NARUTO NO KOKORO:
Takaita Hiwatari
Capítulo 4: “El agradecimiento a Inari Kami-sama”:
En su hogar, mientras estaba en la cocina preparando la comida, Itachi miraba a su hermano de pie junto a él. Sasuke pasaba el peso de su cuerpo de un pie a otro, soltando algún soplido que delataba su nerviosismo. Y es que hacía media hora que su tonto hermano menor llegó a casa preguntando si Naruto estaba allí, y al darle una respuesta negativa, éste se comenzó a mostrar inquieto, preguntándose dónde podría estar el rubio y diciéndole que iba a buscarlo. Pero él le detuvo, respondiéndole que Naruto necesitaba su espacio y un momento de soledad para meditar las cosas, a lo que su hermano aceptó a regañadientes.
Miró el contenido de la sartén, y sonrió internamente.
─Comida para tres ─comentó en voz alta.
─¿Qué? ─susurró, siendo sacado de sus pensamientos.
─Hacía tiempo que no preparaba comida para tres. Volver a hacerlo es extraño, parece como si todo esto fuese un sueño, o un genjutsu.
Sasuke asintió en silencio. Todo fue demasiado repentino. Había pasado de estar sumido en la oscuridad, proponiéndose con poca firmeza olvidar de una vez a Naruto y su loco plan de volverlo a la vida, a tenerle a su lado convertido en un humano que físicamente aparentaba su misma edad.
En cualquier caso, si todo eso se trataba de un sueño o un genjutsu, quería seguir ahí por toda la eternidad.
─¿Dónde podrá estar? ─preguntó tras un breve silencio.
─Calma, Sasuke. Seguro que regresa pronto, es hora de comer ─respondió sirviendo la comida en los platos. ─Si cada vez que Naruto se aleje un poco de nosotros, tú vas tras él, tal y como está la situación lo harás sentir asfixiado y se alejará doblemente de nosotros. Actúa con naturalidad, tal y como lo harías si Naruto nunca hubiese muerto.
Pero él no podía hacer caso a las palabras de su hermano sabiendo que lo que más le gustaría a Naruto es estar lejos de ellos y esa casa que durante un tiempo fue su hogar. Quizá en ese momento ellos estaban allí intentando conservar la calma mientras que Naruto podría estar a kilómetros de Konoha. No, no podía estar tranquilo.
─Si en media hora no ha vuelto, saldré a buscarle.
Itachi, fingiendo que no le escuchó, le pasó un par de platos humeantes de comida.
─Lleva esto a la mesa, ¿quieres?
Fueron a la sala y dejaron sobre la mesa varios cuencos, dos vasos de agua y uno de té para Itachi, palillos y cucharas. Justo entonces escucharon la puerta de entrada abrirse y cerrarse, seguido de unas suaves pisadas que se acercaban. Sasuke miró de forma discreta la entrada a la sala, pareciéndole eterno el momento en que Naruto fuera a ingresar allí. Porque, ¿quién si no entraría en casa con esa confianza?
Por su parte, Uzumaki estaba a unos pasos de entrar en la sala, aspirando el rico olor a comida recién hecha. Aunque no podía percibir los olores con la intensidad de antes. Continuó su camino, y al entrar vio a Itachi tomando asiento en el suelo frente a la mesa.
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