Capítulo II
‘’De repente... un golpe inesperado en la puerta del vestuario interrumpió el juego de las dos.’’
-Escondámonos, ¡rápido! –Nina se encontraba en una situación escandalizante. Cogió la mano de su compañera y la acompañó hasta el WC más próximo-
-Quédate aquí, por favor... y haz el favor de no moverte. ¿Has entendido? –Le susurró Nina apoyando sus blancas manos a través de aquella puerta llena de garabatos-
Nina se encontraba apoyada en aquella pared blanca y húmeda del vestuario, mirando hacia todos lados. No era muy buena disimulando. Las chicas del club, iban entrando en fila india, como en un ejercito... a la hora de ir a cambiarse, no se comportaban para nada como sus rivales, los chicos. Pues ellas sabían bien que debían ganarse la confianza de la líder para que les apoyara en sus derechos de juego.
Las charlas de aquellas jugadoras de tenis iban penetrando por toda la sala, y también en los oídos de Nina y supongo que también de Ayu, escondida en uno de los muchos WC de aquel amplio gimnasio...
-¿Nina? –Dijo señalándola una de las muchachas mientras las otras discutían sus jugadas-
-¡Ho-hola Mika!
-¿Qué hay? –Dijo Nina entre dientes-
-¿Qué haces aquí tan sola? –Mika no se había percatado de nada, pues se le notaba un rostro resplandeciente y digno de una ganadora. Al menos eso supuso Nina al ver aquella expresión de felicidad y despreocupación hacia ella-
-Ah, yo... ¡nada! Antes me he mareado y he entrado para refrescarme un poco...
-¿Refrescarte? –Dijo la muchacha mientras las otras le discutían las jugadas en sus ligeros oídos-
-Si, bueno quería decir que he venido a mojarme-
-¿La cara? –La expresión de Mika cambiaba a medida que las otras iban soltando locuras, mostró un rostro burlón al soltar semejante comentario irónico, estaban realmente eufóricas y el defecto (o virtud) de esta era que se desmadraba muy de prisa cuando a su alrededor había excitación.
-¡Pués claro Mika! ¡¿Qué va a ser si no?! –Soltó Nina escandalizada-
Las muchachas empezaron a reír a carcajadas por el comentario de la campeona y la respuesta de la tímida nueva apoyada en la pared húmeda.
-Venga, venga Nina... no te me vayas a ofender. Era una broma, no te tomes las cosas tan a pecho mujer. –Le díjo la muchacha acompañando la frase con suaves caricias que amansaban la cabecita de Nina. Realmente, la estaba tratando como a una mascota-
Seguidamente, la puerta del lavabo dónde se hallaba la escondida, empezó a abrirse poco a poco, como si se tratara de una escena inquietante de una película de miedo. Aquella puerta de madera rozaba el suelo de tal modo que resonaba por todo lo amplio del vestíbulo. Ayu, tratando de salir a mala gana, ofendida por los comentarios de las otras muchachas quiso defender a su amiga. Al comprobar que no pudo salir a la primera, dio unos dos o tres golpes más a aquella maldita puerta para salir, y una vez fuera, con todas las chicas alerta...
-¡¿Qué diablos se supone que estáis haciendo?! ¿podéis hacer el favor de dejar a Nina en paz de una vez? Ella estaba aquí tan tranquila y teníais que haber aparecido vosotras con vuestro orgullo femenino de siempre y estropearlo todo ¿no es así?
-Pero Ayu... nosotras no queríamos....
-Cállate. Eres una estúpida. ¿A caso crees que machacando a todos y haciendo el ridículo conseguirás ganarte mi confianza?
-Yo...
-No, ¿verdad? Pues espero que no vuelva a suceder algo semejante. Lo he oído todo, ¿sabéis? Os aseguro que si volvéis a burlaros de Nina –Se sonrojó- o de alguien más da lo mismo... abandono el club.
Nina observaba a su amiga con admiración, aun le estaría mucho más agradecida... y sentía claramente que aún la iba a querer más. Cada vez se sentía más atraída por aquella muchacha de pelo oscuro y ojos celeste... aquélla persona que la estaba defendiendo, que estaba defendiendo a una aprendiz de bruja... y también de sus sentimientos. Todo era nuevo para Sakura, jamás se había encontrado en un lugar dónde la gente se burlara de otra, pues antes residía en otro mundo dónde los habitantes son pacíficos por naturaleza. Dónde unos se ayudan a los otros con la magia, allí no usan ese don para crear mal sino para hallar el bien y poder crecer como personas para así ayudar a los demás. –Realmente, el estilo de convivencia allí es mucho más distinto- Pensaba Nina mientras Ayu daba su largo discurso...
Nina Sakura, sabia que las personas se enamoraban del sexo contrario, pero... ¿Y ella? ¿Se había enamorado? Realmente, sí. Ayu se estaba convirtiendo en su primer amor, aun que no lograba entender... por qué del mismo sexo. ¿Qué dirían los demás si supieran...?
-Déjalo, Ayu. Ya es suficiente... no ha pasado nada. Gracias... –Susurró tímidamente la dulce “niña”-
Las compañeras, calladamente se ducharon, se cambiaron... y avergonzadas se marcharon silenciosamente diciendo un “lo sentimos” que a Ayu no la terminó de convencer. Pero daba igual... volvían a estar a solas.
-Ayu, lo que ha pasado... ¿por qué? –Salieron unas diminutas lágrimas de aquellos ojos entristecidos y aquel rostro conmovido por todo lo sucedido, pues la muchacha era muy sentida-
Ayu sin pronunciar palabra, gracias a sus manos, no dejó que aquellas lágrimas resbalaran por las mejillas ruborizadas de Nina, y nuevamente abrazó dulcemente a la “niña” y las dos se fundieron de nuevo en un tierno beso en los labios.
-No dejaré que te hagan daño, Nina. –Díjo Ayu nuevamente con aquella mirada fría-
A la noche, Sakura se encontraba estirada en su nueva cama, su nuevo “refugio”. Aquella habitación fue creada por ella misma con un hechizo especial para sentirse protegida de toda mala vibración exterior.
Calladamente, cogió de nuevo su portátil de encima la mesita de noche, y lo abrió con mucho cariño. –Gracias. –Dijo sonriendo- La luz del pequeño ordenador mágico resplandeció nuevamente, y así, una voz pronunció tales palabras que a Nina la dejaron un poco inquieta. Pero le daba igual, ella era feliz de haber encontrado a alguien como Ayu.
“Nina Sakura, las consecuencias siguen su camino.”
-Oh... vamos, cállate. ¿A caso no has visto lo fantásticamente bien que me siento? Y todo gracias al espejo de la verdad.
“El espejo no te ha mostrado la verdad. Si no lo que tu has querido que mostrara... No te engañes, Nina.”
-Ya está, se acabó. No quiero escuchar más mentiras.
Nina apagó su portátil, lo dejó en la mesita e intentó dormir evitando lo que había escuchado... pero... era obvio que no podía evitar pensar en ello. ¿Y si era un espejismo como tal le había pronunciado la maquina? –No, es imposible- Se dijo a ella misma para intentar tranquilizarse.
-Buenas noches, cuarto. –Se dijo satisfecha-
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Al día siguiente...
-Tralarí tralará... –Nina iba felizmente cantando hacia el instituto- Jamás me había sentido tan feliz de ir a estudiar. ¡Ha, ha!
En medio la multitud de cursos, la mirada de Nina, no podía evitar buscar a su amor... pues realmente se estaba obsesionando, como supuestamente Ayu, lo estaba con Kaji.
Su felicidad disminuyó cuando vio aquella silueta alta, aquel porte, aquella figura... hablando con Kaji (incluidas las risuelas). –Kaji....- se pronunció a ella misma.
Nina comenzó a perder su confianza, estaba empezando a recordar lo que su portátil le pronunció por la noche. “No te engañes... Nina” –No, no... no puede ser Nina- Se volvió a susurrar con intenciones de calmarse.
La miraba, realmente la quería y en esos precisos instantes, odiaba a Kaji, le odiaba por estar al lado de su chica. Envidiaba los ojos del chico, ya que ellos podían contemplar la mirada de Ayu en aquellos momentos.
-Ha, ha, ha... ¿lo dices en serio? ¡ha, ha, ha!
Oía como se divertían... lo estaba viendo con sus propios ojos. Ayu y Kaji se dirigían hacia sus clases y mientras Nina, les seguía observando desde lejos.
-Nina, ¿te importa que hoy me siente con Kaji?
-Claro que no...
Sí, le importaba y mucho. Realmente estaba sucediendo... Ayu estaba pasando de Nina. O quizá sólo eran imaginaciones suyas...
Una voz se interpuso en sus pensamientos. –Entonces, hoy me sentaré yo contigo. -Era aquella mirada afable y sincera-
-Está bien, Tsujiai. –No tenia fuerzas ni para devolverle una sonrisa-
-Hey, ¿Qué te pasa? Te noto algo apagada hoy, Sakurita. –Le dijo sarcástico-
Parece que todos se comportan algo igual con Nina. ¿Por qué será?
-Déjame... no estoy de humor. –Mirando al profesor de história-
Tsujiai no era un mal compañero, al contrario... realmente siempre se preocupaba por sus amigos, y desde el primer día que vio a Nina, se interesó por ella y no eran malas sus intenciones.
Ella se pasó todas las clases callada, en ningún momento prestó un poco de atención a su compañero.
Al terminar las clases... Nina se quedó en clase, para reflexionar sobre el tema, su rostro era pálido, nada común en ella. –Desde que estoy aquí que mi carácter se a modificado completamente, admito que no soy la de antes- Sentada encima de su mesa, con su aspecto a muñequita de porcelana, sus dos trencitas y haciendo burbujas de jabón... llamó la atención de Tsujiai, que desde fuera, la observaba.
(Cantando)
...Burbujas de jabón... flotando, flotando... desde que te conozco... soy frágil como una de ellas...
...Burbujas de jabón... flotando, flotando... desde que te sentí en mi... me siento así de ligera... flotando... flotando en tus pensamientos...
Quizá no sea así...
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