Con todo el follón con la policía, decidieron irse al día siguiente, así que se perdieron la fiesta en casa de Amber.
- ¿¡Qué te liaste con DongHae!? - Aunque fueron a su casa a comer. Estaban solo ellos tres y Victoria. Pero ella se iba ya. MinHo estaba flipando.
- ¿Y esa chica? – Preguntó Tae inocentemente.
- No sé. Vino a la fiesta también. Después de liarme con ella fue cuando pasó lo de DongHae, pero luego él se fue así que me dormí con ella.
- Pero... Vamos a ver, Amber.
- ¿Mm?
- ¿Cómo que te liaste con DongHae? Osea… ¿Lo hicisteis?
- Pues – Se apartó un poco para cambiar una pierna y doblar la otra – He aquí lo más inquietante de todo el asunto. – Se acercaron inconscientemente para escuchar – De repente se apartó.
- ¿Cómo que se apartó?
- Eso. Simplemente él se apartó. Le dije si quería perder la virginidad de una vez, que me dejaba – “Anda que tu también” – Y dijo que si, pero luego... Se apartó. No hicimos nada. Solo besarnos, pero como si nada, vamos. ¿Te vas ya? – La chica pasó junto a ellos y la abrazó por la pierna
- Si. Nos vemos.
- Vale. – Se dieron un beso de tornillo delante de ellos y luego se fue. Ni siquiera la acompañó a la puerta.
- ... ¡Qué bien te lo montas!
- ¡Gracias! – MinHo les miró a los dos. No le gustaba nada que congeniara. Amber era una mala influencia para el dulce y tierno TaeMin. – Y vosotros qué. Compramos una botella más contando con vosotros.
- ¿Eso es una queja? Si seguro que os la bebisteis igual.
- Sí. Pero tenía la ilusión de que vinierais. Vino montón de gente de la uni. También tu amiguita. – “...Amber...” Estaba nervioso por mirar a TaeMin, pero de hecho, fue él el que respondió, y con la mayor tranquilidad del mundo
- ¿Alice?
- Sí. La misma. Con gente del grupo ese de los topos. Aunque se fueron pronto viendo que no estabas. – Añadió divertida. “A saber que pensaron de mí...” – Entonces qué. Qué plan tenéis para hoy.
- Salir. Tomar algo. Y luego acoplarnos a casa de Onew. – Explicó MinHo. Tae estaba comiendo muy concentrado aunque escuchaba. – ¿Qué plan hay...? – “Joder... Nos perdimos la fiesta del siglo por culpa de ese zumbao...”
- No lo sé. Llamemos a Onew.
Y le llamaron.
Quedaron en el súper cerca de su casa, para comprar bebida y comida y cenar allí. Luego saldrían por ahí, exactamente al que corría el riesgo de convertirse en su nuevo club-bar-discoteca favorito: Stargazer.
Estaba peligrosamente cerca de casa de Jia y Luna, en la zona dónde estaban otros locales de más renombre, como el Kaji’O, aunque este era mucho más conocido y tenía mogollón de cola fuera.
Stargazer era un lugar distinto. Estaba ahí al lado, pero no había cola, solo gente sentada en una escalera, la calle hacía pendiente. MinHo le agarró la mano al pasar junto a ellos.
Estaban solo ellos dos, Onew, Amber, Sulli y Luna.
MinHo empujó la pesada puerta negra y entraron detrás de él. Se encontraron en una salita cuadrada y estrecha con las paredes formando rocas con lianas, dónde había un tipo que les saludó con la cabeza, aunque no le conocían, y bajaron un tramo de escalera todo recto, y luego girando a la izquierda. Al terminar este, algo más corto, se abría una puerta a su derecha y ahí estaba la sala. Gente bailando, gente saltando, gente de pie bebiendo, o sentados cerca de la barra, al final de la sala. Y la pared de roca, con plantas. Del techo, enredado con cables de los focos, habían lianas con flores de plástico. Las luces eran verdes, azules y violetas; era como estar en la selva.
- ¡Mola! ¡Menudo garito!
- ¡Aún no has visto lo mejor…! – Le gritó Onew. Miró a MinHo pidiéndole permiso y cogió la mano de Tae - ¡Venid! Ven Tae.
Cerca de la barra (más cerca de ella que de la pared de la escalera) había un pasillo que llevaba a los baños. El caso era, que ahí la pared también era como de roca. Y lo más curioso de todo: Amber se apoyó teatralmente en la pared del fondo de aquel corto pasillo, y ¡pluf! El muro de ropa cedió. TaeMin se quedó flipando.
La siguieron por una escalera que subía y allí abrieron otra puerta. La música a penas se escuchaba en esa íntima sala. La gente bebía, fumaba y charlaba tranquilamente lejos del ruido de la sala de abajo.
- ¡Toma...!
- Joder. – “… Joder, huele a…” TaeMin miraba en todas las mesas. “¡Porros…! ¡Porros everywhere…!”
- ¿No es genial? Es la combinación perfecta: podemos bailar, podemos beber, y podemos sentarnos a charlar tranquilamente sin ruido: todo en el mismo local y solo pagando consumición. En el caso de que la hagamos, claro. – Explicó Amber feliz y elocuentemente.
- Pues está de puta madre. – “...Tae... Tu hablando así...”
- Me apetece bailar ahora. ¿Vamos? – Le agarró por el pecho y se miraron.
- Ah, sí. Espera... Quiero fumar un poco antes… - Lo miró inquieto. – B-bueno...
- Hola chicos. – Hyuk apareció por ahí. – Venid a sentaros; estaba ahí con Jia y un amigo. Venid, venid. – Se miraron.
“¿Qué hace con Jia...? ¿Están saliendo…?”
MinHo torció los labios. Llegaron a la mesa dónde estaba la chica fumando con un chico increíblemente guapo. Tanto que hasta le gustó a MinHo. Estaba claro que tonteaba con Jia, aunque... tenía una pinta bastante...
Se sentaron rápidamente (Luna les miraba mal) y MinHo y Tae no podían quitarle los ojos de encima. Estaba realmente genial.
- Chicos, este es Ui Cheol. – Presentó Hyuk.
- Hola.
- Hola, encantado. Buenas Amber. Hola chicos. – Su tono de voz al mirarles fue demasiado sensual. Se les pusieron los pelos de punta pero se apresuraron a responder.
- H-hola
- Hola, MinHo, mucho gusto.
- Igualmente. ¿y tu pequeño? – “¡MIERDA! ¡ES MÍO, CABRÓN!” “A-ah... ¿M-MinHo…?” Le miró sonrojándose
- TaeMin, mucho gusto.
- … TaeMin, que nombre más bonito. – Se sonrojó hasta las orejas.
- Es mi novio. – “Mierda. Lo dije en voz alta.” Amber, Luna, Sulli y Onew estallaron a reír. Luego Hyuk al comprender qué estaba ocurriendo, y finalmente Jia, aunque solo esbozó una sonrisa. El tal Cheol sonrió.
- Vale. Vigilalo bien. Vigilaos bien los dos.
“¡MIERDA! ¡PERO QUÉ DESCARADO!”
“Ay… M-MinHo… > < cómo nos puede decir algo así... Encima se parece a KyuHyun pero en guapo... Jope...”
- ¿Fumáis?
- Sí.
- No. – Se miraron.
- … Ok, no… - “U__U”
- Hyuk, ¿quieres…? – Jia se lo pasó y le vieron fumar. “Genial: ahora se quedará AÚN más tonto...”
- Amber... Vamos a bailar – Le murmuró Sulli. Ella se giró y entonces les miró a ellos.
- Yo voy con vosotras – Dijo Luna. Y entonces Onew se giró
- Ah, yo también.
Jia y Hyuk se quedaron allí con el tipo ese, mientras ellos prácticamente huían despavoridos.
Volvieron a la pista y se pusieron a bailar, aunque pronto se aburrieron y fueron a la barra a pedir algo más. Con una copa cada uno volvieron a bailar.
Bailaban bien cerca el uno del otro, mirándose a los ojos y dándose algun beso de vez en cuando, y de repente unas manos recorrieron a TaeMin. Él se asustó y se pegó a él por la espalda, mirando sobre saltado al chico raro, Hyuk y Jia. Él solo sonrió y siguió bailando cerca de la chica. “Menuda guarra.”
TaeMin le rescató de sus pensamientos empezando a ondearse. Le daba la espalda y estaban prácticamente pegados. De hecho se apoyaba en él, aunque tenía la cadera lo suficientemente libre como para moverla restregándose. Se la rodeó con los brazos para que siguiese bien cerca.
Acercó los labios a su cuello y Tae se lo abrazó echando los brazos atrás. Sentía sus labios bajarle hasta el hombro. Sonrió sonrojándose.
“Aw… me empieza a afectar el alcohol…”
Se giró y siguieron bailando, aunque TaeMin no dejaba de reírse. “¿Qué le pasa?” Le tomó por las muñecas y se lo acercó. Al hacerlo él estalló a reir tapándose la boca. “ XD Está borracho”
- Hey – Le dijo al oído - ¿Estás bien?
- Sí. – Lo miró y se empezó a reír también. Se miraron y estallaron a reír los dos – MinHo
- ¿Qué? – Se lo acercó de nuevo y él le besó para luego apartarse un poco. “Este beso...” Y volvió a acercarse, así que lo abrazó para retenerle. “… Ese beso…”
“Si, exacto. Ha sido como el de ese día... Ese día que estaba medio dormido...” Tae seguía bailando con una sonrisa y los ojos entrecerrados, apoyando los labios en su hombro y abrazándole por el cuello. “... Está en ese momento...”
- Tae – Trató de mirarlo y él le sonrió. Le devolvió la sonrisa sin remedio - ¿Te encuentras bien? ¿Tienes sueño?
- Mm... – Negó con la cabeza y rió otra vez “ XD Dios está fatal” Le hacía señales con el dedo para que se acercase, así que obedeció, y entonces escucho que le decía al oído – Quiero follar. Ahora.
- ...
“Ahora.” Le acercó de nuevo.
- ¿Quieres ir al baño? – Le miró con una mueca. “Es verdad. Eso es cutre. Además estará petado…”
- Vamos al piso
- ¿Eh? ¿Al de Onew? – Tae sonrió asintiendo. “Oh... Dios... ¿A caso puedo llevarle la contraria...? Solo me está sonriendo y me estoy poniendo malo ya...” – Espera
Se alejó un poco para buscarle y viendo que él le agarraba del pantalón, le tomó la mano.
- Onew. – Estaban junto a la barra tomando chupitos – Onew
- Dime dime
- Dame las llaves de tu piso.
- ¿Eh?
- Las necesito ahora.
- ¿Se encuentra bien Tae? – No sabía ni qué decir ni qué cara poner. Amber rió y resopló
- Dale las llaves. Pero oye, luego nos abres
- Sí, sí. Dámelas. Corre.
- Con la calma… - Se las buscó en los bolsillos y antes de que se las diera ya se las había sacado de las manos y huía entre la multitud. - ... Maldito MinHo.
- No sé si es más putón ahora o antes. Creo que ahora. – Dijo Sulli antes de dar un trago.
Cerró y dejó las llaves en el cuenco de siempre. TaeMin había tirado hacia el salón y se quedó ahí plantado esperándole.
Le miró mientras se acercaba, pero cuando solo le quedaba un paso se le cerraron los ojos y algo le hizo acercársele de golpe, agarrarle y meterle la lengua hasta la garganta.
- Mmh... – Se separó de sus labios y ya ansiaba más. No abrió los ojos para ver como Tae se sacaba la camiseta, le acercó de nuevo por la cadera para volver a besarle.
- ah – Suspiró al separarse.
- ... Dios... estás tan bueno… - Tragó acercándose. Sentía sus manos en la cintura y le ayudó sacándose la camiseta - ... y estoy tan cachondo... – TaeMin sonrió.
Sus lenguas luchaban revolcándose otra vez. Estaba tan concentrado en saborear sus labios que ni se fijó en que de repente estaban tumbándose en el sofá.
Le comía el cuello con desesperación mientras él no dejaba de suspirar. “Tae...” Llegó a su pantalón y se lo bajó para sacárselo, aunque antes decidió concentrarse en sus bóxers. Quería chuparle, pero TaeMin le hizo subir agarrándole fuertemente por el pelo.
- Au
- Mgm... – Buscaba sus labios y le ayudó a encontrarlos.
Giraron y se revolcaron. Las manos de TaeMin se colaban en su ropa, le desabrochaban el pantalón y le acariciaban suavemente.
- Mmh... Tae... – Se dejó caer entre él y el respaldo del sofá. En esos instantes, TaeMin tenía la sartén por el mango, casi literalmente. – Ahh... Ah... Tae... – Había pasado del pantalón y del bóxer. Disfrutaba masturbándole lenta y deliciosamente – Mmg... T-tae...
Intentó recuperar algo de cordura, la mínima, y alargó el brazo a su hombro, subiendo la mano a su nuca, acariciándola, presionándola casi imperceptiblemente, llevándole hacia su urgente erección. TaeMin se dejaba llevar, pero cuando lo comprendió se apartó para colocarse mejor, y luego empezó a chupar, y a mamar y a engullir.
- Ooh... O-h... Mmg... T-t... – “AAAaawwwww es tan…. Ah...” – Ah... – Intentaba bajar la vista para verlo pero siempre en el camino esa sensación de éxtasis le hacía volver la cabeza hacia atrás para soltar un profundo suspiro. – Ahh... Tae... Tae para o me correré... – “Qué importa. Quiero correrme...” Decidió seguir disfrutándolo un poco más, pero luego trató de apartarse. – Tae
- Mm... – Le miró. “Oh Dios... sus ojos…”
- Tae, ¿estás consciente? – Asintió y volvió la vista a su pene, agarrándolo e inclinándose de nuevo – No, espera – Se miró. “Oh Dios... estoy a punto de estallar...” – Escucha
Se acercó a él, le besó y le hizo tumbarse.
- Espero que recuerdes esto. No, no te tumbes del todo – Le agarró de la cadera alzándosela. – Espero que lo recuerdes porque no sé si volveré a hacerlo jamás, aunque ahora quiero hacerlo porque estoy realmente cachondo...
- ... ¿...Qué...? – “xD Déjalo. Tu solo disfruta.”
Le bajó las manos por la espalda y le agarró las dos nalgas, separándolas. “Oh dios...” Le entraban ganas de metérsela brutalmente, pero no iba a hacerlo. Solo de pensarlo pensó que se venía.
Se las masajeó acariciándolas con las manos. Eso aún le puso más. Veía como TaeMin se cogía con la manita empezando a masturbarse, pero le apartó la mano. “No te me distraigas...” Se incorporó un poco para acercarse a su espalda, y empezó a bajar dando besos que cada vez eran más y más húmedos, hasta que finalmente era solo su lengua repasándole la columna.
- ...Ah... – Se excitaba por momentos aunque ni se creía capaz de hacerlo, pero sí lo hizo:
Su lengua seguía bajando por la espalda de TaeMin, pasta pasar por entre sus nalgas y entrar; entrar costosamente. “De verdad estoy haciendo esto.”
- ¡Ahh-h! – Realmente no sabía qué hacer, así que decidió besárselo – A-ah... ¡M-M-...! – “¿De verdad le gusta tanto...?” – Ah... M-MinHo... – Se apartó volviendo a su espalda, hasta que subió a su hombro. - ... Waw MinHo... M-me gusta mucho...
- Mm… - Estaba tan ido que ni pensó: estaba en la posición perfecta, con las manos en la cadera de TaeMin: solo se acercó un poco más y se la metió empezando a moverse.
- Ah-h... ah-h... – “Tae...” Se movía cada vez más deprisa sin ni pensar, y lo mejor era que TaeMin se movía también. – Ah-h... ¡Ah-h...! ¡Mh- Mh- Ah-h! ¡M-h-M-h-Min-MinHo-h!
Subió las manos por su pecho, rodeándole, abrazándole. Mientras seguían moviéndose, se fundían con caricias.
- Mm... Me vengo Tae... – Tenía su cabeza toda echada sobre el hombro. Olía su cabello
- Ah... Ah… Y yo MinHo…
- ... Mm... – Le abrazó más fuerte y de repente fue como si hubiese un relámpago en su cabeza. - ¡EL SOFÁ!
- Ah.
Lo intentó. Al último momento se la agarró pero ya fue tarde. Aunque si pudo retener la mayor parte en su mano, esta resbaló de ella hasta caer irremediablemente.
“Mierda.”
- Lo siento...
- ¿Eh? Ah, no digas tonterías… - Siguió moviéndose hasta parecer un poseso, suspiró estremeciéndose del gusto y se echó hacia el lado contrario, llevándose a Tae consigo. – Aaaahhh.... TaeMin TaeMin...
- Mm... – “MinHo…” Le cogía las manos sobre su pecho – No lo olvidaré.
- ¿Eh? – Sonrió – Eso espero.
- … Estuvo súper genial… ¿Pero no te dio asco?
- ... Me da más asco ahora que en ese momento.
- Te quiero mucho MinHo
- Ah… Yo a tí más. – Sonrieron. TaeMin trató de apartarse para girarse y abrazarse a él. – Lo hicimos sin condón.
- ... Y estuvo genial...
- … Igual fue peligroso
- ¿Por qué? Ni que me fuese a quedar embarazado…
- ... No por eso, tonto.
- Ah… - Le abrazó fuertemente – Como sea; yo me fio de ti, MinHo.
- ... Aún así no está bien, ¿vale...?
- Ok... – Siguió abrazado a él sonriendo y realmente feliz, hasta que empezó a coger frío.
- ... Voy a lavarme la boca con jabón...
- Jaja ¡Ok!
Aprovechó que él iba al baño para ir a la habitación y ponerse el pijama. Al volver al salón se lo encontró frotando los cojines del sofá con papel higiénico mojado.
- ¿Se va?
- Sí. Por suerte.
- Ah, ya lo hago yo…
- No, tranqui. Metete en la cama, ahora vengo.
- ... Ok...
Realmente no quería discutir. Estaba rebentado y lo que más le apetecía era dormir bien profundamente.
“Oh, que mal. No vi a Key. Debería llamarle mañana… Por lo menos le veré antes de volver a clase...”
MinHo llegó y rebuscó su pijama. Se lo puso frente a la cama mientras él mandaba mensajes a Key.
- Mira cómo brilla esa estrella.
- ¿Mm? – La miró y sonrió – Ya ves.
Se metió en la cama sin dejar de mirarla y se lo abrazó como a un peluche.
- Mm... Tae, quiero mimitos...
- Aww MinHo... – Dejó el móvil para darle besos por el cuello. – Eres tan dulce...
- Mm... – Se quedaron bien pegaditos dispuestos a dormirse, aunque no tenían nada de sueño - ... Sabes, hable con mi hermano el otro día – TaeMin le miró atentamente – Dice que... va a comprarse un piso - hablaba acariciándole el hombro con el índice – y... dice que vaya a vivir con él...
- ... Suena bien...
- ... Sí... – Tae se incorporó un poco y le besó en la frente – Mh.
- Está bien que estés con tu sangre, MinHo. Pero... espero que me vengas a ver a menudo... – Añadió con aegyo “Tae...”
- Sí, por supuesto. – Le besó. “Gracias Tae ^^”
Pero tuvieron que levantarse tres horas después para abrirles la puerta.
Al amanecer las estrellas seguían brillando en el cielo.
Aunque extrañas, habían sido unas buenas vacaciones.