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Dulce como la salvación por Michelle cifer Abarai

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Notas del capitulo:

Llevaba siglos sin actualizar D:

Odio cuando acaparan el ordenador TT-TT

Sorry :)

Capítulo 2: Sentirte mío…

Me paralicé, me quedé congelado. ¿Qué hacer ahora? ¿Cómo reaccionar?

Ven a mi bote,

Una tormenta se avecina

Y anochece.

Y como si de una banda sonora que me siguiera en ese preciso momento, empecé a escuchar Seemann de Rammstein.

A donde quieras ir,

Completamente solo,

Vas a la deriva

¿quién sostiene tu mano

Cuando te remolca

Hacia abajo?

 

Ese hombre me miraba, me estaba analizando con la mirada y no me gusta. Estaba más que claro que notaba mi desesperación. Sabía lo que pasaba por mi cabeza en ese preciso instante…

A dónde quieres ir,

 tan ilimitado

el frio mar.

Ven a mi bote,

El viento otoñal

Tiene el riguroso sello.

 

-Ve a la dirección que hay apuntada en un papel. Pero si lo prefieres puedes acabar en la comisaría, tú decides, a las 20:00 te espero puntual.

-…- Estaba en shock, ¿qué debería hacer? No esperó mi respuesta y comenzó a caminar, me gire para poder verlo, pero ya no se encontraba ahí.

Estaba completamente desorientado. Simplemente me fui al piso que había alquilado y me eché a dormir sobre la cama.

Desperté, las 18:00. Iba siendo hora de tomar esa difícil decisión. Mi instinto me decía que pasara, pero no quería que la situación desembocara conmigo en la cárcel. Iría, ya no me queda nada que perder.

 

Ahora estas de pie,

Junto al faro.

Tienes lágrimas

En el rostro.

 

Me metí a tomar una ducha rápida para despejarme. Salí mucho más tranquilo, me coloqué unos bóxer cuando el atardecer aparecía por la ventana quemando mis sueños y esperanzas.

 

La luz de la tarde

Ahuyenta a las sombras.

El tiempo permanece

Y llega el otoño.

 

Cogí la cartera y muy lentamente acorde con mi respiración fui abriéndola, esperando cualquier cosa. Había lo típico que se suele encontrar en una cartera: el DNI, tarjetas y más tarjetas, 1.500 euros, vale eso no es normal, llevar tanto dinero encima es raro, me estoy asustando, a saber de qué trabaja. Y junto que ese dinero estaba una nota. “A las 20:00 calle Cliff Soul, portal 13 azotea.”

Ese es uno de los barrios más ricos de la ciudad, bueno, ya no hay marcha atrás, total nada puede ser peor que ahora. Coloqué todo tal cual estaba en su cartera y elegí una camisa negra sencilla para ponérmela con unos pitillos blancos, playeras negras con rojo, unas cadenas y una chupa de cuero. Me peine y salí a llamar un taxi.

 

Ven a mi bote,

La nostalgia será

El capitán.

 

Ven a mi bote,

El mejor marinero

Era yo.

 

El camino era agobiante, cada vez que me acercaba más la ansiedad se apoderaba de mí.

 

Ahora estas de pie,

Junto al faro.

Tienes lágrimas,

en el rostro.

El fuego toca la vela.

 

Legué al edificio, faltaba unos minutos para las ocho, los use para inhalar y exhalar aire mientras me fumaba un cigarro para tranquilizarme. Llamé al telefonillo y me contesto una mujer con una calmada y maternal voz. Subí en el ascensor respirando profundamente. Me abrió la puerta una señora mayor de ojos amables, me hizo pasar por un gran pasillo que desembocaba en una maravillosa sala de estar.me sirvió té y se retiró alegando que pronto se haría presente el señor.

 

El tiempo permanece

Y llega el otoño.

 

El simple hecho de haber visto a esa mujer me calmo, tal y como hacías la presencia de mi madre antaño. Sonreí para mí mismo, pero mi efímera felicidad se desvaneció cual castillo de arena, me levante del sofá y me acerqué sigilosamente al lugar donde provenían los ruidos.

 

Ellos solo hablan

de tu madre

sin piedad.

Es sólo la noche.

Al final

Me quedo solo.

El tiempo permanece en silencio

Y tengo frío.

 

-Sácalo de nuestras vidas, acaba con él, no lo queremos vivo cerca de nosotros, sabes que nonos conviene a la familia.

-Yo no soy familia y no voy a destrozarle la vida por la conveniencia de una bruja amargada, simplemente haré lo que crea mejor. Sabes tan bien como yo que no tienes ningún poder, y que todo el dinero del que te jactas no te pertenece.

-¡Cállate! Es todo culpa de esa ramera, si no hubiera tenido a esa abominación yo no tendría tantos problemas.

-Estás hablando de tu hija y tu nieto, y sabes tan bien como yo que la tú eres lo único que merece estar muerto. Hemos acabado, márchate, me estas arruinando el carácter y tengo que estar perfecto para él.

 

Salí corriendo con lágrimas en los ojos, como pude me encerré tras la primera puerta que malamente vi debido a mis ojos llorosos, me recargué sobre la pared intentando evitar el llanto. Desde siempre he sabido que nadie además de mi madre me quería pero puede que en mi corazón hubiera un pequeño atisbo de esperanza que acababa de ser pisoteado de la manera más vil.

 

Al tranquilizarme salí de la habitación lo más rápido posible, me iba a ir a la salida principal para marcharme de allí. Pero al llegar al salón donde había estado antes, mi chupa no estaba y hacía un frío de los mil demonios, necesitaba encontrarla, era prioritario.

Encima de la mesita para el té se encontraba un joyero pequeño con forma de rosa y de color azul, lo reconocí al instante. Era de mamá, se puede decir que era la única cosa material a la que tenía apego, no por ser un joyero, sino porque fue un regalo que papá le hizo con sus propias manos, eso me había contado ella.

Eran demasiadas emociones fuertes para un lapsus de tiempo tan reducido, y por segunda vez desde que mama murió lloré por su recuerdo.

Me deslicé hacia el suelo y sentí como alguien me tomaba en brazos para subir a la segunda planta. Sabía quién era, pero necesitaba esa especie de abrazo reconfortante. Entramos a una amplia habitación y él se sentó aun manteniéndome es sus cálidos brazo.

Sentí su aliento cerca de mi cuello, era demasiado excitante y necesitaba calor humano. Estaba realmente asustado, porque nunca había hecho lo que iba a hacer ahora. Con nadie. Nunca llegué a querer tanto a alguien como para irme a la cama.

Lentamente enredé lis brazos a su cuello y lo besé con gran devoción esperando el golpe que me llevaría por tamaña osadía. Pero no pasó nada, por eso seguí moviendo mis labios notando como el reaccionaba y continuaba el beso pausadamente.

 

-¿Realmente quieres esto?- pregunto no muy seguro de haber querido formular esa pregunta, llevaba demasiados años deseando a ese joven tan encantador. Pero debía hacerlo, porque no quería perder el control y forzarlo a nada. A él nunca le exigiría nada.

-S…si- respondió templando, pero no sabía cómo continuar, nunca había estado en esa situación antes.

El mayor se dio cuenta de lo inocente que seguía siendo su pequeño amor, asique decidió tomar el control de la situación.

Con un rápido movimiento colocó a Teo sobre la cama y se posicionó sobre él para empezar a besarlo por donde su boca tenía posibilidad. Desabrochó los botones de la camisa uno a uno con infinita paciencia mientras sus lenguas luchaban en una batalla campal por determinar quién tenía el control en la lucha.

Acarició su tersa piel mientras al mismo tiempo besaba y dejaba visibles marcas rojas en su cuello y clavículas, era realmente apetitoso, le estaba costando mantener el control para no cogerlo bestialmente y hacerlo gemir de dolor y placer.

Pero quería dedicarle tiempo y que fuera especial, porque los simples movimientos de su niño delataban que era su primera vez.

Lamía su tetilla izquierda mientras la derecha la piñizcaba haciéndolo gemir con locura.

Estaba realmente excitado con la visión que le mostraba aquel cuerpo tan puro.

Acelero sus movimientos y desabrochó los pantalones para poder meter su mano a la intimidad deseada…

Continuara…

Notas finales:

¿Reviews? espero tener alguno así no me aburro >.<


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