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Amor Yaoi
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Generaciones futuras por Tem-chan

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Notas del capitulo:

Bueno este fic va sobre las relaciones amorosas de los hijos de IE y también familiares, con sus padres... Este fic no es propiamente dicho una continuación de otro que hice,  es independiente aunque se pueda pensar que no, jeje... porque en el fondo los hijos son los mismos, pero es que en todos mis fics los niños de cada pareja seran los mismos que ya los tendré por la mano, jeje

Ryo (14años, Suke pareja de Chiaki, hijo de Endo y Kaze)

Kyo (14 años, Seme pareja de Kô, hijo de Endo y Kaze)

Michiru (14 años, Tachi pareja de Miyu, hija de Endo y Kaze)

Negi (8 años, Uke pareja de Kotaro, hijo de Endo y Kaze)

Chiaki (14 años, Suke pareja de Ryo, hijo de Hiroto y Mido)

Hotaro (14 años, Tachi pareja de Haruka, hija de Hiroto y Mido)

Setsuna (13 años, Eko pareja de Miyu, hija de Afuro y Atsuya)

Kotaro (12 años, Seme pareja de Negi, hijo de Afuro y Atsuya)

Nodoka (11 años, Tachi pareja de Hinata, hija de Afuro y Atsuya)

Kai (9 años, Seme pareja de Eiji, hijo de Goenji y Shiro)

Kô (7 años, Uke de Kyo, hijo de Goenji y Shiro)

Haruka (7 años, Eko pareja de Haruka, hija de Goenji y Shiro)

Hinata (14 años, Eko pareja de Nodoka, hija de Tsunami x Tachi)

Riku (13 años, Tachi pareja de Setsuna, hija adoptiva de Fudo y Kido)

Miyu (13 años, Teko (Eko) pareja de Michiru, hija adoptiva de Fudo y Kido)

Eiji (11 años, Uke de Kai, hijo adoptivo de Fudo y Kido)

Natsuo (14 años, uke de You, hijo de Nagumo y Suzuno)

You (14 años, seme de Natsuo, hijo de Nagumo y Suzuno)

Aclaración: Eko = Uke, Teko =Suke y Tachi = Seme, aunque casi todo lo que saldrá es yaoi.

Prólogo

Era un lindo día de verano, muy caluroso y un poco molesto apara la mayoría de la gente, a la cual no le gusta el calor, pero que se tenían que aguantar porque no había más remedio. Habían pasado ya diez años des de la fiesta de Kido, que se narra en el capítulo anterior, porque en esos años han hecho muchas más. Todo estaba muy tranquilo menos en casa de cierto obsesionado con el fútbol casado con un ex-velocista.

 

Casa de la familia Endo

—¿Pero, porque no te declaras de una puñetera vez, Kyo? —decía una niña castaña.

—¿A quién? —respondió un niño igualmente castaño.

—A Kô, ¡¡a quien sino!! A tu amado.

—No lo es.

—Claro que sí. Y ahora dime porque no te le declaras ya.

—Porque es muy pequeño —dijo Kyo un poco sonrojado.

—Kô ya tiene siete años y te quiere mucho. Entonces, no le veo el problema.

—Que solo tiene siete años. Este es el problema.

—Yo no le veo, el problema, eres tú que no quieres.

—Claro, tú lo dices porque Miyu es solo un año más pequeña que tú y no siete. Tengo el doble de años que él, es mucha diferencia.

—Eso no es cierto. Mira a Hotaro y Haruna, ellas son parejas y se llevan la misma edad que tú y Kô. Es solo una excusa.

—No lo es.

—Que te le declares ya, joder. No hay motivo para no hacerlo. Te dirá que si y lo sabes. Vamos, ve a verlo ya.

—No quiero.

—¡Que vayas de una puta vez! —Gritó la niña sacando a su hermano de casa— Ryo nos vemos luego. Voy a seguir a Kyo.

—Bueno, yo he quedado con Chiaki esta tarde.

—¿Cómo? ¡¡¡Esta tarde!!! No puedes hacerme esto. ¿Cómo quedaste sin avisarme?

—Para que debería de avisarte —preguntó un poco confundido Ryo.

—Para poder seguirte y grabarte cuando le declares tu amor a Chiaki. Me lo perderé por seguir a Kyo… no, eso nunca —dijo con una mano en su mentón— Ya sé —dijo con la cara iluminada— ¿Dónde quedaste y a qué hora?

—No sé si deba decírtelo —dijo un poco molesto Ryo.

—Dímelo ahora mismo —dijo Michiru acercándose peligrosamente a Ryo.

—En el parque X a X hora.

—Bien, bien. Adiós. —dijo saliendo corriendo en dirección a casa de Kô.

Iba lo más rápido que podía no quería perder a su hermano en un momento tan importante. Debía de grabarlo y para ello tenía que estar cerca en el momento importante. Sabía que más tarde se lo agradecerían y por eso, en parte, lo hacía. Y a quien quería engañar era la fujoshi más interesada en las relaciones de sus hermanos de todo el mundo, incluso más que su mejor amiga. A quien por cierto tenía que llamar para que fuera a grabar a Ryo ya que ella no podía estar en los dos lados a la vez. Sacó el móvil y llamó a su mejor amiga y gran fan del yaoi igual que ella.

¿Sii?

—Setsuna. Es una emergencia. Tienes que estar a X hora en X lugar con la cámara, allí estarán Ryo y Chiaki, luego te llamo de nuevo —dijo antes de colgar.

No había dejado responder a Setsuna para saber si podía. Daba por hecho que si era para yaoi ella no fallaría, hiciera lo que hiciera. Si estaba con Riku, mejor que mejor porque era casi tan fujoshi como ellas, y sería de gran ayuda, como siempre. Siguió corriendo, como si la vida le fuera en ello, hasta que encontró a su querido hermano.

—¿Por qué tengo que ir a ver a Kô, ahora? No es que me moleste, porque adoro verlo, pero eso de tener que declararme… Me da un poco de vergüenza. Pero no debería, ¿Vergüenza de qué? En verdad es más miedo a hacerlo mal. Yo no soy nada romántico ¿Y si me dice que no por ello?

Era lo que se escuchaba decir a cierto castaño de ojos marrones-rojizos, rara pero linda combinación, al menos a ojos de cierto niñito peli-crema, el cual se sonrojaba solo con verlo y hasta tartamudeaba a veces. Deseaba ver esta declaración. Estaba segura de que aunque su hermano fuera poco romántico Kô reaccionaría favorablemente. Estaba ansiosa de ello.

Un teléfono sonó a medio camino. Michiru lo sacó de su bolsillo y miró quien era. Sonrió al ver el nombre de su novia en él. Descolgó enseguida.

—Olas amor. ¿Qué tal estás?

Muy bien. ¿Querrías quedar conmigo hoy?

—Ahora lo veo difícil, Miyu. Es que mi hermano se va a declarar a Kô y tengo que grabarlo.

Oh. Está bien, no pasa nada. ¿Quedamos mañana entonces?

—No, tranquila. Quedamos hoy un poco más tarde. ¿Te parece bien? En cuanto mi hermano se haya confesado te llamo para quedar.

Está bien. Hasta luego, entonces.

—Hasta luego, amor. Te quiero.

Y yo a ti —dijo Miyu antes de que ambas colgaran.

Al final llegaron a la linda casa de los Goenji, ya que se habían casado. Llamó a la puerta marrón, era bonita la casa, se notaba que tanto Shiro como Shuuya tenían buen gusto para las casas y la decoración. La puerta la abrió una chica de pelo gris de unos siete años. En cuanto a vio a Kyo sonrió y entró a dentro de la casa para llamar a su gemelo. La niña ya sabía que su hermano estaría encantado de verlo, ya que no pasaba desapercibido el amor que se profesaban.

En seguida apareció un niño de cabello gris y ojos negros, muy lindo, el cual se sonrojó muchísimo al ver a Kyo. Tímidamente sonrió antes de bajar la cabeza. Kyo lo miró embobado, le encantaba que Kô se sonrojara así con solo verlo y más aun le gustaba saber que era por su causa. No quería ni pensar que el pequeño pudiera ser así con alguien más. Se acercó a Kô y le cogió de la mano, lo que hizo que el pequeño se sonrojara más aun, si se podía. Kyo sonrió y lo arrastró a fuera del patio de la casa.

—Haruka, te devuelvo a tu hermano en rato ¿no te importa no?

—Tranquilo, ya les diré a mis papis que está contigo, no creo que les importe mucho.

—Gracias.

Haruka sonrió contenta, parecía que al fin su hermano conseguiría su amor, lo presentía. Y el ver como Michiru los seguía con una cámara de video se lo confirmó. Todas las chicas sabían que Michiru había registrado todas las declaraciones en video y estaba segura de que está no sería la excepción. Le sonrió y le hizo un ademán de que ella también quería ver la grabación a lo que Michiru asintió. Luego reuniría a las chicas para ver las grabaciones juntas, como hacían siempre.

Los tres llegaron a un parque, el sitio más romántico que existe cuando vas con prisas y no tienes nada preparado. Allí Kyo buscó el banco adecuado, donde no pasará mucha gente y estuviera un poco escondido del mundo. Y se sentó en el, haciendo que el menor se sentara en su regazo. Este se sorprendió y se sonrojó pero no dijo nada, solo apartó un poco la mirada. Kyo se le quedó viendo unos segundos, hasta que decidió hacer algo. Cogió el mentón del menor y le giró la cara para que lo mirara. Eso hizo que el menor quedará más rojo que un tomate.

—Kô, yo quería decirte algo.

—¿Q-q-qué? —tartamudeó nervioso por la situación.

—Verás, sé que mereces algo más romántico y que puede que tampoco sea el lugar ni el momento adecuado, pero quiero decirte que yo… te amo, te amo más que nada en este mundo y quisiera saber si tú también me amas.

El menor se sorprendió. No enrojeció más porque no podía que si no lo hubiera hecho. Sus ojos estaban abiertos a más no poder y no sabía que decir. Parecía bloqueado, cierta castaña que observaba se empezaba a poner nerviosa por ese silencio que estaba invadiendo en el momento. Si seguían así pensaría que rechazaría a su hermano y se sentiría muy mal por obligarlo a que declararse. Ella creía que le daría un sí más rápido por eso empezaba a preocuparse.

—Y-yo… —empezó a decir pero se calló. Kyo empezaba a mirarlo con cara de preocupación. Él también veía un rechazo.

—No me quieres… —dijo triste— bien, lo entiendo. No pasa nada. Siento haberte sacado de casa para eso… no quiero que te sientas incomodo… perdona.

Kô se puso a llorar al oír eso. Lo que hizo que Kyo se sintiera culpable y lo mirara tristemente. Había hecho llorar a ese ángel y eso no se lo perdonaría nunca. Ya sabía él que no debía de decirle nada a Kô, sino fuese por su hermana no le hubiera dicho nada y todo seguiría igual. Estos pensamientos hicieron que se enfadara con ella pero también con él por haberle hecho caso. Dejó de abrazar la cintura del menor esperando que este se levantara. Pero eso no pasó. Kô seguía allí mirándolo inmóvil.

—Y-yo… s-sí t-te qui-e-ro —dijo tímidamente— N-no quiero q-que p-ien-ses q-que n-no… solo q-que me daba ver-g-güenza de-de-cirl-lo.

—¿En serio me quieres?

—S-si —dijo Kô, con la cabeza baja.

—Me alegro un montón de ello —dijo Kyo levantando la cara del menor para seguidamente acercarse a su cara para besarlo.

Ese besó duró y duró todo lo que el aire les permitió. Pero como siempre la falta de aire separó a los amantes. Pero no por mucho tiempo ya que Kyo enseguida volvió a unir sus labios con los de Kô, pero esta vez pidió entrada en la boca del menor. Entrada que muy tímidamente fue concedida. La lengua de Kyo exploró la cavidad del menor, pero notó que Kô no participaba en el beso lo que hizo que perdiera algo de gracia. Al acabar el beso miró al pequeño que estaba en su regazo y se dio cuenta de su nerviosismo. Sonrió. Ya con el tiempo el menor se acostumbraría a los besos y participaría. En estos momentos y besos.

Michiru estaba más que emocionada, al final todo estaba yendo muy bien, mejor de lo que esperaba. Solo quedaba un pequeño detalle para que todo fuera realmente genial. Y era lo que esperaba con ansias la fujoshi castaña.

—Kô. Quisiera pedirte algo… ¿Quieres ser mi novio?

—S-sí.

—Te quiero Kô —dijo antes de volver a besarlo.

La castaña estaba mucho más emocionada ahora, ya que todo había ido a pedir de boca. Así que decidió que ya era hora de dejarles un poco de intimidad y se fue del parque para seguidamente llamar a Miyu, como le había prometido.

 

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Por otra parte de esta misma ciudad. Se encontraba otro castaño, el cual iba al lugar acordado con su amigo, al menos por el momento. En cuanto llegó allí enseguida vio al peli-rojo sentado en un banco tranquilamente, como siempre estaba, cuando su hermana estaba lejos de él. Se acercó a él lentamente por detrás y le tapó los ojos con sus manos. El peli-rojo ni se inmutó.

—Ryo ere tu ¿cierto?

—¿Quien más quieres que sea? ¿Preferirías que fuera otro?

—Realmente no. Había quedado contigo, o eso creo —dijo con una sonrisa pícara.

—Me alegra oír esto. Porque quiero decirte algo muy importante.

—Yo también quiero decirte algo.

—Dime entonces.

—Quería decirte algo… bueno más bien me gustaría pedirte algo. ¿Quisieras ser mi novio?

—¡¡¿¿C-como??!! Perdón… no he entendido bien… creo… ¿Me has pedido ser tu novio?

—Sí, eso creo que he dicho.

—¿Eso crees? Oh, ya veo.

—¿Que respondes?

—Que es raro… no me dijiste que me quieres y no preguntaste si te quiero… directamente pasaste a pedirme que fuera tu novio…

—¿Eso es un no?

—Es un sí. Me da igual como me lo pidas, igual te quiero, así que acepto.

—Esto está muy bien —dijo el peli-rojo acercándose a Ryo— Porque yo también te quiero.

—Eso espero, Chiaki. Porque como pidas para ser novio a otro más me enojaré.

—Tranquilo eso es exclusivo para ti —respondió Chiaki acercándose más hasta abrazarlo y besarlo.

Fue un beso mucho más pasional que el de Kyo con Kô, ya que ese era más bien tierno. En este caso ambas lenguas lucharon en la boca de Ryo, pero ninguna de las dos parecía ganar la batalla por lo que se separaron por falta de aire en un empate. En cuanto el beso finalizó, se miraron sonrientes.

Una chica de pelo rubio anaranjado los observaba des de detrás de un árbol. Grababa toda la escena y se preguntaba cómo podía ser que fueran tan poco románticos y tan rudos. Suponía que eso era porque ninguno de los dos estaba definido como seme o uke… ambos sukes, parecía ser que la relación debía ser algo extraña, en tema romanticismo, que brillaba por su ausencia. Estaba un poco enfadada. Seguro que Michiru ya sabía que sería así y por eso le hizo ir a ella.

 

Flashback

Estaba una chica de pelo rubio-anaranjado sentada en el sofá acurrucada en el pecho de una chica de pelo negro ojos verdes. Miraban una película que iba sobre una pandemia en Estados Unidos, o eso creo, y justo en la parte más interesante, cuando hay una persecución entre helicópteros, alguien llamó al teléfono de la rubia. Ella cogió el teléfono de encima de la mesa y contestó.

—¿Sii?

Setsuna. Es una emergencia. Tienes que estar a X hora en X lugar con la cámara, allí estarán Ryo y Chiaki, luego te llamo de nuevo —dijo alguien antes de colgar.

Setsuna se apartó el teléfono móvil de la oreja y lo miró con cara de no entender nada. Repitió el mensaje en su mente y se dio cuenta de que tenía que ir con una cámara de video al cierto sitio en cierta hora, estarían Chiaki y Ryo, es decir una posible declaración. Sonrió y miró la hora. Tenía el tiempo justo para llegar.

—¿Qué pasa Setsu?

—Michi-chan, quiere que vaya a grabar a su gemelo.

—Eso está bien. ¿Cuándo?

—Ahora mismo.

—¿En medio de nuestra cita?

—Eh… si… ¿no puedo?

—Ya sabes que sí. Ve, que si no sé qué te pondrás triste y yo no quiero esto. Pero me tendrás que compensar.

—Claro que si, Riku-chan, te quiero —dijo antes de darle un beso y salir corriendo de la casa.

Fin Flashback

 

¿Se había perdido el final de la peli y pasar tiempo con su novia, por esta mierda de declaración? Estaba muy enojada. En cuanto acabara de gravar hablaría seriamente con Michiru, estaba segura de que ella hacía algo mejor. Y no se equivocaba. Continuó viendo a ese par, el cual se besaba como si no hubiera mañana. Empezaba a pensar que tendría un porno allí mismo, pero no. De repente se dejaron de besar y se alejaron del lugar cogidos de la mano.

—¿Vamos a jugar a fútbol? —preguntó Ryo muy emocionado.

—Claro, ya me esperaba que dijeras algo así. Te has tardado bastante.

—Es que no quería que pensaras que prefiero el fútbol antes que a ti.

—Vas tarde. Eso lo pienso des de que te conozco. Pero me conformaré con el segundo lugar.

—No. Yo te prefiero a ti. Lo digo en serio.

—Mira un balón se acerca.

—¿Dónde? ¿Dónde? ¡No lo veo! —dijo Ryo buscando por todas partes.

—Lo ves… no te esfuerces. No hace falta. Yo te amo tal y como eres.

—Yo también te amo Chiaki, eres el mejor —dijo dándole un beso corto y tierno en los labios antes de sonreírle felizmente.

Por lo que Setsuna se fue de nuevo a casa de su novia, para mostrarle la maldita grabación y desquitarse un poco, maldiciendo a los sukes poco románticos.

 

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En casa de la familia Afuro

—Nodoka me preocupa un poco —le decía un chico peli-rosa a su novio.

—¿Por qué? —Le preguntó este— ¿Está enferma?

—No es eso… es que no sé exactamente qué le pasa. La veo un poco triste.

—¿Tiene problemas con Hinata?

—No lo creo, Hina-chan es un sol, es casi imposible tener problemas con ella siendo tan tierna.

—Así que es más tierna que yo… —dijo un poco molesto el peli-azul.

—Negi, yo no dije eso. Yo dije que es tierna, no que lo sea más que tu. Para mí no hay nadie más tierno que mi lindo Negi.

—¿Lo dices en serio? —dijo un poco triste.

—Muy en serio.

—Hmmm… si tú lo dices…

—Claro que lo digo. Tu eres el ser más hermoso, tierno y adorable del mundo.

—Yo no lo creo. No sirvo para nada, y no soy para nada tierno… seguro que me dejas por otro más tierno… —dijo con lágrimas en los ojos.

—Eso no lo digas nunca más. Yo no te voy a dejar por nadie, te amo demasiado para dejarte. Y claro que sirves, eres el mejor dibujante de todos y sabes animar a la gente. Solo te falta confianza en ti y amor propio.

—Pero… —dijo sollozando.

—Nada de peros. Solo confía en mí, ¿sí?

—Claro, yo confío en ti.

—Entonces deja de decir tonterías. ¿Queda claro?

—Sí —dijo bajando la cabeza un poco incomodo.

—Te amo, Negi —dijo el peli-rosa antes de acortar distancia entre el peli-azul y él.

Se besaron dulcemente, ya que el mayor intentaba transmitirle todo su amor a Negi, pero este aunque era su novio, parecía no querer creer en sus sentimientos. Aun era reticente a ello, parecía tener miedo a que fuera todo una mentira. No se podía creer que el chico de sus amores que des de que se conocieron le hacía suspirar lo amar tanto. No se creía merecedor de ese amor y por ello le costaba aceptar que realmente le quería pero eso no significaba que quisiera cortar con el peli-rosa, ya que él si le amaba.

—Yo también te amo, Kotaro —suspiró al acabar el beso.

—Eso significa que te vas a querer más a ti mismo, ¿verdad? Lo harás por mí, ¿sí?

—¿Y eso porque?

—Porque necesito que te ames y te cuides. No quiero que te pase nada.

—Yo…

—Prométeme que no dejaras que nada te pase.

—Lo… intentaré…

—No sé si me vale, pero me conformaré con esta respuesta.

Negi miró el reloj que colgaba de la pared y vio que ya era hora de volver a casa. Así que se levantó de la cama en la que estaba tumbado con su novio y se puso su fina, muy fina, chaquetita. En las noches hacía un poquito de frio y era mejor abrigarse por si acaso. Kotaro lo contemplaba des de la cama. Se levantó y abrazó a su novio.

—Te acompaño a casa.

—Sé ir solo…

—Lo sé pero no me fio de que llegues bien.

—Como quieras.

Así ambos salieron de la casa de Kotaro y fueron hacia la de Negi. El trayecto fue muy silencioso, pero para nada incomodo. Cada uno pensaba en lo suyo mientras andaban por inercia hacia la casa de la familia Endo. Una vez allí Kotaro besó a lindo peli-azul y esperó a que le abrieran la puerta al menor antes de ir corriendo hacia su casa.

 

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Un peli-crema se encontraba en su cama leyendo un libro. Estaba súper-emocionado con el trozo que venía. Iban a hacer un interrogatorio a una niña sapiens llamada Ayla que vivía con un grupo de neandertals. La querían echar fuera del clan por haber cazado… cuando de repente llaman a la puerta de su habitación.

—¿Quién es?—preguntó un poco molesto por la interrupción.

—Kai, tienes una llamada de Eiji.

—¿De Eiji? —dijo dejando el libro rápidamente y corriendo hacía el teléfono.

—¿Kai? —se escuchó una vocecita a través del teléfono.

—Dime, cariño.

—¿Te acuerdas que mañana hemos quedado para ir al parque de atracciones?

—Claro que me acuerdo. ¿Cómo voy a olvidar que quedé contigo?

—Jeje, me alegro de que no te olvidaras. Tengo muchas ganas de ir. Estoy muy contento y emocionado. No sé si podré dormir de los nervios.

—Ya verás que sí, mi vida. Yo tengo muchas ganas de verte.

Y así se pasaron un rato hablando hasta que Eiji tuvo que cortar la llamada por pedido de Fudo, ya que decía que luego costaría muy cara la factura del teléfono. Kai se fue de nuevo a su habitación, pero en vez de coger el libro de nuevo, cogió sus ahorros y salió de la casa. Quería comprarle un regalo a Eiji. Ya lo tenía pensado de antes, pero no lo había hecho y ese era un buen momento, así que decidió no desaprovecharlo. Miró por todos lados. Tenía una pequeña idea de lo que le quería comprar pero no del todo. Tenía que ser una cosa tierna, infantil y adorable, con esas características solo le venía en mente regalarle un peluche… pero no sabía si era la elección acertada. Esperaba que si porque era lo único que le venía en mente.

Llegó a una tienda de peluches que había cerca de su casa y entró. Allí vio varios que le gustaron, pero al final se quedó con una linda tortuga marrón, que según él era perfecto para su novio. Con ese perfecto regalo para su querido peli-rojo se fue a su casa de nuevo y esta vez sí se puso a leer el libro como antes de la llamada. Tenía curiosidad para saber que le pasaría a Ayla y de paso así no pensaría en la cita del día siguiente.

 

La noche pasó y el despertador sonó como todas las mañanas de invierno, solo con un cambio, no era invierno y no había clases. Pero el despertador sonaba en casa de los Goenji, en la habitación del mayor. Kai lo apagó con prisas y se alistó para salir. No es que tuviera prisa pero quería llegar pronto, como buen seme que era. Una vez en el lugar acordado se puso a pensar en Eiji mientras miraba la hora cada cinco segundos, esperar es siempre muy pesado.

Al final, a la hora en punto vio llegar una caballera peli-roja, hermosa, y supo que era su novio, por lo que se acercó un poco a él a la vez que su novio corría hacia él y se lanzaba encima suyo para abrazarlo. Kai correspondió feliz y encantado de la vida. Luego se separó un poco y se acercó al menor para besarlo. Le encantaban esos labios, era adicto a ellos y esperaba no perder nunca el derecho a probarlos.

—Hola Eiji.

—Hola Kai, te eché de menos ayer que no te vi.

—Y yo a ti —dijo antes de recibir un beso del menor.

Fueron a la feria y pasaron todo el día allí, subieron a muchas atracciones, se besaron en el punto más alto de la noria, a petición del menor. Comieron una pizza, patatas bravas, pastel y bebieron Coca-Cola light. Todo muy saludable, todo tiene que decirse. También fueron a los puestos de tirar, donde por desgracia no consiguieron nada ninguno de los dos y sobretodo se lo pasaron muy bien. Que era lo que realmente importaba.

Después de ese día tan divertido Kai decidió que era hora de darle su regalo al pequeño así que lo llevó un momento a su casa y lo dejó esperando en la sala. Subió un segundo a buscar el regalo y bajó al mismo momento casi. Salió de la casa junto al menor y a medio camino, para evitar mirada indiscretas, le dio el paquete. Eiji extrañado lo miró y lo desenvolvió encontrándose con la tortuga de peluche.

—Gracias —gritó de felicidad al verlo— Te amo, te amo… eres el mejor novio del mundo. Me lo he pasado genial contigo —continuó diciendo lanzándose encima de su novio para abrazarlo y besarlo.

—Yo también te amo Eiji.

Notas finales:

Si, este prologo es una copia, del ultimo de mi otro fic, esque en parte esta basado en este capi, que es el que me inspiró, pero no es el mismo fic, por eso como no sabía como hacerlo... lo he hecho así... no sé si estoy incumpliendo alguna norma... espero que no jejeje, no me gustaria que me bloquearan... hmmm... 

Espero que les guste


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