[...]-Estás tardando demasiado… MinHo…-
Dije contra la almohada, ahogando mis propias palabras, para luego cerrar mis ojos, me sentía devastado, cansado, y no sabía el porqué… rápidamente… comencé a sentirme relajado de sobremanera, aunque mi cuerpo pesara, se sentía agradable dormir en una “cama” común y corriente en un lugar cálido y limpio.
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Mis ojos comenzaban a abrirse de a poco, y aquella luz que me deslumbraba cuando había despertado por primera vez, ya no estaba, era ahora una luz tenue y plateada dando una sensación gélida, aquella luz la podía reconocer muy bien, era la luz de la luna, era de noche, pero… el frío que siempre sentía no estaba, se sentía tan bien no sufrir aquella frialdad de la calmada noche.
Cuando me quise acomodar mejor algo pesado me impidió acomodarme… refregué mis ojos para estar más lúcido y poder deducir que me detenía.
Cuando me di cuenta que el cuerpo de MinHo era el que estaba a mis espaldas, mientras sus largos brazos me rodeaban mi delgado cuerpo, y su rostro pegado a mi nuca, respirándome en el cuello causándome escalosfríos… me exalté y me incorporé rápidamente de aquella superficie; quité sus brazos con brusquedad… y caí al suelo por los rápidos y exaltados movimientos, él despertó de golpe…
-¿¡Qué sucede!? ¿¡Quieres morir!? ¡Muéstrate!...-
Dijo con voz estruendosa, que hasta a mi me hizo temblar… en lo que una atmosfera extraña, comenzaba a formarse en el ambiente… me levanté despacio acariciando mi espalda, intentando que el dolor mermara pero cuando me asomé… una mano velozmente se colocó en mi cuello ahogándome al instante… de inmediato con mis dos manos intenté soltarme, pero era imposible… estaba como poseído…
-¡Mi… MinHo… so… soy yo… Ta…TaeMin!-
Dije con extrema dificultades respiratorias, mermando de inmediato mi fuerza, aún mi cuerpo estaba débil por tantos años de “maltrato”, aunque por suerte al oír mi nombre, pareciera como si hubiera vuelto a la normalidad y me soltó…
Sentado en el suelo agarré mi cuello, mientras me lo acariciaba, y tosía, tosía sin cesar… él se sienta en la cama, con velocidad, y me toma con sus 2 manos de mis axilas y me levanta, para luego rodearme con sus brazos que se notaban eran fuertes.
-¡Lo siento! ¡Lo siento tanto TaeMin!-
-¡Idiota! ¡Casi me matas!-
Dije ya repuesto un poco, desde su pecho… él me abrazó aún con más fuerza y yo elevé mi rostro para colocarlo por encima de sus hombros, pues también me estaba asfixiando…
-¡Ya me disculpé! ¡Aparte! ¿¡Quién te manda a que me despiertes de esa manera tan brusca!?-
Me separó de su cuerpo y extrañamente en ese instante sentí un frío recorrer mi cuerpo que me impulsaba a querer volver a sus brazos, pero debía controlarme…
-¿¡Quien te manda a que te acuestes a mi lado y me abraces de esa manera!?-
Ambos fruncimos el ceño y nos miramos a los ojos…
-¡Es mi cama! Y es la única que hay, por si no te has dado cuenta vivo solo, aparte… necesito descansar para vivir ¿sabes? Tengo necesidades también como cualquier otro.-
No dije nada… me le quedé mirando por unos instantes, él tenía razón… el hecho de que “tenga poderes” no le hace menos humano… bajé mi mirada, intentando que con eso el sonrojo se ocultara, pero era imposible… sólo dije un débil…
-Tengo hambre…-
Él solo rió por lo bajito, haciéndome sonrojar aún peor, mientras me soltaba los hombros que aún me sostenía… ‘¡no me sueltes, no te vayas!’ gritaba algo en mi interior, incapaz de comprender el porqué…
-Iré a prepararte algo, ya vuelvo…-
Prendió una pequeña lámpara y se fue… la oscuridad y la soledad no me agradan, me hacían recordar aquellos días en la prisión, por lo que tragándome mi orgullo una vez más, seguí aquella pequeña luz que se movía, hasta encontrarme con la espalda de MinHo, tragué saliva y hablé para que notara mi presencia y no se asustase o alterara devuelta…
-¿Cu… cuando fue, que… que volviste? ¿A… dónde fuiste?-
-¡Oh! ¿Viniste?-
Preguntó en un tono tranquilo, pero pude notar cómo se exaltaba cuando comencé a hablar…
-S… sí… es que… aquel ambiente me hace recordar a la prisión…-
Dije en un tono algo triste, en verdad odiaba ese ambiente… no me había dado cuenta que se parece tanto a aquel maldito lugar sin la presencia de MinHo… él no dijo nada, sólo continuo haciendo lo que estaba haciendo, por unos instantes más y me dio la comida, en conjunto con una de sus sonrisas más amables hasta el momento… lo miré, luego la comida, y volví a mirarlo; a él… quien me asintió y comencé a comer sin decir nada, aquello estaba realmente delicioso… nada comparado a la asquerosidad que me daban en aquel apestoso lugar…
Cuando terminé de comer… sentía que iba a reventar en cualquier momento, no era grande la porción pero, mi estomago se había cerrado enormemente en aquel lugar…
-Estuvo delicioso MinHo… ¿Qué era?...-
Él rió y me dijo divertido…
-Escorpión-
Abrí mis ojos de sobremanera… ahora sentía náuseas, pero… debía admitirlo estaba delicioso…
-No debí preguntar…-
Dije tapándome la boca… en verdad sentía que lo “expulsaría” de nuevo al plato… pero no lo hice, bebí un poco de agua… y nuevamente con aquella sonrisa… me dijo…
-Bien ahora que has comido… deberíamos ir a dormir otra vez, ¿no crees?...-
Yo asentí levemente mientras lo miraba, él volvió a sonreír… y comenzó a avanzar hacia la habitación otra vez… yo iba detrás de él…
-Mañana intentaremos sacar tus poderes y entrenar, para que los domines…-
-¿Ya? ¿Tan pronto?...-
Pregunté curioso, y a la vez asombrado por aquel comentario, ya lo había olvidado por completo…
-Pues sí ¿Qué esperabas? ¿Qué con el pasar de los días sin hacer nada tus poderes irían incrementando así nada más?-
-No, claro que no, pe- Fui interrumpido.
-¿Entonces?-
-No lo sé…-
Dije agachando la cabeza, mientras él ya se acomodaba en la habitación… dejando aquella lámpara sobre una pequeña mesita que estaba de ese lado de la cama… me quedé parado allí en frente a la cama, sin hacer nada…
-Ven acuéstate, no creo que puedas dormirte de pie…-
Sonrió con sorna, me sonrojé una vez más, y me acosté, estaba nervioso, era extraño dormir con alguien a mi lado, y más con un extraño prácticamente… pero no me quedaba de otra, cómo él bien había dicho, solo estaba esa cama… me acosté dándole la espalda, mientras que él también me la daba, y con ese gesto me sentí algo triste, y no sé por qué… suspiré y aquella lámpara se apagó con un soplo de MinHo…
Nuevamente, la oscuridad… la soledad, y el insoportable frio…
-MinHo…-
Dije con pena… y casi en una súplica… por el tono de mi voz.
-¿Qué sucede?-
Preguntó sin moverse de su posición…
-Tengo frio…-
Dije nuevamente en aquel tono apenado… él al instante se dio vuelta y me rodeo con sus brazos… pegándome más a su cuerpo…
Me sonrojé y aquello, me hizo dar calor de repente en mi interior…
-Descansa-
Dijo, de lo más normal, dándome un pequeño beso en la cabeza… yo asentí y conteste con un simple…
-Gracias…-
No obtuve mas respuestas… y al parecer no tardó en dormirse, pues su respiración se comenzó a ser cada vez más y más serena… yo con insomnio me quedé mirando la pared mientras me acurrucaba más a él, mi cuerpo buscaba el suyo por inercia… hasta que después no recuerdo más… seguramente me habré dormido…
Aquella luz brillante, aquel cantar de aves y ese pequeño calor comenzando a ser sofocante en cuestión de segundos, nuevamente me despertaron, abrí mis ojos con dificultades… los cerré y luego los abrí nuevamente, estuve así por un rato, hasta que mis ojos se acostumbraron a la luz del sol y pude despertar por completo mis 5 sentidos, me percaté de que aún MinHo estaba a mi lado abrazándome… a pesar del calor que comenzaba a sentir, no quería separarme… y no lo hice… hasta que minutos después él despertó, pues su cabeza se movió un poco, y sus brazos comenzaron a separarse, ¡no quería! Por lo que opté por hacerme el dormido y acomodarme de tal manera que aprisionara sus brazos de “manera descuidada” en mí…
-Minnie… si sigues así… no podré controlarme… mira que me haces sufrir pequeño…-
Dijo en un susurro divertido, mientras yo seguía sin “despertar” y no entendiendo exactamente lo que quiso decir…
De repente sentí una de sus manos, en mi rostro, acariciarlo como aquella primera vez… pero con la diferencia de que ahora delineaba mis labios, causándome cosquillas, no pude “actuar” más y tuve que morderme el labio para rascarme…
-¡Oh! Lo siento… ¿Te desperté?...-
Entre abrí mis ojos fingiendo que se acostumbraban a la luz del ambiente y le miré… sin responder, él sonrió y se levantó… en el acto me desperté y me giré hacia dónde estaba, viendo por primera vez su torso desnudo, no me había percatado de aquello hasta ahora… estaba realmente bien trabajado… ¿qué es lo que hacía para tenerlo así?... me quedé embobado deleitándome con aquel cuerpo de piel acanelada y trabajado.
-Oye TaeMin… despierta de una vez… me humedecerás la almohada con tu saliva…- Sonrió un vez más con sorna… haciéndome sonrojar… -Si quieres gastar tu saliva hazla en otro lado- Volvió a sonreír y se agachó a mi altura, quedando a centímetros de mis labios… -Cómo por ejemplo aquí…-
Dijo señalándose sus propios labios… haciendo que sintiera su aliento rozar con mis labios, me sonrojé aún más… y hundí mi rostro en la almohada, hasta que oí su risa alejada… me miró yo le miré, pero no le pude sostener la mirada y la bajé…
-Vamos a desayunar, y luego saldremos para ir a bañarnos en el lago cerca de aquí… refrescarnos y después si practicar con tus “poderes”…-
Esto último ya lo dijo fuera de la habitación… me quedé pensativo,
‘¿Bañarnos?, ¿Los 2 juntos? ¿Desnudos? ¿¡Solos!?, ¡No, no, no! Eso no puede pasar, ¿¡Quién sabe de lo que es capaz!? ¿¡Si su amabilidad es solo una fachada para ganarse mi confianza!?, ¿¡si es uno de los malos, uno de los hombres de “nuestro gobernador”!?’
Su voz me sacó de mis pensamientos…
-¡Minnie! ¡Ya está la comida, ven!...-
-¿Minnie? ¿De dónde ha sacado ese apodo?-
Susurre para mis adentros, me levanté de la cama y me dirigí a la cocina.
Me senté en el mismo lugar en el que me había sentado la noche anterior y me le quedé mirando, esperando a que me diera el plato con la comida…
-¿No es escorpión verdad?...-
Pregunté serio, él rio… y negó con la cabeza divertido.
-No tranquilo, es solo fruta, ¿que no lo ves? Aparte lo de ayer tampoco era escorpión, simplemente era carne… no creí que te lo fueras a creer…-
Reía mientras se sentaba a comer, yo sonreí ante lo estúpido que había sido…
-Era de noche, estaba oscuro, ¿cómo pretendías que viera lo que era?...-
Me excusé casi sintiéndome orgulloso de poder haber dicho aquello, y hacerle creer que tenía razón…
-Excusas, son solo excusa, ¿no te acuerdas que estaba con la lámpara a tu lado…?-
Sonrió ahora con victoria, comiendo sus frutas como si se tratasen del más delicioso manjar, antes probado, agaché mi mirada ‘¡Mierda!’ Tenía razón… no dije más nada y comencé a comer, estaban deliciosas la verdad, se sentían tan frescas, jugosas y esponjosas, hacía tanto tiempo que no probaba esto… él volvió a reír ante mi silencio, el cual alegaba que él había “ganado” en ésta pequeña discusión por defender mi “orgullo”…
-¿De dónde sacas todas estas cosas? Se supone que si estamos en el desierto, no hay árboles frutales…-
-Al parecer te han hecho mal tantos años de aislamiento, aunque no lo creas las cosas han cambiado, en “tu pueblo” hay un gran mercado con cosas que traen de todos los lados del mundo, hoy en día puedes conseguir lo que quieras… ya no es aquel pueblito remoto que vivía del suelo… se ha transformado en una pequeña ciudadela… y por cierto, he visto varios guardias, vigilando el lugar, aún te están buscando, yo paso de ser percibido por mi turban-
Se detuvo de golpe… yo me le quede mirando atento… luego volvió en sí y una sonrisa con algo de malicia se le dibujó en el rostro…
-¡ESO ES! ¡El turbante! ¿Sabes? Luego de refrescarnos en el lago, volverás aquí y yo iré a comprarte algo de ropa… y un turbante… y así podrás… ver a tu pueblo, pasando de ser percibido… ¡Soy genial!-
Una emoción inexplicable se posó en mi pecho, otra vez esas ansias incontrolables… de estar ya en el lago… para luego poder ir al pueblo… mi pueblo… cerré mis ojos… y cuando los abrí… allí estábamos ambos frente al lago…
-¡Wow! Si que estás apurado… te entiendo, pero ¿sabes? Deberías a aprender a controlarlo bien, estas situaciones en las que tus poderes son usados así de repente pueden causarnos problemas, debes aprender a controlar tus ansias… y dejar que todo transcurra a su debido tiempo… tiempo al tiempo Minnie… bueno, luego seguiremos hablando, ya te lo explicaré mejor cuando estemos practicando, por cierto, no sé tú pero yo me muero de calor…-
Me dijo sonriendo, mientras se comenzaba a desvestir sin ningún tipo de inhibición… mientras mis mejillas comenzaban a arder una vez más, comencé desviar mi rostro, pero extrañamente quería ver… me sentía de lo peor… yo no era así… no sé porqué con él, mi cuerpo, mi ser… es otro, reacciona de maneras que jamás me hubiera imaginado…
Ver aquellas piernas torneadas, aquellos músculos marcarse mientras sus piernas se movían y levantaban para quitarse la ropa interior, me pareció algo fantástico… aquellos músculos en su espalda moverse, al, él agacharse. Su cuerpo era perfecto, y aquella piel completamente acanelada… me hacía desearla, ¡Y aún no sé, por qué demonios me pasaba eso! Sólo sabía que quería acariciar, besar y rasguñar aquella piel…
Mi corazón comenzó a acelerarse, la temperatura de mi cuerpo comenzó a subir, y para terminar, mi miembro comenzaba a reaccionar… al ver aquella gotas cristalinas recorrer su cuerpo con tanta parsimonia, imaginándome que aquellas gotas eran mis dedos, mis manos, mis caricias…
-¡Minnie! ¡Minnie reacciona! ¡Ven a refrescarte te insolarás allí parado como idiota!-
Reía una vez más, y yo me sonrojaba aún más, al darme cuenta que estaba absorto en su cuerpo…
Sin dudarlo, le dije que se diera vuelta que no me viera… él rio divertido y se giro, cuando estuve por completo desnudo me metí al lago, algo alejado de él… pues mi cuerpo delgado y pálido me daba lástima frente al suyo trabajado y bronceado levemente…
El agua estaba realmente deliciosa, pero aquel cambio repentino de temperaturas, lograron que mi cuerpo se erizara placenteramente…
-¿¡Ya puedo girarme!?-
-¡S… Sí!-
Dije dándole la espalda y abrazándome a mí mismo para enjuagar la arenilla que mi cuerpo tenía… cerré mis ojos extasiado de la maravillosa sensación, se sentía tan placentero tomar un baño aquí en este lugar… después de tanto…
-¿Quieres que te ayude?-
Dijo aquella voz de manera seductora en mis oídos, sintiendo como de su cuerpo emanaba calor…
-¡AAAH! ¡Santo cielos! ¡Por dios MinHo!-
Dije abriendo mis ojos y alejándome algo de él, no podía mucho, pues el agua llegaba a más de la mitad de mi pecho, y me sentía algo pesado rodeado de tanta agua, en cambio a él llegaba un poco menos de la mitad… en verdad que era alto…
-¡Casi me matas del susto idiota!-
Dije abrazándome aún más a mi propio cuerpo, intentando que el frenético latir de mi corazón no se notara…
-¿Oh vamos, por tan poca cosa?-
Comenzó a acercarse de a poco hacia mí, comencé a retroceder como aquella primera vez… aunque con la diferencia de que mi corazón latía de tal manera simulando la taquicardia, por los nervios, y no por el miedo como en aquella primera vez…
-¿Por qué retrocedes ahora?, no te voy a hacer nada…-
Sonrió… lo cual hizo parecer aquellas palabras aún más falsas… tragué saliva…
-¿Po… podrías irte? Me… me avergüenza que me veas mientras me baño…-
Dije agachando la mirada… intentando que mis palabras fueran lo más sutiles posibles…
-Oh vamos TaeMin… ambos somos chicos, ambos sabemos la anatomía que tenemos, no encontraremos nada raro en nuestros cuerpos…-
Me dijo ahora con una voz tan suave, que pareciese como si me hubiese hechizado… mis manos automáticamente comenzaron a aflojarse de mi torso, deshaciendo mi propio abrazo, mi mirada estaba fija en la suya… en verdad pareciese que estuviese siendo hipnotizado… pero no era así…
Sus manos tomaron con suavidad las mías y comenzaron a arrastrarme a una parte más playa, dónde podía sentir claramente ambos climas, el calor del sol y el frío del lago.
-¿Así está mejor no es así?-
Preguntó mientras él se mojaba un poco su cuerpo, para refrescarlo… en verdad que esas gotas cristalinas que recorrían su cuerpo, comenzaba a sentirles envidia…
Estaba ido… estaba abstraído de la realidad, por culpa de esas malditas gotas…
-Mójate tú también, te quemaras esa hermosa piel pálida que posees-
Fue lo último que creí oírle decir… asentí aunque no entendí bien lo que me dijo… y comencé a sentir el agua recorrer mi cuerpo de manera placentera… oía el ruido del agua… seguramente era él quien me mojaba con cuidado… sus manos hirvientes comenzaron a acariciar mi pecho… mi espalda… hasta que en un momento hizo un pequeño movimiento circular en uno de mis pezones…
-Aah~-
Gemí sin querer… lo cual hizo que pudiera volver a la realidad, pues aquellas gotitas habían desaparecido de mi vista, de su cuerpo… me sonrojé aún peor, al ver la cara de sorprendido de MinHo… ésta vez hasta a él le había sorprendido mi reaccionar…
-Lo… lo siento, ya… ya es su… suficiente… ya… ya termino de re… refrescarme yo… ve… vete tu… por… por ahí a re… refrescarte…-
Dije nervioso, girándome, pero su mano me detuvo, le miré interrogativo…
-¿Piensas ocuparte de “eso”, también tu solo?-
Sonrió de lado, señalando hacia abajo, guiándome por su dedo dirigí mi vista dónde indicaba… y el agua al ser algo transparente… se podía ver claramente mi miembro erecto… abrí mis ojos de sobremanera… y me tapé enseguida… quería que en ese momento me tragara la tierra…
-¡S…Sí, Ve… vete!-
Dije dándome vuelta al instante una vez más… mis lágrimas estaban por salir… pues la pena que en ese momento tenía… era demasiado…
-Oye Minnie, tampoco es para que te pongas así… es… es normal…-
Dijo serio acercándose otra vez… lo sabía porque su voz se oía cada vez más cerca…
-¡A… Aléjate MinHo! ¡Yo… yo-!-
Sentí sus brazos hirvientes rodearme la cintura…
-Estoy casi igual que tú Minnie, no te sientas apenado…-
Me dijo al oído de esa manera seductora… acercando su cuerpo al mío, haciéndome sentir, su miembro casi erecto sobre mis nalgas… aquello me estremeció aún más… y mi rostro más rojo no se podía colocar…
-¡Mi…MinHo… su… suéltame! Por… por favor… aah~-
Gemí una vez más incontrolablemente mientras que él comenzaba a besar mi níveo cuello.
-Da… dame tiempo… no… mmns no me… me siento li… listo…-
Dije en un tono algo agudo, intentando retener mis gemidos… él dejó de besarme… y mordió mi lóbulo…
-¿Tiempo, al tiempo?, que irónico…-
Volvió a repetir aquella frase y a reír para luego alejarse, no sin antes pronunciar un seductor…
-Suerte con eso…-
Respire aliviado, aunque no del todo, él se había alejado sí, pero mi incomodidad… aún seguía… me sumergí en aquellas aguas heladas, pensando que quizás con eso se bajaría… al ver que no funcionaba… volví a la superficie… y me quedé pensativo… que podría hacer… no quería “ensuciar” aquellas aguas cristalinas… aunque ya no eran cristalinas del todo, pues la arena del fondo se había removido, ante nuestros movimientos buscos, mayormente de mi parte… luego cuando abrí los ojos cansado de intentar pensar en algo vi mi pueblo… quedé embelesado… no estaba tan lejos, y como había dicho MinHo había crecido bastante, es más estaba irreconocible… parecía otro lugar… pero luego recordé aquellas plantas de cactus cerca de una casa… las cuales siempre veía cuando estaba aquí en el lago jugando con mis pa… dres.
Recordé su asesinato en cuestión de segundos… aquella horrible imagen, fue suficiente, para que un escalosfrío recorriera mi cuerpo, y mi erección desapareciera al instante…
Salí del lago… y así mojado como estaba me coloque mis ropas una vez más…
-¡Min... MinHo! ¡Me voy a casa! ¡Te espero para que me lleves la ropa!-
Le dije ya desde afuera… giró y se veía algo agitado… con la mejillas levemente sonrojadas y sorprendido ante mi advertencia… simplemente asintió… me retiré… aunque ahora que lo pensaba, no sabía dónde estaba exactamente su casa, sonrojado me volví…
-O… oye MinHo… ¿por… por donde agarro?-
Pregunté sonrojado jugando a hacer formas abstractas en la arena húmeda de la orilla del lago… él se acercó y rió…
-Ya te llevo yo, espérame unos instantes y te acompaño luego iré al pueblo…-
Me sonrió asentí apenado, y sentí como se dio una última zambullida, y luego salió… justo enfrente mío… yo me tapé los ojos… pues estaba agachado aún, y lo primero que vería sería aquella parte tan íntima de él… al parecer no le importaba mostrarse, pero a mí sí…
Luego de que me diera aviso de que ya podía ver de manera divertida, se colocó el turbante y nos dirigimos a casa, en los camellos…