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Naruto no kokoro por Takaita Hiwatari

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NARUTO NO KOKORO:

 

Takaita Hiwatari

 

Capítulo 2: “El inicio de la venganza”:

 

A la hora de cenar Naruto no quiso salir de la habitación a pesar de que su estómago rugía ansioso por comida. Los hermanos Uchiha no le obligaron a cenar con ellos, simplemente Itachi ingresó con un tazón humeante de ramen y se lo entregó. Le pidió que por favor se lo comiera, y antes de salir le dijo que su tonto hermano menor lo había cocinado expresamente para él.

 

Una vez solo, los ojos azules miraron el ramen y se preguntó si Sasuke se había tomado la molestia de preparárselo porque quería obtener algo de él en un futuro cercano. Seguro que sí. Sasuke era tan obvio… De nuevo le necesitaba para algo. ¿Proteger Konoha? ¿Qué otra cosa podría ser si no?

 

Tomó los palillos que descansaban sobre el tazón y removió suavemente la comida, sintiendo cómo de pronto su apetito estaba desapareciendo entre tantos pensamientos negativos.

 

Los humanos eran crueles y retorcidos. Todos sin excepción. Eran unos malditos hipócritas. Maldecía el momento en que se dio cuenta de que estaba estúpidamente enamorado de un humano. De Uchiha Sasuke. ¡Naruto tonto! ¡Idiota! Detestaba que en ese momento su corazón estuviera palpitando emocionado por el simple hecho de estar sentado en la cama del pelinegro, por vestir su ropa, por estar en su habitación, por saber que el ramen lo preparó expresamente para él.

 

Su cabeza y su corazón estaban divididos. Su mente sólo le gritaba que odiara a Sasuke y que se vengara de él, pero después su corazón dolía, totalmente en desacuerdo con esos pensamientos.

 

.:NARUTO no KOKORO SasukexNaruto NARUTO no KOKORO:.

 

Más tarde, cuando Sasuke ingresó en su habitación dispuesto a dormir y pasar un tiempo junto al rubio, la tenue sonrisa que amenazaba con formarse en sus labios se esfumó al ver el cuarto vacío. Abrió el armario, descubriendo que el cobertor tampoco estaba. Al ver el tazón vacío sobre la mesita se alivió ligeramente al pensar que al menos había comido. ¿Pero dónde demonios estaba? Se encaminó a la ventana y la abrió, descubriendo sólo a uno de sus clones. Éste al verle no tardó en hablarle.

 

─Todo está tranquilo. El otro clon está vigilando la puerta por si intenta escapar por ahí mientras Itachi y tú estáis durmiendo ─informó.

─¿No ha intentado escapar? ─quiso asegurarse.

─No desde aquella vez que lo intentó cuando Sakura estaba aquí. Después de eso ni siquiera se ha asomado a la ventana.

─De acuerdo ─fue todo lo que respondió.

 

Cerró la ventana y en seguida pensó que quizá estaba en el baño. Se encaminó hacia allí, pero la puerta estaba abierta y la luz apagada. Con creciente preocupación buscó por el resto de la casa, hasta que lo encontró en la que fue la habitación de sus padres. No había deshecho la cama, el rubio simplemente se había recostado ahí y se había arropado con el cobertor sin quitarse la ropa. Le daba la espalda, así que sigiloso caminó unos pasos acercándose confiado. Por eso se sorprendió cuando con rapidez Naruto se sentó y lanzó un kunai hacia su cara. Gracias a sus reflejos lo esquivó por poco.

 

─Tranquilo, soy yo ─habló con voz serena, como si el ataque anterior nunca hubiera ocurrido.

 

Sin embargo Naruto frunció más el entrecejo, en especial al ver que tomaba el arma clavada en la pared.

 

─Por eso mismo.

 

Sasuke suspiró con paciencia y caminó otros pasos, deteniéndose nuevamente cuando Naruto sacó un shuriken de bajo la almohada y le apuntó con intención de lanzárselo en cualquier momento. ¿Cuántas armas ocultaba bajo la almohada?

 

─Sólo quiero hablar. No es necesario que estés a la defensiva.

─¿Desde cuándo a ti te gusta hablar? ─cuestionó arisco.

 

Naruto había podido detectar a Sasuke gracias a la ligera luz que bañó la habitación cuando éste abrió la puerta. Y sin pensarlo atacó, sin importar cuál de los hermanos fuera. Era frustrante no poder percibir las cosas mediante el oído y el olfato.

 

─Puedes dormir en mi habitación ─ofreció el pelinegro, ignorando la pregunta.

─No ─respondió cortante. Y al ver que el otro avanzaba hacia él no dudó en lanzarle la estrella ninja. ─No te quiero cerca de mí. ¡Déjame en paz!

 

Uchiha bloqueó el ataque ayudándose con el kunai que sostenía en la mano. Miró fijamente los ojos azules, notando en ellos un brillo de enojo entre la tenue iluminación del cuarto. Naruto ya se había negado, así que lo mejor sería no insistir más aunque en el fondo deseara hacerlo. Si no, el rubio podría intentar escapar nuevamente para no tenerle cerca, y al menos ahora estaba tranquilo en la cama de sus padres hasta que él llegó.

 

Retrocedió un paso con lentitud y después otro, bajando el kunai.

 

─De acuerdo, me iré ─avisó mientras caminaba a la salida. ─Que descanses ─susurró antes de cerrar la puerta.

─Como si pudiera hacerlo ─masculló volviendo a recostarse, pero no tenía nada de sueño.

 

Sería una larga noche. Ahora que meditaba, había visto vendaba la frente de Sasuke desde que despertó, y otra porción de venda se apreciaba por el cuello de la camiseta, delatando un hombro vendado. ¿Sería por la pelea que tuvieron ayer? No, no… Habían pasado dos años. O a lo mejor sí era de su pelea. ¿A los humanos les duraban años las heridas?

 

Fuera como fuera, no le importaba en absoluto.

 

.:NARUTO no KOKORO SasukexNaruto NARUTO no KOKORO:.

 

A la mañana siguiente, los tres terminaban de desayunar en la cocina envueltos en un pesado silencio. Naruto actuaba como si estuviera solo. Si algo le hacía falta, él mismo lo tomaba gracias a que sabía dónde estaba todo en la casa. No había cambiado nada en esos dos años.

 

Itachi y Sasuke compartían breves miradas, ambos queriendo actuar con normalidad con Uzumaki pero sabiendo que sería complicado por el rechazo de éste.

 

─Naruto-kun ─Itachi fue el primero que se animó a hablar con el esquivo rubio que en ese momento se llenaba el vaso de leche por segunda vez con una seria expresión. ─Deberías ir a ver a Tsunade-sama para informarle de tu regreso.

─No tengo ganas. Además, ¿por qué debería ir? ─cuestionó con un tono de voz que demostraba aburrimiento.

─Porque vas a vivir aquí, pero sobre todo porque eres importante para ella.

 

El rubio se bebió el vaso de leche en largos y sonoros tragos. Después se retiró un gracioso bigote de leche con el dorso de la otra mano y enfocó los ojos negros seriamente.

 

─¿Importante? ─reiteró con un estudiado sarcasmo. ─¡Oh, ya! El arma para proteger Konoha ─asintió como si se hubiese dado cuenta de algo importante, y se puso de pie. ─Claro, debería ir y decirle que no espere nada de mí porque ahora soy un simple humano.

 

Por primera vez en la mañana, Sasuke intervino, aunque no había querido hacerlo porque sabía que probablemente terminaría discutiendo con Uzumaki.

 

─Naruto, no es eso lo que Itachi ha querido decir, y lo sabes.

─Volveré después ─habló como si no hubiese escuchado al pelinegro antes de salir de la cocina.

 

De inmediato Sasuke se puso de pie.

 

─Voy con él, Itachi.

─Sé prudente, Sasuke. Pero sobre todo… ─hizo una breve pausa para dar un calmado sorbo a su té. ─sé paciente con él. Me temo que tienes un largo camino por delante, tonto hermano menor. Todos lo tenemos en realidad.

 

Sasuke asintió, y recordó fugazmente que con anterioridad Itachi le aconsejó ser paciente con Naruto, cuando éste todavía era un kitsune. La paciencia no era una de sus virtudes, pero esta vez se esforzaría, debía ser paciente, pero no por eso se iba a quedar de brazos cruzados.

 

Rápidamente salió de casa, distinguiendo al rubio que caminaba casi al final de la calle. Vestía un pantalón negro largo y una sencilla camiseta blanca de manga corta. Llevaba las manos metidas en los bolsillos del pantalón. Mientras que él vestía el típico uniforme jounnin, pero sin el chaleco. Corrió hasta darle alcance y caminar a su derecha, descubriendo que además Naruto iba con la cabeza bien alta, mirando a los demás con el ceño fruncido, como si fuesen seres inferiores a él.

 

Aquella escena contrastaba totalmente con el pequeño kitsune que temía caminar por el barrio Uchiha.

 

─Deja de seguirme ─ordenó sacando al más alto de sus pensamientos.

─No te sigo, camino contigo ─le corrigió.

 

Una venita palpitante saltó en la frente de Naruto y estuvo por gritarle su repertorio de insultos, pero al final se mordió el labio inferior y prefirió ignorarle. Eso sería lo mejor, ignorarle. Enojarse con ese teme bastardo sería darle importancia.

 

Aceleró ligeramente el paso, caminando erguido y mirando a los ojos a quien osara observarle. Ya no volvería a ser un niño asustado, demostraría valor en todo momento, aunque no lo sintiera. No se dejaría amedrentar por los estúpidos humanos nunca más, mucho menos por los Uchiha, quienes se creían superiores por sus técnicas y sus ojos.

 

Un niño que caminaba de la mano con su madre miró con sorpresa al rubio y le señaló con una animada sonrisa al reconocerle. Esas marcas en las mejillas y unos ojos tan azules no se los había visto a nadie más

 

─¡Naruto-kun!

 

El nombrado se detuvo y encaró al pequeño de unos once años. Relajó un poco su expresión. Ese chiquillo parecía ser uno de los que siempre quisieron jugar con él.

 

─¡Cómo has crecido, Naruto-kun! ─exclamó sorprendido. El rubio era apenas unos pocos centímetros más bajito que Sasuke.

 

La mujer parpadeó, recorriendo completamente a Uzumaki con una mirada sorprendida. ¿Ese era el pequeño rubio que hacía años siempre se mostraba asustado? ¿Ese chico que se rumoreaba que era un kitsune? Pero había algo que no encajaba ahí, Naruto había crecido demasiado y las leyendas contaban que esas criaturas crecían muy despacio. ¿Realmente era un kitsune? Además, ¿dónde había estado el tiempo que estuvo desaparecido? ¿Por qué había regresado ahora?

 

─¿Eres Naruto? ─preguntó ella para cerciorarse.

 

El nombrado la miró a los ojos con intensa seriedad, estremeciéndola.

 

─¿Qué demonios te importa, vieja? Metete en tus asuntos ─masculló antes de continuar caminando como si nada.

 

El pelinegro le dio alcance nuevamente al otro, sintiéndose sorprendido.

 

─Oye, dobe, no tenías que contestarle así ─le reprendió seriamente.

 

Pero otra vez fue ignorado. Resopló de forma sonora. Naruto realmente estaba enojado con el mundo. Veía muy lejano el día en que el rubio pudiera volver a ser confiado y alegre.

 

.:NARUTO no KOKORO SasukexNaruto NARUTO no KOKORO:.

 

En su despacho, Tsunade leía unos informes mientras bebía sake en un ambiente totalmente silencioso. Por eso no pudo evitar dar un salto de sorpresa en su asiento cuando la puerta se abrió con brusquedad y alguien irrumpió con fuertes pasos. Lo peor de todo había sido que sin querer derribó el sake sobre los informes que todavía no había leído. Al instante arrugó profundamente el entrecejo y varias venitas palpitantes aparecieron en su frente. Quien hubiera osado entrar en su despacho de aquella forma tan maleducada, pagaría con sangre.

 

Se puso de pie mientras estrellaba las palmas de las manos contra el escritorio.

 

─Espero que tengas una buena explicación para haber entrado de esa forma en el despacho de…

 

Su voz grave se cortó abruptamente en el momento en que vio a unos pasos de ella a un adolescente rubio que la miraba seriamente. Quedó perpleja en su lugar, sin parpadear. Ese chico… se parecía terriblemente a Naruto, sus ojos azules, las marcas en las mejillas…

 

─¿Quién… eres tú?

 

El rubio la señaló y comenzó a hablar sin molestarse en responder su duda.

 

─Voy a vivir aquí contra mi voluntad, pero no pienso ayudar a Konoha en nada. Ahora soy un vulgar humano, no tengo ningún poder especial, así que ni penséis en volver a utilizarme. ¿Por qué no le dices a ese teme que me deje irme a mi casa? ─dijo todo de un tirón, casi sin detenerse a tomar aire.

 

Entonces la Hokage parpadeó y miró el sake esparcido sobre el escritorio, mojando los informes. Había bebido demasiado. Sí, seguramente estaba tan borracha que se había dormido y ahora estaba soñando con un chico increíblemente parecido a Naruto. Se prometió no volver a beber en horas de trabajo.

 

Entonces Sasuke también entró en el despacho, cerrando tras él y resoplando con disgusto. Todo el camino hasta la torre había sido en absoluto silencio, rodeados de un ambiente tenso. Y cuando estaban por llegar allí, Naruto había salido corriendo como si no soportara un segundo más caminar a su lado.

 

─Sasuke ─le llamó Tsunade bastante impactada todavía. ─Dime que tú también ves a este chico que se parece exageradamente a Naruto.

 

El pelinegro asintió en un escueto movimiento de cabeza.

 

─Es Naruto ─dijo sin más.

 

Al instante la rubia le encaró con repentina furia. ¡Ese no podía ser Naruto! Y si lo era… ¿Sasuke lo había resucitado finalmente? Pero Naruto era un niño, no un adolescente. No, ese no podía ser Naruto.

 

─¿¡Me tomas el pelo!? ─señaló al chico de ojos azules frente a ella. ─Naruto murió. ¿Quién demonios es este chico?

 

Naruto chasqueó la lengua, molesto con el fuerte tono de voz de la mujer. Parecía estar al borde de la histeria.

 

─Inari Kami-sama me ha castigado haciéndome regresar con esta fea apariencia humana ─con desgano hizo una ligera reverencia. ─Él me ordenó disculparme por todos los problemas que ocasioné anteriormente. Lo siento mucho.

 

Tsunade nunca había escuchado una disculpa tan hueca y falta de sincero arrepentimiento. Estudió al chico con la mirada. Había algo raro en él, y no se refería a su apariencia física, sino que había algo en el ambiente que le rodeaba que daba la sensación de tensión. Pero más importante que eso… ¿realmente era Naruto aquel muchacho?

 

─¿Inari Kami-sama…? ─musitó consternada. ─No lo entiendo. ¿Por qué iba a castigarte tu Dios? ¿Y por qué precisamente haciéndote regresar?

─Le he desobedecido en muchas cosas. Y me ha convertido en humano simplemente porque odio a los humanos ─contestó escueto, sin utilizar ese tono alegre al que tenía a todos acostumbrados.

─¿Odias…? ─reiteró, dándose cuenta de que Naruto había hablado en presente.

─Sí, odio.

 

Ella se quedó seria al instante. De pronto tenía la sensación de que se había perdido de mucho. ¿Desde cuándo estaba ahí Naruto? ¿Por qué era adolescente? ¿Por qué odiaba a los humanos? Hasta donde ella sabía, sólo le guardaba rencor a los Uchiha exceptuando a Itachi y Sasuke. ¿Por qué dijo que vivía en Konoha contra su voluntad? Si él antes se veía muy feliz viviendo allí con los hermanos Uchiha. ¿Qué hablaba sobre volver a utilizarle y ayudar a Konoha? Nadie le había utilizado nunca.

 

Bueno, era cierto que al principio de conocerle, Jiraiya hizo un trato con Naruto: entrenamiento y poder a cambio de protección. Pero nadie le obligó a aceptar ese trato así que no le habían utilizado.

 

Pero todo eso no importaba. Ahora mismo sólo quería estrujarle entre sus brazos. Y así lo hizo, se acercó decidida hacia el rubio que se mostró un poco a la defensiva al verla sobrepasar su espacio personal, y lo abrazó fuertemente. Uzumaki soltó una ligera queja ahogada, teniendo la sensación de que sus huesos se iban a partir en cualquier momento ante la fuerza desmedida de aquel abrazo.

 

─No puedo res… pirar ─musitó cabizbajo casi sin voz, sonrojado por la falta de aliento.

 

La Hokage se alejó un paso y le tomó de la barbilla, alzándole el rostro y mirando detenidamente los ojos azules y el bronceado rostro de rasgos más maduros. Naruto arrugó el entrecejo con cierto disgusto, sintiéndose incómodo con la fija mirada sobre él. Estuvo por alejarse protestando cualquier cosa cuando sintió algo tibio haciendo contacto en su frente. Tsunade le había dado un calmado beso en la frente. Aquello le desarmó totalmente, y para su frustración sintió calientes las mejillas.

 

Desvió la mirada con incomodidad al tiempo que ella se apartaba, por eso no vio cómo Tsunade se quitaba un collar del que colgaba una piedra semejante a un cristal verde y alargado para colocárselo a él. Sólo reaccionó una vez que lo tuvo puesto. Sasuke observó aquello sorprendido, ese era el collar que Tsunade regaló en el pasado a su hermano y a Dan. Debía de ser muy importante para ella.

 

Y lo que ella le dijo después les dejó más sorprendidos todavía.

 

─Por favor, no vuelvas a morir.

 

Los ojos azules se abrieron un poco más por la impresión. La voz de Tsunade se había escuchado suplicante y afectuosa. Casi como una madre. Y se sintió tan conmovido por aquella preocupación que algunas lágrimas se formaron en sus ojos. Pero una vocecita en su mente le susurró que aquella preocupación no era sincera, que tras aquellas palabras había un motivo oculto. Quizá fingía preocupación para que él se confiara y así poder utilizarle en un futuro. ¡Ni hablar! No volvería a ser utilizado, y mucho menos por humanos de Konoha.

 

Dio dos rápidos pasos hacia atrás, retrocediendo algo aturdido; sintiendo en su interior una mezcla entre emoción y enojo.

 

─¿Naruto? ─preguntó Tsunade.

─Me voy a casa ─masculló tan rápido que apenas pudieron entenderle.

 

Después todo quedó en silencio tras el portazo que dio el rubio al salir del despacho. Sasuke caminó dispuesto a ir tras él, pero la firme voz de la Hokage le detuvo.

 

─Sasuke, tú no vas a ningún lado ─caminó hasta su asiento tras el escritorio, sentándose. ─Necesito que me expliques todo lo que sabes sobre Naruto. Tengo muchas dudas.

 

Uchiha resopló impaciente por ir tras el otro. Ese momento le recordaba a aquella ocasión donde Tsunade, Jiraiya y Kakashi descubrieron que Naruto en realidad era un kitsune y después le retuvieron allí haciéndole preguntas mientras el sannin y Naruto se iban a comer ramen.

 

Mientras tanto, Uzumaki corría rápidamente hacia la salida de la torre. Estaba por cruzar la puerta cuando chocó con otra persona y ambos cayeron al suelo entre una lluvia de papeles pertenecientes al otro individuo. Gruñó enojado mientras se ponía de pie con agilidad.

 

─¡Oye, idiota, mira por dónde caminas!

─¡Qué chico tan maleducado! ¿Esa es forma de hablarle a un adulto? ─renegó el otro poniéndose también de pie.

 

Y entonces los dos quedaron mudos. Naruto reconoció que era Iruka la persona con quien chocó. Y el adulto quedó estupefacto y emocionado en su lugar al ver a ese chico tan parecido al pequeño Naruto. Pero este muchacho de pequeño no tenía nada. Y además…

 

─¿Quién… eres?

─Soy Naruto ─contestó más relajado, encogiéndose de hombros.

─¿¡Naruto!? ─estuvo tentado a pellizcarse para estar seguro de que aquello no era un sueño. ─No es posible. ¿Pero cómo…?

 

No pudo terminar la pregunta porque el rubio pasó caminando por su lado, dejándole con la pregunta en la boca.

 

─No me apetece explicar lo mismo de nuevo. La vieja Tsunade o Sasuke te lo pueden explicar.

 

Umino miró fijamente cómo el muchacho se alejaba caminando entre la multitud con paso seguro hasta perderse de vista. No podía creer aquello. ¡Tenía que contárselo a Kakashi! No, primero hablaría con la Hokage y después se lo contaría a Kakashi. ¡Oh, sí, y también a Sakura! ¡A Sai! ¡A todos!

 

Se agachó y recogió todo lo rápido que pudo los papeles tirados en el suelo y corrió al despacho de la rubia con una sonrisa en los labios.

 

¿Sería verdad que Naruto había vuelto?

 

.:NARUTO no KOKORO SasukexNaruto NARUTO no KOKORO:.

 

Después de mucho caminar, Naruto se adentró en el bosque y al instante sonrió contento observando todo a su alrededor. Posaba las manos en algunos troncos al caminar, sintiendo el contacto de las ásperas cortezas bajo las palmas. Escuchaba el trinar de los pájaros cercanos, respiraba aire puro, sentía la hierba bajo sus pies descalzos.

 

Y ahora que reparaba en eso. ¿Desde cuándo caminar descalzo por el bosque era tan molesto? Las hierbas un poco secas le pinchaban, si caminaba sobre tierra la sentía caliente gracias a el sol, si pisaba alguna piedra o rama, lágrimas se agolpaban en sus ojos por los pinchazos de dolor. Los pies le estaban doliendo demasiado.

 

Pensó en ir primero a su cueva y después al río, pero finalmente fue primero al río, impaciente por meter sus adoloridos pies en el agua fría.

 

Se sentó en la orilla y se miró la planta del pie derecho, descubriéndola bastante lastimada con algunos arañazos. Realmente dolía. Seguramente su otro pie estaba en iguales condiciones. Se subió el pantalón hasta las rodillas y metió los pies. Dio un respingo al sentir el agua más fría que de costumbre. Se preguntó cómo demonios en el pasado había sido capaz de bañarse ahí desnudo como si el agua estuviese unos grados más caliente.

 

Prefirió no pensar más y se dejó caer hacia atrás en la hierba, observando el cielo fijamente. El cielo… A pesar de no querer pensar más, no pudo evitar preguntarse si sus padres estarían viéndole en ese momento. ¿Le echaban de menos tanto como él les extrañaba? Levantó un brazo, esperando ilusamente que alguno de sus padres estirara un brazo hacia él desde el cielo y le llevaran con ellos. Suspirando resignado, volvió a dejar caer el brazo sobre la hierba cuando nada ocurrió.

 

El ruido de unos arbustos agitándose tras él le hicieron sentirse un poco inquieto. ¿Sería Sasuke que le había encontrado? Por pura costumbre olfateó el aire, no percibiendo absolutamente nada. Optó por quedarse totalmente quieto, así no llamaría la atención de quien fuera que estuviera allí. Escuchó unos suaves pasos a su izquierda, y al girar la cabeza hacia allí, descubrió aliviado que no se trataba de una persona sino de un zorrito que había ido a beber agua.

 

Se incorporó rápidamente, quedando sentado y sonriendo ampliamente.

 

─¡Naruto, eres tú!

 

El cachorro de zorro dio un salto asustado y se encogió en su lugar mientras dejaba escapar una especie de ladrido.

 

─¿Qué pasa? ─preguntó confundido por su reacción. El cachorro parecía querer atacarle en cualquier momento, manteniéndose en una pose defensiva con la cola entre las patas y las orejas agachadas. ─Soy yo, soy Naruto. ¿No me reconoces?

 

En apenas unos segundos un zorro adulto fue en busca del cachorro y lo tomó del pelaje de la parte trasera del cuello, alzándolo y dispuesto a llevárselo.

 

─¡Woah! ¡Eres el padre de Naruto! ─exclamó contento. ─¡Encantado de conocerte!

 

El zorro recién llegado le gruñó al rubio en actitud amenazante a pesar de llevar a su cría con la boca, pero segundos después se calmó de pronto y soltó a su cachorro que huyó de allí despavorido.

 

Uzumaki sintió extraño que su amigo Naruto huyera de ahí y el padre de éste permaneciera observándole fijamente. Extendió despacio una mano hacia él a modo de saludo.

 

─Tranquilo, yo no cazo zorros. Soy un amigo de tu hijo Naruto. Yo le puse ese nombre, jeh… ¿A que es genial?

 

Y entonces el zorro adulto se acercó a él y lamió la mano que Naruto le extendía, soltando algún que otro ruidito y agitando brevemente la cola como si de un perro se tratara. Naruto sonrió más, pensando que aquel animal era simpático. El zorro no dejaba de lamerle y restregar su cara contra él mientras emitía esos suaves ruiditos, como si quisiera decirle algo. Entonces Uzumaki se dio cuenta de que no podía entender qué le estaba diciendo aquel animal, y se sintió frustrado y un poco entristecido.

 

─Lo siento, pero no sé qué tratas de decirme. Yo antes era un kitsune, ¿sabes? Y podía entender a los zorros y a los humanos. Pero ahora… soy un humano y sólo puedo entenderles a ellos.

 

Tras escuchar eso, el animal pareció darse por vencido y se sentó muy cerca de Naruto, sin dejar de mirarle y olfatearle con insistencia.

 

─No deberías de ser tan sociable con los humanos, son malvados. Aunque bueno, yo ahora soy humano, ¡pero soy diferente! Yo no soy así. ¡Oh, sí!, y sobre todo no te acerques a los Uchiha, ¡en especial a ese Sasuke teme! ─pataleó con energía dentro del agua por el enojo, salpicándose un poco. ─¿Sabes lo que me hizo ese bastardo? ¡Me utilizó! Yo creí que éramos amigos, y él me gustaba, pero…

 

El zorro ladeó ligeramente la cabeza, escuchándole atento. De pronto irguió sus peludas orejas al captar un ruido que se acercaba y el aroma de otra persona. Sintiéndose amenazado huyó de allí colándose por los arbustos para buscar a su cría mientras Naruto sin darse cuenta de aquello seguía hablando solo mientras observaba el agua.

 

─Y ahora va y me dice que me mintió y lo hizo para protegerme. ¡Pero qué mentiroso! ─seguía protestando sin notar la ausencia del animal y el peligro que se acercaba.

 

Caminando sigiloso, un hombre algo corpulento se acercaba al rubio empuñando un kunai en alto. Ese era el muchacho que había estado buscando y por fin lo había encontrado, más pronto de lo que esperaba. Bien oculto entre los árboles, había escuchado la conversación que había mantenido con el zorro, escuchándole decir que su nombre es Naruto. Además la descripción encajaba a la perfección, chico rubio de ojos azules, piel bronceada y extrañas marcas en las mejillas. Por un momento dudó entre darle una muerte rápida o torturarle hasta que el rubio le suplicara que lo matara. Podría preguntarle primero si él era Uzumaki Naruto, y tras asegurarse darle muerte y beber la sangre de ese kitsune.

 

─¡Odio Konoha! ¡Odio a los Uchiha! ¡Y odio a ese mentiroso Sasuke teme! ─continuó renegando.

 

Y sin saberlo esas palabras le salvaron la vida. Ya que el otro detuvo su brazo cuando estaba por cortarle el cuello con el kunai, interesado con lo escuchado.

 

El de ojos azules suspiró tras haberse desahogado y entonces notó que el padre de su amigo Naruto no estaba. Una extraña sombra le estaba tapando la luz del sol también. Miró a su alrededor, buscando al zorro.

 

─¿Padre de Naruto? ─le llamó, pero ni rastro del animal. Tampoco podía olfatear para saber si estaba cerca.

 

Entonces notó una silueta tras él. Al girar vio a un desconocido muy cerca de él que en ese momento se llevaba las manos a la espalda y le dedicaba una extraña sonrisa. Era un joven adulto aunque algo corpulento y casi tan grande como Kakashi, de cabello lacio castaño claro y largo hasta los pectorales. Piel blanca, y sus ojos eran rasgados y negros. Vestía ropas tan sencillas como las que él llevaba y ningún protector a la vista.

 

─¿Quién eres? ─preguntó desconfiado.

─Pasaba por aquí y no he podido evitar escuchar todo lo que decías ─dijo sin responder a la pregunta, componiendo el tono más amable que encontró. ─¿Por casualidad hablabas de Uchiha Sasuke?

─Sí. ¿Por qué lo preguntas? ¿También eres un Uchiha? ─cuestionó tras ver sus rasgos.

─Por suerte no. Pero te he escuchado decir que le odias y no eres el único. Yo también le odio ─confesó con total confianza.

─¿Tú? ¿Por qué?

─Uchiha Sasuke es un asesino a sangre fría ─arrugó el entrecejo en una mueca que expresaba rencor. ─Mató a mi padre.

 

Naruto abrió los ojos un poco más, totalmente sorprendido. Sabía por experiencia propia que ese teme era un ser retorcido y sin escrúpulos. ¿Pero lo era tanto como para llegar a asesinar a alguien?

 

─¿Qué? Sasuke un asesino… ─balbuceó.

─Eso he dicho.

─¡Pero Sasuke nunca haría…! ─intentó protestar, pero fue interrumpido.

─¿Qué nunca haría eso? ─reiteró serio. ─Pues lo hizo. Aunque claro, después de todo eres un mocoso, no espero que puedas entender cómo me siento.

 

Aquellas palabras tocaron algo en el interior de Naruto, y no fue precisamente el que le llamara mocoso.

 

─¡Claro que puedo entenderlo! ¡Un Uchiha también asesinó a mis padres!

 

El otro le miró fijamente, sorprendido por la coincidencia, y después sonrió ligeramente.

 

─Vaya, qué vida tan injusta, ¿no es así? ─apartó la mirada, componiendo la mejor expresión resignada que encontró. ─Esos Uchiha son seres miserables que no merecen existir, alguien debería deshacerse de ellos.

 

Naruto estuvo a punto de afirmar casi en un grito. Estaba totalmente de acuerdo en que los Uchiha eran seres miserables, y algo dentro de él también le dijo que estaría bien si todos los Uchiha desaparecieran, así no harían más daño a nadie.

 

Pero… no quería que le hicieran daño a Itachi y al idiota de Sasuke.

 

Odiaba ser tan débil en sus pensamientos. Era una contradicción y un dolor de cabeza querer vengarse de Konoha, pero no sentirse capaz en el fondo de lastimarles.

 

Ante el silencio, el desconocido volvió a hablar.

 

─¿Quién fue el asesino de tus padres, chico?

─Uchiha Madara. Quise vengarme y matarle, pero llegué tarde. Él ya está muerto.

─¿Uchiha Madara? Ese shinobi es una leyenda en el mundo ninja… ─no terminó de hablar al recapacitar en algo que le dejó desconcertado. ─¿Estás seguro de que fue Uchiha Madara?

─¡Sí! Nunca olvidaré ese maldito nombre ─masculló lleno de rencor.

─No puede ser posible.

─¿Y por qué no? ─arrugó el entrecejo, sintiéndose algo molesto.

─Según sé, Uchiha Madara murió hace más de cien años. No tiene sentido. Tus padres debieron nacer muchos años después de su muerte.

 

Naruto estuvo a punto de responder que sus padres sí estaban vivos hace más de cien años porque eran unos kitsune, pero después prefirió callar. Su silencio despertó más curiosidad en el más alto y le hizo pensar una posibilidad.

 

─Un momento… ─dijo él acuclillándose frente al rubio. ─Tu nombre es Uzumaki Naruto, ¿no es así?

─¿Cómo lo sabes?

─La gente habla de ti, chico. Dicen que eres un kitsune que tiene hipnotizados a los hermanos Uchiha Itachi y Sasuke. ¿Es eso cierto? ¿Eres un mítico kitsune? ─cuando le escuchó hablando con el zorro, juraría que el rubio había dicho que él había sido un kitsune, o algo por el estilo. Además, ¿qué persona normal y corriente se pondría a hablar con un zorro?

 

De pronto Uzumaki sintió que el otro parecía querer comerle con la mirada, demasiado interesado en él y la respuesta que daría. Pero no tenía que temer, ya no era un kitsune y no podría despertar el interés de los demás.

 

Dudó un momento, pero finalmente confesó.

 

─Yo… fui un kitsune. Pero morí, y ahora soy humano.

 

Una carcajada sorprendió a Naruto y le hizo parpadear confuso. ¿Por qué se estaba riendo ese tipo?

 

─Ajá… ─se mofó cortando su risa. ─Un kitsune que por arte de magia se ha convertido en humano. ¡Qué ingenioso!

 

Los ojos azules se entrecerraron con enojo. ¡Estúpido humano! ¡Se estaba burlando de él!

 

─¡Yo era un kitsune, idiota, y si no hubiera muerto ahora tendría ciento dieciocho años! ─gritó, apretando los puños con coraje al sentirse nostálgico y frustrado a partes iguales. ─¡Todo es culpa de Itachi y de Sasuke! ¡Es culpa de Konoha y todos sus odiosos habitantes! ¡Me engañaron, sólo querían un arma para proteger su aldea y por eso los que idearon eso eran amables conmigo! ¡Por culpa de Sasuke morí! Y ahora que he vuelto, creen que actuando como si nada hubiera pasado todo estará bien.

 

El otro, ignorando el insulto, se mostró interesado con lo que escuchó.

 

─Así que… realmente eres un kitsune.

─¿Acaso estás sordo? ¡He dicho “era”! ─exclamó haciendo énfasis en la última palabra. ─Soy un simple humano ahora. Inari Kami-sama me ha convertido en esto como castigo porque siempre odié a los humanos... entre otras cosas ─finalizó casi en un susurro para sí mismo.

─¿Especialmente a los hermanos Uchiha?

─Especialmente ─reiteró asintiendo en un enérgico movimiento de cabeza.

 

El más alto sonrió y entrecerró los ojos con un brillo malicioso, maquinando un plan.

 

─Dime, Naruto, ¿tienes mucho contacto con los hermanos Uchiha?

─Viví con ellos antes de morir. Y ahora quieren que siga viviendo allí, ¡pero yo no quiero! Me iré a mi casa ─dijo refiriéndose a su cueva.

─No, no lo harás ─instruyó con calma.

─¿Qué? ─le miró con un ligero enojo. ─¡Tú no me dices qué hacer o no!

 

Una suave risa fue lo que Uzumaki recibió como respuesta.

 

─Tienes un carácter explosivo, chico. ¡Me gusta! ─como si hace unos minutos no hubiese pretendido degollar a Naruto con un kunai, guardó el arma en su estuche trasero y después revolvió los rubios cabellos en señal de aprobación. Pero Naruto no quería ser tocado, así que de un brusco manotazo rompió el contacto y le envió una seria mirada de advertencia para que no volviera siquiera a rozarle un pelo. ─Sí… me gusta ─reiteró satisfecho con el comportamiento arisco del otro.

─Deja de decir eso.

─Bien, Naruto, estaba pensando en algo y estoy seguro de que tú también estarás de acuerdo.

 

Uzumaki de pronto se estaba sintiendo un poco incómodo con la repentina confianza que aquel tipo estaba teniendo con él. ¡No se conocían de nada y acababa de confesarle que fue un kitsune!

 

─¿Qué? ─preguntó, aunque en realidad no le importaban demasiado los pensamientos de aquel desconocido.

─Ambos odiamos Konoha y a Uchiha Sasuke. Tú perdiste a tus padres y tu vida por culpa de ellos, y yo perdí a mi padre que era todo lo que tenía. Ambos deseamos vengarnos, así que, ¿por qué no unimos nuestras fuerzas, chico?

 

Los ojos azules se clavaron con sorpresa en los negros durante unos largos segundos, meditando la propuesta. Su boca se abrió para pronunciar una respuesta afirmativa, pero su voz no salía. Apartó la mirada al sentirse abatido.

 

─¿Hacerle daño… a Sasuke? ─casi murmuró, pero fue audible para el otro.

 

De sólo imaginar a Sasuke siendo dañado por alguien, le asaltaba una molesta sensación desagradable. ¿Por qué demonios era tan débil? No podía pensar en otra cosa que no fuera venganza, hacer sufrir a Sasuke tanto como sufrió él. ¿Y qué fue lo único que había hecho? ¡Darle unos patéticos puñetazos en la cara! Y hace unas horas, en vez de permitir que ese idiota caminara tan campante a su lado hacia la torre Hokage, tenía que haberle dado una paliza tan grande como para haberle tenido un mes postrado en una cama de hospital.

 

¡Naruto idiota! ¡Idiota! ¡Idiota!

 

─Hacerle daño no, chico ─respondió, creando sin saberlo un inmenso alivio en Uzumaki. Esbozó una pérfida sonrisa mientras agregaba. ─Será mucho más que eso.

 

Un escalofrío subió por la espalda del rubio y pasó saliva de forma sonora. No quería hacerle daño a Sasuke. ¡Maldición! Hasta un momento antes de morir había estado ciegamente enamorado de él. ¿Existiría alguna forma de desenamorarse? Tenía que saberlo ya. Mientras tuviera esos sentimientos le sería imposible vengarse sin sentir remordimiento.

 

Parpadeó consternado y alzó la mirada cuando una mano frente a su cara chasqueó los dedos intentando captar su atención.

 

─¿Por qué esa cara de pánico de pronto? ¿A qué tienes miedo? ¿Acaso nunca has matado a alguien? ─al no recibir respuesta, tomó ese silencio como un obvio no. ─Ya veo. Tranquilo, seré yo quien le corte la cabeza a ese niñato estúpido. Tú sólo me ayudarás a conseguirlo.

─¡No! ─exclamó alarmado.

─¿No qué?

─¡No puedes cortarle la cabeza! Quiero decir… tiene que haber otra forma… ¿No podríamos darle una paliza y ya?

 

Unas sonoras carcajadas del otro espantaron a algunos pájaros en los árboles cercanos a ellos.

 

─¿Me tomas el pelo? Darle una paliza no me devolverá a mi padre.

─¡Y cortarle la cabeza a Sasuke tampoco! ¡Nada lo hará!

─Pero así estaremos a mano. Su vida por la de mi padre. Su vida a cambio de la tuya. ¡Es lo mínimo que merece ese bastardo infeliz!

─Pero…

 

Cansado rápidamente de las quejas del rubio, se puso de pie con molestia.

 

─Muy bien, entiendo. ¿No quieres vengarte? Está bien. Pero tu odio te consumirá por dentro si no lo dejas salir, y mientras tanto Uchiha Sasuke continuará quitando vidas, no se sentirá satisfecho con tu muerte y la de mi padre. No… ¡Él es un asesino!

─¡No es que no quiera vengarme! Es que… matarle me parece muy…

─Sólo eres un mocoso incapaz de hacer justicia ─le interrumpió comenzando a caminar para marcharse de allí.

 

Naruto estrujó la hierba entre sus manos y apretó los dientes sin saber qué hacer. Entendía perfectamente cómo se sentía el otro. Él también deseó incansable la muerte de Madara cuando éste asesinó a sus padres, así que el hecho de que ahora ese tipo quisiera matar a Sasuke no era nada extraño.

 

De hecho, estaba seguro de que si no tuviera esos fastidiosos sentimientos hacia Sasuke, habría aceptado la venganza que le había propuesto sin pensarlo.

 

Pero ese bastado Uchiha merecía un castigo, eso sí lo tenía claro.

 

─¡Espera!

─¿…qué? ─preguntó con una fingida voz fría el de pelo largo, deteniéndose y esbozando una sonrisa que Naruto nunca podría ver porque le estaba dando la espalda.

─Te… ayudaré ─dijo con esfuerzo, escuchándose sin ninguna determinación en sus palabras. ─Yo… ¿qué tengo que hacer?

 

No podía ser posible. Apenas había aceptado ayudar a ese tipo y ya se sentía como si hubiera matado a Sasuke. La culpa le estaba asaltando.

 

─Muy bien, Naruto ─le felicitó dando media vuelta y caminando hacia el rubio que tenía una expresión abatida. ─No tengas miedo, todo saldrá bien. Sólo estamos haciendo justicia.

─Hum… ─musitó asintiendo en un ligero movimiento mecánico.

─Esto es lo que harás. De momento irás a Konoha y actuarás con normalidad, como si nada hubiera ocurrido.

─No puedo hacer eso ─aseguró de inmediato.

─Claro que sí. Sólo tienes que ser tan hipócrita como ellos lo fueron contigo ─explicó con calma, haciendo un ademán con la mano derecha, como restándole importancia. ─Todos sabemos fingir sonrisas, tú no serás menos. Simplemente actúa como si nada malo hubiera pasado para que todos se confíen, así nuestro plan podrá ser llevado a cabo sin esforzarnos demasiado.

─Pero…

─Solamente sé un buen chico, el resto déjamelo a mí por ahora. Tu primera misión es descubrir qué es lo que más ama Uchiha Sasuke.

─Eso ya lo sé, es Konoha ─respondió como si fuese lo más obvio del mundo.

─Cualquier shinobi ama su aldea, debe de haber algo más.

 

Naruto lo pensó un momento, rascándose la cabeza.

 

─No lo sé. ¿Los tomates? Le gustan mucho.

 

El otro bufó y rodó la mirada. ¡Oh, sí! Privar a Uchiha Sasuke de los tomates sería una venganza muy malvada. Se pasó una mano por los cabellos, pensando que había buscado al peor aliado del mundo para llevar a cabo su venganza. Pero de momento le daría una oportunidad al chico.

 

─Olvidémonos de los tomates. Lo que más ama Uchiha Sasuke es Konoha, ¿no? Pues destruiremos lo que más ama. Y cuando su amada aldea quede convertida en cenizas, entonces le mataremos a él.

 

Una sonrisa tensa se asomó en los labios de Naruto.

 

─Ah… sí. Qué gran idea, jeh...

 

Esas fueron sus palabras, pero por dentro sentía todo lo contrario. Si destruían Konoha… Ichiraku ramen dejaría de existir, y el viejo Teuchi-san y su hija Ayame siempre fueron amables con él. El local de barbacoa también desaparecería, y allí pasó buenos momentos con los chicos. La torre Hokage, el puente donde a veces había pasado tiempo con los demás. Ya no podría sentarse en un banco a la sombra de algún árbol cercano para que Sai le leyera sobre cosas que ambos no entendían, no podría correr por las calles de Konoha para competir con Lee y saber quién de los dos era más veloz, tampoco podría recostarse junto a Shikamaru en cualquier lugar de la aldea para observar las nubes.

 

Echaría de menos muchísimas cosas si la aldea desaparecía.

 

Konoha había sido su hogar por un tiempo y aunque odiaba admitirlo estaba algo encariñado con ese lugar. Eran sus habitantes lo que le molestaban, aunque no todos, sólo quienes quisieron utilizarle o le molestaron de alguna forma anteriormente.

 

Suspiró con pesar. Sólo era un tonto sentimental.

 

Reaccionó al ver al otro caminar tranquilamente, alejándose.

 

─¡Espera! No sé tu nombre, ni dónde vives.

 

El otro se detuvo por última vez y giró para verle.

 

─No me busques, yo seré quien te busque a ti cuando sea necesario ─sonrió de lado antes de continuar. ─Y mi nombre es Katou Kenta.

 

CONTINUARÁ…

Notas finales:

Y aquí diréis “WTF?!! ¿Katou Kenta? ¿Y quién es ese?” Para los más despistados y para quien no tenga idea, les recomiendo leer el capítulo 37 de “Kitsune no kokoro”, pero no es necesario leerlo completo. Más o menos hay que empezar a leer sobre el cuarto cambio de escena, donde empieza a hablarse de Sasuke.

 

La mayoría creyó que se trataba de alguien de Akatsuki, especialmente Deidara. ¡Nadie acertó! XD Aunque es comprensible.

 

Kenta significa: Saludable y robusto.

 

Bien… ¡muchísimas gracias por todos los reviews, alertas y favoritos! ^^ Sinceramente, ha tenido mayor aceptación de la que esperaba, sobre todo en Fanfiction. Pero especialmente agradezco la paciencia y comprensión que habéis tenido conmigo, ¡de verdad!

 

En el próximo capítulo Naruto se reencontrará con los demás, aquí un pequeño adelanto de lo que pasará, jaja…

 

Adelanto del capítulo 3:

 

─No estoy muy seguro sobre todo esto, necesito confirmar que realmente eres Naruto-kun ─comentó el pelinegro con neutralidad.

─Adelante ─asintió.

─Tengo la prueba irrefutable para demostrarlo ─cerró los ojos mostrando su peculiar sonrisa leve.

 

Todos, hasta el propio Naruto, se preguntaron con total curiosidad qué prueba sería esa.

 

Una mano de Sai se movió veloz hacía Naruto, agarrando el borde del pantalón y la ropa interior y tirando de estos lo suficiente como para poder ver con una mirada crítica lo que las prendas ocultaban.

 

El rubio quedó tenso en su lugar, sintiendo el rubor cubrir su rostro. Los dedos de sus manos se movieron en continuos tics nerviosos.

 

Hinata se cubrió el sonrojado rostro con ambas manos y cayó desmayada a pesar de no haber visto nada, siendo atrapada por Neji al instante. Ino y Sakura también enrojecieron, pero se mantuvieron en pie. Y todos pusieron la misma expresión de sorpresa, temiendo por la vida del atrevido pelinegro.

 

─Mn, bueno ─comenzó a decir Sai sin dejar de mirar la intimidad de Naruto. ─Todo tu cuerpo ha crecido, pero me parece que todavía la tienes pequeña ─dijo como si hablara del clima, apartando por fin la mano y sonriendo falsamente. ─No hay duda, eres Naruto-kun.

 

Entonces Naruto rectificó sus anteriores pensamientos mientras echaba humo por las orejas. Si había alguien que merecía morir más que nadie, ¡ese era Sai!

 

¡Se agradecerán reviews! ¡Nos vemos en el siguiente capítulo!


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