Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Naruto no kokoro por Takaita Hiwatari

[Reviews - 252]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

 

NARUTO NO KOKORO:

Takaita Hiwatari

Capítulo 21. Epílogo: “Gracias”:

 

 

Con pasos seguros Sasuke se adentró al bosque de Konoha. Una sutil sonrisa le curvó una de las comisuras bajo su máscara ANBU. Buscaba a Naruto, y la experiencia de los años le hacía saber sin preguntar a nadie que si Naruto no estaba en casa, sólo había un lugar donde podía estar: el bosque.

 

A ese tonto le alegraría demasiado verle después de estar alejados poco más de un año.

 

Hacía bastante tiempo que Tsunade le devolvió su rango original de ANBU, justo antes de salir de misión. Por fin esa vieja alcohólica se había apiadado de él. Acababa de regresar de una peligrosa misión de rango S, y todavía recordaba cómo la noche antes de partir Naruto prácticamente se despidió de él como si fuera a morir. Por supuesto esa despedida llevó incluida una buena sesión de sexo. Por eso sabía que Naruto se alegraría mucho al verle, había regresado sano y salvo.

 

Dejó atrás unos arbustos, llegando al claro donde se mostraba el río. Y ahí le vio. Naruto estaba dentro del agua, en la otra orilla, hablando casi a gritos con el zorro Naruto como si pudiera entenderle perfectamente. Negó con la cabeza. Definitivamente, había viejas costumbres que no desaparecían. Lentamente se retiró la máscara y la ropa, dejándolas olvidadas junto a la de Naruto antes de encaminarse al agua.

 

Estaban a finales de verano, pero el sol todavía calentaba bastante y en las horas de más calor todavía era agradable un baño refrescante.

 

El zorro Naruto le miró levantando las orejas y ladró, delatando su presencia, pero Naruto seguía enfrascado en su monologo.

 

─¡Y les di una paliza a esos ladrones, recibieron su merecido! Tendrías que haberme visto, Naruto, ¡las personas a las que protegí me felicitaron y me dijeron que soy un buen gennin! ─explicaba al animal en tono emocionado.

─¿Tú? ¿Un buen gennin?

 

El vello en la nuca de Naruto se erizó al escuchar la voz de Sasuke casi soplando contra su oreja en un ligero tono burlón. No tuvo tiempo de hacer el amago de girar cuando unas manos sostuvieron su cintura y se vio apegado al cuerpo de su novio tras él.

 

─¡Sasuke, has vuelto! ─exclamó girando un poco la cabeza, tratando de verle.

─Así que me echabas de menos. ─Depositó un casto beso bajo la oreja del rubio.

 

Naruto miró al frente, un poco ruborizado, viendo al zorro Naruto marcharse.

 

─¡Claro que no! Estaba muy bien sin ti, ahora que soy un popular gennin las chicas me admiran.

─Cuando eras un kitsune eras más sincero ─respondió, recordando la forma en que Naruto solía recibirle al llegar a casa y confesarle cuánto le había extrañado.

─Bueno… sólo te extrañé un poco. ─Se negaba a confesar que cada día había pensado en él y que había estado terriblemente preocupado, preguntándose si le había pasado algo. No quería inflar el ego de ese teme. Y en realidad no era tan popular con las chicas, pero eso Sasuke no tenía por qué saberlo.

 

Pero Sasuke sabía que Naruto no era totalmente sincero. A estas alturas se conocían demasiado bien. Sólo tenía que fijarse en la forma en que Naruto se recargaba contra su cuerpo y la necesidad de las otras manos buscando las suyas bajo el agua para saber que ese tonto le extrañó demasiado.

 

─¿No le has causado problemas a Itachi en mi ausencia?

─¡Deja de tratarme como si fuera un niño! ─refunfuñó con falso mal humor─. Además, no he estado mucho tiempo en casa, he tenido muchas misiones.

 

Desde hacía casi un año Naruto había sido nombrado gennin junto con otros compañeros y desde entonces había estado de aquí para allá haciendo misiones, algunas bastante absurdas como atrapar animales perdidos, pero eran misiones al fin y al cabo. Por fin Naruto sabía lo que era conseguir dinero por sí mismo. A donde fuera, Naruto lucía orgulloso su bandana con el símbolo de Konoha.

 

Sasuke había sabido del ascenso de su novio porque Naruto pidió y suplicó a Tsunade que mandara un ave mensajera al equipo de Sasuke informándole de su nuevo rango ninja. Y Tsunade, para que se callara y la dejara beber tranquila, le hizo caso.

 

─¿Cuándo has llegado, Sasuke?

─Ahora mismo. ─En cuanto llegó a casa y no descubrió a Naruto allí, dejó la mochila y fue al bosque. Naruto rió bajito y Sasuke arqueó una ceja, confundido con aquella risita─. ¿Qué?

─No soy el único aquí que extrañaba a alguien.

 

Con disgusto Sasuke chasqueó la lengua. A veces de verdad añoraba al Naruto inocentón que no se daba cuenta de los pequeños detalles, a veces ni siquiera de los grandes detalles. No le gustaba verse descubierto. Pero inevitablemente el tiempo transcurría y Naruto aprendía cosas nuevas, quedando un Naruto más despierto en lugar de aquel inocente.

 

Se mantuvieron en un cómodo silencio, las manos de Sasuke acariciando suavemente el estómago de Naruto. Con aquella cercanía de sus cuerpos desnudos, recordó la primera vez de ambos, hace casi tres años aproximadamente. Como a pesar de los nervios y la torpeza, el momento había sido mágico y perfecto para ambos. No tardaron en intentarlo de nuevo cuando regresó de su misión tres meses más tarde, y desde entonces mantenían relaciones con regularidad hasta que alguna misión se interponía entre ellos. Siempre intentaban tener su momento de intimidad cuando Itachi no estaba en casa, o por la noche.

 

A sus veintidós años, su relación estaba en un punto estable y solido, con una mayor confianza mutua que cuando comenzaron.

 

─¿Sabes, Sasuke? Gaara va a venir.

 

El nombrado arrugó el entrecejo al notar aquella naturalidad con la que le nombró.

 

─¿Gaara? Querrás decir el Kazekage.

─No. ─Negó con la cabeza─. Es mi amigo, y me deja llamarle por su nombre.

 

Sasuke tensó la mandíbula al sentir una ligera punzada de celos. Que él supiera, sólo los hermanos del Kazekage tenían el privilegio de llamarle por su nombre. Se preguntó desde cuándo Naruto tenía esa confianza con el Kazekage.

 

Lo que Sasuke no sabía es que poco después de marcharse a su misión de rango S, el Kazekage fue a Konoha para reunirse con la Hokage. Allí vio a Naruto, que se encaminaba a la academia ninja. A pesar de que el Kazekage era bastante reservado, mantuvieron una larga conversación ya que según tenía entendido el Kage, el kitsune estaba muerto, y sin embargo ahora se lo encontraba, incluso bastante crecido.

 

Con confianza, como si se conocieran desde siempre, Naruto le contó que Inari le había devuelto la vida como humano.

 

Gaara sólo estuvo cuatro días en Konoha por motivos de trabajo, pero las horas que tenía libres las pasaba con Naruto; con Temari y Kankuro escoltando a cierta distancia. Descubrió a la manada de kitsune, ya que algunos pululaban por la aldea de vez en cuando. Y tiempo después, una de las primeras misiones de Naruto fue ir a Suna, por lo que pasó algunos momentos más con el Kazekage y sus hermanos.

 

Sasuke evitó decir algo que delatara sus leves celos. Ahora que él también estaba en Konoha, podría inspeccionar con sus propios ojos la nueva “amistad” entre Gaara y Naruto.

 

─Amigo ─reiteró para sí mismo, en un ligero tono despectivo. Pero Naruto no le escuchó, por eso no respondió nada.

 

Los ligeros celos retorciendo su estómago desaparecieron cuando Naruto giró un poco entre sus brazos con claras intenciones de querer iniciar un beso, así que no tardó en acercarse y eliminar la distancia mientras una de sus manos se deslizaba desde el bronceado estómago hasta la ingle. Una sonrisa sutil asaltó los labios de Naruto en medio del beso durante un momento, captando al instante las intenciones que tenía Sasuke. Recordaba cómo en el pasado era demasiado inocente como para notar esos detalles, pero ahora era capaz de ver a través de Sasuke con mayor claridad.

 

Y ahora podía ver que Sasuke quería un buen recibimiento por su regreso a Konoha. Y sin duda, él quería dárselo.

 

A escasos kilómetros de allí, un pequeño borrón podía distinguirse colándose entre los árboles y atravesando los arbustos a suma velocidad, levantando un ligero polvo a su paso. Yoshi había dejado atrás por kilómetros a Hanako y Hayato, estaba ansioso por ver a Naruto-san, por eso cuando estaban próximos a llegar a la cueva salió corriendo. Durante todo ese tiempo había extrañado mucho a su amigo, y ansiaba verle, abrazarle, saber si por fin había cumplido su sueño de convertirse en ninja de Konoha.

 

Lo último que supo de Naruto-san en su visita anterior fue que éste asistía a la academia por su deseo de querer convertirse en shinobi y hacer misiones junto a Sasuke. También que ese humano tan alto, Jiraiya, estaba a punto de publicar un libro basado en Naruto y Sasuke, según le contó el propio Naruto-san un día. Era por eso que le había pedido a Hayato que le enseñara a leer, quería leer ese libro donde Naruto-san era el protagonista, ¡seguro que sería maravilloso y sorprendente!

 

Cuando se aproximaba a la cueva percibió el inconfundible aroma de su querido y admirado amigo, y el de Sasuke también. Se dejó guiar por aquellos olores, corriendo más despacio para no tomar un camino equivocado. Supo que provenían del río, seguro que Naruto-san se estaba dando un baño y podría unirse a él para jugar un poco. Aquello parecía una buena idea. Pero se detuvo antes de distinguir el río, preocupado, cuando escuchó a Naruto-san emitir algo parecido a un grito.

 

─Algo malo le ocurre a Naruto-san ─se dijo retomando su carrera. Tal vez alguien le estaba atacando, no quería ver a su amigo lastimado, ¡le protegería!

 

Al asomar la cabeza a través de unos arbustos estudió su alrededor. Lo primero que vio fueron unas ropas tiradas en la hierba, y revisando con calma divisó a Sasuke y Naruto dentro del río. Apenas podía ver a Naruto-san porque Sasuke le cubría casi todo con su cuerpo.

 

Su peluda cola se ocultó entre sus piernas y sus orejas se agacharon, ligeramente asustado al escuchar a Naruto exhalar algo parecido a una queja, pero no era exactamente una queja; y Sasuke farfullaba algo con voz ronca, moviéndose insistente, como si tratara de empujar más a Naruto contra la orilla donde éste estaba recargado. Levantó ligeramente las orejas, contrariado, al escuchar a Naruto-san pedir más.

 

─Sasuke… ¡Más! ─gimió.

 

Ese Sasuke le estaba haciendo daño, ¿por qué pedía más? Naruto-san se estaba volviendo tan extraño como los humanos. ¿Por qué no se defendía? Y su preocupación se evaporó cuando logró ver a Naruto-san girar la cabeza ligeramente y cómo al instante Sasuke le besaba en los labios.

 

Como si le hubieran besado a él, se cubrió la boca con ambas manos, levantando las orejas y la cola bastante tenso.

 

─¿Por qué Naruto-san hace algo tan repulsivo? ─Eso de que una boca tocara a otra le parecía tan raro y sucio… Sin embargo Naruto y Sasuke parecían gustosos, al igual que Hanako y Hayato las veces que les espió en el pasado.

 

Lo único que entendía, es que Naruto-san no parecía correr verdadero peligro. Bastante inquieto retrocedió unos pasos.

 

─Le preguntaré a Hanako. Todo esto es muy extraño ─se dijo antes de marcharse corriendo, confuso como nunca antes en su vida. Y la confusión aumentó terriblemente cuando les escuchó emitir más de esas “quejas”, más audibles que las anteriores.

 

Después el silencio del bosque sólo fue roto por el murmullo del constante correr del agua y un par de respiraciones jadeantes. Naruto descansaba recargando el pecho en la orilla. Abrió despacio las manos, dejando escapar hierba que había arrancado en el calor del momento. Vio a Sasuke recargarse en la orilla junto a él. Se dedicaron una mirada, sacándole una sonrisa a Naruto y una expresión apacible a Sasuke.

 

─Deberíamos ir a casa.

─Todavía no ─respondió Naruto─. Primero hay algo que quiero hacer.

 

Caminaron a la orilla contraria, con el agua cubriéndoles hasta la cintura, y sin esperar a estar secos comenzaron a vestirse. Sasuke vio la expresión de orgullo inundar la cara de Naruto cuando se colocó el protector en la frente.

 

─Ahora soy un gran gennin. ─Levantó presumido la cabeza─. Pronto te alcanzaré, Sasuke ─aseguró con una amplia sonrisa.

 

Sasuke asintió en un suave movimiento de cabeza, sabiendo que todavía le faltaba mucho a Naruto para eso. Pero de todas formas se sentía orgulloso de su atolondrado novio. Naruto se dirigía lento pero seguro a su meta, y sabía que con su determinación lo acabaría logrando antes o después.

 

─Lo que digas, dobe. ─Le ayudó a acomodarse el pantalón, ya que al estar mojado se le complicaba un poco─. Enhorabuena ─le susurró.

 

Naruto respondió con un fugaz beso de agradecimiento antes de alejarse para colocarse las sandalias. Sonrió nostálgico, recordando cómo durante años consideró al calzado su peor enemigo; incluso al principio de usarlas caminaba como un pato. Pero ahora que se había acostumbrado totalmente, podía decir que usar calzado era muy cómodo, y protegía sus sensibles pies de humano. No habría soportado vivir el resto de su vida humana con las plantas de los pies lastimadas.

 

─Para celebrar mi nuevo rango podrías invitarme a comer ramen en Ichiraku ─comentó cuando estuvo listo.

 

No supo por qué, pero la mención del ramen le hizo a Sasuke acordarse de Jiraiya, y por ende eso le hizo recordar otra cosa. Llevó una mano a su bolso trasero, sacando un libro.

 

─Eso me recuerda… ─Le mostró el libro a Naruto─. ¿Podrías explicarme qué significa esto?

 

Al notar el repentino tono serio, Naruto no tardó en mirarle, tomando el libro que Sasuke le extendía. Sonrió al ver el nombre de Jiraiya en la portada, y justo arriba el título del libro: Kitsune no kokoro. En el centro había una ilustración de una mujer kitsune, vistiendo una yukata, que parecía adentrarse en un frondoso bosque. Sonrió ampliamente al entenderlo.

 

─¡Woah! ¡Es la novela de Ero sennin! ─celebró. Pensó que jamás la publicaría, ya que el hombre nunca parecía estar satisfecho con ella y cambiaba cosas casi constantemente─. Esa que está basada en ti y en… mí ─musitó la última palabra al ver la agria expresión adornando la cara de Sasuke─. ¿Qué? ─balbuceó.

─Lo sabía ─musitó Sasuke, sintiendo un molesto tic sacudir una de sus cejas.

 

Mientras estuvo en su misión de rango S, como siempre descubría a Kakashi leyendo uno de sus tantos libros en sus momentos libres. Pero lo extraño era que a veces, mientras leía, Kakashi le miraba y trataba de sofocar una risita tras el libro. Al principio trató de no darle importancia y simplemente lo achacó a que Kakashi era idiota, pero después aquello empezó a mosquearle.

 

Hasta que un día Kakashi sin más dijo que le regalaba el libro que acababa de leer. Le aconsejó de forma insistente que lo leyera, que encontraría muchas sorpresas en su interior. Al principio fue un poco reacio a leerlo, pero el título y el resumen que hablaba sobre una mujer kitsune y un humano viviendo un romance prohibido le llamó la atención debido a su experiencia con Naruto. No tuvo que avanzar mucho en la lectura para encontrar las “sorpresas” que le comentó Kakashi. Para empezar, la descripción de la mujer kitsune era exactamente igual al oiroke no jutsu de Naruto, incluso tenía las tres marcas en las mejillas. En cuanto al humano, era sumamente parecido a él, sólo que tenía unos años más y otros ligeros detalles sin importancia que los diferenciaban. Por un momento temió que los protagonistas se llamaran Sasuke y Naruko, pero por suerte no fue así.

 

Su irritación crecía conforme leía acontecimientos que le ocurrieron con Naruto plasmados en ese libro. Algunos en un orden diferente a como ocurrieron en realidad. Como por ejemplo, cuando la mujer kitsune y el humano van a tener relaciones por primera vez, casualmente el encuentro es en el jardín interior de la casa del humano y al final resultó ser todo un fracaso, con la mujer kitsune furibunda. Y “casualmente”, el humano también le hizo algo imperdonable a la kitsune después de que estos tuvieran una relación estable, lo que les ocasionó romper y alejarse durante un largo tiempo.

 

Después, casi llegando al final la mujer kitsune está a punto de morir pero es salvada por el humano, y más adelante, tras algunos acontecimientos la kitsune decide dar una oportunidad al humano gracias al hermano de éste. Para rematar, el libro contenía una gran carga erótica.

 

¿Casualidad? Miró a Naruto. Era obvio que no. Ese rubio bocazas tenía que ver en la creación de ese libro.

 

─¿Eres consciente de que la mayor parte de nuestra relación y nuestra vida privada está plasmada aquí? ¡Cualquiera puede leerlo!

─Bueno, cualquiera no. En la esquina pone en letra pequeña que no es apto para menores de edad, ¿lo ves? ─Se lo mostró, pero Sasuke le arrebató el libro y se lo guardó.

─Dobe ─susurró ceñudo─. ¿Por qué se lo contaste a Jiraiya?

─Él me dijo que quería escribir un libro así, y me preguntaba sobre ti y sobre mí, yo sólo le ayudé ─respondió escueto, excusándose─. Además, me prometió ramen si le ayudaba.

 

Sasuke chasqueó la lengua. Condenado punto débil de Naruto. Pero ya no tenía sentido enojarse con él, retorcerle la lengua para que no ventilara más detalles íntimos, y cortarle las manos a Jiraiya para que no escribiera más sobre ellos; el libro ya estaba publicado, y según había dicho Kakashi, estaba teniendo varias ventas y de momento no le iba nada mal.

 

─¿Cuándo perderás esa costumbre de hablar sobre lo que no debes?

─¡No molestes, teme! He perdido varias costumbres desde que te conocí.

─Dime tres ─ordenó mirándole fijamente, con seriedad.

─Uno, he dejado de comer con las manos. Dos, uso calzado. Tres, ya no me paseo desnudo por la casa ─enumeró con una mano.

 

Sasuke asintió, teniendo que darle la razón. En el fondo lamentaba ligeramente que Naruto hubiera perdido esa costumbre suya de pasearse desnudo después de bañarse; pero sólo ligeramente, ya que ahora podía verle desnudo cada vez que se le antojaba así que en realidad no había problema.

 

Soltó un suave suspiro, confiando que con el tiempo Naruto perdería esa odiosa costumbre.

 

─Bien, tienes razón ─concedió.

─Y podría decir más…

─No es necesario ─interrumpió.

 

Echando una mirada al pasado, Naruto había cambiado bastante, y no sólo físicamente. Ya no quedaba mucho de aquella inocencia que le caracterizó alguna vez, sólo se mostraba en casos puntuales. No es que fuera el chico más despierto del mundo ahora, pero al menos ya no estaba en el extremo de la inocencia.

 

─Bien, entonces ven conmigo, Sasuke. ─Con confianza le agarró de la mano, llevándole con él.

 

Por la dirección que llevaban, Sasuke sospechaba a dónde se dirigían, pero aun así preguntó.

 

─¿A dónde vamos?

─A ver a mis padres. ─Sonrió─. Desde que soy humano he ido muy pocas veces a visitarles, tal vez dos veces. ─Recordaba que Minato y Kushina le dijeron que no era necesario que les visitara cada día, y lo había cumplido demasiado bien, se sentía un mal hijo.

 

En silencio Sasuke se dejó guiar al rincón secreto de Naruto, o quizá sería mejor decir no tan secreto, porque Sai y Sakura también conocían ese lugar. Los árboles de cerezo les recibieron nada más llegar al pequeño llano, y sólo entonces Naruto le soltó y corrió al lugar donde sus padres yacían.

 

─Papá, mamá, ¡cuánto tiempo! ─Posó las manos sobre el árbol de cerezo y las deslizó sobre los nombres de sus padres tallados en la madera─. Desde que Inari Kami-sama me hizo regresar apenas he venido por aquí. Lo siento. ─Mostró una ligera sonrisa de disculpa─. Hoy he venido con Sasuke ─explicó, estando seguro de que sus padres podían verles. Al mirar a Sasuke, percibió que éste estaba a su lado, observando algo bastante concentrado─. ¿Qué miras?

 

Siguiendo la mirada de Sasuke, sus ojos recayeron en el tronco del árbol de al lado, donde estaba tallado “Uzumaki Naruto” y justo debajo “10-10-2010”.

 

─Sólo recordaba ─casi susurró el otro en respuesta.

 

Desde que Naruto había regresado como humano Sasuke no había vuelto a ir allí, y ver aquel simple tallado en la madera le hacía recordar la amarga etapa que vivió hasta que Naruto regresó. Inevitablemente se preguntó cómo sería ahora su vida si Naruto nunca hubiese vuelto. Pero en el fondo deseaba no conocer la respuesta al sospechar que no sería algo muy grato.

 

─¿Recuerdas cuando estuve muerto? ─preguntó franco, sin rastro de burla.

 

Sasuke asintió en un sutil movimiento de cabeza al sospechar que estaba siendo algo obvio.

 

─Ya ha pasado un tiempo de eso. ─Sonrió, pensando en desviar la conversación para eliminar esa expresión en el otro─. Pronto será mi cumpleaños, y quiero que me regales…

─Todavía falta un mes y medio ─interrumpió neutro, sin apartar la mirada.

─Teme… ─le llamó, tomándole del hombro para que le mirara─. ¿Podrías dejar de mirar eso? Estoy aquí.

 

El otro asintió dándole la razón. Aquella dolorosa etapa ya estaba en el pasado. Pero a veces parecía un sueño que Naruto hubiese regresado. Él, que siempre fue escéptico y no creía en nada que no pudiera ver, había conocido a los míticos kitsunes, y Naruto había vuelto a la vida como humano. Simplemente parecía imposible, pero no lo era.

 

Una tenue sonrisa curvó sus comisuras cuando Naruto le abrazó para unir sus labios en un suave beso. Naruto tenía razón, era absurdo lamentarse cuando le tenía a su lado. Le estrechó en un abrazo que no duró demasiado porque Naruto se alejó.

 

─Sasuke, dame “ese” kunai.

 

Al comprenderle Sasuke hurgó en su bolso trasero, sacando un kunai con una cinta roja atada al mango y un cascabel en el extremo, entregándoselo a Naruto que lo blandió en actitud juguetona. Justo antes de partir a su misión de rango S, Naruto había vuelto a regalarle un “kunai especial” para sustituir el que perdió en la muerte de Katou Kenta.

 

Naruto se arrodilló frente al árbol en el que estaba escrito su nombre y empezó a tallar en la madera.

 

─Siempre he querido hacer esto ─confesó con una risita, sin dejar lo que hacía.

 

Cuando lo que tallaba Naruto empezaba a tomar forma minutos después, Sasuke entendió lo que Naruto hacía. Había tallado “Uchiha Sasuke” a la izquierda de su nombre, y justo en medio un “paraguas” representado como una flecha señalando hacia arriba. El “paraguas del amor”.

 

─Recuerdo que una vez me dijiste que esto significa que las dos personas escritas aquí están enamoradas. ─Miró a Sasuke con una amplia sonrisa, y justo entonces descubrió a éste apartar la cara en actitud disimulada. Pero ahora Sasuke no podía engañarle tan fácilmente como antes, porque había notado el sutil rubor en sus mejillas─. ¿Mejor así? De esta forma no te recordará que estuve muerto. ─Clavó el kunai en la madera, haciendo tintinear el cascabel.

─Supongo ─musitó, tomando el kunai y guardándolo.

 

Naruto asintió satisfecho y volvió la mirada al nombre de sus padres. Minato y Kushina no tenían que preocuparse más por él, había perdonado y el rencor estaba en el pasado. Ahora sólo le quedaba vivir el resto de su vida junto a Sasuke. Inmediatamente una cálida brisa le meció los cabellos, recordándole a la forma en que Minato solía revolverle el cabello.

 

Tras despedirse de sus padres, se dirigieron a Konoha. Al pasar frente al templo de Inari Kami-sama, Naruto se detuvo, observando la construcción como si nunca la hubiera visto. Al notar eso, Sasuke regresó sobre sus pasos.

 

─¿Ocurre algo?

─En realidad no, sólo pensaba.

 

Sasuke miró la construcción, en especial las estatuas de kitsune, recordando cuando Naruto era una de esas criaturas. Después le miró a él.

 

─¿Extrañas ser un kitsune?

 

Naruto parpadeó al recordar que no era la primera vez que escuchaba esa pregunta. De hecho la última vez que le preguntaron eso fue Iruka sensei, el día que fue a buscar información sobre qué debía hacer para tener relaciones la primera vez de forma que no le doliera tanto. Aunque con el tiempo descubrió que no sólo la primera vez era dolorosa.

 

Sonrió ligeramente al recordar la patosa primera vez de ambos. Ahora que tenía más experiencia podía verlo. Ciertamente Iruka tuvo razón, el momento fue mágico y patoso. Pero Sasuke y él se habían aventurado sin miedo en ese mundo, descubriendo cosas fantásticas y totalmente inesperadas, al menos para él. Incluso Sasuke le había permitido en un par de ocasiones invertir posiciones y había sido, simplemente, ¡maravilloso! No veía el momento en que Sasuke cediera de nuevo. Él siempre pensó que masturbarse era lo más maravilloso que podía existir, pero estaba bien equivocado.

 

─¿Mi pregunta te parece graciosa, dobe? ─cuestionó con seriedad al verle una boba sonrisa en los labios.

─¿Eh? No ─balbuceó saliendo abruptamente de sus memorias─. Sólo recordaba, teme.

─Te he hecho una pregunta ─insistió al no obtener una respuesta.

─Ah, sobre eso… No, no lo extraño demasiado. ─Cada día que transcurría esa necesidad de volver a ser kitsune menguaba.

─¿No demasiado? ─reiteró.

─No tienes que preocuparte, teme. ─Le dedicó una tenue sonrisa─. Si Inari Kami-sama me diera la oportunidad de volver a ser kitsune y regresar al bosque, no la tomaría. Quiero estar contigo. ─Tras decir aquello su sonrisa se amplió.

 

En respuesta Sasuke sonrió como pocas veces hacía. No era una sonrisa tan grande como la de Naruto, más bien una pequeña que expresaba perfectamente su repentina alegría y alivio. Naruto era completamente feliz a su lado, ya no se sentía solo estando en Konoha, ¿qué más podía desear? Al llegar a Konoha le invitaría a comer ramen en Ichiraku, y quizá esta noche le concedería a Naruto invertir posiciones en la cama.

 

─¿Quién dice que estoy preocupado, dobe? Sólo era curiosidad ─se excusó retomando el camino.

 

Naruto estuvo tentado a salir corriendo detrás de Sasuke, pero permaneció allí unos segundos más, observando el templo como si deseara ver al mismísimo Inari Kami-sama. Segundos después se inclinó en una marcada reverencia.

 

─Gracias por volverme humano, Inari Kami-sama. Ahora entiendo que no lo hiciste para castigarme, en realidad tú querías ayudarme. ─Se enderezó, mostrando una gran sonrisa y los ojos brillantes de alegría─. Prometo traer una ofrenda de agradecimiento, y Naruto no se la comerá.

─¡Yip!

 

Como si le hubiera invocado, el zorro Naruto estaba tras él, sentado y barriendo la hierba con sus movimientos de cola. Volvió la mirada al templo cuando juró escuchar como un eco en su mente la voz de Inari Kami-sama riendo ligeramente, pero sólo duró unos segundos.

 

─¿Inari Kami-sama? ─preguntó buscándolo con la mirada, pero no vio a nadie.

─Naruto, ¿qué haces todavía ahí parado? ¡Vamos! ─le llamó Sasuke bastante alejado.

─¡Sí! ─respondió. Antes de marcharse hizo una nueva reverencia─. ¡Gracias! ─insistió antes de marcharse corriendo─. ¡Teme, espérame!

 

El zorro Naruto emitió un ladrido al verle alejarse, y entonces alzó las orejas y miró a su derecha. De la nada ahí había un hombre de largos cabellos pelirrojos que emitía un aura especial, riendo ligeramente mientras observaba a Naruto correr detrás de Sasuke, perdiéndose ambos entre los árboles.

 

─Finalmente puedo ver que esa oscuridad en su corazón ya no está. ─Miró al zorro sentado a su lado que le observaba atentamente─. Sabía que sería buena idea enviarle de nuevo aquí, de haber permanecido en el cielo esa oscuridad en su corazón nunca habría desaparecido. Y por otro lado estaba ese humano, ese chico habría cometido una locura de no haber traído a mi antiguo sirviente de regreso.

─¡Yip!

─Así es, ese humano, Uchiha Sasuke. ─Asintió─. Él quería a mi antiguo sirviente de vuelta en la tierra a cualquier precio. ─Sonrió─. Y al parecer Naruto ha entendido por fin que cuando le envié aquí, lo último que quería era castigarle. ─Asintió una vez más cuando el zorro a su lado hizo unos suaves ruidos parecidos a gruñidos─. Sí, sólo quería ayudarle. No soy tan malvado como Naruto creía. ─Caminó hacia el templo con lentitud, desapareciendo gradualmente conforme se acercaba─. Mi trabajo aquí ha terminado ─La puerta del templo se abrió sola cuando el hombre se desvaneció─, ahora te encargo a Naruto a ti, Naruto. ─Y a continuación la puerta se cerró sola.

 

El zorro Naruto inclinó ligeramente la cabeza hacia donde hace segundos estuvo su Dios, y al instante corrió con aire juguetón en busca de su querido amigo Naruto, ondeando la cola. Le molestaría un poco quitándole la atención del humano Sasuke.

 

Sería divertido.

 

FIN. 

Notas finales:

¡Gracias y más gracias por los reviews, alertas y favoritos recibidos a lo largo de esta historia!

 

¡Por fin! (después de 370 págs. de Word) *lanza confeti* Creía que este momento nunca llegaría :’) *llorando de alegría* Sonaré dramática, pero siento como si una etapa de mi vida hubiera terminado con esta historia, pero a la vez estoy muy aliviada (aunque también siento que extrañaré escribir sobre este Naruto kitsune). Me pregunto si Kishimoto se sentirá así cuando termine el manga, que no le queda mucho, por cierto :’D

 

A pesar de las dificultades, el final ha llegado. No tuve mucha suerte a lo largo de la publicación de esta historia. Como muchos recordareis, primero perdí toda la historia (junto con otros fics) cuando mi pendrive se rompió, y tuve que reescribir todo. Gracias a los ánimos recibidos me levanté y continué :) El trabajo tampoco me dejaba mucho tiempo. Y hace unos meses me plagiaron esta segunda parte, motivo por el que de nuevo quise tirar la toalla, pero una vez más los ánimos y el apoyo me ayudaron a levantarme y continuar.

 

Por esto, quiero daros las gracias a todos, sin vosotros este último capítulo no estaría aquí :’) Gracias a quienes me dieron su opinión y apoyo en forma de comentario, fue gratificante saber lo que esta historia causaba en quienes la leían. También por los dibujos que me hicieron. Puedo decir que finalizo este fic bastante satisfecha, nunca creí que esta historia tendría la aceptación que tuvo, fue muy inesperado. Para mí simplemente era un fic más de kitsunes, y como sabréis quienes leéis mis notas, ni pensaba publicarlo (motivo por el que no inserté los dattebayo y ‘ttebayo de Naruto)

 

¡De nuevo gracias, mil gracias a todos! :D Tengo todos vuestros reviews y dibujos guardados como un tesoro.

 

Nos veremos de nuevo, tal vez, si decido continuar escribiendo ;)

 

Y un último ¿Sabías que…?

Si has llegado hasta aquí, que sepas que has leído en total 999 páginas de Word, fuente Verdana, tamaño 10 LOL! Este fanfic comenzó a publicarse el 5 de julio de 2010, y terminó el 11 de agosto de 2014 :) El 2012 me lo tomé de año sabático :S

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos!


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).