Cuentan las historias de amor de que el para siempre existe, pero...será cierto? Hay veces que el amor no es suficiente. Cuando en vez del amor, manda el dinero y el poder, este queda en segundo plano, pero por extraño que parezca, hay veces en las que este consigue triunfar, pero...después de muchas guerras.
En la urbanización más rica de Seúl, donde las casas son de ensueño, con las que los pobres solo sueñan, había una mansión algo alejada de las demás. Toda acristalada, y de una elegancia distinguida, pero rodeada de unos inmensos e impenetrables muros. En su interior, se cometía uno de los actos más atroces cometidos por el hombre.
-ERES UN MALTIDO!! NO ERES NADIE SIN MI MALDITO IMBECIL!!-grito una chica de unos 17 años, alta, delgada, rubia, de unos hermosos ojos azules, labios rojos y jugosos, y unas curvas de infarto. Vestía un elegante vestido de noche color azul oscuro, conjuntado con unos pendientes en forma de dragón chino. Gritaba a pleno pulmón enfurecida por lo que su querido amado había hecho, pero lo que jamás se imagino fue la reacción del mayor.
-Y TU UNA MALDITA PUTA QUE SE REVUELCA CON TODOS!! YO SOY EL PRINCIPE DE ESTA CIUDAD Y TU LO SABES MALDITA ZORRA!!-un chico de unos ven-ti pocos, muy alto, complexión fuerte, piel algo morenita, el cabello oscuro, lacio y algo largo. Agarro del cabello a la chica que empezó a forcejear para que la soltase. Perdiendo ya toda paciencia (bien poca tenia) la empujo haciéndola chocar contra la mesa de cristal que había en ese lujoso y espacioso salón.
-NO ERES MAS QUE UN MALDITO TRAFICANTE MUERTO DE HAMBRE!! ME DAS ASCO CHANGMIN! NO ERES MAS QUE UNA MALDITA BASURA!!-le grito la joven, pegándole una cachetada, que ni inmuto al chico.
El mayor, harto de esos gritos y de ese comportamiento, le devolvió el golpe, tirando a la menor en el suelo, con el labio partido.
-POR LO MENOS YO NO VOY CHUPANDO POLLAS POR ALLÍ-dijo escupiendo sobre la rubia que al verse en esa situación, lazo su diestra hacia su boca, sintiendo el escozor en su labio y recapacito enseguida, pero fue demasiado tarde. Changmin, la tomo del pelo nuevamente, y tirando de ella, la llevo hasta al jardín que estaba a pocos metros tirándola nuevamente al suelo al lado de la piscina.
-N..No...minnie por favor...-dijo rápidamente la chica-por favor...no me hagas daño..no dije nada te lo juro..no dije nada de tus trabajos a esos inversores...no me hagas nada por favor..-suplico nuevamente, tratando de ponerse de pie para poder acercarse al mayor y ablandar ese corazón inexistente. Pero el chico la volvió a empujar, haciéndole caer nuevamente, haciendo una seña a su hermano menor y al compañero de este para que se hiciesen cargo de la joven.
-Venga, vamos princesita, tu y yo daremos un lindo paseo-dijo el hermano del traficante, tomando con brusquedad uno de los brazos de la chica, mientras su amigo, tomaba del otro arrastrándola hacia la salida de la casa.
Los gritos y suplicas no pararon hasta el coche, donde le hicieron callar con un nuevo golpe.
Los dos hombres entraron a ese coche negro, escuchando los sollozos de la joven muchacha, pero hicieron caso omiso.
El hermano menor de Changmin, se acomodo su cabello revuelto y pelirrojo, mirando por la ventana, sonriendo diabólicamente mientras jugaba con una navaja entre sus manos.
Su compañero, solo conducía, mascando un gastado chicle de menta, sin despegar la vista de la carretera.
-Oye joe...tu hermano se entero de que esta zorita nos la chupo a nosotros también?-pregunto el chico, con gesto desinteresado, reviviendo por única respuesta la macabra risa del mayor.
-Por...favor...joe....deja que me vaya...-suplico la joven nuevamente encogiéndose en el asiento trasero, mientras buscaba alguna salida con la mirada, escuchando nuevamente esa risa sádica por parte del chico.
-Sabes princesita? Si hubieses mantenido esa boquita lejos de las entrepiernas de los contactos del príncipe...habrías salido ganando..-sonrió mientras alzaba esa afilada navaja militar, haciendo que la chica la viese-y lo peor de todo preciosa...no es que le hayas comido el rabo a otro que no sea mi hermano..si no que te fuiste de la lengua con un poli..-giro su rostro para verla de reojo-será divertido verte gritar.-acoto, dedicándole una sonrisa ladina.
No tardaron en llegar a un basurero, donde sabían perfectamente que nadie buscaría nada en ese lugar y que solo los camiones de basura descargaban los residuos de la ciudad.
L.joe bajo del coche guardando su navaja en su porta-navajas que tenía en la cintura y abrió la puerta trasera del coche, para sacar a la joven. Esta nuevamente empezó a llorar y a suplicar por su vida, pero ninguno de los dos hombres le hizo caso. El joven que la tenia agarrada de la mano, la tiro al suelo sobre la maloliente basura, colocándose unos guantes negros de piel, pisando el vestido de la chica para que esta no escapase, a pesar de sus intentos.
-Que pena preciosa...con las cosas tan ricas que tu sabias hacer con esa lengüita...y ahora tendré que ponértela de corbata-dijo sacando nuevamente la afilada navaja, subiéndose a horcajadas sobre la menor, cortándole la yugular haciendo justo lo que le había dicho.
Mientras su amigo, se apoyo en el capó del coche, con una bolsa de ropa nueva para el hermano del jefe.
-Oye Joe...como se entero Max de que la niñata esta se fue de la lengua?-pregunto mientras le veía acercarse a el, quitándose los guantes tirando el cuchillo, tomando la bolsa.
-Fácil...porque Max tiene oídos en todas partes...además la tenia vigilada.-dijo cambiándose de ropa, tirando la que había usado al lado del coche prendiéndole fuego.- Vámonos...aquí apesta a muerto.-dijo entrando nuevamente al coche, acomodándose en su lugar.
La campana del instituto sonó y todos los alumnos salieron de clase.
Un grupo de tres amigos, iban hablando mientras se dirigían a la salida del instituto, burlándose de uno de ellos.
-Te quedaste dormido en el examen de historia-dijo un chico muy delgado, con una cintura tan estrecha como si fuese una mujer, alto, cabello rubio, ojos negros y profundos. Unos tentadores labios que más de uno deseaba probarlos. A simple vista, parecía una hermosa chica, pero fijándose mejor, la gente se daba cuenta de que era un chico.
Su amigo, algo más bajo que el, de cabello negro y menos atrayente a simple vista ocultaba su rostro tras la carpeta que llevaba en las manos.
-no..No es cierto, solo cerré los ojos un momento...exageras mucho-dijo mirando mal al rubio que le dio un ligero codazo al otro chico que los acompañaba.
-Venga tío, por favor, si te he oído como roncabas, te has dormido como un tronco.-rió nuevamente el rubio-a que se ha quedado dormido Lu Han?-llamo al chico que los acompañaba, tan solo sonriendo, aguantando las ganas de reír que tenia.
-Eh?, Si..si..yo creo que si-dijo el chico sonriendo al ver como su amigo negaba con la mano, haciendo trompitas con los labios.
Mientras ellos reían divertidos por las acciones de su amigo youngmin, otro grupo de jóvenes reían, pero al ver al rubio lo llamaron.
-Hey...Jae, mira, mira...-dijo uno de los tipejos señalando a sus dos compañeros.
Estos imitaban una escena porno, en donde un chico le daba por detrás a otro, diciéndole cosas como si fuese una mujer, pero de pronto se ponía a gritar “maldiciendo” al “descubrir” de que era un chico. Todos reían y el chico afectado por esas palabras, bajo la mirada, apretando la carpeta entre sus manos suspirando levemente.
-Hey...pasa de ellos...de seguro no saben ni lo que es follar-le dijo Youngmin, animando al instante a sus dos amigos, que empezaron a reír olvidándose de esos idiotas que seguían haciendo el paripé.
Cuando los tres salieron por la puerta, se encontraron con un viejo amigo y conocido del barrio donde vivían.
Un chico todo glamur, y fashon, posaba como para un anuncio apoyado en una hermosa moto de pocas cilindradas, ya que aun era menor de edad. Quitándose las gafas cuando vio a los otros tres chicos, les sonrió mascando notoriamente un chicle.
-Hola chicos..-los saludo, apoyando su diestra en la moto.
Lu Han al verle abrió la boca sorprendido, seguido por una mirada de envidia por parte de Youngmin y por un leve suspiro de parte de Jaejoong.
-Te has comprado una moto?-pregunto el primero, mirándole de arriba abajo.- es una guapada!-decía con fascinación, sin poder dejar de mirar esa máquina.
-Ah..pues tengo un amiguito que te puede conseguir una baratísima...-le explico el pelirrojo al chico que se mordió el labio de la ilusión, mientras Youngmin cuchicheaba cosas a jae, mirando con mas envidia esa moto y a su dueño.
-Baratísima para mi es imposible…mi padre no me da ni un céntimo..-se quejo el joven.
-Claro que no Lu Hannie...con tu sonrisa no hay nada imposible para ti-le dijo con voz dulce pero al mismo tiempo lleno de un extraño sentimiento de convicción.-Venga, sube a casa que lo hablamos. Ponte el casco-dijo pasándole el casco libre de la moto.
-Y a vosotros..no os interesa?-pregunto el joven, mirando a sus amigos, mientras tomaba el casco y se lo colocaba.
Jae abrió la boca para hablar, pero rápidamente Youngmin lleno de envidia negó con la cabeza, tomando la palabra.
-No, No...-sonrió satisfecho de su auto convencimiento.
-No...ellos prefieren, que se los compre sus mamas-dijo key, haciendo pucheritos, mirándoles con superioridad. En comparación con ellos, el llevaba ropa cara y de marca, y se movía en algunos círculos mucho mejores que los otros tres jóvenes.-hey chicos…seguir caminando eh? Que es muuyy bueno para endurecer el culito-se burlo de ellos mientras arrancaba la moto, sintiendo a su amigo Lu Han colocarse tras él.
Los otros dos jóvenes no dijeron anda, solo miraron como se iban a bastante velocidad subidos en esa moto.
Jae caminaba un paso más adelantado que Youngmin, mientras seguía haciendo un ligero puchero.
-Y porque le hemos dicho que no?-pregunto mirando al menor.
-Porque no nos bajamos los bóxers por una moto-dijo con autosuficiencia, haciendo reír al rubio.
-Joder hijo que bruto eres de verdad-aclaro jae después de reír.
El pelinegro rodó los ojos, mirándole incrédulo.
-De verdad, parece que naciste ayer. Despierta, ese se dedica, a lo que se dedica-acoto metiendo las manos en el bolsillo tras acomodar la bolsa sobre su hombro.
-Ya...-susurro el mayor, sin llegar a creerle mientras seguía caminando hacia casa.
En el mismo basurero donde noches atrás se cometió un asesinato, ahora estaba plagado de coches de la policía, e investigadores, mirando y examinando el cadáver de una joven. Dos de los policías, estaban fumando, apoyados en el lateral del coche patrulla mirando la escena.
-Pero quién demonios ha llamado a los estupas?-pregunto el más alto dándole una calada al cigarrillo.
-Y yo que se...estos duermen con la radio bajo la almohada...-se burlo el más bajo.
De un coche color azul oscuro, bajaron dos personas. Una de ellas vestía un traje, la otra ropa más cómoda y normal. El hombre del traje miraba el lugar con cara de desagrado, ya que estar en ese lugar trastornaba todos sus esquemas. Mientras que su compañero, se sentía normal y cómodo…dentro de lo que cavia.
-Vaya, vaya, vaya...a que debemos su honorable visita inspector?-pregunto el hombre más bajo, cruzado de brazos, sin dejar de apoyarse en el coche, con gesto desinteresado.
El inspector, saco de su bolsillo una libreta de color negro pasando las hojas hasta encontrar la adecuada.
-Tenéis el homicidio de una joven, de unos 17 años, color…-el hombre leía lo que tenia apuntado en la libreta, aunque ya se lo sabía de memoria.
-Creo que aquí ya ha hecho su último trabajo.-dijo el primer policía, fumando otro poco.
-Os importaría enseñarnos el cadáver?-pregunto el inspector.
-Que os aburrís en estupefacientes?-pregunto el segundo policía mirándoles algo enfadado.
El compañero del inspector, se poyo en el maletero de la patrulla mirándoles.
-Venga coño, que mas os da? Donde está el cadáver?-pregunto restándole importancia.
Los dos policías se miraron entre si y el más alto de los dos, empezó a caminar para llevar al inspector y a su compañero hasta donde se encontraba la joven muerta.
-Un trabajador, encontró el cuerpo esta mañana. Estaba removiendo ese montón de mierda para incinerar, cuando de pronto apareció el cadáver… De momento le llamamos…barbie..-dijo con cierto descaro, mientras paraba al lado de un montón de basura, sobre la cual estaba la joven.
El compañero del inspector, miro sin llegar a entender al policía que le explico todo eso.
-Porque?-pregunto mirando donde había señalado el policía.
Entre los escombros y basura, estaba la novia (si es que se le puede llamar así) del príncipe de la ciudad, pero eso nadie lo sabía. Nadie no. el inspector si lo sabía, aunque él se callo al ver a la joven y solo se dedico a hacer su trabajo. Tomo una mascarilla de su bolsillo y se la coloco sobre la boca, mientras se agachaba al lado del cadáver. Los policías que les habían acompañado, lo miraron y negaron con la cabeza, sonriendo de forma burlona ante la actitud del inspector. Este ajeno a todo, aparto el cabello rubio del rostro de la chica, confirmando asi sus sospechas.
-Se llamaba…Yoon Eun Hye –dijo el inspector.
-Que pasa la conocías?-pregunto el segundo policía, sonriendo burlonamente.
El inspector, miro al policía sin expresión alguna en su rostro, mientras acomodaba mejor la máscara sobre su boca.
-Fue objeto de investigación hará un par de meses..-dijo apartando e cabello de la joven, viendo esos pendientes en forma de dragón chino que tenia la fallecida.
-Mira por primera vez, me alegra de que hayamos trabajado juntos. En comisaria me pasas el informe-acoto el más alto de los dos policías, mientras terminaba de fumarse el cigarrillo.
-Creo que sería más conveniente de que este caso pasase a mi brigada.
-Y que tiene que ver esto con estupefacientes?-pregunto algo molesto el policía.
-Le hicieron la corbata colombiana..-aclaro el inspector, mientras volvía a mirar el cuerpo de la joven.
Los otros tres hombres, se miraron entre ellos con gesto de horror en sus rostros, entendiendo a la perfección lo que eso significaba.
En un piso algo viejo, pero a pesar de los años, bien conservado, se escuchaba como alguien abría la puerta de la entrada. Una señora de unos cuarenta y algo de años, entraba en la casa cargada de bolsas que se veían realmente pesadas. Totalmente agotada después de un duro día de trabajo, dejo la compra en la cocina y con paso cansado, camino hasta el salón, sentándose en el sofá que había en el centro de esa pequeña estancia. Encendió la tele, y mientras se quitaba los zapatos para masajear un poco sus piernas cansadas, escuchaba las noticias de ultima hora, mientras ella se levantaba e iba a la cocina nuevamente para prepararse un bien merecido café.
“-La jornada de protestas a causa del desempleo injustificado en las fabricas convocadas por los sindicatos, han acabado en violentos incidentes, entre los trabajadores y las fuerzas del orden publico.”-decía un reportero, mientras la mujer, volvía sobre sus pasos con el bote de café en mano mirando atenta lo que se decía en la televisión. Aterrada por las imágenes, que se veían en la tele, dejo el bote sobre la mesita que había delante del sofá, escuchando como el teléfono empezaba a sonar. Bajando el volumen del aparato, contesto.
-Si? si..soy yo... Per..pero..pero ha pasado algo? Esta bien? Ahora mismo voy para allá-acoto la mujer, cortando la llamada. Se calzo rápidamente, tomando el bolso para despues salir corriendo de su casa, hacia el lugar de donde le habían llamado.
Caminando tranquilamente por las calles, mientras reían y hablaban sobre lo ocurrido en ese dia de clase, estaban Youngmin y Jae.
-Creo que voy a elegir..”la vida es sueño” para el trabajo de literatura..-dijo jae, mientras balanceaba de un lado a otro la carpeta que tenia entre las manos, mordiéndose levemente el labio, pensando en esa novela.
-P..Porque no lo hacemos juntos?-pregunto rápidamente el menor-por favor...como suspenda otra mi madre me mata..por favor...-dijo haciendo pucheros.
-Bueno vale..-dijo el rubio sonriendo-pero me debes una ehh..-dijo picandole esos pucheros.
-Si..claro, haré lo que me pidas-sonrió el menor ampliamente, caminando un par de pasos mas adelante que su amigo-Me enrollare con tu hermano, por ejemplo-bromeo (o eso intento) tratando de no poner una sonrisa algo tonta.
-Si claro, eso es lo que a ti te gustaría-contesto el mayor algo molesto(?)
-Si...sudado del taller..lleno de aceite...-empezó a divagar el menor, mientras tiraba su cabeza hacia atrás y paseaba su diestra sobre su cuello a ojos cerrados.
-Youngmin, Youngmin...-le llamo la atención el rubio, mientras tiraba de su brazo, algo ruborizado.
-Que? Tenemos 17 años..se supone que nuestras hormonas nos vuelven locos no?-pregunto parándose en un portal el menor.
-Si..pero es que las tuyas están revolucionadas. -el mayor saco las llaves del bolsillo de sus vaqueros, abriendo la puerta del portal.
-Ya me gustaría a mi ver las tonterías que harás cuando te guste alguien de verdad...-el menor hizo un puchero.
-Anda..tira..-dijo señalandole el camino, sonriendo levemente.-hasta mañana-le despeino, escuchando los quejidos del menor por hacer eso. Viéndole irse, entro en el portal, escondiéndose en un rinconcito, para alegrar su ropa y sus cabellos, dando la apariencia de “impecable” como su madre quería que estuviese siempre. Pero lo que el rubio no se dio cuenta fue de que su querido amigo Key, bajaba las escaleras, acomodando su cabello pelirrojo, miándose en un espejo.
-Uyy..y que harás el día que tu mamita te vea por la calle con los pantalones algo mas bajos de lo normal?-pregunto burlonamente, mirándole con una sonrisa de superioridad-ah..me pregunto si es que a ti no te gusta la ropa de mujer..te verías genial en ella-sonrió nuevamente viendo el enfado en esos ojos negros.-es mas..me gustaría saber que piensan los hombres..viéndote así vestido..
-No se, porque no me lo dices tu que tienes mas experiencia?-pregunto el mas alto, apretando los dientes con rabia.
-Ay...es verdad....me olvidaba de que el principito aun no se ha estrenado..todavía-dijo pasando por su lado, dándole una nalgada que hizo enfurecer a jae.
El rubio lleno de rabia, apretando los puños, se dispuso a subir las escaleras para ir a su casa, cuando de pronto se encontró con su madre que bajaba a toda prisa.
-Jaejoongie..menos mal que te encuentro...-dijo la mujer apresurada, tomando la mano de su hijo.
-Que pasa mama?-pregunto asustado el muchacho.
-Acababa de dejarte una nota en la nevera...han detenido a tu hermano... -le explico dirigiedose a la puerta de salida.
El menor siguió a su progenitora, alarmado por la noticia.
-Pe..pero porque?-pregunto nuevamente.
-No lo se..me acaban de llamar..dijeron que esta en comisaria..-dijo la mujer, caminando a toda prisa hacia la comisaria del barrio.
Continuara...