Ambos caímos a la cama bañados en una fina capa de sudor que a la luz de la luna nos hacía ver levemente brillantes, observaba su rostro transformado completamente por el placer mientras me dedicaba aquella sonrisa sensual que tan bien le caracterizaba, sus manos estaban en mis caderas indicándome con ellas como debía cabalgar en su cuerpo, como debía sentir su miembro entrando en mi interior sin ninguna pizca de delicadeza. Quizás en otra situación aquel acto me hubiese molestado de sobre manera, sin embargo en ese preciso instante mis gemidos entrecortados eran los únicos que podían embargar aquella habitación ajena a nuestro departamento, decorada con un estilo elegante aunque algo indigno para la ferocidad en que estábamos haciendo el amor en aquel momento. Mi espalda se arqueó al sentir su erecta hombría tocando mi próstata provocándome un sinfín de sensaciones que casi me hicieron desfallecer en sus brazos; mis manos se posaron a los costados de su rostro agachándose a la altura de sus labios mientras disimulado y ahogados jadeos escapaban de mi garganta, mis caderas parecían no detenerse cada vez la velocidad iba en aumento y el éxtasis que necesitaba iba aglomerándose más en mi vientre y en mi miembro.
- Aah… se siente… tan bien aah! – Besé sus labios con pasión mordiendo el inferior en un intento desesperado por intentar retener un poco más aquella exquisita extensión dentro de mi cuerpo, en aquel momento adoré tener aquella apariencia tan flexible, y a la vez tan bien formada, pues con ello las manos expertas de mi Hyung podían adherirse con mayor facilidad sin tener control alguno de sus actos.
- Me…me correré aah… - Una sonrisa satisfactoria pobló mi rostro moviendo de ágil forma mi flequillo mientras notaba como el orgasmo poco a poco comenzaba a llenarme, la noche era joven al igual que nosotros, bien sabíamos que en cuanto estuviese lleno de su persona no tardaría en querer más y más, ya que él era el único que podía cambiar mi forma de actuar con solo tocarme, besarme, y hablarme de aquella forma tan posesiva.
No tardamos demasiado en alcanzar el climáx ambos notando como mi delgado cuerpo caía sobre él, notando como mis piernas temblaban y mi propia esencia viscosa se esparcía por nuestros pegados vientres, sonreí extasiado notando como mi Hyung abandonaba mi cuerpo sintiendo su esencia resbalar por mis piernas, era un acto sucio el que estábamos ejecutando, pero vaya que me encantaba hacerlo si de él se trataba. Poder apreciar su cuerpo por completo, cansado, sonriente y lleno de lujuria en su mirar, amaba saber que quién provocaba todo aquello en su persona era solamente yo y nadie más.
Si bien estaba consciente de que ante las fans solo teníamos que adaptarnos a los fanservise que ellas nos exigían, tenía que admitir que era inevitable que sintiera celos cuando le veía tocar a mis otros hyungs, cuando les dedicaba sonrisa que por ende solo debían pertenecerme a mí, a su dongsaeng, siempre mis sentimientos eran los que terminaban renaciendo, aunque de su parte solamente podía recibir palabras dignas de compañeros de grupo, o golpes cómicos para entretener a la audiencia; sin embargo cuando estábamos solos, sin supervisión de nuestros managers, era ahí entonces cuando podía sentirme realizado, viendo que aquellas sonrisas que omitía para mí en público me las dedicaba con gusto a solas.
A través del ventanal de nuestra habitación pude percatarme de que ya era bastante tarde, seguramente más de las doce de la noche, lo que quería decir que ya era 14 de febrero. Enrojecí por unos instantes cuando me recosté a su lado respirando con fuerza para que mis pulmones se llenaran de oxígeno, el que seguramente perdería en unos cuantos minutos cuando volviera a tener a mi Hyung dentro, él por su parte se percató que de pronto mi actitud apasionada había cambiado por una completamente de timidez, algo extraño en mi persona ya que no solía ser callado o temeroso. Observé de soslayo como se ganaba de costado dedicándome una mirada que a simple vista podía desnudarme más de lo que ya estaba, no era tonto, seguramente ya sabía lo que estaba pensando.
- ¿Sucede algo?
- Eh?..n..no nada – Desvié mi mirada a los detalles de las paredes mientras que con mi diestra removía mi flequillo sonriendo de manera desinteresada. - ¿Desde hace cuanto no teníamos un momento así?
- Desde mis promociones… vaya ha pasado tiempo.
- Sí eso veo… - El silencio nos embargó de nueva cuenta, ese incómodo silencio que siempre aparecía cuando yo estaba nervioso y él se percataba.
- Feliz día de San Valentín – Me dijo de pronto creyendo prácticamente que el rojo de mi rostro me haría sacar humo por las orejas, como un resorte me senté en la cama dejando que un gemido escapara de mis labios ante el ejercicio hecho previamente escuchando claramente como una risa escapaba de sus labios. Inevitablemente le di un suave golpe en el hombro notando su mirada cargada de deseo, no estaba bromeando, tampoco era una ilusión, mi Hyung me estaba deseando un feliz día. – Me hubiese gustado crear algo más acorde a mi persona, pero creo que con la cena y este regalo de tu parte mis gestos quedaron minúsculos.
- No digas eso.. me gusta que tus gestos sean así, eres único después de todo – Extendí mi mano para acariciar su rostro sonriendo coqueto en cuanto me di cuenta que se había ganado sobre mi cuerpo dedicándome otra sonrisa más a la colección personal que poseía, oh dios como amaba que sus manos recorrieran mi cuerpo con tanta seguridad – Te quiero..
- Yo también…
Y así nuevamente me dejé llevar por sus labios dejando que mi cuello quedara expuesto a sus caricias mientras que sus manos bajaban con decisión hasta mi entrepierna, me estremecí por completo en cuanto tomó mi hombría masturbándola con aquel salvajismo que no llegaba a dañarme, simplemente a calentarme de una forma inhumana, gemí con fuerza arañando su espalda escuchando un ronco gemido de su parte mientras usaba sus rodillas para abrir más mis piernas usando su siniestra para mantenerse equilibrado; mis manos pasearon por su torso usando mis labios para morder su hombro al tiempo en que él continuaba deslizando sus dígitos por mi glande, estaba enloqueciéndome de nuevo, mi Hyung estaba despertando la excitación completa de mi cuerpo.
De pronto dos dedos ingresaron en mi cuerpo embistiéndome a un ritmo preciso y algo brusco sacándome más gemidos y palabras entrecortadas que intentaba acallar con sus labios, los cuales devoraba con deseo, mis caderas descaradamente se movieron aceptando que siguiera con su propósito, rogándole con la mirada que fuera otra cosa la que me hiciera perder la razón. Ante ello solo recibí una sonrisa burlesca en su rostro manteniendo su tortura por unos minutos más, sabía que si seguía me correría de inmediato, pues mi cuerpo estaba sensible aún con el reciente orgasmo que había experimentado.
- Hyung!! Aah! hazlo, follame…te lo suplico.. – Casi en gritos desesperados le supliqué que lo hiciera, mis ojos estaban vidriosos y mis mejillas sonrojadas daban a mostrar que mi cuerpo estaba sintiendo demasiado placer junto, para mi suerte él pareció escucharme, pues sus manos bajaron hasta mis caderas entrando en mi en cuanto se pudo acomodar quitándome el aire. No esperó a que me adaptara, simplemente me penetró con fuerza sujetándome de su cuello mientras mis gemidos se perdían en su oído izquierda, siendo mi rostro cubierto por mis cabellos húmedos. Era tan exquisito sentirse deseado por él. Sentir que con cada embestida podía sentirme querido, anhelado – Dios!... – Terminó sentándome en sus caderas sin dejar de levantarme y dejarme caer juntando nuestros rostros mientras nuestros jadeos se mezclaban con los besos apasionados que intentábamos darnos, en aquella posición podía adentrarse más en mi cuerpo, como odie que su entrepierna tuviera un tope, pero no podía quejarme ya con lo que hacíamos me sentía lleno por completo. De pronto un estremecimiento me dio a entender que no duraría mucho, estaba llegando al orgasmo él lo sabía pues mi cuerpo lo estaba avisando, por lo que antes de dejarme caer en aquel exquisito abismo de placer besé sus labios con pasión gimiendo guturalmente en sus labios al tiempo en que mi espalda se encorvaba corriéndome nuevamente en su cuerpo no tardando en sentir su esencia llenándome nuevamente.
Quedamos abrazados en la cama mientras me llenaba por completo, escondiendo mi rostro en su cuello mientras le dejaba una estela de besos acariciando su enrojecida espalda, había sido fantástico… sin lugar a dudas a la hora de hacer el amor SungKyu Hyung era lejos el mejor.
- Feliz noche de….San Valentin Gyu …Hyung
- Lo mismo digo… Sung Jong Ah..