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Other World por SamiraYagami

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- Quiero ayudar a Oli, quiero que deje de torturarlo...-

- Oliver mató a su hermana - Soltó sin mas.

- ¿Q-Qué? - Abrí los ojos como platos.

- Pero fue un accidente, Derek molestaba a Oliver. Oli corrió huyendo de él y chocó con la hermana..- Se tocó la nuca y miró para abajo como recordando - Estábamos de viaje con la escuela, era en un monte. La chica cayó y rodó por metros, chocando con rocas hasta quedar estampada en un árbol - Se mordió un labio - Ahí contemple la expresión mas horrorizada de Oli que pude ver. - 

- ¿Derek culpa a Oliver? - dije, aunque era obvio - ¡pero si fue un accidente! Agg - me quejé, con rabia. Oliver sufría por algo de lo que ni siquiera era culpable.

- Lo sé, entonces Derek fue torturando a Oliver, pidiéndole que se humille y se deje golpear, sino me mataba a mi, a Oskar y recientemente a ti. - Me miró. - También le "recuerda" que por su culpa su hermana murió, y que Tom también. -

- Es un completo idiota - Suspiré - Oli está demasiado presionado... - La garganta se me cerró y se me anudó - Y yo lo único que quiero es hacerlo feliz.-

- Lo se Kell - Me acarició el cabello - Lo se.-

- ¿No podemos siquiera estar a escondidas? - lo miré como si fuera un perro mojado - quizás así pueda hacerlo feliz y Derek no se enteraría y... - Suspiré.

- No lo se, hablaré con él a ver que piensa. - La puerta se abrió.

- ¿Hay vodka? - Danny. - Me dijeron que aquí había vodka - 

- En el freezer creo que hay una - sonreí, pero volví a recostar la cabeza sobre Josh.

- Borracho de mierda - Chilló  Josh.

- ¡Cierra la boca! Yo no soy borracho, me se controlar. - Y tomó un gran trago, Josh le levantó una ceja. - ¿Que? - Hizo gesto con las manos.

- Borracho - Reí.

- Shh, tu enano y tu.. tu... emmm..- Se rascó la nuca. - ¡Payaso! - 

- Wow que hiriente - Rió Josh. 

- Shh, nos vemos - Nos saludó y se fue.

- Danny es lindo - Reí.

- ¡Ajá! - Movió el dedo - ¡Te atrapé! - 

- ¿Qué hice ahora? - levanté las manos en el aire y sonreí.

- Te queres tirar a Danny - Rió.

- ¿Qué? ¡No! - Reí - Sólo dije que es lindo... -

- Estás desarrollando tu gusto por los hombres, en cualquier momento te tirarás arriba mío en busca de sexo salvaje. - Lo decía tan serio que no pude evitar reír.

- ¡Cállate! - Reí a carcajadas - El único hombre que me gusta y siempre me gustará es Oliver - Le pegué en el brazo - Y ni una palabra de lo de Danny, ¿Entendido? -

- Al menos tienen algo en común con Oliver - Dijo misterioso.

- ¿Algo en común? - Pregunté.

- A los dos les parece lindo Danny - Rió.

- No - bufé y me crucé de brazos - yo tengo que parecerle lindo, no Danny - me levanté del sillón - ahora Danny me parece feo.-

- Pareces un niño - Rió. - A Oli le parece lindos muchos hombres - Rió por lo bajo.

- Bueno, a mí no - miré hacia un costado - no soy gay... - soy un puto mentiroso.

- Hey, solo comentaba - Sonrió - Además, Oliver no es gay. - Levantó una ceja - Acabas de afirmar tu homosexualidad negándolo - 

- ¡Cállate! - Me tiré encima de él - ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! ¡Cállate! - lo golpeé.

- Awww Kell se hizo gay - Me apretó los cachetes.

- ¡Cállate! - Me senté a su lado - No sé qué soy, me da miedo averiguarlo y así será siempre - Miré hacia otro lado.

- Lo averiguarás cuando Oli te quite lo inocente - Apoyó su cabeza en una mano y sonrió.

- ¡Cállate! Por mucho que quiera que eso suceda, me da vergüenza - Senté en la otra punta del sillón.

- ¿Por que tan impaciente Kellin? ¿Definiste tu gusto ya? - Rió. Maldito.

- ¡Cállate! - Volví a gritarle - Me haces sentir mal - Cerré los ojos.

- No, te incomoda que es distinto. - Me dio un espejo - Mira tus mejillas - Sonrió divertido.

- ¡Eres un idiota! - Se lo tiré por la cabeza - No me incomoda - Mentí, de nuevo.

- Se rompió el espejo, 7 años de mala suerte - Rió - Cuando vuelvan juntos ¿Tendrán sexo salvaje? - Preguntó con naturalidad.

- No lo sé - Suspiré - Sería mi primera vez, así que estoy bastante asustado - Lo miré fijo - Te ríes y mueres. - Rió, hijo de puta.

- Tranqui, no pasa nada, solo no podrás caminar.- Se levantó - ¡Pero ese es el espíritu Kell! ¡Ser realistas! - 

- ¡Púdrete! - me quedé sentado y me hice una bolita en un rincón del sillón. Justo entró Oliver.

- Oli - Me señaló - Kell quiere que le des duro toda la noche - 

- ¿Q-Que? - Soltó.

- ¡DEJA DE MENTIR, JOSH! - Chillé.

- ¡Es verdad Oli,créeme! ¡Quiere que le des así! - Y empezó a mover las caderas para adelante y hacia atrás.

- ¡Que te calles! - Me trepé encima de él - ¡Nunca dije eso! -

- También dijo que quiere darte duro - Decía mientras bloqueaba mis golpes.

- Josh, estoy a dos segundos de romperte la nariz - Le pegué un puñetazo en la cabeza.

- También dijo que te la quiere chupar - Sonrió y bloqueaba mas golpes.

- Josh, vete - Lo empujé hacia la puerta - O sino, morirás. -

- También quiere que tu se la chupes - Chilló y le cerré la puerta en la cara.

- Más te vale que no creas nada de lo que diga - Solté y me volví a sentar en un rincón del sillón. Él se sentó en el otro extremo y sacó un cigarrillo. Los dos nos quedamos en silencio, sin nada para decir. De vez en cuando lo miraba y luego volvía la cabeza entre las piernas. Mi celular vibró, era un mensaje, de Josh. "Seguro están en silencio. Dense un beso para romper la tensión" No le contesté y tampoco le hice caso. Simplemente miraba a Oliver como si fuera la octava maravilla del mundo. Y es que para mí, eso es lo que era. Otra vez un celular vibró, pero era el de Oliver.

Miró el mensaje, sonrió y lo guardó.

- Esto... - Dije - ¿Qué tal tu vida? - Cerré los ojos, porque sabía que había quedado como un idiota preguntando eso.

- Bien ¿Y la tuya? - Se acercó.

- Bien, creo - Miré hacia otro lado.

- Kellin - Cuando me di vuelta para verlo lo tenia cara a cara.

- ¿Qué? - Solté, asustado. Nuestros labios estaban cerca, pero no rozaban.

- ¿Estás bien? - 

- S-Sí - Dudé en contestar que mejor estaría con él encima mío. Se alejó.

- ¿Estás nervioso? - 

- Demasiado - solté, echando la cabeza hacia atrás y cerrando los ojos. El hijo de puta me ponía así.

- Genial - Rió - Eso quería, me quería vengar. - 

- Eres un idiota - Lo miré serio y me abracé las piernas.

- Eh, tu me hiciste lo mismo hace meses - Cruzó de brazos.

- Pero no es un buen momento para bromear, y lo sabes - Me enojé y le di la espalda. Suspiró y sentí que me abrazó atrás. - Sabes que te odio por ser mi debilidad, ¿No? - Entrelacé sus manos con las mías.

- Josh me mandó un mensaje - Soltó.

- ¿Qué es lo que te mandó? - Pregunté.

- Una idea de que nos veamos a escondidas...-

- Oh, sí... - Miré hacia otro lado - Pero ya sé que seguro no lo aprobarás y bueno... - Me solté de sus brazos y caminé hacia la puerta.

- Es muy arriesgado - Dijo - Pero..- Me abrazó de atrás - Podría considerarlo - 

- ¿En serio? - mis ojitos se iluminaron - ¿E-Enserio lo dices? - sonreí y lo abracé, casi trepándome a él y rodeándole la cintura con las piernas. Me acostó al sillón y se puso encima mío.

- ¿Esto te responde? - Me besó.

- Estoy más que complacido - Sonreí, por primera vez en dos semanas que lo hacía de verdad. Empezó a besar mi cuello.

- Te extrañé - Susurró.

- Yo te extrañé más - Suspiré, casi delirando, culpa de sus caricias - No te imaginas cuanto...-

- ¿O-Oliver? - Levantamos la vista y era Alex.

- Mierda... - Me levanté rápido.

- Que mal comienzo - Rió nervioso..- ¡Alex! ¿Que haces aquí? - Se tocó la nuca.

- Y-Yo..- Miró a otro lado - ¡No importa! ¡Perdón por interrumpir! - 

 - No, no, Alex, te dejo con Oli si quieres - Le sonreí.

- No era con Oliver precisamente con el que quería hablar - Se rascó la nuca. - Umm.. ¿Son pareja? - Desvió el tema.

- N-No - Miré hacia abajo. No me atrevía a mirar a Oliver a los ojos para contestar eso. Oliver me tomó de la mano.

- Ni una palabra Alex - Dijo.

- ¡No diré nada! ¡No se preocupen! - 

- ¿Vienes a hablar con Kell? - Preguntó.

- S-Si - Miró hacia abajo.

- Vete, feo - Empujé a Oliver.

- ¡Vas a ver después! Te voy a dar duro - Y se fue.

- ¿Qué sucede, Alex? - Volví al sillón. Parecía que no hacía otra cosa más que echarme allí.

- Amm... ammm - Realmente estaba nervioso - N-No, nada - Y se dio vuelta dirigiéndose a la puerta.

- ¡Alex! - Lo tomé de la muñeca - En serio, dime...-

- M-Me gusta Kai..- Sonrojó.

- ¿Q-Qué? - Primero mi cara fue seria pero luego me relajé - ¿Te gusta mi hermana? -

- S-Si - Rió nervioso - Q-Quería invitarla a salir, pero no lo haría sin tu aprobación y eso.. ¡Si quieres me alejo de ella! - Se cubrió - ¡Por favor no me golpees! -

- ¡Alex! - Sonreí y lo abracé - Creo que es lo más tierno que han hecho por Kai en su vida... - Sonreí aún más - Claro que tienes mi aprobación. -

- Creí que me golpearías o algo así - Soltó mas relajado.

- Para nada - Sonreí - Me alegraría que Kai saliera con alguien como tú y no con algún loco desquiciado... - Lo tomé por los hombros - Eso sí... la lastimas y haré que mis fans te golpeen - Lo miré serio.

- N-No la lastimaría - Volvieron sus nervios.

- Tonto, ve con ella, tienes mi aprobación y todas esas cosas que necesita - Lo empujé - Ahora, déjame estar con Oliver - Sonreí.

- ¡Gr-gracias Kellin! - Tomé a Oliver de la muñeca y lo hice entrar.

- Adiós, Alex - cerré la puerta y tiré a Oliver en el sillón - ¿en qué estábamos? -

- En que me ibas a violar - Sonrió.

- Me gusta cómo suena eso - Reí y me tiré encima de él, besándolo como no lo había hecho en estas dos semanas. Puto Oliver. Se hacía extrañar muchísimo en mi vida.

- Me vas a dejar sin aire - Sonrió.

- Cállate, que eso te gustaría - lo nalgueé.

- Sin aire uno no respira.- Me nalgueó - Tonto - Me detuve y lo miré fijo.

- Oli, te amo - Se me cristalizaron los ojos por un momento. Dos semanas eran mucho tiempo.

- No, no, no, no, no me vengas con te amo - Me siguió nalgueando, y no paró. - ¡Tonto, tonto, tonto, enano! - Rió - Te amo mas.-

- Eres un idiota - Reí - Pero te amo así de idiota - Lo besé y esta vez decidí callarme y comenzar a levantar de a poco su camiseta. Él detuvo mis manos.

- ¿Q-Que haces? - 

- P-perdón - Me escondí en el hueco de su cuello y acomodé su camiseta de nuevo.

- Aquí no Kell - Susurró.

- Perdón, Oli, en serio... - Le besé el cuello - Me dejé llevar...-

- Ahora tendré que pensar en una excusa cuando estemos en un lugar mas seguro - Rió.

- Cállate, tonto - me recosté sobre su pecho y al poco tiempo me quedé dormido sobre él. Así de cansado estaba y así de reconfortante era utilizarlo como almohada.

 

                  .         .          . 

 

Estúpido Kellin, me tenia ante sus pies si quería. Se quedó dormido el muy idiota, así que lo lleve a su casa, cargándolo en brazos durante todo el camino y lo acomodé en su cama.

- ¿Quieres café? - Susurró Kai. Yo asentí y salimos de la habitación de Kell.

- ¿Que cuentas Kai? - Comencé una charla.

- Nada, un chico me invitó a salir - Me senté en la mesa.

- ¿Y que le dijiste? - Ella me dio la taza y se sentó.

- Que no, no es mi tipo. - Escupí lo que tomaba.

- ¿Q-Que? - Empecé a toser.

- ¡No era mi tipo! ¿Por que tanto escándalo? - 

- P-Pero..- 

- ¡¿Que?! - Chilló.

- N-Nada..- Me toqué la nuca y miré a otro lado. - Y no grites, despertarás a tu hermano. - La reproché.

- Hablando de Roma...- Acotó mirando atrás mío. Miré y era Kellin tallándose los ojos, medio dormido aún.

- El enano se asoma - Completé.

- Cállense, me duele la cabeza - Despeinado y todo era bonito. Caminó hasta la mesa y se quedó allí, parado, parecía que estaba durmiendo de pie.

- Es tan tierno que me gustaría golpearlo..- Dije asombrado por tanta ternura en una persona.

- ¿Por que golpearlo? - Preguntó ella.

- Shh, no entenderías - Me levanté y tomé a Kell para sentarlo en la silla.

- Tengo sueño - Dijo y volvió a recostarse sobre la mesa. Parecía que no hubiera dormido en días.

- Kellin, Oliver está desnudo - Dijo Kai para ver su reacción.

- ¿Qué? - Levantó la carita pero no estaba por completo despierto - ¿Dónde? - 

- En mi cama - Le respondió.

- Kai, cállate, tú tienes que estar con Alex - Volvió a recostarse sobre sus brazos, preparado para dormir nuevamente.

- Kai rechazó a Alex - Solté.

- ¿Qué? ¡No! - Se fregó los ojos - Yo le dije que podías salir con él, vino a pedirme la aprobación, no iba a decirte lo que sentía si yo no quería - Entrecerró los ojos - Él me cae bien, no los otros chicos con los que sueles salir. -

- ¿Por que no? Ellos se parecen a Oliver - Me señaló.

- Ese es el problema, soy un desastre - Reí. - Soy la peor influencia sobre la tierra, el terror de las suegras y cuñados. - Apoyé la cabeza en una mano.

- Nadie se parece a Oliver, él es único - Sonrió y volvió a apoyar su cabeza entre sus brazos - Alex es buen chico, ¿Por qué lo rechazaste? -

- No es de mi tipo. - 

- A ella le gustan los chicos malos - Tomé un sorbo.

- Tonta - Solté - Ahora yo saldré con Alex. - 

- ¿Que dijiste? - Le pegué en la cabeza.

- Hey, eso dolió - Hizo un puchero tierno.

- No te aproveches de mi, hijo de puta. - Lo amenacé con el puño. Maldito él y sus pucheros.

- Pero es que de verdad dolió - Hizo un puchero aún más tierno. Lo odio.

- ¡BASTAA! - Lo tomé del mentón y lo besé.

- Me amas, lo sé - Sonrió y me abrazó.

- Esta noche tendrás un premio - Le dije.

- ¿Qué premio? - Preguntó inocente.

- Vaya que está dormido, hasta yo entendí - Soltó Kai.

- Un premio de Kerrang - Sonreí divertido.

- ¿Gané? - Sonrió tierno - ¡Uijú! - Me abrazó. Shit, no podría decirle que fue una broma.

- ¿Ahora que harás Oliver? - Preguntó ella. 

- L-Le daré el premio - Tomaré alguno que tengo yo y se lo daré, a mi me dan igual. Kai rió.

- Quiero ir a la cama contigo - Me tomó de la mano - ¿Podemos dormir juntos? - Casi que no me dio otra opción porque me estaba arrastrando.

- Creo que si decía no, me llevabas igual - Reí.

- Tengo sueño - Me besó y cerró la puerta de su habitación - Y no puedo dormir sin mi almohada favorita.-

- Está bien - Sonreí y me acomodé en su cama.

- Y luego de mi siesta - Bostecé - Quiero mi premio - Sonrió pícaro. Hijo puta, lo había entendido y todo.

- C-Claro. - ¿Tan rápido me arrepentí? Bueno, ya no había vuelta atrás.

Y así se durmió el pequeño bebé. Y yo cada vez más asustado de qué es lo que sucedería cuando despertara. Realmente, no podría evitarlo. El solo pensar la situación me sonrojaba y avergonzaba.. ¡¿Cómo él puede estar tan tranquilo?! No, con el plan nervioso que tenia no iba a dormir una mierda. Y así fue como pasaron las horas, pobres mis dedos que fueron mordidos, también mi labio. Por mi que Kellin duerma tres días seguidos si quiere. Quizás escape, si, eso haré. Traté de moverme pero Kellin comenzaba a moverse.. Mierda.

- Oli... - Se aferró a mí - Hola - Me sonrió. Hubiera escapado antes.

- H-Hola - Le sonreí.

- ¿Cómo estas? - Se sentó encima mío. 

- B-Bien ¿Tu? - Respiré hondo.

- Muy bien - Me besó y luego suspiró - Oliver, sabes que no tenemos que hacerlo, no estés tan nervioso - Volvió a recostarse sobre la cama y me miraba con ternura. ¿Tan obvio era? Bueno, sí, lo era, estaba temblando.

- P-Perdón - Le di la espalda, soy patético.

- Tonto, no tienes que pedir perdón - Me abrazó por la espalda - Yo estaré listo cuando tú lo estés - Me besó la nuca - Puedo esperar toda la vida, ¿Sabes? Después de todo, me casaré contigo...-

- ¡No! - Grité y me levanté - ¡Casarse implica noche de bodas! - Levanté los brazos mientras chillaba. Ahora que lo pienso, me debo ver ridículo. Kellin no dejaba de reírse. Estaba en un ataque de carcajadas del cual no podía parar.

- ¡Oliver! - Chilló - ¡Eres perfecto! - Rió. 

- Ts' - Miré a otro lado. La puerta se abrió de una patada.

- Oliver, ten - Era Josh que me dio una bolsa.

- ¿Cómo entraste aquí? - Grité.

- ¿Qué haces aquí, Josh? - Chilló Kellin enojado.

- Solo le daba esa bolsa a Oliver - Me señaló. La abrí para verla y sonrojé.

- ¡Josh! - Lo miré fijo.

- ¿Que pasa? - Preguntó inocente.

- ¡Te mataré! - Solté la bolsa - ¡Lárgate! - Lo empujaba a la puerta.

- ¡Mal agradecido! - Chilló y le cerré la puerta. Ts'. Maldito. 

- ¿Qué tiene esto? - Kell tomó la bolsa. Yo me sonrojé. La bolsa tenia condones y lubricante. - Puedes asesinarlo luego - Me sonrió - Pero primero podríamos darle buen uso - Rió.

- S-Si - Reí nervioso.

- Bobo - Se levantó de la cama y me besó - Ya te dije que no tenemos que hacer nada, ¿Qué no te queda claro? - Entrecerró los ojos y rió - Te amo.-

- ¡Eso dices! ¡Pero en tu mente debes pensar distinto! - Lo señalé.

- Bonito - Se acercó a mí, con seguridad - Esperé seis años para encontrar a la persona de la cual finalmente me enamoré, ¿Crees que me mataría esperar unos cuantos años más para que estés listo? - Sonrió.

- Yo creo que si - Lo miré.

- Eres un idiota - Se recostó sobre la cama y me dio la espalda.

- ¡No! ¡Kellin! ¡No te enojes! - Lo zarandeé.

- Muy tarde - Volvió a girarse, dándome la espalda, pero lo escuché reír.

- Bueno.. sera mejor que me vaya entonces - Giré el picaporte.

- ¡No! - Chilló, trepándose a mi espalda, impidiendo que me vaya - Oliver Sykes no saldrá de mi habitación nunca más - Bloqueó la puerta. Reí.

- Que castigo - Dije sarcástico y me senté en la cama.

- Menos charla, más acción - Se sentó encima mío - Quiero al Oliver Sykes tan salvaje y rebelde - Rió - ¿Dónde quedó ese del que hablan en los medios? Marica. -

- ¿Marica? - Fruncí el ceño - ¿A quién le dices Marica? - 

- A usted, señorito Sykes - Sonrió.

- ¡No soy ningún marica! - Lo tiré a la cama. - ¡Vas a lamentarlo, enano! -

- ¿Lo lamentaré? - Mordió su labio.

- ¡Si! - Le saqué el pantalón y boxer de un tirón.

- ¿Qué haces? - Abrió los ojos como platos. ¿Quién era el marica ahora? Le saqué la remera.

- Jugar a los soldaditos - Le respondí mientras me sacaba la camisa.

- Oliver - Suspiró - ¿Estás seguro de lo que haces? - 

- ¡Muy seguro! - Aún ni lo miraba, me saqué el pantalón y boxer. Lo miré fijo y y .. ¿QUE MIERDA ESTOY HACIENDO? Puto orgullo.

- Oliver, no - Me besó la mejilla - No estas seguro de hacerlo, no quiero que esto sea así...-

- ¡Cállate! ¡Si estoy seguro! - Le tomé el miembro y lo comencé a masturbar. A partir de allí, se calló. No decía ni una puta palabra de manera correcta, de su boca no salían más que pequeños gemidos. ¿Y ahora que? Ya llegó a la erección.. Amm... Amm... Miré a todos lados y agarré la bolsa. Estúpido Josh, no puedo creer que use lo que compraste. Y saqué el envase. - K-Kell..- Lo miré.

- Oliver... - Susurró, mirándome fijo. Su respiración era entrecortada.

- ¿Estás t-tranquilo? ¿Verdad? - Pregunta estúpida ha aparecido.

- Si estoy contigo, siempre estaré tranquilo - Suspiró, sonriente, mientras me acariciaba el cabello.

- Bien, abre las piernas mi buen hombre - Sutileza mi segundo nombre.

- ¡Oliver! - Se quejó él y rió. Pero después de todo, me hizo caso y abrió las piernas, aunque estaba algo inseguro.

- T-Te va a doler al principio - Me rasqué la nuca - Pero después ya no, así que no estés nervioso.-

- E-Está bien - Tembló un poco pero luego intentó mantenerse tranquilo. Cerró los ojos y se preparó. Unte lubricante en mi mano y en su entrada.

- Cuando sientas dolor piensa en un velociraptor bailando - ¿Que? ¡A mi me funcionó! 

- Ajá - Soltó, algo asustado.

- Bueno, sino te gustan los velociraptors puedes cambiar de dinosaurio - 

- Oliver, ¿Puedes simplemente callarte? Me pones más nervioso de lo que estoy - Escupió, algo enojado.

- P-Perdón - ¿No le gusta los dinosaurios? Ni modo. Suspiré e introducí un dedo en él.

- Oliver - Soltó, quedándose sin aire en sus pulmones, abrió sus ojos y me observó, aferrándose aún más a mí.

- Ya pasara, tranquilo - Le besé tiernamente en los labios, introducí el segundo.

- Te amo - Se escapó de sus labios mientras intentaba morderlos. Y ahí va el tercero.

- Te amo Kell - Lo besé.

- Gosh - Y no, esta vez no le estaba doliendo tanto como antes, su carita se relajó un poco y comenzó a disfrutarlo. Ahora le volvería a doler. Con cuidado saqué mis dedos, me levanté y me coloqué el condón. Él buscó mis labios desesperado y los besó para luego alejarse y mirarme directamente a los ojos. Fui introduciéndome en él lo mas delicado que pude, aún así Kellin no pudo fingir que no le dolía y me quedé quieto para que nuestros cuerpos se acostumbraran. 

- Te amo - Acaricié su mejilla.

- T-Te amo - Sonrió, débil pero sincero. Y comencé a moverme. Se sentía tan bien, lo habré hecho muchas veces con diferentes personas pero con ninguna se sintió así.. Enano, eres único.

- ¿C-Cómo te sientes? - Pregunté.

- B-bien - Dijo, en un susurro inaudible y luego abrió sus ojos - Muy bien...- Lo llené de besos.

- Enano, eres lo mejor que me pasó - Lo miré fijo.

- Feo, no te imaginas lo - Los gemidos no le permitían hablar con claridad - Lo feliz que estoy de haberte conocido. - Aceleré las embestidas.

- Me encantas - Gemí en su oído y le mordí el lóbulo. 

- Oli - Sus dedos comenzaban a enterrarse en mi espalda - Oliver... -

- ¿Estás bien? - Creo que me preocupo demasiado.

- No pares, por favor - Susurró, abrazando mi cintura con sus piernas. Lo besé, nuestras lenguas comenzaban a danzar en nuestras bocas mientras los gemidos de los dos se ahogaban en ellas.

- Te amo, Kellin Quinn - Lo miré a los ojos.

- Te amo, Oliver Sykes - Sonrió, antes de besarme una vez más y seguir clavándome sus dedos en la espalda. Con una mano lo fui masturbando. Bajé a su pecho, con la lengua y boca comencé a jugar con sus pezones. Lo sentí ahogar sus gemidos pero todavía se reprimía. No, Kellin, conmigo no te reprimas. Paré en seco.

- ¿Q-Qué pasa? - Preguntó, asustado, buscando mis ojos.

- ¡Te reprimes! - Le dije con falso enojo.

- N-no lo hago - Me miró e hizo un puchero.

- ¡No! No vengas con tus pucheros, si te reprimes. - Evadí su mirada - Si te vas a reprimir vete a masturbar solito, supongo que no me necesitas ¿No? - Lo miré - De todas formas acabas igual. - Le sonreí.

- Idiota - Suspiró - Está bien, no me reprimiré, es sólo que... estoy nervioso - Se mordió el labio - Tengo miedo de hacerlo mal - Desvió su mirada y yo sonreí de nuevo.

- ¿Hacerlo mal? - Le levanté una ceja - Prácticamente no estás haciendo nada - Reí y continué con lo que estábamos haciendo anteriormente.

- Cállate, idiota - Me empujó y rodó, ahora él quedaba encima mío.

- E-Eso no me lo esperaba -

- Yo tampoco - Sonrió y me besó el cuello, mordiéndolo lentamente y dejando marcas en él. Sus manos recorrían mi pecho entero.

- ¡Kellin! - Se escuchaba del otro lado de la puerta - ¡No encuentro las llaves de la casa! -

- ¿Q-Qué? - Paró en seco y una gota de sudor comenzó a notarse en su frente - ¡NO MOLESTES, KAI! - gritó y volvió a donde estaba, dando pequeños saltitos sobre mí y marcando territorio en mi cuello. Yo deliraba del placer que me daba este enano, de vez en cuando se me escapaban gemidos, realmente me volvía loco, volví a tomar su miembro y a masturbarlo.

- ¡No seas grosero! ¡Solo te hice una pregunta! - No contestó. Lo que más quería en este momento era que su hermana se fuera. Siguió con lo suyo, con una de sus manos enlazó la única que yo tenía libre.

- Me fascinas - Le susurré. - Eres tan perfecto -

- La perfección no existe, bonito - Me sonrió - Pero tú eres lo más cercano a ella. -

- K-Kell - Es el mejor novio que pude tener.

- Te amo, Oli - Me miró a los ojos, los suyos se cristalizaron - Gracias por devolverme el amor que daba por perdido - Me besó con dulzura, de esos besos que sólo él sabía dar.

- Gracias por hacerme conocer la felicidad, hermoso - Suspiré.

- Oliver - Me besó y esta vez, al separarse, me mordió el labio.

- C-Creo que voy a.. c-correrme - Dije con dificultad. Él sonrió y se acercó a mi oído.

- Hazlo - Me besó la mejilla y comenzó a moverse con rapidez.

- K-Kell.. n-no, t-tu aún n-no...- No pude terminar de hablar por los gemidos, y porque ya había acabado. Él cerró los ojos y echó la cabeza hacia atrás, en silencio y con una sonrisa de oreja a oreja, había llegado también. Me besó en la frente y se recostó sobre mi pecho, pero yo aún seguía dentro de él.

Nos quedamos un rato en silencio, recuperando nuestra respiración normal.

- K-Kell..- Solté agitado.

- ¿Qué pasa, bonito? - No me miró, todavía estaba demasiado cansado como para levantar la cabeza.

- Nada - Acaricié su espalda.

- ¿Sabes? - Levantó la mirada un poco y apoyó su barbilla en mi pecho - Fue más perfecto de lo que esperaba...- Me sorprendí y luego sonreí.

- Tu eres el perfecto - 

- Te amo - Me besó - Te amo - Volvió a besarme - Y te amo - Este último beso fue un poco más largo. Al separarse sonrió. Me salí de él y traté de levantarme pero no me dejaba.

- Tienes que descansar, hermoso - Lo besé.

- Pero yo quiero hacerlo de nuevo - Exigió, con uno de sus hermosos y tiernos pucheros. Yo me reí.

- Goloso - Lo besé. Y me aparté de él sentándome en la cama. Suspiró y se cubrió con las sábanas, pero no me dejaba de mirar. Maldito enano, me tenía enamorado. Vibró mi celular que estaba en la mesita de luz. Lo tomé, era un mensaje. Dejé de sonreír, era de Derek. - Um, debo irme..- Suspiré.

- ¿Por qué? - Preguntó preocupado, levantándose de la cama.

- Tranquilo - Le sonreí - Tienes que descansar. Surgió algo en Drop Dead, no te preocupes, estaré de vuelta lo mas rápido que pueda.- Lo besé.

- Bueno... - Hizo una media sonrisa y volvió a meterse a la cama. Se lo había creído - Pero cuando vuelvas, quiero más - Sonrió.

- ¿Q-Que quieres mas? - Abrí los ojos como platos, este enano me daría un paro cardíaco.

- Ve, tonto, así puedo dormir - Sonrió, pero no sin antes besarme. Le sonreí, no le dije mas nada. Me vestí lo mas rápido que pude y me largué de ahí. Volví a re-leer el mensaje.

" Hey, Sykes, buenas noticias, hoy te mostraré a Oskar, verás que no tiene ni un rasguño, dependerá de ti si quieres que siga así " Cerré los ojos y suspiré. Derek. ¿Que clase de mente enferma eres?

 

                  .         .          . 

 

Creo que la sonrisa que tenía ahora mismo nada me la iba a borrar. Había hecho el amor con Oliver y había sido más de lo que esperaba. Definitivamente, no había otra persona que me hiciera sentir más vivo que él. Suspiré. Era tan perfecto que no me sentía a su nivel de perfección. Pero aún así, él era la persona con la que quería estar, sí, era él la única persona con la que quería pasar el resto de mi vida. Sonreí ante esa imagen. Si fuera tan sencillo, me escaparía con él ahora mismo a un lugar en el que nadie nos conociera y viviríamos una casa y llevaríamos a Oskar y adoptaríamos una niña.

- ¡KEEEEEEEELLIIIIIIN! - La puerta se abrió de una patada. Y con esa velocidad con que se abrió también cerró. Era Josh, que se tiró a la cama quedando al lado mío. 

- ¿Qué quieres? - Me cubrí por completo, después de todo, seguía desnudo.

- ¿Cómo estás? - Sonrió.

- Muy bien, ¿y tú? - Me mordí el labio y sonreí.

- ¿Por casualidad, estás nervioso o algo? - Sonrió divertido.

- Nope, estoy más que feliz - Reí.

- ¿Y puedes caminar? - Rió.

- Cállate, no lo he intentado aún - Confesé, ruborizándome.

- Estoy feliz - Se acomodó mirando al techo y sonriendo.

- ¿Sí? - Pregunté, mirándolo fijo - ¿Qué sucedió? ¿Por qué el niño está tan feliz?

- Nada, solo que..- Cerró los ojos y suspiró - Todo está tan bien - 

- Eso me gusta - Sonreí - Que todo esté bien - Lo abracé - Que todo sea tan perfecto como ahora...-

- Sabía que en el fondo me amabas - Me abrazó y luego rió.

- ¡Cállate! - Reí - ¿Sabes? Suena raro esto pero... - Suspiré - Quiero casarme. -

- También quieres asustar a Oliver ¿No? - Rió.

- No se lo diré, probablemente correría... muy lejos - Me mordí el labio - Pero me encanta la idea de pasar el resto de mi vida con el mismo hombre toda mi vida.

- Ya lo estás haciendo, casados o no, estarán juntos por siempre - Sonrió. - Por cierto, tu hermana es rara - 

- ¿Rara? ¿Por qué? - Pregunté.

- No lo se, no se parece en nada a ti, en personalidad - Suspiró.

- Supongo... sólo espero que no haga locuras, no quiero que sea como yo fui en mi adolescencia... - Hice una mueca.

- ¿Como fuiste tu? - 

- Después de que ella me... - tomé aire - de que me dejara, me metí en las drogas, fumaba como una chimenea, pasaba noches en bares y pegado a botellas, perdí amigos, trabajo... - suspiré - supongo que también perdí una parte de mi cuando ella se fue...-

- Vaya - Suspiró - ¿Por que siempre me recuerdas a él? - Miró al techo.

- ¿A quién? - Pregunté. Parecía que siempre me perdía una parte de la historia - ¿A quién te recuerdo?

- A Oliver - Sonrió.

- Creo que lo tomaré como un halago - sonreí y lo abracé.

- Sabes..- Me miró - Estoy seguro de que..-

- ¡KELLIN! - Se abrió la puerta, era Kai - ¡No encuentro las lla..- Nos miró sorprendida.

- No es lo que parece, fea - Le dije.

- ¿Y por que estás desnudo? - Cruzó de brazos.

- Porque no me he vestido desde que Oliver se fue - Solté.

- Oh - Cerró de un portazo y se fue.

- ¿Qué mierda le pasa? - Dije, levantándome de la cama, pero... mierda, había olvidado que estaba desnudo.

- No veo nada, no veo nada - Decía Josh cubriéndose la cara. Pero abría un poco la vista entre sus dedos.

- Sh - Reí mientras me ponía el boxer - Tú no has visto nada. -

- Oliver me mata si se entera - Rió.

- No se enterará, apenas vuelva a casa se entretendrá con otra cosa - Reí.

- ¿Y Kellin? ¿Ya averiguaste? - Se levantó.

- ¿Averiguar qué? - Pregunté.

- Tu sexualidad - Sonrió.

- Supongo que soy gay - Me mordí el labio.

- Me lo imaginaba - Rió y me fue pasando ropa. Se escuchó el ruido de un vaso al caer. - ¿Y eso? - 

- Ve a ver, yo mientras me visto, ¿Sí? - Le dije. Él asintió y se fue. Cuando me terminé de vestir volvió con un pequeño corte en el labio. - ¿Qué te pasó? - Pregunté asustado, observando el corte de cerca.

- A tu hermana se le cayó un vaso, le pregunté si quería ayuda y me lanzó un vidrio por la cabeza diciéndome que podía sola - Rió mientras se tocaba la nuca. 

- Voy a asesinarla - Caminé decidido hacia la cocina, preparado para reprender a mi Kailey.

- ¡Kell, no hace falta! - Escuché chillar a Josh pero era tarde, ya me dirigía a la cocina. Y ahí estaba, ella, recogiendo los vidrios.

- ¿Por qué tratas mal a Josh? - Pregunté, directo y frío, desde arriba mientras ella levantaba los trozos de lo que antes fue un vaso.

- No estoy de humor - Se levantó y tiró todo a la basura, con rabia y violencia. 

- Kai - La tomé del brazo - ¿Qué sucede? -

- Nada - Deshizo el agarre y se fue a su habitación, yo la seguí. Agarraba una cartera y ponía su billetera, celular, cosas.

- ¿A dónde vas? - Me apoyé en el marco de la puerta - ¿Por qué no me dices nada de lo que haces? -

- Saldré - Guardó algo con tanta rapidez que no pude ver que era. - Y no entiendo tu otra pregunta - 

- ¿A dónde saldrás? - Me acerqué a ella y miré dentro de la cartera. Pero ella la cerró.

- De fiesta - 

- ¿Con quién? - Suspiré - Sales demasiado seguido y pocas veces vuelves sobria, Kai, me preocupas... - Le toqué la cintura, intentando que me observara, pero simplemente siguió dándome la espalda.

- Con un amigo. - Suspiró - Solo hago lo que cualquier adolescente haría a esta edad, te preocupas demasiado, Kellin.- 

- ¿Qué amigo? - pregunté - Kai, sabes que desde que - tragué - desde lo de papá, intento cuidarte lo más que puedo... - hice una mueca.

- No me pasará nada, un amigo, no lo conoces - 

- Más le vale que te trate bien o... - Amenacé con el dedo, pero luego suspiré y lo bajé - Me estoy volviendo viejo, ¿Verdad? - 

- Eres todo un anciano. - Miraba su celular. Yo me puse detrás de ella, espiando el mensaje. Decía "Hey sexy, te iré a buscar"

- Y, este chico con el que sales, ¿Cómo se llama? - Pregunté arrugando la frente.

- Oliwer. - Se fue a la ventana y quedó mirando. Al parecer se olvidó que dejó la cartera desprotegida en su cama. Sin que se diera cuenta, la tomé y la abrí. Había condones.

- Así que... - Tomé la caja y la miré - ¿Hace cuánto sales con este chico? - 

- Dos meses. - Soltó.

- ¡Kai! - Chillé - ¿Sólo dos meses y ya van a hacerlo? - Fruncí el ceño - ¿Que no te enseñé nada? - Se sobresaltó y me miró sorprendida.

- ¡Kellin! - Chilló y me quitó la caja junto con la cartera.

- Un día de estos me vas a matar - Me toqué el corazón.

- ¡Exageras! -

- Eres mi hermanita menor, no exagero - Suspiré, rendido - Supongo que no puedo hacer nada para que no lo hagas... - Metí las manos en mis bolsillos y miré hacia mis pies.

- No soy virgen - Confesó y miró a sus pies.

- ¿QUÉ? - Chillé. Probablemente todos en la calle habrán oído mi grito.

- No soy virgen desde hace un año - Siguió confesando.

- Mejor me siento - Dije, retrocediendo y sentándome en la cama. Me va a matar.

- ¿Por qué tan sorprendido? - Me miró fijo.

- Es sólo que... - suspiré - eres mi hermana pequeña, ¿sabes? Para mí, siempre serás la niña de cinco años que me pedía que le atara los cordones de sus zapatillas y que siempre me ofrecía la mano para cruzar la calle - apoyé los brazos en mis piernas - no quiero aceptar que ya eres toda una mujer.- Ella suspiró y antes de decir una palabra, algo nos interrumpió.

- ¡Wuujuuu! - Se escuchó desde afuera.

Nos acercamos a la ventana para ver que pasaba y era un chico en una moto, destrozando el patio de otras casas, se tomaba todo tan a la ligera, como si su moto fuera un skate.

- ¿Quién es ese idiota? - Pregunté entrecerrando los ojos.

- Esto..- Se rascó la nuca y rió nerviosa - Oliwer. - 

- ¿ESE IDIOTA ES TU NOVIO? - La miré y suspiré - ¿Qué mierda tienes con los chicos malos? -

- No se, lo mismo te pregunto a ti - Me miró divertida.

- No es lo mismo - Sonreí, nervioso - Bueno, supongo que no puedo hacer nada más que dejarte ir, así que ve - Le besé la frente - Te quiero, Kai. -

- ¡Si es lo mismo! - Tocaron el timbre.

- Abro yo - Reí y corrí hasta la puerta. Kai corrió detrás mío.

- ¡Aish! ¡Como quieras! Total, me falta arreglarme - Y volvió arriba. Suspiré y abrí la puerta.

- Hola - Dije serio - ¿Qué quieres? -

- Vengo por Kai - El chico estaba recargado contra una columna del porche, mientras fumaba, mas allá, cerca de la vereda estaba su moto estacionada. Él tenia el pelo castaño, ojos café, un piercing bajo el labio.Vestía de camisa roja, arriba una chaqueta de cuero negra, pantalones negros con cadenas, zapatillas anchas, tenia guantes sin dedos, una bufanda y un cinturón con tachas.

- Soy su hermano - Dije, cruzándome de brazos y recargándome sobre el marco de la puerta - Kellin. -

- Lo sé - Dijo mientras escupía humo, no me miraba.

- Tú debes ser Oliwer - Miré hacia otro lado - ¿O me equivoco? -

- Estás en lo cierto - Apagó su cigarrillo y lo tiró en cualquier lado. 

- Cuida a mi hermana - Soy un puto imbécil, pero tenía que decirlo.

- Siempre me cuido, digo, digo, la cuido - Rió.

- Idiota - Suspiré.

- Oh, que mal carácter - Frunció un poco el ceño mirándome burlón mientras sonreía.

- Ya me gustaría saber qué harías si te enteras que tu hermana menor ya no es virgen - Fruncí el ceño y lo miré con cara de pocos amigos.

- Eso es genial, soy hijo único - Cruzó de brazos sonriente. Lo miré en silencio. Posiblemente, si lo seguía viendo, terminaría por asesinarlo, pero luego no podría casarme con Oliver si estuviera encerrado en la cárcel por asesinato. - Es gracioso que no sepas nada de tu hermana - Rompió el silencio.

- ¿Por qué lo dices? - Pregunté.

- Por nada, olvídalo - Sonrió.

- Ahora me dices - Cerré la puerta de casa y me acerqué a él.

- Kai nunca te cuenta nada ¿No? - Me miró fijo.

- No, supongo que es la adolescencia, casi nunca hablamos... - Bajé la mirada. Eso me dolía bastante. Desde que me había ido de casa, a los 18, Kai siempre venía a visitarme pero sabía que sólo era porque yo le daba más libertad de lo que mamá le permitía. Me utilizaba para salir todas las noches hasta tarde y volver a casa a las horas que ella quisiera. Supongo que mi hermana no me quería más que para hacer lo que quisiera. Y yo no podía decirle que no, ya que vivía en el trabajo. 

- ¡Estoy lista! - Kai me dio un beso en la mejilla - ¡Nos vemos Kell! - Los vi alejarse.  Mientras caminaban Oliwer la tomó mas abajo de la cintura.. Volteó a darme una mirada burlona con mezcla de desafiante y siguieron su camino. Hijo de puta. Entré a casa y cerré la puerta con un portazo fuerte.

- ¿Kell? ¿Que ocurre? - Pregunta Josh.

- Nada - Dije, entredientes.


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