- Sorpresa~ - Susurraste contra mi oído en un aniñado canturreo, destapándome finalmente los ojos, haciendo caer la fina tela negra que cubría mis ojos para poder ver de que trataba tu tan ansiada sorpresa.
Una playa...Me habías traído a una playa.
Era una escena digna de una película; La arena blanca, de textura un tanto suave a mi parecer, junto con un mar cristalino, perdiéndose en el horizonte. El cielo estaba teñido de tonos rojizos y anaranjados con pequeñas franjas negras en formas de nubes rectas. Y a pesar de todo...Este hermoso paisaje estaba solos. Estabamos solos.
Sabía que te encontrabas expectante a mi reacción. Podía notar aún no viendo como tu mirada intentaba ubicar la mía, combinada con esa brillante e infantil hermosa sonrisa tuya.
Intento articular palabra alguna, pero no puedo...Me encuentro embelesado ante la belleza del paisaje donde me has traído para al fin poder pasar un tiempo solos lejos de toda presión. Esta vez te has pasado...Nunca creí que harías algo como esto por nosotros.
Nosotros...
- Hey... - Tironeaste de la manga de mi remera, nuevamente comportándote como un n
niño. Ahí fue cuando caí en cuenta del patético estado en el que me encontraba.
Me limité a solo sonreír. No encontraba ninguna palabra que se asemejara a lo...Feliz que me encuentro de estar en un lugar como estos a tu lado. Solos. Tomé tu mano izquierda con delicadeza, como me encanta hacerlo y automáticamente nuestros dedos se entrelazaron, uniendonos con fuerza. Vaya... Estamos tan acostumbrados a estar así. Pensar en ello me hacía sonreír mas de lo que ya lo hacía.
Sin más comencé a caminar, tirando de ti para que me siguieras. Sabía que continuabas desconcertado esperando a que te dijera algo. Creeme, intento hacerlo, pero...No quiero gastar mas palabras contigo. Solo quiero estar así, de tu mano, caminando en esta bella playa sin que nadie nos moleste ni nos cuestione. ¿Acaso no era genial? Dejé escapar una suave risa al escuchar en mi mente tan nítidamente salir de tus encantandores labios un "Siempre tengo ideas buenas" Lo admito, es cierto. Pero yo no me quedo atrás. Lo verás...
Ya habíamos ingresado a la playa y como sospeché, la arena es increiblemente suave y cálida. Se escurría con travesía entre mis pies, causando una pizca mas de satisfacción al momento.
Esperen...¿Hay algo mas perfecto que todo esto que siento?
Volteé hacia la derecha y tus hermosos ojos posados sobre mi junto a esa radiante sonrisa que tanto me fascina me dieron una respuesta casi inmediata. Si, lo hay...
Continuamos caminando, quedando a unos escasos metros de la orilla. Quería continuar el camino, pero sostuviste mi brazo, a lo que me ví obligado a voltear. Nuevamente tenía la dicha de ver tus ojos. Sonreí como un idiota.
- No dijiste nada desde que llegamos... - Intentaste reprochar en un murmurllo, desviando la mirada apenado hacia la arena.
Me quedé unos segundos en silencio, observándote con gracia. ¿Acaso me hablas en serio? Pareciera que si, pero...Tú mas que nadie sabes como impresionarme. No pude contener la risita que se me escapó mientras me acercaba a ti.
- Sabes la debilidad que tengo por los paisajes naturales... ¿Hace falta que te diga algo? -
Flexioné mis rodillas y moví la cabeza para encontrar tu mirada. Una vez que lo logré, te dediqué una sonrisa amplia y cargada de felicidad. Porque así me haces sentir, ¿Sabes? Feliz.
Pareciera que mi sonrisa te contagió, porque tus labios imitaron mi acción y soltaste la mano que nos unía para que tus brazos se acercaran a rodear mi espalda media, atrayandome a tu cuerpo. Cerré los ojos y me dejé llevar, abrazando tu cintura mientras escondía el rostro cerca de tu cuello con la sola intención de embragiarme con tu aroma tan exquisito.
Un nuevo abrazo nos unía y no podía ser mas feliz por ello.
- Gracias... - Dije finalmente al cabo de unos segundos, teniendo como resultado un ajuste del agarre, sintiendome mas aprisionado contra tu cuerpo.
Luego de aquel agradecimiento en un amoroso y tierno abrazo nos separamos, pero nuestras manos volvieron a unirse, retomando el recorrido por la playa tranquilamente. Sin apuros, ni presiones, ni miradas acusadoras...Nada.
Rodeamos la orilla del mar, sintiendo el agua chocar delicadamente contra nuestros pies. Me causaba ciertos escalofríos ya que el agua estaba fría, pero contrastaba de manera agradable al calor que tu mano y tu presencia me brindan.
De vez en cuando nos mirabamos y nos dedicabamos una mirada cómplice junto con alguna sonrisita. Parecíamos dos niños, pero nos divertíamos así. Solamente nosotros entendíamos aquel pasatiempo de estar juntos disfrutando de las cosas simples como esta...Una simple, pero hermosa salida perfecta.
A los minutos, a aquel jugueteo de miradas se sumó también una charla amena y divertida, muy típico de nosotros hablando de todo y de nada a la vez. Si, esa era la definición exacta de nuestras conversaciones. Hablabamos de muchisimos temas, a veces parecía que no tomábamos un respiro ante la rápidez y la lógica que encontrabamos solo nosotros en mantener nuestras charlas, pero...Nunca podíamos hablar seriamente. Muy pocas veces eso sucedió, pero siempre teniendo a alguien entre nosotros, porque realmente somos unos niños que nos vivimos riendo de todo y de todos.
Esta vez, el blanco de nuestras incoherencias fue la compañía.
No puedo recordar por cuánto tiempo hemos estado hablando sobre nuestros "colegas" de la PSC ni mucho menos recuerdo lo que nos hemos reído de no solo anécdotas graciosas que hemos vivido o visto, si no que también lo que nos reímos criticándolos. Claro que si, nuestras lenguas son la reencarnación de dos viejas chusmas a las cuales no se le escapa una y siempre tienen un comentario filoso a la orden del día.
Lo único que sé es que ahora la playa paradisíaca estaba iluminada por la blanca y natural luz de una Luna llena que se veía espectacular. Hasta parecía mas enorme desde donde estábamos.
Continuábamos riendo, pero esta vez de las ocurrencias sobre ataques de monstruos marinos o tiburones al estar tan tranquilamente tirados sobre el muelle, con los pies expuestos hacia el mar en medio de una noche donde seguía sin haber rastros de otra persona en laaaargos kilometros. Pero era obvio que aquello no pasaría. Nuestra imaginación se asemejaba a la de un niño de siete años, pero así era como lograbamos mantener nuestros lazos unidos y fuertes en el tiempo.
Lentamente nuestras voces bajaron el volumen y las risas se volvieron menos consecutivas, terminando en un profundo silencio, que a diferencia de lo que se cree, resultó ser muy cómodo. Aunque sería mejor si el piso de madera del muelle fuese menos dura, mi espalda me cobrará caro por esto mañana. Pero no me importaba...Porque tú estabas ahí a mi lado, acostado sobre la incómoda madera también.
Moví mis pies, sincronizadamente en círculos mientras giraba el rostro, para poder verte. Una nueva sonrisa de niña embobada se formó en mi rostro casi de maner automática. Tu cabello estaba hacia atrás, desparramado en la madera con elegancia. Tú piel nívea estaba perfectamente iluminada por la Luna, dandote un brillo místico, angelical. Tus ojos estaban perdidos en el cielo, pero en ellos se reflajaba la Luna propiamente diche en todo su esplendor. Tus labios estaban entreabiertos, completamente ajeno a todo exterior y entre tanto silencio podía escuchar tu respiración calmada.
Eres una obra de arte que tiene vida propia. Déjame admirarte en su plenitud.
Te aclaraste la garganta, sacándome de mis pensamientos tan abruptamente. Estabas mirandome...Y yo estaba como un baboso observándote como mirabas la Luna. Un indeseado sonrojo apareció en mis mejillas.
¿Sabes que es lo peor? Que lo notaste, por la risa que dejaste salir y tu expresión divertida. Mierda, que patético que soy... Tu mano se alzó y se deslizó con total cuidado sobre mi mejilla. Ahora ni siquiera podía respirar con normalidad.
- Hoy finalmente confirmo que eres una persona especial... - Susurraste mientras nos mirábamos. Pude notar un deje de ilusión en esos preciosos orbes y ahora la curiosidad me atacaba.
- Si...¿Y eso a que se debe? -
Suspiraste y dejaste apoyada la mano en mi mejilla. Instintivamente entrecerré un poco los ojos, dejándome hacer por él. Pude ver que volvías a sonreír, pero esta vez esta mirada tiene otro tinte...¿Que estabas ocultándome?
- A que...Desde que descubrí este lugar siempre dije que traería a una personal especial algún día. Y tú eres la primera persona que conoce este lugar... -
Tu mano volvió a acariciar mi mejilla que nuevamente comenzó a arder ante las palabras que recibía. No podía creer que salían de ti. Si, siempre me dijiste que era especial para ti, pero nunca supe porque y realmente no me interesaba saberlo. Con solo saber que tengo un lugar de tu corazón enorme, puro y lleno de amor está bien por mi...
- No se que decirte... -
Nuestras miradas volvieron a conectarse y a mi cabeza la dio un cortocircuito...¿Es que no te das cuenta de la belleza que portas? ¿Que me embelesas y me haces perder? ¿No te das cuenta de la cercanía que nuestros cuerpos y rostros tienen está comenzando a poner a prueba mi auto control? ¿Que tus ojos me hipnotizan y simplemente caigo ante su hechizo?
¿No te das cuenta que nuestras respiraciones comienzan a entrelazarse y no dejamos de sonreír por ello mientras te acomodas sobre mi para estar mas juntos y finalmente acabar con esto?
- ¿Sabes? Las palabras sobran... -
¡Cuánta razón tienes! ¡¡Claro que las palabras sobraban, joder!!
Sin más te tomé suavemente de la nuca, terminando de aplastar la distancia al juntarse nuestros labios. Tus labios suaves y húmedos estaban sobre los míos. Casi literal que me estoy derritiendo. Tu boca me quema, es un contacto muy ardiente y sorprendente. Me despierta la curiosidad de saber si tu cuerpo completo tiene esa habilidad de aniquilarme la cordura, pero solo puedo depender del beso que nos estamos dando.
Nuestras bocas se acoplaban a lo que el otro necesitaba, amoldandose a su forma mientras se deslizaban sutilmente en toda su extensión. Yo estaba deshaciendome en suspiros que morían entre nuestros labios y tu mano tomó mi cintura, acercandome a tu cuerpo.
Entre tanta intensidad no me había dado cuenta que nuestras lenguas ya estaban unidas y peleando por entrar en la cavidad del otro, haciendo el contacto mas húmedo, produciendo algún que otro sonidito.
Los segundos fueron pasando y el ritmo decayó gradualmente ya que el aire comenzaba a hacer falta. Sabía que a ti también te sucedía lo mismo, por lo que yo tomé la dolorosa decisión de comenzar a separarse.
Abrí los ojos, chocando de lleno con esa expresión que nunca tuve la oportunidad de apreciar tan en detalle; Estabas sonrojado, con los ojos entreabiertos y una sonrisa que me podía, además de tu respiración agitada que hacía eco en mis oídos, haciendome estremecer.
No era la primera vez que nos besábamos, pero esta vez había sido distinto...Como si realmene fuese el primer beso.
Nuestras respiraciones estaban otras vez unidas, pero en otra situación. Una de mis manos subió hasta su mejilla, acariciándola con ternura, mientras que acomodaba algunos de sus cabellos detrás de su oreja.
- Shima... -
- Shh... - Me silenciaste aún con esa expresión que...Antes de morir debo retratarla. Eres hermoso.
Ahora fue tu turno de acariciar mi mejilla mientras nuestras miradas seguían tan compenetradas como siempre. Tus ojos, tus hermosos ojos mieles brillaban y no porque la Luna esté reflejada allí si no...Era un brillo propio.
- Ruki, yo... -
Me sobresalté al escuchar la alarma del celular y estiré la mano, quitándola de bajo de las sábanas hasta alcanzar mi móvil y de muy mala gana, apagar el despertador. ¿Ya eran las 6:45 am?
Una vez que esa maldita campana dejó de sonar, bostecé sonoramente mientras me removía. Otra vez Lunes y eso significaría una nueva semana de trabajo, trabajo y...Mas trabajo. Resignado abrí los ojos, encontrandome con el techo de la habitación.
- ¿Eh? -
Miré hacia todos lados. ¿Y la playa? ¿Y Uruha? ... ¿Y el beso?
¿Acaso estaba soñando?
Bostecé nuevamente. No podía ser...Había sido tan real...Suspiré. ¿En que carajos ando pensando? Me acaricié el rostro y miré hacia la izquierda, encontradome con la figura dormida de... Yuu.
Si, soñaba esa clases de cosas con Uruha, estando en pareja con Aoi. So what?
Nadie sería incapaz de entenderme ni de entender la clase de amistad que tengo con Shima. Si, sea como sea está mal. Y mucho peor al tener pareja, pero...Es inevitable.
- Yuu...Despierta. Vamos, hay que desayunar... - Murmuré ronco mientras que con mucha pereza estiraba el brazo hacia el costado de mi pareja, moviendolo un poco. Y como siempre no tenía respuesta...
Me quedé unos segundos mas esperando mientras mi mente seguía divagando en aquella ensoñación. Ese beso hacia sido demasiado real. Bueno, realmente no era la primera vez que nos besamos, pero...Juro haber sentido los labios de Shima sobre los míos.
Gruñí e intenté nuevamente despertar a Aoi, pero no había caso. Siempre me daba el mismo trabajo, por eso debía la alarma como unos cuarenta minutos antes para que se levante a tiempo. Debería hacer que se quede dormido y que lo regañen, por dormilón.
- Yuuuuu...Joder, hombre...Arriba - El bulto enredado en mantas a mi lado se movió, pero con ninguna intención de obedecerme. Hijo de puta.
El celular volvió a sonar. Un mensaje.
Que sea Kai, que sea Kai, que sea Kai...
1 mensaje nuevo:
Shima :)
Abrí los ojos, sintiendo que el malhumor y el sueño se me habían esfumado cuando leí el remitente. Abrí el mensaje.
Espero que tengas un lindo día hoy :)
Sonreí.
Bien, tal vez mi relación con Kouyou era extraña. Tal vez él era un puto masoquista que sigue detrás de mi luego de confesarme sus sentimientos yo estan en pareja con Aoi. Y si, yo era un maldito cobarde por no decirle lo confundidamenete enamorado que estoy por él ya que no quiero lastimar a Yuu ni quiero conflictos ni que Uruha sienta culpa. Pero esa era la "amistad" que elegimos tener para no lastimar a nadie más que no sea a nosotros mismos.
¿Que más podíamos hacer?
Volví a soñar contigo hoy...Ya es un excelente día, Shima. Nos vemos en la compañía.
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