su madre volvió a irrumpir en la tranquilidad del lugar. – Tendrás que… Tu padre y yo hemos estado considerando la posibilidad de enviarte a estudiar fuera, creo que de momento es la mejor opción para que aclares tu mente. – Ciertamente sus padres habían tenido aquella idea merodeando por sus cabezas durante los últimos meses, pero ahora que la única atadura que evitaba que su cometido tuviese éxito ya no se hallaba con vida, ambos había visualizado una espléndida excusa para enviarle lejos. – Irías a Corea del Sur, específicamente la capital, Seúl. – Baekhyun atisbó las intenciones de sus padres, pero ya no veía algo que lo obligase a mantenerse allí. Liberarse, estar lejos de ese par que lo único que hacía era fingir para las cámaras que solían estar fuera de la mansión que ocupaban le sonó exquisito. Quizá, quizá podría obedecer por primera vez a algún mandato de sus padres. Significaba un nuevo comienzo en donde, esperaba, no supiesen quién era mucho menos lo que su nombre representaba.


El castaño se levantó y dejó un último beso en la frente del anciano que había sido su vida, un adiós que aunque doloroso creía sería lo mejor. Finalmente lograría una última promesa que le hizo a ese señor que tanto quiso.


“– Joven Baekhyun. – La voz de su mayordomo, ya cansada por los años, llegó a los oídos del menor quien rápidamente giró su rostro y le regaló una cálida sonrisa.


–¿Sucede algo, Stephan? – Preguntó el castaño a medida que se acercaba al señor vestido de terno.  Sintió una gran calidez al sentir que el señor que toda su vida lo había cuidado le abrazaba con ternura, pero por debajo de aquella dulzura atisbó que una mala noticia estaba cercana.


–Joven Baekhyun, quiero que me prometa una sola cosa. – Baekhyun no tardó en asentir, dándole la oportunidad de continuar hablando. – Quiero que cumpla esta promesa, sólo así me logrará hacer feliz, Joven Baekhyun. – Un suspiro pesado se coló por los labios del mayor. – Prométame que encontrará a alguien que cumpla con todas sus expectativas, pero por encima de todo, prométame que será feliz y que sus sonrisas verdaderas y honestas serán dedicadas para alguien más. – Y en ese momento Baekhyun supo a dónde iban las cosas más se limitó a asentir una vez más, costase lo que constase él encontraría a alguien que le hiciese feliz, alguien que de verdad le quisiera.


–Lo haré, y cuando lo sea tú serás el primero en saberlo, Stephan. – Aseguró volviendo a abrazar la cintura ajena, ocultando su rostro en el pecho del mayor.”


–Seré feliz. – Y sin decir más giró sobre sus talones y asintió ante su madre, dejando la habiación en cuestión de segundos. – Seré feliz, y tú serás el primero en saberlo.

Notas finales:

Espero que éste prólogo haya sido de su agrado, es tan sólo una noción del por qué de la actitud de Baekhyun en el fanfic. 

Pediré comentarios para saber si lo sigo o no, con cinco (5) comentarios iniciaré el fanfic y subiré el primer capítulo.

Nuevamente, gracias por leer.


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