-Ji, en serio, vete, no... No quiero que me vuelvas a buscar, hemos cortado, quiero caerte mal. ¿No lo entiendes?
-Lo entiendo… pero así no te pienso dejar, y encima lleno de sangre, si hace falta nos vamos por calles viejas y te llevo hasta mi casa.
-Ji, igual tendremos que salir –dijo Seung
-Seung, conozco todos estos barrios, a menos alguno por ahí pero sé cómo llegar de aquí a mi casa escondido
-Bueno, que yo me pase la vida fuera de Corea y tú te niegues a ir a cualquier parte, normal que te sepas todas las calles.
-Ya ya, Seung, ayúdame, que no puedo llevarlo, necesito guiarte para que lleguemos a mi casa.
-De acuerdo, por cierto, se desmayó
-Genial! –Giré la cabeza para verlo –anda, agárralo y vayamos a mi casa –le ordené
-Como tú digas, señorito
Me giré para regalarle mi mirada asesina, y volví a girarme para meterme en una de las calles más estrechas de Seúl. Estuvimos media hora así hasta llegar a mi casa, y de ahí entramos por la puerta trasera.
-Mamá, trae medicamentos, SeungRi está herido!
-¿¡Qué pasó?!
-Le pegaron, y yo y Seung lo vimos todo
-Oh! Vino Seung, una noticia genial, ya vengo –la voz se acercaba, y además se escuchaban los pasos, eran rápidos
-Dios! SeungRi! Se desmayó! ¿Por qué no llamasteis a la policía o ambulancia?!
-No nos dejó y sigue sin dejarnos –le dirigí una mirada a Seung para que se callara
-Claro… y no puedo saber del porqué ¿verdad?
-Así es –levanté una ceja
Mi madre agarró a SeungRi y lo llevó al salón y lo puso en el sofá. Agarró lo que fuera (que ahora no se me ocurre el qué) mientras nosotros nos íbamos a mi cuarto, le tenía que mostrar unas cuantas canciones que compuse.
-Como se nota que tu sueño es este –sonrió
-Mmm… si fuera un famoso, creo que antes se fijarían en mi estilo que en mi música
-Tu siempre tan pesimista –rio y abrió la puerta hacía mi cuarto- wow! Qué ordenado está todo!
-Mam-ma…MAMÁ! Ya lo has vuelto a hacer! Por qué lo haces cada jodido día estoy harto! -di un golpe de puño al próximo armario que tenía
-Waooo!! El señorito se volvió furioso –fui a por él
-Y tú, vuélveme a llamar señorito y es que juro que te pateo tu bonito trasero! –añadí, aunque sobraba un poco
-Ya cálmate, Ji, no son momentos de discusión, enséñame las canciones
-De acuerdo, Seung, últimamente no hago más que discutir –decía mientras buscaba en el cajón –no lo sé, no me siento con ganas de nada, ni la inspiración me viene, no tengo ganas de cantar… -lo miré a los ojos.
-Ji, lo que pasa es que tienes estrés, y además de tu ex, que te mataba con sus grititos y ahora está ahí abajo
-Buahhh… en serio! Salí con un jodido hijo del gran mafioso de corea? Me odio!
-JI! Joder cálmate, no vinimos aquí para discutir maldita sea!
-D-de a-acuerdo… -me calmé
Le mostré un par de canciones, las otras no las pude encontrar debido al orden de mi madre, me dijo que le gustaban mucho, y que cuando tengamos ese puesto que si eso cantemos alguna de ellas juntos y luego que le regale alguna a él y otras que las cante yo.
-Seung… en serio te gustan?
-Por qué no me iban a gustar?
-No lo sé, el tema es muy freak
-No te parece gracioso que sea freak?
-Tu siempre sacándole partido a las cosas, juro que algún día de estos voy a tener las mismas ideas, pero no pienso llenar mi cuarto de tus muñecos raros –bromeé
-Vuelve a hacer este tipo de bromas o te llamo de nuevo señorito –me pegó en el hombro
-Mala persona!
-Chicos! SeungRi despertó!
-Por fin! –grité de “emoción”
-Un poco de felicidad, que ese chico antes fue la razón de tu vida
-Tú mismo lo has dicho, antes… hace horas
Bajamos las escaleras y ahí vi a mi madre dándole agua al pequeño SeungRi, aunque parezca mentira, él ya no me gusta, pero su carita me enternece, quizá nunca me gustó, pero que yo sepa su carita me encanta.
-Seungri, estás bien? –sonreí
-Bueno, no me da mucho gusto que me trajeras a tu casa, pero bueno, los buenos amigos siempre están ahí para lo que sea –ahí me paralicé ¿amigos? –Ji, seguimos… siendo amigos verdad?
-S-si… creo que sí…