Sexo, siendo sincero lo que había pasado primero por su mente fue sexo. Porque siendo un ser humano y mas un hombre joven que muchas veces era tachado de pervertido, lo mas común era que pensara que una noche accidentada, mas medico sexy como lo era Orochimaru, sin contar los besos tan candentes que se habían dado antes de llegar al apartamento del medico. era una noche de sexo segura.
Jiraiya en su cinco sentidos exigía sexo pero había algo raro y no sabia donde poner el dedo. ¿Por qué estaba sentado en la cocina con mas ganas de comer que de tener sexo? No lo sabia, pero lo que si sabia, era que su cuerpo y demás sentidos estaban sumergidos en los ricos olores que salían de las ollas y que sus ojos no podían despegarse del casi hipnótico ir y venir de Orochimaru por toda la cocina.
Era un especie de embrujo que siendo sincero consigo mismo, no quería romper y hasta una pequeña alegría bailaba en el centro de su ser.
— ¿esto es lo que haces generalmente cuando sales del trabajo?
Orochimaru destapo una olla y la olio un poco, Jiraiya al verle sonreír supuso que estaba contento con el resultado.
—se cocinar, amo cocinar pero el trabajo no me deja mucho tiempo y sin mencionar que no me gusta cocinar para mi solo, a veces Minato deja su dieta de ramen instantáneo y me motiva para una comida decente, en simples palabras tu eres el primero en mucho tiempo al que le cocino.
Sin poder evitarlo un pequeño sonrojo invadió a los dos, todo aquello era un acto íntimo.
—me siento halagado
— ¿no te parece estúpido?
Era de asombrar como un hombre que impartía autoridad y respeto en cuanto pisaba el hospital parecía tan nervioso y ansioso de la respuesta de un hombre que acaba de conocer hace poco.
—para nada, como he dicho me siento alagado yo podría vivir felizmente viéndote cocinar sin mencionar que mi paladar seria altamente mimado por lo tanto solo podría comer lo que me preparas oro-chan.
Jiraiya sintió la necesidad de agregar que lamentaba lo cursi hasta lo cliché que había sonado aquellas palabras, pero que era la primera vez que eran tan sincero frente a alguien que le gustaba tanto.
—alimentas mi ego. entonces seré yo quien se malcrié
Ambos sonrieron suavemente y Orochimaru procedió a servir. Para cuando ambos estaban en la mesa, vieron la luz del amanecer invadir la cocina por la pequeña ventana.
—lamento si hice un desayuno muy cargado.
Dichas esas palabras Orochimaru rio al ver a su bombero con la boca llena de comida y llenando la cuchara para otro gran bocado.
Muchos dirían que Jiraiya era un hombre corriente, hasta el propio Orochimaru lo hubiera dicho. Pero el hecho de que ese rebelde bombero le brillara los ojos cada vez que le veía, que su mano fuera tan calidad cuando tocaba las suyas y esa sensación de haber encontrado un poco de comprensión sin tapujos. le estaba enamorando de una forma absurdamente rápido.
— ¡estuvo delicioso! Gracias oro-chan
—fue un placer
Lo siguiente era lavar los platos y Jiraiya no le permitió a Orochimaru lavar los platos, era una regla ética del bombero agradecer de algún modo todas aquellas atenciones.
—pero no creas que esto salda tu deuda, cuando termines estoy en mi cuarto.
Un desconocido autocontrol evito que Jiraiya dejara caer los platos.
Sexo, la palabra sexo se hacia presente otra vez. Seguramente sus pupilas estaban dilatadas y se sentía, cien por ciento, seguro de que estaba duro como roca cuando entro la habitación. Ahora unos segundos después, no sabia que hacer al ver a Orochimaru tiernamente dormido.
¿Era esto una broma? ¿Una prueba cruel del destino?
Pero no podía culpar a Orochimaru después de todo, venia de un turno agotador y Jiraiya le comprendía. Ahora la duda era si irse o quedarse.
—lo mejor es intentarlo otro día, claro esta si la suerte me vuelve a sonreír.
En voz baja el bombero dijo aquellas palabras mientras ponía una manta encima del agotado doctor, quien imprevistamente le capturo la mano y susurrando entre sueños dijo:
—quédate.
Invadido por los nervios que solo se pueden dar cuando se conoce el paso acelerado con que crecen los sentimientos, que se podrían llamar confusos pero que en realidad se le llama amor, lealtad y esa fuerte sensación de seguridad y paz. Esos sentimientos Que ahora Jiraiya experimentaba acostado en forma de cucharita al lado de aquel cuerpo caliente, a medida que sus manos se aferraban aquella cintura y su cara reposaba en aquel suave y negro cabello. Era la primera experiencia de dormir con alguien y compartir el lecho para entrar y crear ese mundo personal de los dos.
¿Cómo comienzas tu nuevo día?
¿Qué planeas en ese nuevo día?
Solo cerrar los ojos y dormir un poco como hasta la una de la tarde en brazos de aquella persona tan distinta a ti y tan unida a ti.
¿Entonces como planeas despertar?
Sucede que la palabra sexo vuelve aparecer porque al final de cuentas, la lujuria se multiplica cuando el cuerpo esta descansado y al lado de Orochimaru dormía un semidesnudo bombero.
Lo primero que sintió Jiraiya al abrir los ojos fue un una brisa de aire caliente en su pecho y al enfocar un poco mejor su vista, un suave mordisco en sus tetillas casi le hacen pegar un salto, aun que sirvió para que su cerebro le pasara la información de corrido de las ultimas horas e encontrara el culpable de aquel sobresaltado despertar.
—Orochimaru ¿Qué haces?
—disculpándome por quedarme dormido, no fue mi intención hasta hoy venia sufriendo de insomnio, mal momento para curarme.
—no te tienes que disculpar, tal vez la culpa es mía por demorarme en lavar los platos.
Jiraiya rio y apoyándose en sus codos se levanto, aun que sintió el pinchazo de dolor por la sutura en su brazo, pero no importaba solo quería besar a su apenado doctor quien parecía no gustar de besos tímidos, porque por la forma en que le besaba pronto Jiraiya tendría una…
—puedo sentir que por fin te despertaste completamente.
—tus labios, tu lengua. Yo seria un descortés si no estuviera plenamente despierto para tus besos.
Con una sonrisa y adorable sonrojo cubriendo su blanca piel, Orochimaru aparto de su cara un poco de su largo cabello y bajo a depositar un beso en el abdomen donde no muy lejos estaba aun el vendaje que había puesto.
—hice un magnificó trabajo en suturarte lastimosamente mis suturas no se llevan bien con las posiciones sexuales que mas me gustan, así que por unos días mi boca te reconfortara.
Sin habla, sin pensamientos. Aquellas palabras mas aquella promesa era una buena forma de dejar a Jiraiya hecho un lio sudoroso, con respiración acelerada y toda su sangre agrupada en su pene.
—fue justo lo que me recomendó mi medico personal.
Orochimaru rio mientras desabotonaba el pantalón y luego bajaba el cierre para meter su mano y complacerse por el contacto con el miembro duro y caliente.
—pórtate bien.
Dijo el medico justo antes de inclinarse y lamer por encima de la tela el relieve del pene de Jiraiya, quien se vio obligado a tomar una fuerte bocanada de aire que fue libera en pequeños gemidos roncos.
—deja tu brazo quieto no quieres hacerme preocupar ¿cierto?
—Yo-yo no-claro que-no
—bien alza un poco tus caderas.
Con facilidad le fueron retirados los pantalones y bóxer. Al descubierto quedo su cuerpo desnudo, su pene duro y húmedo alimentando el brillo de lujuria en aquellos ojos amarillos.
—estoy fuera de practica espero me perdones
Dios sabia que aquellas palabras no tenían nada de ciertas, cuando Orochimaru se engullo su pene hasta la raíz. Aun que en su ser celebraba, que no Orochimaru no había tenido a nadie en un tiempo.
Cuando aquella boca caliente y juguetona le abandono, un escalofrió le envidio y un gemido fuerte salió de su labios al sentir los pequeños mordisco en su bolas.
—estoy pensando que tienes una-una fijación por morder.
— ¿te disgusta?
—para nada.
Respondió Jiraiya, para ver como otra vez su miembro era otra vez tomado por la boca de su oro-chan. quien esta vez solo engullo su sensible punta que no dejaba de producir pre semen con el agregado de unas uñas que aruñaban cada cresta de su sensible erección.
—estoy cerca.
Sin importar tales palabras el medico apuro su ritmo siendo ayudado por su habilidosa mano y justo cuando dio otro mordisco en la punta. Jiraiya se vino en su boca.
—Oro-Orochimaru, mi oro-chan.
Cada gota fue tomada por la ávida boca de Orochimaru, quien se regocijaba en el sabor de su amante y liberaba de a poco el miembro que poco a poco se volvía flácido.
Jiraiya aun un poco exaltado tomo en brazos a Orochimaru y le beso mientras sus manos le desprendían del pantalón.
—me gustas mucho.
Dijo Jiraiya justo antes de tomar con sus manos la erección de Orochimaru y comenzar a masturbarle rápidamente y al sentir una de sus manos lo suficientemente húmeda, la traslado al pequeño aguajero que se contrajo e hizo gemir a Orochimaru en su boca de una forma desesperada y sexy.
—tu mano idiota.
—esta bien, no siento dolor imposible tenerlo viéndote de tal forma y dudo que algún mal me acoja si te veo cuando te corras.
Dichas tales palabras Jiraiya volvió a besarle y un dedo travieso hizo su entrada en aquel agujero caliente y estrecho.
—pronto.
—siii
Para cuando entro el segundo dedo y el placer era tanto que la más mínima cosa; como aquellos sugestivos besos o aquellas grandes manos acariciándole, hicieron que Orochimaru se corriera, salpicándolos a ambos, quedando exhaustos fuertemente abrazados.
Pasado los minutos y al sentir la garganta menos rasposa Orochimaru hablo.
— ¿Por qué eres bombero?
— ¿hum?
—tus manos parecen las de un escritor no las de un bombero.
Dijo Orochimaru mientras jugaba con las manos de Jiraiya.
—era esto o ser detective además escribo muy mal, sin mencionar que considero que el trabajo de bombero es mas emocionante, mis compañeros son como una gran familia. Esa clase de familia que te dirá que soy un mujeriego y pervertido, te ruego que no les hagas caso.
—bueno si dicen tal cosa, no estarían diciendo algo que ya no sepa.
—oro-chan que malo eres.
—tu también me gustas mucho.
Orochimaru no tardo en volver a quedar dormido, Jiraiya no tardo en comprender que a partir de ese día serian una pareja disfuncional pero enamorados para toda una vida.