Capítulo III
Los pasos del muchacho se dirigieron hacia Nina, sus intenciones eran buenas, pero Nina no quiso escucharlo...
-¿Qué te ocurre Nina? Últimamente te noto muy apagada...
Nina, haciendo burbujas de jabón... se miró al chico y le dijo:
-No te molestes. No me ocurre nada... sólo es que no se si voy a aprobar este curso, nada más.
-¿Estás segura?
-Completamente... –Mintió-
En tal caso... si te ocurre algo, puedes contar conmigo para lo que sea, ¿vale Sakura?
Nina se desconcertó. *No entiendo por qué se interesa tanto por mi* Tsujiai le miraba a los ojos preocupado sin apenas conocerla. ¿Estaría tramando algo?
-Bueno... pues... yo me marcho. Si quieres te acompaño a casa...
Ella aceptó, no quiso ser tan mezquina con él ya que vio que era una persona de buen corazón. Si estaba tan interesado en ayudarla *¿Por qué no dejarme ayudar un poco más?* se repetía a si misma...
-Vaya, está muy nublado. Parece que va a llover... –Dijo Tsujiai mientras se dirigían hacia casa de Nina-
-Eso parece.... Mi casa es la de en frente. Gracias por haberme acompañado Tsujiai... te estoy muy agradecida.
-No hay de qué. –Le mostró de nuevo una sonrisa-
Nina le devolvió un sonreír algo pálido, pues no tenía suficientes fuerzas para alegrar aquellas facciones de muñeca de porcelana, había tenido un día demasiado duro para ella en aquel mundo en que la gente había sido tan desconsiderada. Al entrar en su casa con toda la paciencia y delicadeza del mundo se quitó los zapatos y se dirigió vagamente hacia su cuarto.
Sakura podía ver desde el fondo del pasillo que se dirigía hacia su habitación una luz que salía de debajo de su puerta.
*¿umh?* -¿Me he dejado las ventanas abiertas? –Se preguntó a si misma-
Abrió la puerta con algo de inquietud y la vio. Si, a ella... Estaba allí tumbada en su cama mirando al techo. Los ojos de Nina se agrandaban a medida que iba descubriendo cada segundo de su asombro. *¿Qué?* No comprendía nada.
-¡Hola Nina! Por fin llegas chica. Pensaba que no volverías nunca ha, ha. ¿Dónde has estado todo este tiempo? ¿Es qué no te vas directamente a casa cuando terminan las clases? –Ayu le habló como si nada hubiera ocurrido, como si de su habitación se tratara... pues estaba como en su casa.
*Ya entiendo... tengo que descansar más, tantas pocas horas de sueño me provocan ver esas alucinaciones*
Ayu se levantó de la cama de un salto, y se dirigió hacia ella...
-Yendo de camino hacia casa... casualmente he coincidido con tu madre... ¡Que mujer tan amable! Y me ha invitado a esperarte en tu casa tomando te y galletas. Y aquí me tienes observando tu habitación... he, he. Espero que no te aya ofendido encontrarme aquí por las buenas... te aseguro que me he negado pero... –Le contó Ayu con toda su buena fe... –
Pero a Sakura todo aquello le parecía demasiado casual... ‘’ella’’ se le aparecía en todas partes... realmente lo estaba pasando mal.
-Ah... no te preocupes Ayu. Yo estoy encantada de verte aquí. –Acompañó sus palabras con un gesto de admiración-
Nina y Sakura empezaron a perder la noción del tiempo cuando al cabo de una hora de estar tomando más té, charlar, conocerse mejor... cuando Nina le pregunto tímidamente a su compañera:
-Esto... Ayu, ahora que ya tenemos más... emm... como diría... ¿confianza? Si eso. –Nerviosa- que tal si hablamos de ‘’aquello’’
La amiga se miró a Nina desconcertada.
-¿Uhm? ¿Qué es aquello?
-Venga Ayu, no te hagas la tonta... –Dijo sonrojada-
-Ha, ha, ha... ¿No se tratará de algo relacionado con el ‘’amor’’?
-¡Sí! –Afirmó Nina-
-¡Lo sabía! A una muchacha como tu esas cosas se le notan al instante. –Ayu le guiñó el ojo al terminar el incómodo comentario para Nina-
- (Ruborizada) ¿T-tu crees?
-Claro mujer... además... ¿a caso no me notas a mi lo mismo?
-P-pues... ahora que lo mencionas... –Ayu interrumpió a Nina-
-Cuando le veo me pongo como un tomate. Te has dado cuenta ¿no?
-¿Cuándo le ves...? –Dijo preocupada-
-Sí. A Kaji.... es tan simpático, tan agradable... me hace poner la piel de gallina cuando estoy a su lado... –Dio un largo suspiro-
-Fue amor a primera vista. Cuando le vi, quise intentar seducirle con toda mi alma. Pero parece que no se entera... –De nuevo dio un suspiro, algo más corto y afirmando con la cabeza lo que acababa de contarle a Nina-
Nina: (...)
-Hey, ¿qué te ocurre? Te has quedado callada...
*¿Por qué? ¿Lo está haciendo a propósito? ¿Querrá darme celos...? No... no me quiero engañar... lo que pasó fue fruto del hechizo pero no ha durado... serán estas las consecuencias. Ayu me está restregando por la cara lo que siente por Kaji... y yo... yo...*
-Yo... yo te amo Ayu Tateishi.
*Me da igual, ya no pienso utilizar ningún conjuro más... si tengo que enamorarte lo haré sin magia, sin poderes...*
-Nina...
-¡Si! Te quiero... siento haberme enamorado de tu sonrisa, de tu bondad, de tus ojos... de ti. Cuando me ayudaste a encontrar el ordenador portátil mágico...
-¿Mágico? –Ahora era Ayu la que se encontraba en un auténtico lapsos-
-Cuando me ayudaste, sentí agradecimiento hacia ti... por que no sabes lo importante que es para mi este cacharro –mirándolo con algo de desprecio- ya que... yo vengo de otro lugar...
Ayu la escuchaba sorprendida, muy sorprendida...
-Escucha, Ayu. Yo soy una aprendiz de bruja. Pero en mi mundo no creamos mal... desde que estoy aquí que no han parado de surgirme problemas... allí todos somos bondadosos.
-No me lo puedo creer... ¿Estoy soñando? –Dijo Ayu mientras se tiraba de una mejilla-
-No, no estás soñando... esto es real, mi querida Ayu. –Le cogió las manos delicadamente-
-Verás... como en mi mundo soy bastante pésima en los estudios... me mandaron aquí para así poder practicar sola y relacionarme con otros seres. Mis padres piensan que si estoy una temporada en otro lugar, poco a poco aprenderé cosas nuevas y conseguiré hacer nuevos milagros con la magia que allí no consigo hacer. Pero por lo que veo... no me ha servido de nada el viaje. –Le contó Nina bajando la mirada-
Ayu empezaba a creer lo que le estaba contando su amiga. Pues en su mirada transmitía algo que daba confianza a creer en sus palabras.
-El caso es que empecé a fijarme en ti cuando te observaba para contarte mi secreto. Ya que no soporto estar sola en esto... pero antes de contarte nada... me vi invadida por este sentimiento que me está matando –Exclamó agarrando las sabanas enojada con ella misma-
-No tienes por que sentirte culpable... pues los sentimientos son incontrolables, Nina. Aun que ahora soy yo la que me siento culpable... –Le confesó Ayu-
-Hice un conjuro... para saber qué sentía en realidad... pero como tengo prohibido hacer esta clase de hechizos por mis malas notas, tu no te acuerdas de lo que sucedió, y yo lo estoy pasando mal. Estas son las consecuencias de haber hecho lo que no debía.
-¿Y qué sucedió si se puede saber?
Nina volvió a sonrojarse...
-No creo que te guste saberlo... he, he. –Exclamó tímidamente-
-¡Oh, vamos! Ya te vale Nina... ¡Debo saberlo como cómplice tuya que soy! –Le guiñó el ojo por segunda vez-
-Estás tan guapa cuando haces eso...
-No desvíes el tema. ¡Mala bruja!
Las dos empezaron a reírse por ese comentario, pues parecía ser que al confesarse secretos la una con la otra, habían establecido mucha más confianza... al fin y al cabo Sakura se sentía mucho mejor al confesarle sus sentimientos.
-Bueno... te lo diré si me prometes que no te enfadaras conmigo ¿vale?
-¿Cómo me voy a enfadar contigo... tontina...?
-N-nos besamos en el vestíbulo del gimnasio. –Nina estaba completamente nerviosa, y también ruborizada como un tomate-
-¡¿Qué nos besamos?!
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