NARUTO NO KOKORO:
Takaita Hiwatari
Capítulo 15: “Fin de la batalla. ¿El inicio de una amistad?”:
Conforme se acercaban a la aldea, era visible una gruesa columna de humo negro. Dentro de los muros de Konoha se estaba llevando a cabo una batalla de la que Sasuke sospechaba que los hombres de Kenta llevaban ventaja por el factor sorpresa. Tragó saliva, mentalizándose para encontrar probablemente cadáveres de personas conocidas, tal vez niños o ancianos, indefensos en los ataques sorpresa.
─No te separes de mí ─dijo Sasuke cuando cruzaban el portón.
─Sé cuidarme solo, teme ─respondió ofendido.
Sasuke se detuvo en seco, impactado con lo que encontró al entrar. Parpadeó incrédulo. El desastre no era tan grande como imaginó, pero además, estaba viendo kitsunes metidos en la batalla. Otra cosa que llamó su atención, es que sólo había shinobis de Konoha luchando contra el enemigo, no había rastro del resto de habitantes: niños, ancianos, hombres y mujeres que no tenían conocimiento sobre ninjutsu. Era imposible que hubieran tenido tiempo de correr al refugio con un ataque sorpresa.
─Kenta dijo que había conseguido como unos quinientos hombres ─comentó Naruto, sacándole de su meditación.
─¿Y los kitsunes? ─No pudo preguntarse si ellos eran aliados o enemigos, aunque temía que la correcta era la segunda opción.
No era muy difícil localizar a los enemigos, todos vestían ropas excesivamente sencillas, algunos de ellos incluso un poco harapientos; y los kitsunes resaltaban demasiado con sus llamativas colas esponjosas, orejas y yukatas.
Sin esperar respuesta echó a correr cuando vio a Iruka luchar solo contra dos hombres más corpulentos que él, y era evidente que usaban trucos sucios con tal de ganar. Iruka estaba en ligera desventaja. Ayudaría a su antiguo maestro de academia. Estaba por alcanzarle cuando dos kitsune parecieron llegar de la nada por la velocidad de sus movimientos, saltando sobre los hombres de Kenta y reduciéndolos entre mordiscos y arañazos sangrantes que dejaron a los enemigos inmovilizados. Sasuke percibió que las pupilas estaban rasgadas, de la misma forma que le había ocurrido a Naruto alguna vez.
Cuando los kitsunes le miraron, permaneció quieto en pose defensiva por si trataban de atacarle a él también. Sabía perfectamente cómo de doloroso era recibir uno solo de esos arañazos, y sus consecuencias.
Pero las palabras de Naruto le dejaron confuso una vez más.
─¡Gracias, chicos! ─exclamó Uzumaki desde la distancia, yendo al encuentro de uno de los hombres de Kenta para reducirlo.
Respiró un poco aliviado, pensando que su plan de última hora estaba saliendo más o menos bien.
Cuando Kenta le había mandado ir a buscar a Sasuke para atraerle hacia el bosque, cambió el plan inicial:
─No te impacientes, sé que deseas la venganza tanto como yo, pero vayamos por partes. Primero da la orden a los kitsune y después ve a Konoha y atrae a Uchiha a este punto en concreto.
Primero fue a la cueva a hablar con los kitsune, pero no les dijo lo que Kenta le había ordenado. Les confesó a los kitsune, en la intimidad de la cueva, que en el fondo no se sentía cómodo con todo aquel asunto de la venganza y que no podía seguir adelante con ella ahora que el momento de la verdad había llegado. No podía engañarse más a sí mismo. Los kitsune se desconcertaron en un primer momento, pero al final insistieron en que apoyarían a Naruto decidiera lo que decidiera hacer. Eso tranquilizó al rubio enormemente.
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