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Between 2 min there're 60 por SatuPro

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Notas del capitulo:

[ SEASON 3 ]

http://satu-pro.tk/fanfics/fanfics-shinee/between-2-min-therere-60-2/

“Tú también eres buena persona.”

 

La resaca al día siguiente fue importante.

Por suerte tuvieron tiempo en el tren para dormir y recuperarse del dolor de cabeza. MinHo hasta tenía dolor de estómago. Volvía del asqueroso retrete del tren hasta dónde estaba TaeMin a punto de dormirse.

- ¿Estás bien? – Se sentó acariciándose la tripa.

- No. Me siento como si me diera del revés el intestino cada vez que voy al baño. – Se sentó y respiró hondo – Además dormí fatal. No sé. Me he despertado muerto

- Pues yo estoy bien, salvo por el dolor de cabeza...

- Se... No debimos acostarnos en ese estado. A mí justo me empezó a subir el alcohol en ese momento.

- Yo estaba fatal pero creí que se me pasaría pronto después de vomitar.

- ... En fin... Tenemos tiempo para dormir…

- Pasamos por mi casa, ¿verdad?

- Claro. Quiero coger ropa y dejar esta.

- Ok. Sí, yo también.

Y se acomodaron para seguir durmiendo.

Pero despertaron poco después, y seguían en el tren. TaeMin se quedó mirándole dormir un rato. Le miró sonriente y luego trató de dormirse de nuevo, pero ya no podía dormir más, así que pensó en qué hacer.

- Mm... – MinHo empezó a levantarse pero se volvió a sentar.

- ¿Estás bien?

- ¿Mm? – Pareció sorprendido de verle despierto – Ah, sí. Es que me hizo ruido el estómago. Dios. Estoy fatal.

- Jeje.

- Qué aburrido. – Sacó el móvil - ¡Anda…! ¡Cobertura!

- Anda es verdad, el móvil servía para llamar, ¿cierto?

- Creí que no era más que una leyenda... – Dijo repasando el Nople. Tenía montones de mensajes.

- La verdad es que estuve tranquilo sin hablar con nadie. Aunque era un rollo no poder hablar contigo, obvio.

- Obvio, obvio. Aish... Bueeno… - Se lo guardó de nuevo – Hoy cenaremos en casa de Amber. Sus padres no están y estaremos de fiesta ahí.

- Chachi.

- ... Qué palo. ¿Qué podemos hacer para pasar el rato?

- No sé.

Un tipo con gafas y un traje gris con camisa azul cruzó por el pasillo y se fue al vagón contiguo. Lo siguieron con la mirada y luego se sonrieron. Iban a hablar de nuevo sobre qué hacer, cuando de repente escucharon unos gritos y el tipo volvió a entrar en su vagón hecho una furia hablando por teléfono.

- ¡MALDITA ZORRA!

“LOOOOOL”

- ¿¡QUÉ!? ¡SERÁS HIJA DE PUTA! – Todo el vagón estaba mirando - ¡ENCIMA QUE TE DOY DINERO TE VAS DE VACACIONES CONESE GILIPOLLAS! ¡ERES UNA PUTA! ¡ZORRA! ¡…RAMERA!  ¿¡PERO QUE…!? ¿¡Y TU QUE MIRAS NIÑATO!?

- Oye, nosotros no te dijimos nada. – Le dijo MinHo

- ¿Y cómo no voy a mirarte? Estás chillando como un energúmeno.

- ¿¡Qué!? Maldito niñato – Miró el teléfono con rabia - ... Mierda... – Lo guardó en su bolsillo y Se alejó al baño - ¡JODER! ¿¡QUIEN FUE EL GUARRO QUE NO TIRÓ DE LA CADENA!?

TaeMin miró al frente en el momento exacto en el que MinHo estallaba a reír, haciendo que el agua que tenía en la boca saliese explosionando por su nariz. Tae empezó a torcerse y se quedaron los dos riendo con la boca pegada a la mesa.

- ... ¿¡HAS SIDO TU, NO, CABRÓN!? – No podían parar de reír - ... Me cago en la puta...

Se alejó buscando sitio donde sentarse, pero estaba casi todo ocupado y nadie le dejaba sentarse a su lado en la ventana, así que el tipo volvió a rondar por ahí y se sentó al otro lado del pasillo, con un par de alemanes. Seguía mirando mal a MinHo.

Ellos trataron de calmarse, pero ni podían mirarse porque Tae volvía a reír como un loco, o MinHo, y volvían a pegar la frente contra la mesa. Pasaron un rato así y luego se calmaron.

- ¡KyungSan!

Un niño entró corriendo sin pantalones.

- ... La madre que lo pario... – Murmuró. Se repeinó y se colocó las gafas.

- ¡KyungSan! – MinHo y Tae lo seguían con la mirada completamente alucinados. - ¡KyungSan! ¡Ven aquí! – La chica por fin le alcanzó. – KyungSan, no se hace esto, ¿entiendes?

- ...

- Hey – MinHo llamó la atención del niño y le ofreció un caramelo – Mira, si te pones los pantalones te lo doy ¿eh?

- ... Eso no es lo que me dices a mí... – Murmuró Tae. “ XD Tae...”

El pequeño fue hacia él y fue a robarle el caramelo, pero entonces lo apartó de su alcance.

- Cuando hagas caso, ¿recuerdas?

- ...

- Eso. Toma, ponte el pantalón. Muchas gracias.

- De nada.

Se fueron al otro vagón y volvieron al cabo de nada porque les habían quitado el sitio. Así que les ofrecieron sentarse a su lado.

Se pusieron a jugar a las cartas mientras el tipo les miraba receloso.

- ¿Quieres jugar? – Preguntó TaeMin.

- ¿Eh? Ah. No. Gracias.

“Qué borde”. Así que siguieron jugando con el niño y la chica.

- Oh... Ese no es... ¿El que estaba gritando antes...? – Les preguntó de repente. El tipo la escuchó perfectamente.

- Ah, sí. Ese es. – Respondió MinHo. Le miró y el chico huyó su mirada.

- Oh, ¿porqué gritaba tanto?

Y de repente el pequeño:

- ¡Eh u! ¿¡Por qué gritah!?

- ¿Eh? – La chica agarró a su hijo y le tapó la boca abrazándole la cabeza.

- C-calla KyungSan...

Les dirigió una mirada de desprecio y luego siguió mirando por la ventana, esquivando la mirada de los alemanes.

- ... Pobre. Le han roto el corazón. – Murmuró MinHo con una sonrisa.

- ¿Eh? – Preguntó Tae. La mujer les miró interesada.

- ¿Esa a quién insultaba tanto?

- ¿La fruta? – Le miraron intrigados.

TaeMin miró al tipo. “Pues está bueno.”

- Si. Al parecer él estaba enamorado pero ella ya tenía novio. – Explicó MinHo. “M-MinHo, creo que él nos oye...” – Y se los ha encontrado ahí. – “A-ah... M-MinHo...” – Entonces ha sido cuando ha empezado a chillar todo eso.

- Oh... Ya veo.

Los alemanes se bajaron así que se quedó allí solo.

Se quedó un rato mirando por la ventana y luego respiró hondo. Parecía triste y abatido. Miró una de las bolsas que traía con él y sacó una flor blanca para olerla.

- ¡Floreh!

- Oh, KyungSan... – El chico reparó en ellos.

- ... Oh. – Se acercó y dio una flor a la chica.

- ... O-Oh, G-gracias. – Antes de ponerse más roja se la pasó al niño.

El hombre fue a sentarse.

TaeMin miraba su maleta. Aquel hombre iba realmente cargado. ¿Se estaría mudando? “¿Pero él solo...?”

- Tae, te toca.

- Ah, sí.

 

Por fin llegaron al pueblo de Tae.

Fueron andando hasta llegar a su casa y, qué sorpresa, justo detrás de ellos venía ese hombre.

- Oh. Mira, es el tipo del tren. – MinHo también lo miró. Andaba mirando un papel.

- ¿Necesita ayuda?

- ¿Eh? – Les miró a los dos. - ¿Vivís aquí?

- Sí.

- ¿Juntos? – Se miraron y MinHo le rodeó con le brazo. – Ah.

- ¿Es que no encuentra alguna dirección?

- Ah, sí. – Se acercó algo dudoso y les mostró el papel - ¿Es esta calle o la otra? No había cartel aunque por el mapa...

- Sí es esta. El número 9 es justo esta casa de aquí. – Dijo señalando la casa junto a la suya. “¿Será mi vecino?”

- ... Oh. Vaya. – Se quedaron los tres mirándola y luego los saludó – Bueno, muchas gracias. – Le sonrió y fue hacia allí.

Se quedaron un rato a mirar como buscaba un timbre y luego, finalmente, se decidía a pasar al jardín sin más. Había un pastor alemán saltando a su alrededor. Le acompañó a la puerta dónde su vecina de siempre, una mujer mayor y algo rellenita, le abrió la puerta y le hizo pasar.

 

- Qué día más tonto. – Tae le miró, apartando la vista de la ventana. Estaba tratando de espiar a la vecina.

- Pues sí. ¿Lo tienes todo?

- Sí.

 

Miró el primer piso y el segundo acompañado de esa mujer. Parecía un buen lugar para vivir. Tenía dos habitaciones arriba y un cuartucho bajo la escalera.

- ¿Y bien? ¿Le gusta?

- Ah, sí. Está genial. Justo como en las fotos. – La mujer le sonrió. - ¿En cuanto al precio...?

- Solo 300.000 wons al mes.

“¿¡3-300 wons al mes!? ¿¡Una casa de dos pisos con jardín...!? Esto solo pasa en los pueblos...”

- ¿Bien?

- Ah, sí.

Salió al jardín por la cocina. “Y es un jardín bastante grande...” Hasta tenía un pequeño lago con flores.

“¿Mm?” Se le ocurrió mirar a la casa de al lado y vio a esos dos chicos pegados contra el cristal. Siguió mirando. El más alto y moreno dio la espalda al cristal. De repente le veía el culo. “… P-pero qué…” Y el otro estaba arrodillado delante.

- … Disculpe

- ¿Sí? – Entró en la casa de nuevo.

- ... ¿Esos…? – “Cuidado. Podría simpatizar con ellos.” - ¿Cómo son los vecinos de esa casa? Porque he visto que aquí se deja la puerta abierta y todo eso...

- ¡Ah…! Pues son una familia encantadora. Una mujer con su hijo.

- ... ¿Eh…? – “¿Y esos dos…?”  

- Ya la conocera… Y está soltera… - Dijo sugerentemente, aunque él ni la estaba escuchando – Bueno en realidad es viuda pero blablá bla blablá bla, blablá...

“Así que una mujer con su hijo... Esos hijos de puta maricones...”

- Disculpe, me dejé el coche mal aparcado.

- ¡Ah! ¿Por qué? Si hay puesto.

- ¿Eh? – “…” – Ah, es que no sabía encontrar el lugar y lo dejé en medio del pueblo. Voy a buscarlo.

- Ah, bueno yo ahora tengo que irme. ¡Pero le daré las llaves! Aquí tiene. – Se las pasó. - ¿Nos vemos mañana?

- Ah... Sí, vale. Muchas gracias.

Esperó a que se fuera mientras dejaba sus cosas en la habitación, y luego tomó una rama caída del jardín, yendo directo a la casa vecina.

“Es un maldito pueblo de mierda; seguro tienen la puerta abierta.”

Rodeó la casa para pillarles infraganti aún contra el cristal, pero fue peor: estaban follando en el sofá. Entró como un energúmeno.

- ¡WAAAAAAAAAAAAAAA!

- ¡VOSOTROS DOS, MARICAS! ¡LARGO DE ESTA CASA!  - el rubio saltó corriendo a esconderse tras el sofá, y el otro se quedó tan en shock que solo se le ocurrió hacerse bolita entre los cojines.

- ¡LARGO DE AQUÍ, PUTO LOCO!

- ¡LARGO DE AQUÍ VOSOTROS! ¡ESTO ES ALLANAMIENTO DE MORADA! ... ¡Y ADEMÁS PERVERSIÓN ILEGAL!

- ¿¡C-COMO QUE ILEGAL...!? – el mayor estaba flipando pero no se le ocurría qué hacer. Ese tipo tenía cara de loco, y se incrementaba con su tic de recolocarse las gafas.

Apretó el palo con fuerza y empezó a avanzar.

- ¡Largo de mi casa, psicópata!

- ¡TaeMin, calla!

- ¡NO ES TU CASA!

- ¿¡ENTONCES PORQUE HAY FOTOS MIAS!?

- ¿Eh?

El chico moreno agarró una botella que había en el suelo, se incorporó de golpe, y de repente sus gafas se cubrieron de un líquido viscoso.

- ¡AGH! ¿¡P-PERO QUÉ...!?

“¡Qué asco…!”

Cuando se puso en alerta de nuevo, no había ni rastro de los dos, así que avanzó hacia la cocina, buscó un trapo y se limpio la cara y las gafas.

“Malditos niñatos... Odio a los adolescentes...”

Dejó el trapo tirado por ahí y empezó a pasearse por el salón.

“...”

Tomó una foto de una mujer con un niño. ¿Podría ser él?

“... ¿Estará divorciada...?” Escuchó atentamente porque oyó pasos en el piso superior. Siguió viendo las fotos y luego fue hacia la escalera.

Escuchaba cuchichear. El baño estaba desierto. Miró hacia dónde estaba la puerta abierta. Parecía la habitación infantil. Había peluches, posters...

Se giró hacia la puerta cerrada y de repente ¡Clack!

- ¡Queda usted detenido!

- ¿¡Eh!? – Trató de girarse y vio a un policía detrás de él

- ¡Al suelo!

- ¿¡EH!?

- ¡AL SUELO!

- ¡P-pero!

Miró a su alrededor; subían otros dos por la escalera. “¿¡PERO QUÉ COÑO!?”

Le obligaron a tumbarse sobre la alfombra y vio salir a los dos chicos de la habitación pasando lo más alejados de él.

Se pasó toda la tarde en comisaria explicándolo una y otra vez, hasta que llamaron a la mujer de la otra casa, la que se la alquilaba. Pensó que con eso se libraría, pero de repente ella dijo no estar segura de si era una buena persona alegando que era de ciudad.

- ¿¡PERO QUÉ DEMONIOS OS PASA EN ESTE MALDITO PUEBLO!? ¡YO SOLO QUERÍA ECHAR A ESOS LADRONES! ¡CREÍ QUE ERAN LADRONES!

- ¡Señor, mantenga la calma!

- ¡PERO ES QUE NO ESCU-¡

- ¡MANTENGA LA CALMA!

 

Unas horas después llegaron a la conclusión de que había sido un malentendido y le dejaron ir.

Se dejó caer sobre la cama mirando fijamente el techo.

“... Maldito pueblo...”

Su teléfono vibraba sobre la mesita de noche, así que alargó el brazo, y luego se incorporó de golpe.

- Hola cariño...

- Hola papá.

- Qué, cómo lo estás pasando con los abuelos. ¿Bien?

- ... Sí. ¿Cuando volverás a casa papá?

- ... – Se miró en el espejo. – Ya lo hemos hablado cariño...

- ... P-pero... y-yo quiero que vengas a casa… ¡Quiero que vengas a casa…!

Se levantó y se quedó frente al espejo. Apoyando la cabeza en él.

- Ya le hiciste llorar otra vez. – “... Zorra.” – Estarás contento.

- Siempre repites eso. Eres como el eco.

- ¡Fuiste tú el que decidio irse!

- ¡ERA UNA OPORTUNIDAD ÚNICA! ¡CUANDO VAS A ENTENDERLO!

- ¡NO! ¡NO VOY A ENTENDERLO NUNCA! ¡COMO ESTABAS DISPUESTO A DEJARNOS SOLO POR ESE ESTÚPIDO TRABAJO! ¡ERES UN EGOISTA!

- ¿¡PRETENDÍAS QUE ME PASASE LA VIDA SIENDO CONTABLE EN LA EMPRESA DE TU PADRE!? ¡POR DIOS!

- ¡ERA UN BUEN TRABAJO! ¡NOS MANTENIAMOS CON ESO!

- ¡DEJA DE DECIR ESO DE UNA VEZ, NO SABES DECIR OTRA COSA!

- ¡ERES UN EGOISTA! ¡SIEMPRE LO HAS SIDO! ¡PENSÉ QUE CONMIGO SERÍA DIFERENTE PERO NO! ¡SIEMPRE LO DEJAS TODO POR DINERO!

- ¡NO IBA A DEJAROS, FUISTE TU LA QUE EMPEZÓ A SACAR LAS COSAS DE MADRE!

- ¡ES QUE YA ESTABA HARTA AHNCHUL!

- ¡PUES YO TAMBIÉN ESTOY HARTO DE TI, ZORRA! ¡TE QUEJAS DE QUE QUERÍA MÁS DINERO, EH! ¿¡PORQUÉ CREES!? ¡PORQUE TU NO HACÍAS MÁS QUE PEDIR Y PEDIR!

- ¡COMO TE ATREVES!

- ¡QUE TE FOLLEN HIJA DE PUTA!

- ¡AMARGADO!

- ¡ZORRA! – Colgó y lanzó el teléfono contra la cama.

“...”

Respiró profundamente. “Menudo día de mierda…”

Y se miró en el espejo.

 

“... Lo siento.”

Notas finales:

http://www.facebook.com/pages/Satu-Pro-y-el-maravilloso-mundo-del-fanfic/167051863443709


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