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Notas del capitulo:

Sucede que por fin esta aqui el ultimo capitulo.

MadaZetsu

A LEER!!

La velocidad, la adrenalina, el insomnio, su vida entera a velocidad luz. Donde reinaban las sombras en los descansos de cada aliento y los colores brillantes de pediatría, era la vida Zetsu en pequeños actos y desvaríos. Un chico que no superaba los veinticuatro años y que había recorrido de largo toda una vida de llanto, extrema alegría y ataques de ira, acompañado de su particular personalidad, tomado de la mano de su propio ser.

Su turno había terminado hace dos horas y sin embargo se encontraba en pediatría viendo a los niños jugar y calmando el llanto del algún bebé, sabia que si su primo lo encontraba le regañaría, ya una linda niña con orejas de neko le había dicho que el era un tipo raro por no querer un descanso, zetsu suspirando había respondido que no era raro, solo se había convertido en un adulto.

Con cariño se despidió de los niños y compañeras, camino lentamente hacia los vestuarios con la idea de una ducha en mente.

—con que aquí estas Cupido de cuarta.

Unos duros nudillos hicieron un brusco contacto contra su cabeza dejando despeinado su cabello verde.

— ¡Minato eso dolió! ¿Así me pagas ingrato?—Dijo zetsu con una leve mejoría de ánimo—yo que solo pienso en tu felicidad ¿anda cuenta como te fue con el sexy bombero?

—no paso nada, solo me invito a comer ramen.

Zetsu bujo, el pequeño sonrojo en las mejillas del rubio indicaba que habían hecho al mas que comer.

—no te creo.

—si quieres saber sobre bomberos pregúntale a Orochimaru.

El mencionado hizo acto de presencia siendo abordado inmediatamente por una mirada curiosa de su enfermero favorito (aun que lo negara)

— ¿y tu que me miras zetsu?

—es que Minato-san me dijo que pasaste una buena noche con un bombero y dado que eres bueno relatando historias, pues soy todo oídos.

Una mirada asesina fue dirigida aun desentendido Minato, no solo por andar hablando sobre cosas que eran privadas, también era por hacer una especie de corto circuito con Jiraiya y acaparar la atención del peliblanco.

—había una vez un enano de cabello verde y ojos amarillos que por curioso e entrometido le fueron retiradas las llaves de la morgue del hospital.

—buuu que malo eres Orochimaru y tu no te quedas atrás Minato, ahora miren como me voy a descansar mientras ustedes apenas entran a trabajar wuajaja

Ambos doctores sonrieron, zetsu podía ser a veces una piedra en el zapato pero ciertamente el hospital y la rondas serian muy aburridas sin el.

XOXO

No era un ser de paciencia, mas cuando sabia que sus sobrinos estaban en casa esperándole para jugar. pero era jefe de su escuadrón de bomberos y era por sobre todas las cosas el numero de emergencias de su primo lejano no tan lejano Obito Uchiha, al cual hace poco fue aparar a su escuadrón con otro tres novatos y en conclusión no estaba de humor.

— ¿Mejor?—Aun si poder hablar bien, Obito asintió mientras estaba con una mascarilla conectado a un nebulizador—bueno ya ha pasado quince minutos y como me temía nos han olvidado, deja busco algún medico o enfermera para ver si te dan de alta.

El chico asintió con entusiasmo, Obito era todo un dolor de cabeza que gustaba de ser su dolor de cabeza en particular, nunca molestaba a Izuna o a Fugaku; tenia que ser Madara quien lidiara con el. Claro era su familia y Madara velaba por cada uno de ellos pero maldición a Obito lo veía casi todos los días y a sus sobrinos solo pocas veces al mes.

Estaba molesto y su paciencia rayaba en los límites, así que sin pensarlo cogió el brazo de la primera persona con un uniforme del hospital que vio y le arrastro por la fuerza hacia la camilla donde estaba Obito.

—sufrió una especie de alergia pero ya respira bien ¿nos podemos ir?

—bueno por lo general estaría feliz si un hombre tan sexy me rapta de tal modo, pero no soy el indicado, sin  mencionar que mi turno termino. así que apéguese al protocolo de esperar al medico que le atendió.

Dichas tan insolentes palabras Madara por fin se fijo en el pequeño hombre que había traído; Ojos amarillos, cabello verde desordenado, piel blanca y algo que se escondía en aquella piel. Que hacia que la garganta del Uchiha mayor se secara ante la idea de recorrerla con algo más que la mirada.

—puedo hacer una queja al hospital, porque el enfermero que nos debía atender hizo una rabieta porque ya había terminado su turno.

Un pequeño mohín de disgusto se poso en el rostro del enfermero pero Madara podía ver con deleite que en aquellos ojos amarillos brillaba algo de diversión y miles de cosas que moría por desvelar.

—Mada-chan no molestes al amable enfermero, deja que se marche.

Con un chasquido molesto Madara le dirigió a su primo una mirada enojada

—ponte la mascarilla Obito

El chico le miro disgustado pero no dudo en seguir su orden y en cuanto al enfermero, le seguía mirando divertido sin ganas de moverse y el tiempo avanzaba.

—a ver chico enfermero, ¿nos harías el favor de llamar un doctor?

El chico se le quedo viendo, Madara le sostuvo la mirada aun que muy en el fondo una pequeña corriente de nervios le atravesaba.

¿Qué era ese chico?

—mmm ¿Uchiha?

Sacado bruscamente de sus pensamientos, Madara miro al joven enfermero con curiosidad.

— ¡sip! Somos Uchiha—dijo Obito dejando de lado la mascarilla y sonriendo—el es Madara Uchiha y yo soy…

— ¡ponte la mascarilla!

Un bufido de resignación y Obito se puso otra vez la mascarilla, mientras Madara volvía hacer frente aquel chico que ahora estaba cerca de la cama.

— ¿Cómo…?

—todos son iguales al menos en querer imponer su autoridad en este hospital y estar estresando al personal. No hace mucho atendí a Fugaku Uchiha igual de terco pero al menos un poco mas decente y solo porque el me cayo bien, veré que pasa le al pobre de Obito.

Dijo Zetsu mientras leía la historia clínica y le pasaba una mano por el cabello al joven Uchiha quien sonrió al amable enfermero.

Algo en Madara surgió en una especie de odio hacia aquel gesto, asiéndole sentir incomodo. Eran más de la diez y mínimo Izuna ya había mandado acostar a Sasuke e Itachi, pensó Madara para disipar pensamientos incómodos.

—ingresaste por urgencias por una anafilaxia, el medico sugirió inyectarte…

Madara observa como el joven enfermero se mordía los labios, reduciendo sus palabras a pequeños murmullos incomprensibles y no puedo evitar pensar que se veía adorable más haya de la  insolencia que manejaba el joven, este era un chico tan cansado como el Uchiha de tanta velocidad.

Al dejar de mirar al enfermero, Inmediatamente Madara capto una mirada de diversión en Obito, quien no le habia pasado por alto en como su querido jefe observa al amable enfermero.

—voy por algo de tomar.

Su voz salio mas brusca de lo normal, pero poco le importaba a Madara solo quería salir de ese lugar, apartar la mirada.

—me gustaría un poco de té verde con una galleta de avena—Madara miro al chico con su mejor cara de enfado, de esas que hacían correr a su escuadrón—por favoor.

Una pequeña sonrisa coqueta acompañada de unos tiernos ojos, dejaron a Madara con ganas de ¿golpear? ¿Gritar? ¿Sexo? El último pensamiento no ayudaba en nada.

—woow has logrado lo imposible

— ¡Obito!

Señalo Madara con uno de sus dedos al joven, para luego desaparecer en busca del té verde y una galleta de avena.

—siento como si esto fuera un bozal

Dijo Obito antes de ponerse otra vez la mascarilla.

Zetsu por su parte sonrío y miro hacia el lugar donde estuvo parado aquel hombre de cabello largo y negro, como su abrigo el cual le hacia ver más misterioso. No pensaba conocer mas Uchihas tan pronto, pero vaya que lo inevitable rondaba en aquel hospital.

“creo que le gustamos”

“ja por favor, seamos sinceros, porque nos habíamos prometido ser sinceros ¿cierto?”

“¿de quien fue la idea de tener sexo con alguno de los hermanos de Fugaku?

“tuya, por lo tanto mía también pero…al final con Madara terminaría queriendo algo mas que sexo”

…”

“genial eres la personalidad múltiple mas inservible del mundo, claro déjame a mi todo el problema”

—haces caras raras

Sin inmutarse zetsu sonrió a Obito

—la mascarilla Uchiha.

—solo déjame decirte que parece le gustas, si logras llegar a su frio corazón déjame ser tu dama de honor, porque somos de esa clase de familia que a la primera cita pedimos matrimonio si nos gusta mucho aquella persona.

—si yo hago caras raras tu hablas cosas raras, la mascarilla.

Con una sonrisa Obito se puso la mascarilla y zetsu trato en vano de poner sus pies sobre la tierra.

ves le gustamos”

“¡desaparece!”

—Toma tu maldito té verde—en un instante zetsu se vio recibiendo el té con una sonrisa—no había galletas de avena así que, yo te traje una de chocolate, pasas y una con una carita feliz. espero que alguna te guste y valores mi esfuerzo para que no me vuelvas a pedir esta clase de favores ¿entendido?

Con deleite zetsu veía como Madara le esquivaba la mirada y un pequeño color carmín invadía sus mejillas.

—gracias y tranquilo la próxima vez yo te invito, se complacer a la gente que se toma tantas molestia conmigo.

—entonces dime como te llamas para cobrarte favor por favor

—Zetsu

Un pequeño guiño de ojo y toda lógica y razón se fue a la mierda, pasados unos minutos donde Madara le dirigió una sonrisa y zetsu saltaba de la felicidad cogido de la mano con su otro yo en su mente, la puerta se volvió abrir con un sorprendido Minato.

—oh gracias a Dios que llego, estos dos casi me matan con la tensión sexual y su absurdo coqueteo.

Dijo Obito poniendo su mejor cara de tragedia, asiendo que zetsu se sonrojara y Madara le mirara enfadado.

—la mascarilla Obito

Fue la orden tasita del mayor de los Uchiha hacia el menor que le sacaba la lengua.

—bien, no quiero entrar en discusiones por lo tanto vayamos al grano, soy el doctor Minato Namikaze, zetsu te pensaba lejos pero ya que estas aquí dame un informe de lo que pasa.

—Bien, el de la camilla es Obito Uchiha—dijo zetsu señalando al mencionado y pronunciado muy bien el apellido para ver la reacción de Minato, el cual ni se inmuto— y este sexy de al lado es Madara Uchiha y si no me equivoco eres el hermano mayor de Fugaku ¿cierto?   

Madara asintió

—tu también eres sexy zetsu–dijo Madara

Zetsu tuvo la decencia de sonrojarse y disfrutar de la mirada de consternación de Minato.

—bueno, el doctor Namikaze también “atendió” a Fugaku si saben a lo que me refiero.

Inmediatamente dos pares de ojos Uchiha se posaron en el pobre doctor rubio que maldecía por haber escogido aquel paciente sin mirar bien el historial, si salía vivo de todo aquello zetsu era enfermero muerto.

—vaya eso me recuerda que Izuna me llamo para saber que pasaba, que mejor forma de informarlo que llamándolo en este instante, con suerte Fugaku también estará a su lado.

—y será como una especie de reunión familiar.

Dijo zetsu con una linda sonrisa al notar las segundas intenciones de Madara, mas le valía a Obito que aquella palabras que había dicho fueran ciertas, porque todo parecía indicar que zetsu había encontrado a otro ser humano que gozaba de inmiscuirse en la vida privada de sus seres queridos.

—dalo por hecho zetsu.

—Dios los hace y ellos se juntan, para desgracia tuya Doc .

Las palabras de Obito fueron sabias aun que le valió un “ponte la mascarilla” por parte de los otros presentes en especial de un aterrado Minato.

Con la agilidad de la marcación rápida y el botón de altavoz. todos estaban reunidos para el diagnostico de Obito.

—antes de empezar, Fugaku hay dos personas que quiere saludarte, saluda zetsu.

— ¡hola Fugaku! Te acuerdas de nuestra charla pues mi deseo se cumplió y no fue gracias a tu ayuda pero bueno dejare que te salude el doctor Namikaze.

— ¿Mi-Minato?

Ante la mirada fija de Madara en la pobre humanidad de Minato a este no le toco de otra que saludar.

—ho-hola Fugaku

— ¿Izu-chan nuestro ku-chan se sonrojo tanto como el doctor?

—creo que incluso mas, ¿risa malvada hermano mío?

—claro risa malvada hemos descubierto algo muy interesante hoy.

Pasada la risa malvada, una pequeña pelea vía celular entre hermanos y descubrir que Obito era alérgico al brócoli. Todo término entre un apretón de manos y la constancia de que Minato iría a cenar el miércoles junto con zetsu, habiendo partes mas felices que otras claro esta.

Pero las horas y los segundos hasta el miércoles eran muy largos y estaba claro que Madara no tenia paciencia, así que acompaño a Obito hacia el estacionamiento y le entrego las llaves del carro, ya que había quedado con zetsu.

—te deseo la mejor de la suertes con el amable enfermero y lamento, bueno ya sabes arruinar tu noche con los peques y ser una molestia.

Madara y Obito no eran de llevarse bien, sus charlas terminaban en discusiones, eran iguales en ciertas cosas pero esas similitudes los hacia pelear mas entre ellos. Pero siendo sinceros Madara no veía al menor con una molestia, familia es familia por muy alérgica al brócoli que fuera.

—no eres una molestia y aun que resultaste ser alérgico a tal estupidez, me alegra saber que al menos confías en alguno de nosotros y la próxima no le hagas caso a Nagato de comer sanamente mira hasta donde nos llevo esto.

Obito sonrió y rio suavemente, ambos se dieron la mano y cada uno cogió su camino.

En los vestuarios mientras terminaba de poner su camiseta zetsu fue empujado contra los casilleros, por un molesto Minato.

—dame un motivo para no golpearte por lo de hace unos minutos.

Sin ocultar su sonrisa y con la tranquilidad que precedía a la juventud, zetsu hablo.

—te conozco cobarde, estas tan asustado de volver amar que mínimo te hubieras hecho el tonto con Fugaku hasta sentir que otra oportunidad se te iba entre los dedos, para luego deprimirte mas, sabiendo que el Uchiha es el único que te ha podido comprender.

Minato no aflojo su agarre pero si respiro lentamente.

— ¿Qué tal un cambio de trabajo? ¿Te suena ser psicólogo?

Zetsu fue liberado y con brusquedad su cabello fue revuelto.

—no soy un cobarde, mi miedo es razonable. Pero para tu información  pensaba en llamarle no era necesaria aquella tortura ante sus hermanos.

Zetsu se colgó juguetonamente del cuello de Minato mientras ponía su mejor cara de niño arrepentido.

—perdón~

—olvídalo, solo me queda dejarte claro que si yo soy un cobarde, tú eres un inseguro, así que hazte desear por ese Uchiha… es divertido cuando los haces rabiar.

—te preocupas por mi, me das alientos y hasta me das consejos. eres tan kawai, has pasado hacer mi mejor amigo de la semana. solo no le digas a orochi-chan que de pronto se pone celoso.

Minato rodo sus ojos y sonrió

—tus primos van poner el grito en el cielo si se enteran, suerte.

Dijo Minato antes de irse y dejar a zetsu con un pequeño mohín ya que el peli verde no había llegado a pensar en la reacción de su familia.

“pero al mal paso darle prisa ¿no?”

“luego tú te enojas porque me deje romper el corazón, que estar encerrado en casa lamentándome con un tarro de la helado no es la solución…”

bla bla bla, es que eres un iluso medio desequilibrado”

“eres de lo peor, debí seguir con las pastillas”

“sabes que eso no me afecta antes me da mas poder sobre nuestro cuerpo”

“pero al menos te calla la boca durante las primeras horas”

— ¿Por qué pones esas caras?

El aire abandono rápidamente los pulmones de zetsu, fuera por aquel hombre apoyado en el marco de la puerta o esa mirada que parecía examinarlo hasta separarlo en dos.

— ¿quieres mi loca versión o la versión de mi psiquiatra?

Con un pequeño encogimiento de hombros Madara se adentro al vestuario, cerro la puerta y zetsu se vio esta vez contra la pared, con unos hambrientos y feroces labios posándose contra lo suyos haciéndolo gemir ante cada toque rápido y caliente de aquella lengua. que pedía o mejor dicho exigía la entrada a su boca, sin poder resistirse mas zetsu le permito la entrada a Madara y el beso se prolongo hasta que las manos del peliverde se cerraron alrededor del abrigo de Madara y un suspiro profundo fue exhalado entre ambos por un poco de oxigeno.

—para que te quede claro antes y después de tu historia te seguiré besando de esta forma.

Un suave pero atrevido mordisco le fue dado a zetsu quien buscaba como reiniciar todo su ser antes tales palabras.

—yo soy…tengo un trastorno de identidad disociativo, soy aquel chico que una vez se pinto la mitad de su cara de negro con un marcador, soy aquel que terminaba en lugares desconocidos, soy al final de cuentas alguien un poco paranoico, irritable, depresivo chico.

“genial, ahora dile que dormimos con un cuchillo para que acabes de darle una mejor impresión”

—justo ahora hay alguien en mi cabeza que esta siendo sarcástico e insoportable.

Una pequeña risa fue la única respuesta de Madara antes de volver a besar a zetsu, quien estaba con un gran signo de interrogación en sus ojos.

— ¿no me crees? ¿Soy un chiste viviente?

Con una de mirada de enfado zetsu tomo distancia, Madara siguió sonriendo y con sus fuertes brazos evito que el joven enfermero se alejara mas.

—Mi risa solo viene a burlarse de mí no de ti, creo que ya me es difícil tratar de impresionarte a ti, para que ahora tenga que impresionar a míster sarcástico.

Zetsu le dirigió una mirada curiosa a Madara el cual le dejo libre mientras tomaba asiento en una de las bancas.

—ya estoy algo mayor, puede que mis cualidades para ligar sean impresionantes para encuentros de solo una noche, pero justo cuando quiero algo mas siempre lo hecho todo a perder, sea por mi terrible humor o mi trabajo.

si lo que te preocupa es impresionarme, ya lo has logrado y podemos sobrevivir con una llamada a la semana y siempre cuando sepas que no somos unos idiotas que puedas controlar y que podríamos tener un humor y un horario mas terrible que el tuyo.

Con fascinación Madara vio ante sus ojos a un zetsu completamente distinto en el mismo cuerpo pero con una postura más arrogante, sus ojos cubiertos de una picante malicia y su boca formando una sonrisa que prometía todo y mucho mas.

— ¿míster sarcástico?

el único e inigualable.

llegas a meter la pata y…”

dudo mucho que pueda meterla mas que tú”

—soy aquel que vela por el bienestar de este pobre cuerpo y del idiota inocentón con el que estabas hablando, no suelo presentarme de esta forma, es mas hace mucho que no tomo el control de la totalidad de nuestro cuerpo, ya que soy mas de observar como zetsu hace el ridículo.

Madara asintió con una sonrisa y aun que se moría por besar a este nuevo zetsu sabia que tenia que contenerse e ir por otro camino con míster sarcástico.

— ¿eres como su lado malvado?

Encogiéndose de hombros zetsu se sentó en las piernas de Madara, quien no dudo en poner sus manos en aquella delineada cintura.

mírame ¿te parezco malvado?

—si y muy ardiente también.

Esta vez el beso fue dominado por zetsu, Madara no sentía problemas en ceder un poco, solo un poco del control.

solo recuerda que yo también siento cada roce, beso y herida.

—iremos los tres con cuidado.

—eres el primero que lo dice.

En sus brazos volvió aparecer aquel chico de ojos juguetones y sonrisa cute.

—y el único, ahora te quitare la ropa.

— ¿Qué? ¿Aquí?

“deja de hacer esa clase de preguntas”

por favor puedo sentir tus nervios, no te hagas el gurú  del sexo”

—no me dejen fuera de plano chicos.

Esta vez Madara no cedería el control, quería memorizar cada poro. Desde aquel cabello verde hasta los pies; quería devorar, probar, morder y encender cada rinconcito de zetsu.

Por su parte zetsu sentía el frio chocar contra su cuerpo, su cuello picaba por los besos que seguro dejarían una marca, su pecho subía y bajaba mientras sus pezones eran torturados entre los limites del dolor y el placer, su vientre era acariciado por aquella manos callosas que moría por sentir en su erección y sin poder evitarlo poda sentir entre sus muslos la dureza de Madara que dejaba un pequeño camino de pre semen. El vestuario no volvería ser el mismo ante los ojos de zetsu.

Con la piel un poco enrojecida por Madara y el agua caliente, zetsu se ponía otra vez su camiseta mientras el Uchiha se abrochaba los pantalones.

—tuvimos suerte de que nadie entrara y aun que me excito. te recuerdo que uno de mis primos trabaja aquí y seré yo quien se aguante su sermón.

—bueno si fuera en mi casa, seria yo quien se aguantara el sermón de Izuna por no dejarle dormir.

—no te hagas el listo Uchiha, la próxima…

— ¡zetsu se que estas aun aquí! ¡Ábrela la puerta!

Dijo una fuerte voz desde afuera, mientras la manija de la puerta se movía rápidamente

“Hashirama”

mierda”

no hoz preocupéis, solucionare esto.

Sin poder decir palabras alguna, zetsu vio como Madara abrió la puerta aun sorprendido Hashirama.

—mucho gusto Uchiha Madara

El Uchiha le dio un abrazo al Senju que seguía congelado.

— ¿Hashirama cierto?

—eh si

—creo que nos conocemos pero no importa, lo importante es que sepas que estoy saliendo a partir de hoy con zetsu, por lo tanto me veras seguido así que empieza a cogerme cariño, bye—justo antes de irse Madara sonrió mientras se subía visiblemente el cierre del pantalón—zetsu te quiero.

maldito, si no fuera porque nos duele el cuerpo lo persigo”

—zetsu.

El mencionado puso su mejor sonrisa de inocencia y trato por todos los medios de no morir de miedo, ante la mirada enojada de su querido primo Hashirama.

“bueno pudo a ver sido peor, si lo hubiera descubierto Tobirama hubiera sido mucho peor”

esa es la actitud, ¡suerte!”

Mientras su cobarde personalidad le dejaba solo y recibía el sermón de su vida, zetsu no podía evitar sentirse feliz, tanto como lo estaba Madara mientras iba silbando alegremente por los pasillos del hospital.

 La velocidad se había reducido, porque el amor te obliga ir paso a paso junto aquel malvado que te sigue besando igual de fuerte antes y después.

xoxo

Con agilidad es esquivo la almohada, rodo por toda la cama y con rapidez congio otra almohada y la lanzo esperando bloquear por un solo instante su vista con suerte también le daría un golpe. Pero sin importar el resultado de su lanzamiento con fuerza se tiro contra el captor de su hermano mayor quien estaba aprisionado  no muy lejos enrollado en una cobija sin posibilidad de liberarse.

— ¡libertad!

Grito el pequeño Sasuke cuando se lanzo dispuesto a derribar a su tío Madara, pero en menos de un segundo, Sasuke era enrollado junto a su hermano en una cobija. Madara sonrió victoriosamente y sin mucha dificultad lanzo a sus sobrinos a la cama para hacerles una que otra maldad, mientras los peques reían y juraban venganza.

—solo digo que su padre no pudo tomar una ligera venganza hasta cumplir quince, así que pequeños saltamontes les espera todavía muchas cosquillas antes de derrotarme.

La verdad era que cada vez mas era difícil seguirles el ritmo, mas cuando llegaba del trabajo terriblemente cansado, pero los veía tan poco y los quiera tanto que un pequeño juego de luchas no le vendría mal a nadie, además su animo estaba por las nubes.

—que cansado estoy.

Dijo Madara cayendo dramáticamente en sus dos nuevos cojines acolchados de Itachi y Sasuke quienes se retorcían en vano.

—estos cojines están muy duros, ¿tal vez con unos cuantos golpes se ablanden?

—eso no ayuda en nada, tienes que idear otra forma de enrollarnos

Dijo Itachi con esperanzas de que su tío siguiera su idea.

— ¡no importa cuantos golpes nos des nunca seremos blanditos!

— ¿quieres apostar sasu-chan?

Itachi suspiro pesadamente, si iban hacer blanditos. Su tío bien podía comenzar por su incontrolable hermanito. Justo cuando venia una buena ración de golpes, la puerta se abrió y por ella entro Fugaku e Izuna.

*estamos salvados*

Pensaron los hermanos con ojitos brillantes justo antes de ver como su padre y otro tío caían sobre sus pobres cuerpos.

—cojines nuevos.

Dijo Fugaku escuchando los gruñidos de sus hijos

—aun que están algo duros.

Hablo Izuna dando unos golpecitos a Sasuke.

—son unos barbaros, somos sangre de su sangre.

Ignorando olímpicamente a los niños, los adultos comenzaron hablar.

—así que mis dos hermanos están enamorados.

Dijo Izuna mientras veía sonreír a su hermano mayor y a su hermanito

—solo faltas tú Izu-chan ~

Izuna rio ante las palabras de Madara y comenzó a desenrollar a Itachi.

— ¿¡que haces Izuna!? Me costo mucho trabajo neutralizarlo y enrollarlo bien.

Se quejo Madara mientras Itachi sonrió victorioso en los brazos de su tío Izu-chan.

—pues lo libero se tiene que ir a bañar para llevarlo con su madre y también va para Sasuke, libéralo.

Antes de que Itachi fuera completamente liberado, Madara tomo a sus sobrinos y corrió hacia su cuarto, gritando.

— ¡no, son míos desde ahora!

En la cama Izuna suspiraba pero al final de cuentas era Fugaku quien se llevaba el regaño de llevar a los chicos tarde.

— ¿algún día nos dirás sobre quien te llama la atención?

Le pregunto Fugaku a Izuna quien sonrió a la nada

—no se, por ahora no quiero pensar en eso.

—pobre tipo lo tienes en la friendzoned como mínimo.

—bueno esa ya es historia de otro día, por ahora con dos Uchihas enamorados basta y sobra.

Notas finales:

Mi amiga y nada más


¿Que me dices si te digo la verdad?


Acaso no me ves Memorizándote los poros desde el pelo a tus pies


Vuelves a aparecer en cada palmo de mi cama antes del amanecer


Luego despierto entro en razón y maldigo no tener el valor.

 

 

 

feliz cumpleaños, se que se me fue el tiempo, pero aqui estoy, espero te haya gustado.

 

cuidate.

 

en cuanto al resto de invitados, pues por fin acabamos esta larga fiesta de cumpleaños, gracias por leer y comentar.

 

nos leemos


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