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Futuristic lover por Felix Esquite

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Notas del fanfic:

Solamente son 6 capitulos...

Espero les guste....

y quiero utilizar este espacio para hacer publico que este cuento no hubiese sido lo que es sin la ayuda de una cantante Norteamericana (Katy Perry), que con su musica me llevó a ese lugar tan especial. 

1

 

 

 

 

Bill, como solían llamarme; era un joven de diecinueve años. Como el resto de su raza, como solían llamarnos, los demás compañeros en el instituto. Yo era conocido como una rata de la alambrada. La verdad es que a mí eso ya no me importaba mucho. Sobre todo ahora; ahora que en casa, por las noches, dispongo a ver las estrellas.

 

Distanciado de todo lo demás, siempre he sentido, muy dentro de mí que no pertenezco a esta tierra. Que no soy lo suficientemente normal, como el resto. No para la edad que tengo. O tenía. Yo no soy un nerd, solía decirme cada vez que esos pensamientos, autodestructivos, arremetían con mucho más fuerza en los recovecos mentales. ¿Acaso soy diferente?

 

—¡No! ¡Yo no soy así, maldición! —me grité muy dentro. Sin que nadie más que mi conciencia y yo, escucháramos. Sin saberlo, esa frase fue un detonante profundo e intenso.

 

No eres natural, escuché en mis entrañas—. Tal vez el problema está en tu ADN, quise saber en un hilillo de voz. Sumamente imperceptible al oído humano, o eso pensé.

Un aire otoñal resopló por toda la calle desierta. Viendo como aquella ráfaga precisa, removía las hojas; en tonalidades oscuras, de algunas partes y las enviaba a otras. Recordé lo sucedido aquella tarde.

 

—Muchos secretos nos esconde la infinidad del universo. —Decía el profesor. Un hombre de gafas con el pelo blanco, algo decrepito él. Frente a el alumnado del doceavo grado. Estallando como nunca antes, en un ataque de histrionismo. Saltó su camisa de marca, en celeste coral, saliéndosele del pantalón beige y de su suéter de lana oscuro—. Nosotros que nos encontramos acá —señalo el brazo de Orión. Atinando más o menos al sistema solar--: que somos un diminuto punto sólo en esta galaxia. No podemos cerrarnos, tan rápidamente, la búsqueda de algo más, fuera de lo nuestro. Billy, ¿estás de acuerdo conmigo, en esto? —Giró de súbito y se abalanzó sobre la tableta de mi pupitre. Clavó su excitado rostro empapado en sudor: en mi atónito estado de ser. Miles de respuestas rondaron en mi mente, desde el momento en que él comenzara a dar su clase. Y no solamente respuestas, sino también dudas. Cosas que dura y escasamente un simple ser humano como los otros, lograrían responder. O eso pensé.

 

—Si lo vemos desde el punto de vista científico, y meramente académico; lo que usted dice o nos quisiera hacer ver, estaría en lo correcto. —Hice un pausa necesaria—: Sin embargo, profesor si lo vemos desde un punto de vista, un tanto religioso… lo que usted nos dice es una abominación, algo que fu  y ha sido creación divina…

 

¡Mu!, se escuchó en la parte trasera del aula. Odie siempre, que esos cabrones se burlasen de mí de esa manera. No era secreto de la ciudad, que mi madre y padre habían salido de un pueblo, en el que la actividad con los productos derivados vacunos, eran el principal sustento.

 

El rubor se acercó a mí rostro intensamente. Teniendo una piel bastante blanca, tal cual la leche. Y no sólo por la tendencia genética que mi madre y el resto de su familia poseía: sino también porque yo no era de aquellos a los que le agradaban mucho los ejercicios. Mucho menos los de actividad al aire libre. Rápidamente mi rostro se mostró tan rojo como una lumbre. Varias risas estúpidas estallaron ante los ojos del desesperado profesor.

 

—¡Muchachos, muchachos ya! —dijo este subiendo un poco el tono de su voz. Al ver que nadie le hacía caso arreció su voz y soltó—: ¡Basta! ¡A callar!

 

El pobre hombre se veía al borde de un colapso. Volvió a su asiento y al momento justo la campana sonó, haciendo que todos nos pusiéramos de pi. Como era costumbre en mí: esperé a que todo el alumnado del último grado, de esa asignatura, saliera. Cogí mi mochila y un par de libros que esa semana me acompañaban. Nunca en ese tiempo comprendí la necesidad de leer ambas cosas a la vez. No era la primera vez que lo hacía, ni tampoco la última. Como tampoco supe el porqué de mi extraña afición con todas aquellas cosas que tenía que ver con magos, dragones, princesas encantadas, y calabozos. No hasta ese día.

 

—Bill espera, por favor —la voz del profesor me detuvo en seco. No por lo que pedía, pues no era ni la primera ni la última vez que algún profesor me pedía que me quedase un rato más después de clases. Sino porque por vez primera el utilizaba mi nombre y no ese cándido e infantil mote que la mayoría de personas utilizaba, al dirigirse conmigo.

 

—¿Sabes por qué decidí comenzar a impartir clases? —me preguntó y yo no supe que responder. Así que solo negué con la cabeza.

 

—Me prometí nunca decirlo… Espero no meterme en tremendo lio… O lo peor, meterle en uno mucho más grande… —La falta de comunicación directa entre él y yo, me hizo sentir incómodo. Realmente el profesor se estaba volviendo loco, pensé.

—No importa ya. Tanto tiempo ha pasado que… En serio no creo que eso les sea ya importante.

—¿Por qué comenzó a dar clases, profesor? —me atrevía a preguntar porque en serio que me recorrió un escalofrío por toda la vértebra.

 

—Espero que no me crea un loco —dijo sin más—: ante lo que he de decirte. —Su rostro soltó una mueca nefasta. Yo sonreí ante tal acto para suavizar las cosas y no acabar en un bote de basura, cortado en trozos por un profesor que estaba loco—. Cuando yo tenía más o menos tu edad… —aclaró su garganta—. Fui llevado al espacio. Sí, es cierto. Fui llevado por unos extraños seres, que nunca envejecen, y…

 

Al escucharle decir tal cosa; supe que el pobre hombre ya era un caso perdido. Nada ni nadie lo harían volver. Incluso, aunque fuese sometido a mejor ayuda psiquiatra, él no dejaría de mencionar eso.

 

Por mi parte no deseé escucharle más. Así que salí raudo de allí. Al traspasar el umbral de la puerta del salón, di una única mirada hacia él, y fue justo en ese momento cuando él, me confirió una única palabra…

 

—LAITYS.

Notas finales:

Espero les guste :)

Por favor, no dejen de comentar....

Lean mis otras obras...

y no sé que mas decir... jajaja

Disfrutenlo.


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