¡Crash!
El cuerpo de Baekhyun quedó paralizado al oír el sonido de unos vasos rompiéndose y unos familiares gritos ahogados. Rápidamente bajó las escaleras y abrió la puerta de un portazo tan sólo para ver el cuerpo de LuHan, el único hermano putativo que tenía, pegado a la cama y con el peso y fuerza de su padre adoptivo.
-Hola, Baekhyun.- Aquel que debía ser su padre se limitó a sonreír, jadeando ligeramente por el frágil cuerpo que luchaba por deshacerse de la presión que ejercía.
-¡¿Qué le estás haciendo?!- La voz del castaño resonó en la habitación.- ¿No es suficiente todo el sufrimiento que nos haces pasar? ¡Déjalo, maldita sea!
-¡No, BaekHyun, vete!- LuHan gritó lo más que le fue posible puesto que algunas lágrimas inundaban su rostro y el nudo en la garganta le dificultaba el hablar.- Sólo…vete, por favor.
-Que malo eres, LuHan. Tenemos un invitado y tú lo hechas fuera…No es la mejor manera de saludar a alguien.- Su padre adoptivo soltó una pequeña risa por lo bajo y se acercó a Baekhyun, que parecía que en cualquier momento se desmayaría.
Baekhyun sintió sus rodillas flaquear. Odiaba a ese hombre pero no podía pelear contra él…estaba tan asustado. El hombre, aprovechando la distancia casi nula que los alejaba, alzó la barbilla del menor de tal manera que su aliento chocara contra los delgados labios del castaño.
-¿Qué haces aquí, Baekhyun?- El señor inquirió a medida que acortaba cada vez más los centímetros que los separaban.-¿Quieres unirte a la diversión?
-¡No!- LuHan elevó la voz mientras saltaba de la cama en la cual se hallaba recostado y se aferró a una de las piernas del señor, ejerciendo toda la fuerza que poseía.- No, maestro. Haz lo que quieras conmigo y yo lo haré por ti pero no toques a Baekhyun, no lo toques…por favor.
-¿Qué?- El hombre rió alto y se acuclilló cerca de LuHan, tomando fieramente su rostro con sus duras manos.- ¿Extrañas que esté en ti, LuHan? ¿Quieres que te haga de todo? ¿Qué es esto? Dime.
Baekhyun no hacía más que observar la escena con los ojos abiertos de par en par, negaba con la cabeza mientras dejaba ir algunos susurros que tenían como mensaje un “No”.
-Yo…-LuHan observó al chico que aún se mantenía de pie en el marco de la puerta, quien agitaba la cabeza y mostraba temor en sus facciones. Luego observó al hombre que tenía en frente y respondió haciendo uso de la poca y temblorosa voz que salía de su garganta.- Sí, sí…maestro. Te quiero en mí, q-quiero que…me folles…sólo deja a Baekhyun sólo.-
-Buen niño.- Su maestro siseó y lanzó su frágil y níveo cuerpo hacia la cama antes de cerrar la puerta en la cara del castaño.
Momentos después de haber visto la puerta cerrarse frente a él escuchó con claridad los nuevos gritos ahogados mezclados, que provenían de LuHan, con gruñidos de su padre putativo. Baekhyun se dejó caer en el solitario pasillo, juntó sus rodillas a su pecho y lloró en silencio. No podía ayudar a su querido hermano, LuHan. Nunca podría hacer eso.
Pasados unos treinta minutos en los cuales no hizo más que derramar lágrimas silenciosas, la puerta de la habitación de su hermano nuevamente se abrió estruendosamente dándole paso a la figura de su supuesto padre.
-Ah, que linda mañana, ¿no lo crees así, Baekhyun?- El señor preguntó como si fuese lo más normal del mundo.- Limpia el desorden que quedó en la habitación antes de que se vayan a la escuela, ¿está bien?
Y sin decir más dejó la casa en la cual debían vivir.
Baekhyun ahora podía ver el estado en el cual estaba su adorado LuHan. Se hallaba en una de las esquinas de su habitación, tenía las rodillas pegadas a su pecho, su cuerpo se agitaba con violencia mientras lágrimas de dolor descendían de sus orbes; se veía sin alma. Su voz no parecía querer salir, las lágrimas continuaban humedeciendo sus mejillas pero su voz no hallaba la forma de escapar.
La evidencia de la violación era visible en la comisura de los labios del rubio, había un gran cardenal y unas cuantas heridas en todo su cuerpo. Su maestro lo había golpeado, al parecer, hasta hacerle sangrar.
El castaño no pudo evitar intensificar su llanto a medida que se acercaba a lo que más amaba en ese mundo viéndole en ese estado tan deplorable, lentamente se agachó hasta quedar frente a frente con su hermano y lo cubrió con la manta que reposaba en la superficie de la cama logrando que el rubio se encogiese de miedo ante el primer contacto con Baekhyun.
-Soy yo, LuHan.- La voz del castaño denotaba el temor que sentía.- No tengas miedo.- susurró.
En un susurro igual de bajo que el que había soltado Baekhyun el rubio cuestionó “¿Dónde está?”
-Se ha ido a trabajar, escuché el carro partir.- LuHan fue capaz de soltar todo el aire que había mantenido y continuó llorando con el rostro oculto entre las rodillas.
-Tengo miedo, Baekhyun. Ya no soporto esto…quiero morir.
-¡No digas eso!- Baekhyun no pudo más que exaltarse y alzar la poca voz que podía emplear. Sus brazos se cerraron en torno al cuerpo cubierto de LuHan y lloró en silencio con él.- No digas cosas como esas, no me dejes…Estamos juntos en esto.
El llanto del mayor se detuvo paulatinamente hasta hacerse nulo, el castaño se alejó lentamente hasta poder verle a los ojos.-
-Vamos –La voz de LuHan se hizo mucho más débil que la de Baekhyun.- Debemos ir a la escuela.
-¿En un estado como este?- Baekhyun negó con la cabeza.- No, debes quedarte a descansar.
-Baekhyun…Nunca podré descansar aquí. Cada noche es una pesadilla para mi…Si pudiese salir de este lugar, ¿por qué no lo haría?- El rubio suspiro, hablando más que nada para sí mismo.- Por favor, no quiero estar aquí.
-¿Por qué no nos fugamos?- Baekhyun inquirió en un suspiro.- ¿Por qué?
-¿No recuerdas que ya lo intentamos? – LuHan preguntó en respuesta.- ¿Recuerdas qué pasó luego de intentarlo?
Baekhyun se mantuvo en silencio, lo recordaba muy bien. Demasiado bien para su gusto.
Una noche ambos decidieron escapar de aquel trato que recibían de parte de su padre sustituto, pero no sabían que éste señor contaba con personas conocidas en la ciudad por lo cual fueron tan sólo cuestión de minutos antes de ser capturados por los hombres de su “padre”. Y como siempre, LuHan había aceptado el castigo por sí sólo, únicamente para que Baekhyun no tuviese que sufrir.
El castaño cerró los ojos con fuerza mientras contenía más lágrimas, no quería rememorar el resto… pero esa noche fue en la cual oyó los más desgarradores gritos de su hermano.
-Quizá…podríamos tener una segunda oportunidad…-La idea de libertad se le hacía tan placentera al morocho que no podía evitar insistir.
-No, Baekhyun. Mírame.- LuHan tomó la barbilla del castaño y le obligó a verle a los ojos.- No vuelvas a pensar en eso nunca más. No lo haremos, ¿entendido? No quiero que te lastime, no puedo imaginarme qué sería de nosotros si nos vuelven a atrapar. Por favor, olvida la idea de escaparnos.-
Lo único que Baekhyun pudo hacer era asentir, LuHan soltó la barbilla del menor y caminó a pasos cortos y temblorosos hacia el baño.