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20 SEGUNDOS - JONGKEY por HMin

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Notas del capitulo:

He de decir que este fan fic es un pequeño experimento mío; al ser ''pequeño'' tendrá pocos capítulos.

Es algo fantasioso, aviso.

CONTRATO

 

Código I: Por y para el protegido.

Una vez que se otorga un humano, debes permanecer siempre con el susodicho/a. Vivirás por y para la persona estipulada.

 

Código IV: Comunicación.

Jamás deberás mantener una conversación ni mostrarte ante tú protegido. Esto tendrá una penalización la cual se explica al final del contrato.

 

Código VII: Confidencialidad.

Mantendrás la información confidencial en estricta reserva y no relevar ningún dato del protegido a ninguna otra parte, relacionada o no, sin el consentimiento previo del Prior.

 

Código VIII: Sentimientos.

Se prohíbe tener cualquier tipo de sentimientos hacia la persona protegida. Si se da el caso, inmediatamente se castigará.

 

 

Cualquier incumplimiento de cualquiera de estas cápsulas, el guardián será inminentemente sancionado siendo desterrado; pertenecerá a los caídos hasta la eternidad.

 

 

Firmado Prior.

Acepto el contrato, Kim Kibum.

 

 

Capítulo 1

 

Una noche más; Viernes en pleno Enero, las calles de Seúl se inundan de jóvenes dispuestos a darlo todo en la discoteca. El garito Mashita está lleno de gente, se nota que empieza el fin de semana. Yo me encuentro ahí, con unos conocidos haciendo lo mejor que se me da: beber todo tipo de bebidas alcohólicas.

En realidad no tengo nada mejor que hacer que pasarme las mañanas durmiendo, despertarme por la tarde, empezar a beber sea la hora que sea y llegar por la madrugada para acostarme con mi pequeño títere.

-¡Hasta mañana, chicos! –me despido levantándome, mi cuerpo decide actuar por sí solo caminando haciendo eses.

Escucho como se despiden de mí entre gritos y risas histéricas cuales borrachos, de hecho, lo están. Camino hacia el piso, pienso que tengo suerte puesto que el bar está cerca, no tengo que caminar mucho. Después de abrir patosamente la puerta, tiro las llaves al suelo a la vez que fijo mi mirada en él; está concentrado viendo vídeos en su portátil, estirado en el sofá. Se percata que he llegado e inmediatamente cierra el ordenador y dirige su mirada hacia mí.

-Has hecho tu récord, has venido antes de las seis.

-Quería estar contigo.

Aunque pone los ojos en blanco, me acerco a él, sentándome directamente encima suyo. Se remueve debajo de mi cuerpo, no tiene ganas de acostarse conmigo, pero sabe que no puede librarse tras juntar mis labios con los suyos. Los muevo casi con desesperación, beber tanto alcohol me produce mucha sed, y estoy completamente sediento de él. Por ese motivo mis besos se vuelven ansiosos por devorarle, le muerdo el labio inferior estirándolo hacia a mí. Parece como si todo lo de nuestro alrededor estuviese dando vueltas, siento marearme pero no me importa, mi cuerpo empieza a reaccionar a mi deseo de hacerle mío. Cuelo mis manos por debajo de su camiseta dispuesto a acariciarle hasta quitársela, o romperla, pero nada más tocarle el costado suelta un gemido de dolor acompañado de una mueca con la boca.

Me separo de él mirándole entre curioso, ansioso y sorprendido. Se incorpora en el sofá quedándose sentado, decido apartarme para hacérselo más fácil.

-¿Qué ocurre, Taemin?

-Ah… no es nada –esquiva mi mirada para acariciarse la zona del costado donde había tocado por sobre la camiseta- un golpe tonto mientras bailaba.

-Entonces iré con cuidado.

Me inclino para besarle, no obstante mi conciencia me dice que no haga nada esta noche. Pero no le hago caso, necesito hacerlo. Rozo mis labios con los de mí pequeño títere dispuesto a darle un par de besos, Tae me para antes de hacerlo. Empiezo a enfadarme.

-Hoy no Jonghyun, por favor.

Sin decir nada más, se levanta para caminar seguidamente hacia su habitación. Eso es la gota que colma el vaso, estoy enfadado del todo. Le sigo con paso acelerado, algo dentro de mí me dice que pare, sé quién lo hace por lo que me da más motivos para seguir detrás de Taemin. Cuando entro, me mira inmediatamente totalmente perplejo, estaba a punto de ponerse el pijama. Me acerco a él lo suficiente como para poder  empujarle hasta caer sobre la cama.

-Vamos a follar, te guste o no.

Su rostro no parece sorprenderse, ni siquiera emite ninguna emoción, parece totalmente impasible. Le arranco los pantalones de un solo movimiento y los tiro al suelo, veo como se estremece por el frío, la calefacción no está puesta así que el piso se asemeja a un iglú.

Me lanzo sobre él volviéndole a besar con esa ansia y el deseo de irme a dormir descansado. Taemin nunca me lleva la contraria, siempre acaba obedeciéndome, y es verdad, me siento poderoso cuando me salgo con la mía.

Porque una vez más, consigo manejar a mí títere como quiero y lo uso las veces que necesito, hasta que caigo rendido a su lado; como me siento cansado, me levanto de la cama después de que mi respiración vuelve a la normalidad.

-Buenas noches, Taemin.

No obtengo respuesta. Miro el reloj que decora el comedor cuando paso para irme a mi habitación, ya son las 6:30 de la mañana, la hora perfecta para irme a la cama.

 

Me despierto cuando el pequeño títere entra en casa dando un portazo, éste resuena en mi cabeza cual campanadas de año nuevo. Odio tener que despertarme así, por ese motivo me levanto de mal humor. Salgo de la habitación mirando el reloj: las cinco de la tarde.

-Te he despertado, ¿verdad? Lo siento –su voz suena débil desde la cocina, su rostro está totalmente pálido con unas notables ojeras. Es entonces cuando me fijo que está extremadamente delgado.

-Ten más cuidado la próxima vez. ¿Qué me vas hacer de comer? –pregunto mientras bostezo, voy directamente al sofá a estirarme puesto que el dolor de cabeza me mata.

-Hay arroz hecho y ramen. No me ha dado tiempo en ir a comprar nada.

Enciendo la tele sin responderle y espero a que haga la comida. Como no hay ningún programa interesante, me pongo a ver un canal de música. El estómago me duele, mi conciencia me dice que es por culpa de la bebida, yo le respondo diciéndole que ya lo sé, pero no me importa; entonces vuelve a reprocharme que a mí no me importa absolutamente nada. Y está en lo cierto.

-Ya está lista la comida, Jonghyun.

Me levanto en seguida para sentarme en la mesa; sobre ella yace una pequeña nota con una dirección y un número de teléfono. Antes de preguntar, como el arroz.

-Taemin, ¿qué es esto? –le tiendo el pequeño papel para que lo coja, no obstante, no lo hace.

-Es la dirección y el número de teléfono de una cafetería. Es para ti, te lo dejé por si te levantabas antes de que viniese.

-¿Y para qué lo quiero?

-Tienes una entrevista el Lunes.

-Yo no he dejado mi currículum –entonces, hay un silencio sepulcral entre nosotros. Taemin aparta su mirada de mí para bajarla hacia el suelo, en ese instante lo entiendo todo. Le doy un golpe a la mesa con la palma de la mano casi enfadado, él se asusta y vuelve a mirarme.

-Lo siento. Pero Jonghyun… necesitas tener un trabajo –su tono de voz va disminuyendo a medida que va hablando por miedo a mi reacción- una parte de mi sueldo va a la Universidad, y el resto al  piso. No es suficiente para poder mantenernos.

-No voy a trabajar, y mucho menos en una cafetería. Estás exagerando, tú sueldo de profesor de baile es lo suficiente como para poder mantenernos.

No me replica, se limita a encerrarse a su habitación mientras me alimento tranquilamente.

Taemin se pasa toda la tarde en su habitación encerrado, supongo que estudiando. Yo en cambio, me limito a estar tumbado en el sofá viendo la televisión. Me duele la cabeza y el estómago, eso significa que ayer por la noche tuve una buena borrachera. En el momento en el que estoy a punto de quedarme dormido, escucho la puerta de Taemin abrirse.

-Me voy a dar una vuelta.

-Hasta luego.

Tras escuchar la puerta cerrarse, bostezo e intento quedarme dormido, pero algo no va bien, no puedo conciliar el sueño a causa del dolor de estómago. No obstante, me levanto hacia la nevera, cojo una cerveza y vuelvo a estirarme. Sin duda alguna, no iba hacer nada de provecho; bueno sí, levantarme para coger la bebida del frigorífico, era mucho esfuerzo.

Pasadas las dos horas, no soy capaz de ni siquiera mirar el reloj del comedor para saber qué hora es. La puerta se abre de repente, mi mente en seguida piensa que mi títere ha llegado en el momento adecuado; me observa nada más entrar y cuando cierra la puerta, yo ya me encuentro delante de él dispuesto a follármelo hasta que salga el sol.  

-Compré algo de comida.

Quiero responderle, pero de repente empiezo a sentir como el alcohol de mi cuerpo empieza a subir por mi garganta, provocándome una arcada. La cabeza me da vueltas, el dolor de estómago vuelve a aparecer. Taemin sigue delante de mí observándote con atención, esperando un comentario por mi parte, pero yo tan solo quiero acostarme con él.

Doy un paso hacia delante, colocando mi mano sobre su pecho para empujarle contra la puerta y que su espalda se quede pegada a ésta. Lo único que consigo es que suelte las bolsas de golpe para intentar cogerme puesto que, de un momento para otro, siento desplomarme.

 

Todo lo que me rodea es de color blanco, incluso mi ropa. Ni siquiera puedo observar lo que tengo en mí alrededor ya que no hay absolutamente nada. ¿Dónde estoy? De repente un destello de luz choca contra mis párpados, pestañeo repetidas veces para intentar ver algo; en ese instante le veo justo delante de mí… es él.

-Jonghyun, basta ya… por favor –su voz tan dulce, su suplica tan débil provoca en mí esa sensación que tanto extrañaba.

-Dime tu nombre.

-Por favor... –puedo palpar como se tensa y elije suplicarme para evitar el tema.

Avanzo un paso para estar más cerca de él, sin embargo lo único que consigo es que se aleje de mí. Tan solo quiero observarle de cerca, no entiendo por qué reacciona de esa manera.

-¿Por qué no quieres decirme tu nombre? 

-No me lo hagas tan difícil Jonghyun, por favor.

-No estoy haciendo nada malo –ambos nos miramos en silencio, tiene unos ojos tan bonitos de color miel, una piel pálida como la nieve, es perfecto. No obstante, siento que el silencio durará poco puesto que no tardará en irse- ¿cuando volveré a verte?

Simplemente se encoje de hombros como respuesta. En un abrir y cerrar de ojos, se va.


-Espera... La palabra adecuada es loco. Sí, exacto. Loco Key, ¡estás loco! ¿Qué harás cuando Prior te pille? No te valdrá llorar y suplicarle que se apiade de ti.

-¡Ah, ya! No tiene porque enter...

‘’Kim Kibum, pase a ver a Prior por favor.’’

Ambos amigos se observan perplejos durante varios segundos en silencio. Key empieza a ponerse pálido al imaginarse lo peor.

-A veces pienso que eres un brujo haciéndose pasar por ángel de la guarda –le reprocha Key pasando por delante de él casi malhumorado, no quiere pensar que su amigo le ha delatado.

Onew decide no responderle aunque se muere por soltar una carcajada por la recriminación de su amigo, se queda en el sitio observando como camina con paso acelerado hacia el despacho de Prior. Sabe que algo no va bien.

Cosa que también sabe Key, quién inhala una bocanada de aire antes de encontrarse con Prior. Llama a la puerta y en menos de tres segundos, ésta responde abriéndose sola. Camina hacia la mesa dónde se encuentra su jefe observándole serio e impasible, como siempre.

-Hola, Kim Kibum.

-Hola, señor –hace una pequeña reverencia ante su superior y se queda en el sitio sin saber muy bien qué hacer ni qué decir. Intenta controlar su nerviosismo para que no se dé cuenta.

 -Siéntate –inmediatamente, Key obedece a su orden y se sienta en la silla, el hombre suelta un leve bufido- ¿has escuchado los rumores que corren éstos días? –decide no responderle, tan solo niega con la cabeza sintiendo como los nervios empiezan a comerle por dentro- dicen que te has mostrado ante tu protegido.

-No es verdad, señor.

-Lo llevo escuchando desde hace tres días y sinceramente, no le he dado importancia. Ni siquiera se la doy puesto que confío en usted –Key suspira de forma disimulada, se siente mucho más aliviado y a la vez, agradecido- sin embargo, te noto bastante inquieto y me da qué pensar.

-Ah no, señor. Lo que ocurre es que, obviamente, cuando te llaman para encontrarse con usted, suele imponer. Tan solo es eso –ahora que ve la oportunidad de defenderse, continúa hablando para que Prior se quede convencido- le agradezco que confíe en mí, señor. Puedo asegurarle que los rumores son absolutamente falsos.

-Está bien, Kibum. Le daré un voto de confianza. Espero que no se vaya extendiendo el rumor.

-Puede estar tranquilo, señor. Sé cuál son las normas de mí trabajo y las consecuencias que tiene incumplirlas. No me arriesgaría a ser un caído.

 

Un leve pitido se cuela en mis oídos, no sé de qué se trata, pero se introduce en mi mente provocándome un dolor molesto de cabeza. Abro los ojos costosamente, me encuentro en una habitación blanca la cual desconozco, mientras observo lo de mí alrededor, se me hace inevitable bostezar. Entonces, algo, más bien alguien, se mueve a mi lado. Giro mi cabeza y me encuentro con Taemin, se levanta para estar más cerca de mí; sus ojeras se han hecho más grandes de lo habitual.

-¿Cómo te encuentras?

-¿Qué hago aquí? –pregunto aturdido, el pitido que escuchaba era el de la máquina a la que estoy conectado.

-Te desmayaste en casa. No sabía qué hacer… y te traje aquí.

-Pues estoy bien. Ahora me visto y nos vamos a casa.

-Ah no, Kim Jonghyun –un hombre entra de repente a la habitación, lleva bata blanca por lo que entiendo que es el doctor. Decido quedarme quieto para escuchar cómo me dice que me largue a casa- no puedes irte.

Siento caer un ladrillo sobre la cabeza. Veo de reojo como Taemin se muerde el labio inferior nervioso, colocándose detrás del doctor para que no le pueda ver. No entiendo su reacción, pues decido mirar al hombre esperando una explicación.

-¿Cuánta bebida alcohólica sueles beber? 

-No suelo contarla.

-¿Bebes habitualmente?

-Es mi rutina.

-¿Vomitas siempre?

-Casi siempre, sí.

-Está bien. Ahora le preguntaré a tú amigo –se gira para observar a Taemin, quién se le ve realmente cansado. Me limito a mirar la escena con atención sin entender absolutamente nada- ¿suele tener cambios de humor?

-A veces.

-¿Alguna vez ha tenido algún problema de alucinación?

-Ah… –antes de responder dirige su mirada a mí, parece que se esté compadeciendo de mí. Seguidamente, baja la mirada al suelo y suelta- sí. De hecho, siempre habla de su supuesto ángel de la guarda. Dice que más de una vez lo ha visto y que es hermoso.

-¡Pero eso es verdad! Antes ha vuelto a aparecer. No quiere decirme cómo se llama.

-Ya, entiendo –dice el doctor apuntando algo en su libreta, a continuación suelta un pequeño bufido y me mira- lo que me temía. Mañana tendremos los resultados de los análisis. Dentro de un rato vendrán a hacerte un lavado de estómago.

-Yo me encuentro bien, no entiendo porque tengo que estar aquí.

-Si estás aquí, es porque algo no va bien, ¿no crees? Hasta mañana.

El doctor se va dejándome solo con Taemin, éste yace en silencio y sin atreverse a mirarme. Recuerdo lo que le ha dicho al doctor, me enfado de repente con él.

-¿Por qué le has dicho que veo al ángel? ¡Sabías que no iba a creerme! Oh espera, tú tampoco me crees, es eso, ¿verdad?

-Jonghyun…

-Ya, ya. Nunca me has creído, ahora me doy cuenta –le interrumpo, no le dejo hablar. Acabo resoplando y dejo de mirarle, me cruzo de hombros mirando al frente- vete. Lárgate, no quiero que estés aquí.

Escucho como suspira, y una vez más, obedece a mis órdenes. Cuando se va, realmente me siento solo. Por unos segundos me arrepiento de haberle echado, pero en seguida se me pasa cuando mi orgullo decide aparecer en mí. Mi conciencia me dice que estoy actuando mal, pero no me sorprende que me lo diga, no le haré caso.

Aun así, Taemin no vuelve a visitarme durante el resto del día, ni siquiera por la noche. Empiezo a aburrirme, a agobiarme de no hacer nada, a enfadarme sin ningún motivo, lo único que tengo claro, es que quiero beber. Aunque sea una cerveza, no importa el qué, pero necesito alcohol en mis venas.

No obstante, no me dejan salir de la habitación tras hacerme el lavado de estómago, cuando lo he intentado una enfermera me ha detenido. Ahora ya es de noche. Una noche sin beber, una noche sin acostarme con mi pequeño títere, sin duda alguna, prefiero morirme antes que pasarme los días de ésta manera: sin beber absolutamente nada.

 

Me despierta el doctor a base de decir mi nombre, pienso que de tanto decírmelo me lo acabará gastando. La verdad es que abro los ojos en seguida porque sé que me dará los resultados y podré irme a casa. No obstante, encuentro que el doctor está demasiado serio, no quiero pensar que realmente algo va mal.

-Al grano, doctor –suelto para romper el incómodo silencio. A decir verdad, estaba consiguiendo ponerme nervioso ante tanta expectación sobre los resultados.

-¿No vendrá tú amigo a verte?

-No creo, él estudia. Dígalo ya, doctor.

-Enfermedad alcohólica hepática –por unos segundos nos quedamos callados, mirándonos el uno al otro, no soy capaz de reaccionar- realmente tienes el hígado mal, Jonghyun. Te daré el alta ésta tarde puesto que por el resto éstas bien. Tendrás que hacer una dieta y obviamente, nada de beber alcohol. Si recaes, tendremos que tomar medidas más drásticas.

Perplejo es la palabra exacta para definir cómo me encuentro. Pero no, no dejaré de beber tan solo por tener el hígado jodido. Prefiero morir estando borracho que estando sobrio.    

Notas finales:

¿Opiniones? ¿Dudas? Estoy abierta a cualquier aportación.

He intentado narrar lo mejor posible para que se entienda...

 

¡Gracias por leer! :3

Acepto que me tiréis piedras.


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