¿Sin mí?
—Cuando sea grande le patearé el trasero a ese idiota de Steve.
—Te ayudaría con gusto, pero no estaré, me iré de aquí en cuanto pueda.
— ¿Sin mí?
***
Está sentado en el feo barandal de una casucha sucia e inhabitable. El olor a hierba seca le llega a las fosas nasales al respirar hondo. Volver ahí es como revivir los momentos de unos años atrás cuando era un niño escuálido que disfrutaba haciéndole bromas al tipo grandote que los maltrataba en la escuela. Él y su amigo pocas veces fueron alcanzados por el robusto chico que aparentaba más años de los que poseía y su amigo, dijo que cuando crecieran le patearía el trasero a Steve, pero no lo hizo, no lo hizo, más bien…
— ¡George! —El sonido del pasto al ser pisado lo hace voltear la vista justo detrás de él.
—Vic.
Victor es el mismo, se lo repite una y otra vez. Es el mismo que corría con él descalzo huyendo de Steve. Parece que sólo ha aumentado de estatura, su rostro es el mismo, su cabello negro alborotado, sus ojos café… es Victor. Siempre con esa sonrisa que parece eterna sin importar lo que pase, sí es Vic, pero algo dentro le dice que ya no es su amigo Victor y sólo es Victor.
Recuerda cuando se despidieron, Victor tenía la misma sonrisa, parece triste.
—Te fuiste sin avisar —Víctor se sienta junto a George.
—Lo siento —susurra no muy convencido mientras arruga el seño.
—Aun estás… —No termina la frase al ver los ojos furibundos de George—. Por favor, George, eres mi amigo, no me hagas esto.
— ¡¿Sabes para qué son los amigos?! Son para confiar en ellos, contarles tus cosas, son para tener con quién hablar. A un amigo le cuentas que eres gay, tu amigo no se da cuenta en los chismes del mercado.
Victor aprieta los labios mientras mira hacia atrás con los ojos llorosos.
—Te lo iba a decir —contesta con voz clara como si estuviera haciendo el esfuerzo para que así fuera.
— ¿Cuándo? ¡¿Cuando ya estuvieras casado?!
—Tenía un viaje planeado para una semana después de que viniste, te visitaría y te diría todo, pero te adelantaste.
—Escuché que llevan tres años de noviazgo y se casan en un mes —sonríe con tristeza—; inclusive salían cuando aun vivía aquí.
No siente a Victor detrás de él cuando se levanta con brusquedad y se marcha. No soporta sentir que Victor ya no es su amigo.
Su amigo era el Victor de años atrás que compartía su paleta helada de chocolate, el que le enseñó a nadar; su amigo odiaba a Steve, ese Victor no.
El maldito grandulón bajó de peso y ahora usa el cabello corto. No puede creer que Victor ande con un tipo con tantos piercings, no tiene mal aspecto, inclusive pareceser guapo, pero no tiene nada que ver con Victor.
—George —De nuevo la voz de Victor a sus espaldas lo hace voltear. Después de todo sí lo siguió y está ahí parado—. Eres mi mejor amigo, sí. Te aprecio, eres mi hermano; pero tengo que hacer mi vida. Supera el hecho de que no me acuesto con mujeres. No creo que te importe sinceramente. Soy el mismo tipo de siempre. Tenía miedo de decírtelo… pensé que pasaría lo que ahora está pasando.
George lo mira turbado mientras a lo lejos ve a Steve acercarse. Cierra los ojos y suspira.
***
—Cuando sea grande le patearé el trasero a ese idiota de Steve.
—Te ayudaría con gusto, pero no estaré, me iré de aquí en cuanto pueda.
— ¿Sin mí?
—No nacimos pegados. —Sonrió al ver a Victor rodar los ojos — Algún día cada quién tomará su camino, tú seguirás tu vida sin mí y yo sin ti.
— ¿De dónde sacaste esa mierda?
***
Ahora los ve, están ahí juntos, Steve abraza a Victor y Victor acaricia la espalda de Steven, viéndolos así puede que se quieran y lo sabe por como Victor mira a Steve, de repente siente celos de la buena relación que llevan y que ambos se encontraran. Se casarán en San Valentín, puede que sí se amen. Sonríe con tristeza, es así como debe ser.
Él será el padrino. Recordará lo que hicieron de niños, las travesuras, muchas las dirá en el discurso, otras las omitirá por considerarlas ilegales, verá a su amigo del alma mudarse a otro país con la persona que escogió para vivir el resto de su vida. Ya no puede decir más, él se fue primero. Verlo desde el otro lado es difícil.
Ahora es él abrazando a su amigo. Victor llora, siempre ha sido demasiado sentimental, de la misma forma lloró cuando él se fue; cuando se aleja de él le susurra que está feliz y en parte él también es feliz, tal vez lo vuelva a ver cuando el se case con su querida Emily —cuando se le confiese—; por supuesto Victor será el padrino.