“Malos entendidos”
En la lejanía Kai debía cumplir con sus obligaciones y estas variaban bastante, desde encerrarse en largas reuniones a dar entrevistas en radio y fue precisamente esto último lo que causó un pequeño gran malentendido. Era sabido que las preguntas de una entrevista oscilaban desde lo profesional a lo personal, pero es sabido también que la prensa “escucha” lo que le conviene y puede sacar de contexto cualquier frase aunque esta haya sido dicha con la mejor de las intenciones. Pero transformar la frase “El permanecer aquí este lapso de tiempo me ha permitido conocer gente realmente agradable” a “Me gustaría permanecer aquí porque conocí a una persona por la que siento cosas agradables” era demasiado…
Esa frase sacada de contexto por una revista que sólo buscaba provocar escándalo tenían a Nao llorando cómo un Magdaleno al imaginarse a su novio feliz con alguien más. Muy al contrario de estar feliz por saber que volvía, su fatalismo le pasaba la cuenta haciéndole creer que éste vendría sólo a confirmar lo que haya leído en ese artículo…
Cuando sintió la puerta del departamento abrirse se hizo bolita en la cama queriendo desaparecer de la faz de la tierra, que llegara un meteorito y le cayera encima o apareciera un dinosaurio y se lo comiera, pero no quería tener que verle la cara a Kai, no quería escuchar lo que tuviera que decir…
Durante la última conversación que había tenido con su mánager por teléfono éste le contó sobre lo que la revista y la sacada de contexto habían provocado en Nao y se recriminó todo el camino de vuelta a Japón por no haberse dado cuenta que lo mal interpretables que habían sido sus palabras. Había hecho sufrir a su novio por despistado y eso no se lo perdonaba…
Cuando abrió la puerta de su departamento la soledad se le vino encima, después de todo no estaba seguro si Nao quisiera seguir con él y eso le dolía, pero nunca imaginó que el dueño de sus pensamientos estaba en su habitación hecho bolita en la cama aferrado a una almohada…
—prendió la luz— Nao…— susurró sorprendido
El aludido sólo se tapo la cabeza con la almohada y se encogió más sobre sí mismo con claras intenciones de no escuchar. Kai se acercó a la cama y se sentó a su lado dudando si tocarlo o no…
—Por favor, escúchame— pidió
—No me digas nada, no quiero escuchar— respondió con la voz tapada por la almohada
—Yo quiero explicarte las cosas— dijo
—¿Qué quieres explicarme? ¿Cómo conociste a otra persona?— preguntó mirándolo por fin
—Sería incapaz de dejarte por alguien más y aunque fuera el caso tampoco sería tan hijo de puta para venir a contarte algo así— se defendió
—¿Entonces?— pidió una explicación
—Me pregunto qué tantas cosas habrán pasado por tu mente por culpa de eso— susurró
—volvió a hacerse bolita— Duele cómo no tienes idea no saber si de verdad dijiste todo eso o no. Intenté ponerme en ambos casos teniendo presente que los medios escritos son así, pero me ganó siempre el lado malo— contó
—¿Me crees capaz de dejarte por alguien mas?— consultó apenado
—Ya no sé qué creer ni que pensar, yo sólo quiero que deje de doler— contestó
Su memoria era bastante frágil mucho más si tenía un gran problema a cuestas, pero hizo lo que pudo con tal de demostrarle a Nao que de verdad todo eso había sido sacado de contexto y le mostró la entrevista en donde no eran letras, sino palabras y el contexto real en las que fueron dichas. Él nunca sería capaz de cambiarlo por alguien más…
Nao vio y escuchó en silencio y se sintió una mierda de persona por desconfiar de su novio. Él era tan fatalista, tenía tan poca seguridad en sí mismo y todo eso le estaba pasando la cuenta en esos momentos, tenía que pedirle disculpas a Kai por desconfiar de él, pero sólo lágrimas salían de sus ojos…
—No llores— le pidió acariciando su mejilla
—sollozó— Lo siento…— se disculpó
—No importa— sonrió de lado
—Sí importa… porque desconfié del amor que me tenías— susurró
—No hables en pasado, yo no he dejado de amarte ni un segundo— aclaró
Al escuchar esas palabras lloró con más fuerzas y no pudo evitar aferrarse a su cuerpo mientras lo hacía, se sentía tan poca cosa por haber desconfiado del amor que Kai le tenía, él y su cabeza arrebatada que lo hacían concluir cosas que distaban de la realidad lo tuvieron a un pelito de echar todo ese noviazgo por la borda…
—Deja de llorar— pidió
—No— respondió
—Te haré cosquillas— advirtió
—…— siguió llorando
Aprovechó que lo tenía entre sus brazos y comenzó a hacerle cosquillas tal cómo había advertido, al par de segundos los sollozos habían sido reemplazados por alegres risas, eso hizo sonreír a Kai porque así le gustaba ver a su novio, riéndose, contento, aunque fuera a la fuerza esa vez, las lágrimas no se veían bien en ese rostro tan hermoso y si de él dependía preservar esa carita feliz, pensaría más de un millón de veces todo lo que dijera antes de que alguien pueda malinterpretarlo de nuevo…
Quedó sentado sobre las caderas de Nao y limpió los restos de lágrimas en sus ojos con su polera, de esa forma descubriendo su abdomen a propósito, luego le dio un besito en la frente y terminó de sacarle esa prenda bajo la excusa de estar mojada…
Sabía que había hecho mal en dejarse llevar por las locas ideas de su cabeza y no era la primera vez que eso pasaba, pero tenía tanto miedo de perderlo por lo mismo, era demasiado inseguro de sí mismo. Intentando buscar su perdón cambió de posiciones y comenzó a moverse sobre sus caderas con expresión tierna y arrepentida…
—No desconfiare de ti nunca más— susurró y luego hizo un puchero
—Mhn~ Y-yo confío en ti~— le respondió intentando que su gemidos no salieran
Sabía que el movimiento de sus caderas por sobre la ropa, haciendo presión sobre su entrepierna estaba excitando a Kai, estaba cumpliendo su propósito de a poquito. Aprovechó la posición y le quitó la polera mientras se seguía moviendo sobre sus caderas…
—Nunca más volveré a desconfiar— habló acariciando su pecho recién descubierto
—Yo nunca te engañaría, mi amor— dijo dejándose querer
—Ahora lo sé, mi vida— sonrió y luego le mordió el cuello
Al sentir esos dientes sobre su cuello Kai sonrió y acarició su espalda con suavidad recorriéndola lentamente con la yema de sus dedos, mientras sentía su piel ser recorrida con insistencia también por su lengua sin que Nao detuviera el vaivén de caderas…
—Ahh~ —cerró los ojos e inclinó la cabeza hacía atrás—… Me fascina cuando muerdes— susurró
Seguido de eso le apretó el trasero a su novio logrando que gimiera sobre su cuello y le propinara una mordida mucho más fuerte, sintiendo en seguida cómo recorría las marcas recién hechas con su suave lengua mientras bajaba las manos con ansiedad a desabrochar su pantalón…
Queriendo hacerle las cosas más fáciles, cambió de posición en la cama y lo dejó sobre su cuerpo, de esa forma Nao podía desvestirlo con más libertad, pero antes que todo, al quedar embelesado con su rostro, acerco sus labios hasta los suyos y lo besó con ternura llevando una de sus manos hasta su rostro ya sin lágrimas para acariciarlo…
Nao dirigió las manos a su espalda para acariciarla mientras correspondía el beso. Poquito a poco Kai sintió esas manos descender por su columna dejando el rastro tibio de sus yemas hasta llegar al borde de su pantalón ya desabrochado bajándolo con todo y bóxer. Terminó de despojarse él mismo de sus prendas con ayuda de sus pies y delineó los labios que antes besaba con la punta de su lengua, hasta que un travieso mordisco lo hizo separarse y descender hasta el cuello de Nao para lamerlo y marcarlo cómo siempre hacía…
Al oír sus suspiros placenteros ejerció un poco más de fuerza a sus mordidas y en conjunto comenzó a desabrochar su pantalón para luego bajarlo junto con el bóxer. Un suspiro modesto por parte de Nao invadió sus oídos a la misma vez que su cabello era acariciado con toda calma y aprovechando que el cuerpo bajo él ya no poseía ninguna prenda dirigió una de sus manos hasta el miembro del más bajo y lo apretó un poco antes de masturbarlo a una velocidad moderada mientras seguía entreteniéndose con su cuello…
—Ahh~… N-no me masturbes~— susurró Nao gimiendo en su oído
No le hizo caso a su petición y aumentó un poco más el ritmo separando el rostro de su cuello para poder ver la expresión que tenía su novio; sus ojos estaban cerrados y sus labios entreabiertos dejando escapar suaves jadeos…
—¿Por qué no quieres que te masturbe?— le preguntó para luego morderle el labio inferior
Un discreto gemido rebotó contra sus labios y no detuvo su mano, primero quería escuchar su respuesta…
—Y-ya para… Mgh~ te quiero dentro— le respondió por fin mirándolo a los ojos
Supuso que le diría algo así y por fin detuvo el movimiento de su mano sobre su miembro para complacerlo en su petición. Mientras se acomodaba entre sus piernas sonrió y luego le lamió los labios…
—Bueno, me tendrá dentro entonces, mi amor— le respondió en un susurro sobre sus labios
—Al fin~— le devolvió el susurro mientras acariciaba su pecho
Acomodó con cuidado su miembro sobre su entrada y empezó a ingresar lentamente con ayuda de una de sus manos. No lo había preparado antes y por la inmediata contracción sobre la punta de su miembro supo que estaba siendo un poco molesto y doloroso…
—Iré con calma, ¿Sí?. Relájate, mi amor— pidió mientras seguía ingresando poco a poco
—emitió un suave jadeo y asintió entrecerrando un poco los ojos—
Al verlo así repartió pequeños besitos en diferentes sectores de su rostro y terminó de ingresar por fin con toda calma quedándose quieto para darle tiempo a que se acostumbre a la intromisión. Nao sonrío al sentir esos labios recorrer su rostro y cerró los ojos relajándose gradualmente notando cómo en la quietud en que permanecía ese miembro en su interior le otorgaba un calor exquisito que se esparcía por su cuerpo; una vez percibió sólo calidez se contrajo con fuerza y gimió suavemente dándole la invitación a Kai para que comenzara a embestirlo…
Entendió la petición de su novio y sujetando sus caderas delicadamente comenzó a sacar su miembro con lentitud casi por completo para adentrarse de la misma forma soltando un suspiro de satisfacción al sentir su miembro estrechamente acorralado por las paredes de la entrada de Nao. Lo oyó gemir despacio apretando un poco los dientes y repitió su acción un par de veces para ir gradualmente aumentando la velocidad con que lo embestía…
Le encantaba sentir ese calorcito palpitante dentro suyo abriéndose paso más fuerte con cada ir venir de sus caderas en perfecta coordinación. Aferró sus manos a los fuertes brazos que lo sostenían por la cadera y arqueó un poco la espalda concentrándose nada más en gemir quedamente y experimentar las calidas sensaciones que su novio le otorgaba cada vez que entraba y salía con ímpetu haciendo chocar la punta de su miembro con ese dulce lugar en su interior…
La constante presión que Nao ejercía sobre su miembro lo llevaron a cerrar los ojos y buscar sentir cada vez más esa sensación, sin darse cuenta apretó un poco el agarre de sus manos sobre sus caderas y se impulsó con más rapidez y profundidad haciéndolo soltar un pequeño y ahogado grito; en seguida abrió los ojos y lo vio con la boca abierta formando una muda “O” mientras permanecía arqueado y sonrojado…
—¿Q-qué pasó?— preguntó sin detener un segundo sus movimientos de cadera
—Hazlo fuerte… fuerte— susurró
En seguida fue obedecida su petición por parte de Kai y dejó salir con libertad sus fuertes gemidos mezcla de dolor y placer, sintiendo cómo sin pretenderlo sus ojos se llenaban de cristalinas lágrimas…
—¡Aaah! Mgh~ M-más rápido — pidió cerrando los ojos con fuerza
Agregó velocidad a la fuerza que ya estaba ejerciendo con sus estocadas y sintió las manos de Nao aferrarse con brusquedad a su espalda comenzando a enterrar sus uñas con fuerza sobre su piel, pero eso sólo lo incitó a seguir embistiendo…
—¡Ahh~ m-más, máááss~!— pidió contrayéndose y arañando su espalda
Apegó las caderas de Nao a las suyas con rudeza y persistencia, haciendo chocar su trasero contra su pelvis con cada penetración que ejercía, escuchando con gusto cada gemido, jadeo, grito con su nombre que salía de los labios ajenos, sabiéndose el único responsable de su placer…
—¡¡Aahhh~!! Sih mi amor, asíh mgh~ se siente rico— gimió arqueando la espalda
Por toda respuesta Kai le separó las piernas dejándolas en un ángulo de casi noventa grados y embistió más profundamente sosteniendo con fuerza; lo vio lamer sus labios manteniendo los ojos cerrados e irremediablemente lamió los suyos también ante esa imagen, sin dejar de moverse en su interior…
—Aaah sih~ rómpeme~— susurró frunciendo el ceño en un gesto de dolor
Levantó un poco una de sus piernas en frente suyo y lo penetró más rápido aún, viendo cómo en reacción Nao tapaba su boca con una de sus manos en un intento de acallar sus gemidos lastimeros. Él sabía que le estaba doliendo, pero mientras su novio no le pidiera que se detuviera seguiría. Simplemente apretó la pierna que tenía en alto y mantuvo el ritmo acelerado de sus caderas otorgándole rápidas y fuertes estocadas que lo hacían contraerse y arquearse contra el colchón…
—¡Aahh~ qué rico! ¡Mi amor~, apriétame~!— por fin los gemidos de Kai salieron de su garganta
—se contrajo un poco más—Ah~ ahhh~ sigue, sigue asíh~— pidió
—Mhgm~ Nao~ ¡Te amo~!— gimió en respuesta manteniendo el ritmo
—¡Ahh~! ¡Y-yo también te amo, Kai~!— declaró arrugando las mantas con sus manos
Volvió a dejar sus piernas en la posición original y se acercó a sus labios para besarlo con hambre y desesperación, lamió, mordió y succionó sus labios mientras su miembro se perdía con más velocidad entre sus paredes. El orgasmo estaba cerca para los dos, los gemidos ahogados entre beso y beso los delataban, la forma desesperada en que sus lenguas se encontraban a medio camino sintiendo a cada segundo más y más placer los tenía al borde de quedar sin aire…
—A-amor, y-ya… me ven... — Nao no alcanzó a terminar su frase
Eyaculó con fuerza entre ambos vientres mientras arqueaba la espalda, y Kai al sentir la tensión de su cuerpo aprovechó la constricción y embistió de forma rápida hasta que hizo lo propio en su interior soltando un fuerte gemido con su nombre estampado en el...
Cerraron los ojos con fuerza sintiendo cómo segundo a segundo el placer se les escapaba del cuerpo dejando a su paso una boba sonrisa llena de esa plenitud y complicidad que compartían siempre en la intimidad…
Cuando Nao abrió los ojos se encontró con la mirada penetrante y llena de amor de su novio aparte de esa linda sonrisa que tanto amaba ver en sus labios, se sonrojó un poco y sonrió también sin dejar de verlo a los ojos…
—Te amo— susurró Kai mientras salía muy despacio de su interior
—Yo también te amo— susurró de vuelta
—hundió el rostro en la curvatura de su cuello— Nunca dudes de mi amor… en serio te adoro, eres mi vida, todo lo que necesito para estar feliz— susurró sobre su cuello
—acarició su cabello— Te amo tanto— dijo con un hilo de voz
—Yo te amo más— bromeó y le dio un besito en el cuello
—Eres lo mejor de mi vida, en serio— declaró abrazándolo con fuerza
Nao tomó las mejillas de Kai y abordó sus labios con suavidad queriendo sentir sólo ese amor que se tenían y profesaban, nada más importaba si los dos estaban juntos, él ya no volvería a desconfiar de sus acciones ni de sus palabras, después de que le haya hecho el amor le quedaba más que claro que nunca habría nadie que lo amara más de lo que él lo hacía y así estaba bien, porque no deseaba a nadie más que el hombre que estaba besando en esos momentos.