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Paradise por Unlimited Love

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Notas del capitulo:

Holi (?) Tenía tiempo sin publicar algo, honestamente no sé si les sea de su agrado este fanfic, pero tenía mucho tiempo que lo había empezado y lo dejé simplemente inconcluso. Así que me esforcé todo un día. Mi "lemon" no es tan bueno en comparación con otros fanfics que he leído y me han dejado boca abierta. Sin embargo espero que les guste ♥

-Chicos, es hora de despertar- Decía el calmado Sungkyu en compañía de Woohyun a tempranas horas de la mañana…Intentando que sus retoños despertaran de su pequeño sueño.

-¡Despierta Sungjong!- Le decía susurrándole mientras le rociaba agua en el rostro, mientras que se reía de aquel acto junto con Woohyun. Sin que éste par se diese cuenta, Sungyeol ya había despertado de sus pocas horas de descanso y los observaba a no más de medio metro de distancia, encima de su cama que en ese entonces compartía con Myungsoo, pero que no estaba y además ésta era lo suficientemente alta como para presenciar todo el show que se formaba mientras que Dongwoo y Hoya seguían durmiendo.

-Detente zorro maligno- Dijo con un tono burlón mientras le arrojaba una almohada en la cabeza a Sungkyu, y al ver que esta alcanzó a golpearle soltó una carcajada con un tono agudo, alto, típico de él mismo; fue tal el grito que logró que Hoya abriera los ojos, muy calmado, y lo mirara desde el primer piso de su cama que compartía al otro lado con Sungjong.

-No me sorprende que hayas sido tú, Sungyeol, has silencio, tonto-  Expresó el risueño Hoya, después de que ese chico le había despertado tan molestamente de su corto sueño.

-¡Oye! ¿Cómo te atreves a pegarme a mí? ¡El líder!- Sungkyu se dispuso a trepar hasta la parte alta de la cama doble donde se encontraba Sungyeol para darle una “paliza”, pero claro, todo iba en broma. Se reía con esa sonrisa radiante de siempre.

-Ah, pero… ¿Qué es esto?- Se preguntaba Sungjong al sentir el agua correr por su rostro, y se sentó en su cama mientras que con sus delicadas manos limpiaba las gotas de agua y luego volteó a ver la lucha juguetona que tenían Sungkyu y Sungyeol mientras se reían junto con Woohyun y a la vez Hoya se volteaba a ver la pared para seguir durmiendo en su cama…

-¡Oigan, oigan! Deténganse, parecen niños, me pondré celoso.-  Exclamó el menor del grupo, quien entonces parecía el líder más maduro que el resto.
-¿Celoso? Por mí ¿Cierto?- Habló de nuevo Sungyeol, con una sonrisa que le recorría de oreja a oreja mientras golpeaba con su almohada de panda al líder del grupo.

Sungjong se sonrojó y volteó la mirada mientras se acercaba al borde de su cama para bajar de ésta.

-No te ilusiones hyung~- Dijo manteniendo una sonrisa malévola mientras le veía directamente, conteniendo la risa para que el mayor se tomara aquello en serio, pero no funcionó.
-Sé que es por mí- Dijo orgulloso aquel chico soltando otra carcajada de nuevo.

-Vale, ahora bájense cada quien y hagan una novela de amor para mí, yo seré el personal del OST- Dijo Woohyun en broma y seguido de eso cantó con emoción.
-Niga isseoyaman yeogiga Paradise!!! Eojiro noreul gadwo beorin Paradise!!!- Terminó su melodía y continuó a reírse para soltar sus ganas contenidas mientras cantaba. Sungjong relajó su expresión viendo con ilusión el techo.

-¡Si Myungsoo estuviera aquí, le encantaría ser parte de la obra!- Añadió Sungkyu después de la canción.

-Pff…Myungsoo...L…- Sungjong volvió a su mirada seria y procedió a bajarse por fin de su cama para dirigirse al cuarto de baño. Sungkyu no entendía la situación pero siguió bromeando con Woohyun mientras hacían que Hoya despertara nuevamente. Sungyeol se bajó rápidamente de su cama también y persiguió al pequeño hasta el baño y se detuvo posando su hombro en el marco de la puerta del mismo. Sungyeol observaba cómo el menor del grupo tomaba su cepillo dental y con éste frotaba fuertemente sus dientes, y como resultado surgía mucha espuma gracias a la pasta dental…
-Mhg..Ghrs..Mgh- Era lo único que decía Sungjong mientras se cepillaba con fuerza. Esta vez Sungyeol dejó de recostarse y se acercó un paso más del lavabo donde estaba Sungjong, lo que hizo que éste le mirara de reojo como acto reflejo para notar qué sucedía.

-Te haces daño, debes ser cuidadoso, niña, empezarás a sangrar- Decía seriamente el mayor, pero no enojado. ¿Cómo podría estarlo?
-Y ¿Quién eres para decirme qué hacer? No eres Sungkyu.- Respondió Sungjong con la espuma entre dientes.
-¿Que quién soy? Tu hyung, por supuesto, si no quieres que te cepille yo mismo deja de comportarte tan amargadamente.  Le diré a Myungsoo que te traiga un dulce de Japón, para que se endulce tu alma- Esta vez se rió, mencionando a Myungsoo con una causa para ver si por esto es que el pequeño había reaccionado de tal manera.
 -¿Y sigues con eso? Eres tan obstinante. ¿Quieres morir, Lee Sungyeol?- Preguntó mientras dejaba el cepillo encima de la repisa que sostenía los de los otros miembros.

-Pero mira quién está obstinado, ¿Por qué te pones tan tenso con respecto a Myungsoo?, ¿Piensas que tengo algo con él, amor a distancia?, me conmueves, como un drama de la KBS jajaja- El risueño chico disfrutaba la charla con la diva refunfuñona.

-Realmente eres muy malo haciendo chistes hyung…- Se secaba el suave rostro con una toalla para volver a colocarla en su lugar, como siempre ordenaba el líder.

-Yah, yah, está bien, jaja lo siento, no me pongas esa cara de cachorro recién adoptado- Sungyeol le sonrió y se adentró más en el baño, se le acercó y sin que el menor se percatara, lo rodeó con su brazo derecho, mientras que con la mano izquierda tomaba la mano del chico frente a él. La sujetó con fuerza.

-No te enojes.- Le susurró muy leve, casi inentendible, y su respiración rodeaba el cuello del pequeño, mientras que éste solo cerró sus ojos, disfrutando el abrazo tierno, cálido.
El mayor sentía una presencia acercarse, pero por la rapidez del momento solo alcanzó a soltar a Sungjong rápidamente, sin embargo, quedando frente a él, muy cerca.

-YAH! ¿Qué es esto? ¿Qué hacen? JAJAJAJAJA No me digan que se tomaron en serio lo del drama…Jajaja, si me quieren como OST me tienen que pagar- El bromista de Woohyun interrumpió la escena, pero no fue molesto para el par, solo fue un pequeño intervalo.

-¡Yeobo! ¡Yeobo! Ven a ver a los niños- Se refería a Sungkyu, burlándose de los dos menores como siempre solía hacer Woohyun y hablaba con ese tono de madre ilusionada salida de Busan, con un acento forzado y fuerte que resonaba en todo el apartamento…El momento fue motivo de risa para todos hasta el almuerzo.

El tiempo pasaba, cada día era igual que siempre, la misma rutina, el mismo cansancio, Myungsoo aún no llegaba a Corea, era algo irritante la agenda. Sungyeol empezaba a acostumbrarse a la mísera presencia de Sungjong. El mayor estaba tan desesperado, que era como asumir que L nunca volvería de Japón; el más alto de la habitación ya no sabía en qué pensar, incluso empezó a forzar unas cuantas sonrisas para pasar de las situaciones en las que se encontraba. Un sábado en la mañana era como un lunes, lleno de estrés, se levantó solo y pensó.

-Ese chico siempre atrás de mí. ¿Por qué no habría de aprovecharlo? ¿No sería un crimen o sí? Y si lo intento…No sería tan grave una prueba ¿No?- Se dijo a sí mismo entre murmullos.

Empezaba a construir un plan para llevar a cabo su aventura. Empezaba a hacerse interesante el hecho de que probaría la actitud del más pequeño del grupo y ya que Myungsoo no se encontraba, era mucho más sencillo no cargar con la culpa en la conciencia. Un par de días transcurrieron mientras le hablaba a Sungjong muy natural, ni frío ni caliente, a Sungjong le parecía normal; ya se había acostumbrado a esa actitud, después de todo tenía que aprender a vivir con ello. Sungyeol lo veía actuar con los otros miembros detalladamente…Esa forma afeminada de hablar, de caminar, de tocar las cosas, incluso de respirar; su voz más aguda, suave y dulce; empezaba a llamarle la atención más de lo normal, sin embargo, se mantenía al margen sabiendo que lo que haría sólo sería una prueba y nada serio. Sungyeol no tomaba en cuenta los sentimientos ajenos y no le importaba si aquel chico sufría o reía después del acto que estaba a punto de cometer.  ¿Era tan necesario tomarse eso tan en serio? Sólo eran unos chicos pequeños, no adolescentes, pero tampoco tan adultos.

Iban saliendo como cualquier otro día de la sala de práctica. Muy agotados pero no lo suficiente como para acostarse en la cama y olvidar todos los hechos del mismo día. Era un cansancio común que se iría después de una corta ducha.

 Todos los miembros pasaron por el servicio uno a uno esperando así que el último se duchase para pedir el consentimiento del manager y así cada uno poder salir a donde su imaginación los llevara. Sungjong salió a comprar unos alimentos por orden del líder como era de esperarse, mientras que Dongwoo salía a jugar bolos con Hoya aunque estos no fueran precisamente buenos en ello. Woohyun simplemente desapareció sin el consentimiento de Sungkyu, lo que era muy extraño, así que Sungyeol vio el momento perfecto para llevar a cabo su plan que venía armando desde hace un par de semanas hasta ese día. Al fin tendría tiempo así que esperó pacientemente a que el maknae pasara por aquella puerta de entrada. Pasó media hora, una hora, una hora y media; sin embargo éste nunca se desesperó, sólo esperó ya que no vio que nada se saliera de control. Al fin Sungjong llegó y Sungyeol se acercó a él muy rápidamente tomándolo de la muñeca bruscamente y con la otra mano tomando las bolsas con las compras que Sungkyu le había encomendado. Sungjong separó sus labios para preguntarle qué sucedía pero Sungyeol lo interrumpió con un fuerte “shh” que lo calló como acto reflejo. Sungkyu no había notado la nueva presencia en el departamento y siguió haciendo de las suyas como “buen líder”. Sungyeol llevó a Sungjong a su habitación, cruzando la sala con sólo dos pasos, que con sus piernas alargadas trazaban un largo camino.

Se encerraron los dos en la misma habitación y finalmente Sungyeol pronunció unas palabras después de su espera.
-No vayas a decir que estás aquí, no vayas a decir nada de nada, ¿Vale?- Le aclaró al menor, aunque este seguía sin entender la situación.

-¿Qué tal si te sientas ahí?- Le señalaba la cama mientras le proponía aquella opción con una sonrisa que brindaba confianza, esa típica de él, muy adorable y emanaba una falsa inocencia. El menor asintió, se sentó en la cama y juntó sus manos esperando una explicación a todo el drama que había sucedido hace apenas unos segundos. Sungyeol se sentó en un lado y lo miró con unos ojos cálidos y esta vez sin ninguna sonrisa que marcara sus gruesos labios. El menor empezaba a desesperarse y lo veía muy inquietamente.

-¿Qué te pasa? ¿Me vas a explicar todo esto?- Hablaba muy normalmente, no estaba enojado, después de todo Sungjong casi siempre tenía esa actitud dulce y amanerada, era común en un chico como él. Sungyeol se acercó un poco más a él y con un suspiro le respondió.
-Es hora, el momento llegó-  Sungjong estaba extrañado y ahora entendía aún menos qué sucedía, estaba enojado por  todas las dudas que recorrían su cabeza pero nunca se imaginó que sería algo como lo que Sungyeol iba a hacer. Sungyeol se inclinó un poco más e introdujo una de sus manos en su liviana camiseta, haciendo que se levantara cada vez más mientras subía y recorría con sus dedos el torso de Sungjong.

-¡¿Pe-pero qué haces Sungyeol!?- Tartamudeó leve.   -¡Estás enloqueciendo!- Se alejó, pero la distancia que recorría hasta la cabecera de la cama era tan corta que no le daba la oportunidad de escapar de aquel rincón.

-Sungkyu hyung no lo notará, sólo serán unos segundos- Prometió el mayor, y se posó encima de Sungjong, haciendo que toda luz que reflejaba no fuese capaz de tocar el cuerpo del menor  debido a su extensa espalda. La actitud de Sungyeol había cambiado completamente y era un rostro que Sungjong no estaba acostumbrado a ver. Seguía confundido, no tenía palabras, estaba muy avergonzado consigo mismo y con Sungyeol, no podía ser que aquello estuviera pasando. Sungyeol solo se aprovechó de la presa más vulnerable para satisfacer su vacío sentimental después de que Myungsoo tomara aquel vuelo hacia otro país, no tan lejano, pero sí lo suficiente como para evitar muchas cosas. Sungjong puso sus manos en el pecho de Sungyeol para intentar detenerlo, sin embargo aunque tenía la oportunidad de gritar para atraer al líder, este no lo hacía.  Sungyeol se acercó considerablemente y respiraba agitadamente en el cuello de Sungjong, e inhalaba su aroma muy propio de él, ese dulce olor de chico asustado que emanaba no sólo por su cuello, sino por todo su cuerpo. Ese aroma tan fresco enloquecía a Sungyeol y lo hacía sentir algo que con Myungsoo no había experimentado. Rosaba sus labios contra el delicado cuello del menor, aunque sin tocarlo completamente, lo que provocaba que unos escalofríos recorrieran el tenso cuerpo ajeno.

Sungjong suspiró y contuvo sus palabras, pues creía que Sungyeol era lo suficientemente “inocente” como para no llegar tan lejos. Con sus frías manos tocaba el rostro sonrojado de Sungjong y continuamente tomó su cabello con delicadeza.

-Detente ya hyung, no juegues conmigo-. Dijo el menor entre suspiros, aunque muy dentro de sí mismo suplicaba que no se detuviera. Esa mirada de hombre serio de Sungyeol se posó en el rostro de Sungjong y con esa voz ronca y salida de tono le suplicó:

-Vamos a salir un poco de la rutina-. Y seguido de esto procedió a hacer algo que nunca había hecho con Sungjong. El contraste que se formaba entre los labios gruesos y finos de cada quien era maravilloso. Fue algo realmente seco  y los ojos de Sungjong se cerraron rápidamente por el impacto de ese beso inesperado.

 Los gruesos y rojos labios de Sungyeol se separaron por un momento dejando escapar un pequeño suspiro que luego le dio la iniciativa para volver a unir sus labios con los de Sungjong. El cabello largo del menor cubría gran parte de su vista, entonces Sungyeol procedió a apartar el cabello de su rostro, con sus manos alargadas y suaves, que tenían la peculiaridad de ser diferentes a las manos de cualquier otro miembro del dormitorio.

Se apoyó aún más en el cuerpo de Sungjong, intensificando el beso que había comenzado sin éxito y con su peso logró que los labios del menor se abrieran para que le dieran paso a sus lenguas. Sungjong sintió su aliento mezclarse con el de su hyung y por un momento pareció que los dos respiraran como uno.  Para Sungyeol era como si no lo hubiera hecho antes; lo que era mentira ya que había  vivido unas cuantas aventuras con Myungsoo anteriormente.

Estaba indeciso y era como si su memoria se hubiese borrado completamente con respecto a su antigua experiencia. Subió la liviana camiseta que poseía Sungjong, esta vez completamente pero aún sin quitársela por completo, notando así su cintura en la que se dibujaban unas perfectas curvas que parecían imposibles en el cuerpo casi adulto de un hombre común. Era algo que Sungyeol no había visto antes así que lo sujetó firmemente de la cintura y continuó su cálido beso. Sungjong parecía no reaccionar, dejándose llevar por cada caricia y cada jalón que producía Sungyeol con sus manos.

El mayor procedió a adelantarse  e introdujo una de sus manos en el pantalón de Sungjong así que este rápidamente tomó la muñeca de su hyung.

-¿Qué haces? ¿Qué me estás hacien…?...Nhg…-

-Jaja haz silencio. Sungkyu podría venir-. Se rió con esa voz desafinada y ronca que lo caracterizaba. Hablaba informalmente cuando se refería al líder, pero los modales no importaban en esa ocasión.

-Déjame, por fav… ¡Ah!-  Sungyeol bajó rápida pero cuidadosamente los pantalones de Sungjong, lo que ocasionó aquel  quejido que cortó sus palabras. Sungjong intentó detener las manos del mayor, pero su esfuerzo era inútil cuando se trataba de alguien tan delicado como él, contra Sungyeol. Sungyeol se desataba de las débiles manos del menor, incluso sin hacer mucho esfuerzo. Volvió al cuello de Sungjong, pero esta vez lo besó sutilmente y cada vez trepaba más hasta llegar a la suave oreja de Sungjong.  Primeramente, antes de tocarla con sus labios, la rosó con su lengua y seguido se apresuró a morderla levemente; pero aquello no le produjo ningún tipo de dolor. Al contrario; Sungjong mordió su labio inferior para evitar emitir algún sonido. Eso estimuló en el cuerpo del menor una sensación de adrenalina que hacía que  se desesperara.

Sungyeol sonrió con picardía al ver la reacción de Sungjong y ya viendo los pantalones bajos del menor, se propuso introducir una de sus manos en los laterales de la ropa interior del contrario, así que con sus dedos alargados tocaba atentamente su pelvis, que se veía notoriamente debido a la delgadez y delicadeza del cuerpo de Sungjong.

-¡Ah! De…Detente de verdad hyung, te suplico que pares-. Sus ojos se humedecieron y estaba al borde del llanto, sin embargo no gritaba, no sólo para que el líder no se interpusiera, sino porque no quería que Sungyeol se metiera en graves problemas. Pero en vez de detenerlo, su voz más bien lo impulsó más a cometer aquella travesura; esos tonos alargados y agudos que excitaban a Sungyeol más y más.

-Tsk, esa voz…Será rápido, lo siento, de verdad lo siento-.

¿Empezaba a enamorarse de él? ¿En tan poco tiempo? Era imposible. Sungyeol besó nuevamente a Sungjong, esta vez más profundamente y lo sujetó fuerte del cabello para no dejarlo ir. Sus lenguas danzaban al compás de sus movimientos, y el mayor inclinaba su rostro para que sus labios, y los ajenos, concordaran como una llave en una cerradura. Su saliva se mezclaba con la del menor y esa sensación dulce y cálida de la combinación de sus labios, lengua y saliva, le parecía algo exquisito; parecía un niño devorando un dulce.

Rápidamente dejó de besarlo y subió tan apresuradamente la camiseta ajena, que casi se la arrancaba por completo. Sungjong se quitó la camiseta él mismo, dándose por vencido y asumiendo que ese momento iba a surgir de una u otra forma.

La adrenalina se comenzaba a incrementar y la situación se volvió incontrolable. El mayor se despojó de su camiseta y bermudas, con un movimiento casi fugaz. Comenzó a acariciar el pecho desnudo de Sungjong, muy suavemente y respiraba agitado, casi como si a duras penas pudiera respirar unas cinco veces muy escasamente. Bajó lentamente abdomen abajo, pero a la vez veía a Sungjong fijamente; su mano tocaba uno de sus muslos y el pequeño sólo lo veía actuar mientras sentía que su corazón mismo iba a salir de su sitio.

Besó su vientre delicadamente y apartó una de las piernas de Sungjong para abrirse paso. Tenía tantas cosas por hacer que no sabía qué hacer primero debido a que el tiempo se acortaba. Sungjong apretaba fuertemente las sábanas de la cama ajena. Sungyeol disfrutaba tocar y frotar los suaves muslos del menor mientras se distraía con su mirada nerviosa.

Se volvió a colocar a la altura correspondiente de Sungjong y colocó una de sus piernas en medio de las del menor, apoyando contra su entrepierna y haciendo presión en su pequeño y erecto miembro, que estaba siendo preso por su ropa interior. El menor suspiraba una y otra vez mientras que Sungyeol besaba profundamente su cuello con sus gruesos y cálidos labios. Sungjong volteó su cabeza haciendo que su cabello cubriera nuevamente su mirada y con las mejillas casi tan rojas como su propia ropa interior.

Sungyeol procedió a succionar bruscamente el cuello de Sungjong, lo lamía, besaba, y mordía con rudeza, haciendo que la voz aguda del pequeño, pronunciara pequeños gemidos a causa del dolor. Bajó un poco más, besando su pecho y succionándolo también. Disfrutaba ese sabor, ese aroma lo volvía loco. El mayor tomó a Sungjong por el cuello delicadamente y lo obligó a semi-sentarse en la cama; bajó su ropa interior casi invisible y tomó una de sus piernas y la alzó cruelmente provocando que Sungjong produjera un quejido. La actitud de Sungyeol era completamente diferente, era como asumir que fuese otra persona diferente de pies a cabeza, era un lobo vestido de oveja.

Sin quitarse completamente la ropa interior, Sungyeol sacó su miembro e hizo presión contra la entrada de Sungjong que sin piedad aún no había sido lubricada. Entró la punta, y luego el miembro completo a duras penas haciendo que Sungjong se aferrara completamente a la cama. Este soltó algunas lágrimas, producto del inesperado dolor y sentía como si le desgarrasen por dentro. El mayor colocó su rostro al lado del de Sungjong, encorvando su espalda. Las duras y estrechas paredes de Sungjong acorralaban el miembro de su hyung, lo que le causaba un placer indescriptible.

-Ah, ahjá- El menor expresaba gemidos que parecían pequeñas carcajadas, a causa del llanto que no podía contener.  “Se siente increíblemente bien” pensó Sungyeol en silencio y procedió a sacar bruscamente su miembro para volverlo a introducir unas cuatro veces consecutivas.  El cuerpo de Sungjong se estremecía con cada embestida del mayor. Su espalda pegaba fuertemente contra el espaldar de la cama, lo que le causaba dolor, sin embargo no era tan grave. Unas cuantas insistencias más, Sungjong empezaba a disfrutar cómo el miembro de Sungyeol lo desgarraba por dentro. El miembro erecto de Sungyeol empezaba a tocar aquel punto, cada vez que insistía, estaba más cerca de su objetivo. Sungjong gemía placenteramente y rodeó el cuello del mayor con un brazo, mientras que con el otro se aferraba a él, rasguñándolo.  De alguna forma a Sungyeol le parecía excitante ese dolor intenso en su espalda mientras embestía brutalmente a Sungjong. La cama se mecía fuertemente, y ocasionaba un leve ruido cuando golpeaba múltiples veces la pared continua a ella. Tocaron la puerta inesperadamente. Sungyeol le cubrió la boca a Sungjong con una de sus manos mientras que con la otra lo sostenía por la cintura. Las manos de Sungyeol empezaron a humedecerse a causa de las lágrimas que brotaban por las mejillas del menor.

-¡Yah!, ¡Yah Lee Sungyeol!, ¿acaso has visto a Sungjong? Envié a ese demonio a hacer unas compras y hace dos horas que no regresa. Estoy preocupado por él, ¿Sabes dónde está?, ¿Me estás escuchando?-

-Sí.- Dijo difícilmente con un tono calmo.
-¿Me estás escuchando? ¿Quieres que entre mejor, qué haces?- El insistente líder iba a tirar la puerta si era necesario.
-Nhg…- Sacó su miembro del interior de Sungjong, haciendo que la respiración que éste contenía, fuera soltada rápidamente.  –N-no, no es necesario. Seguramente está en la sala de prácticas, él me aseguró que se escaparía después de hacer las compras-. Sungjong volteó la mirada hacia la cama de al lado.

-¿Estás seguro? ¡Iré a revisar! Quizás mientras tenemos esta conversación, él justamente está ensayando-. Dijo Sungkyu como último para empezar su recorrido en busca de Sungjong sin saber que justamente, estaba donde había empezado. Sungyeol soltó un suspiro de alivio y se propuso continuar su trabajo; quitó su mano de los labios de Sungjong y lo volvió a tomar por el cabello, besándolo nuevamente, y empezando a penetrarlo incontables veces, como si empezara desde cero. La entrada y salida ya era mucho más simple y placentera gracias a los fluidos, y tanto uno como el otro gozaban de un placer increíble.  Sungyeol veía cómo Sungjong se privaba de emitir sonidos, se detuvo fuera y le murmuró al oído.

-Sungkyu hyung te está buscando como loco. No hay nada más en el departamento, más que tu presencia y la mía; gime para mí-. Al decir esto último empujó bruscamente penetrándolo hasta el fondo, tocando ese punto tan delicado que hacía que Sungjong fuera al cielo y volviera en un solo segundo.

-¡Ah! Hyung..gh…Ah hgn-  recostó su cabeza en la pared tras él y un hilo de saliva se corría lentamente por su delicada barbilla. Sungyeol disfrutaba ver  esa imagen, era realmente excitante. Jaló la cabeza del menor y juntó su frente con la ajena para que pudiesen verse uno al otro mientras se movían bruscamente en aquella cama.

Los gemidos descontrolados de Sungjong alimentaban el ser de Sungyeol más y más, era como intentar una sed insaciable. Sungjong rasguñaba la espalda del mayor, los dos sudaban, lo que hacía que el contacto entre los dos cuerpos fuese más sencillo y accesible. Las puntas del cabello largo de Sungjong estaban empapadas debido al sudor, así que era mucho más sencillo apartar el cabello de su rostro.

Sungyeol sentía que estaba a punto de venirse con cada envestida que provocaba él mismo. Sentía una presión y se aferró más aún a Sungjong. Debido al forzoso movimiento, Sungjong ya estaba plenamente acostado en la cama, con Sungyeol encima, y el placer y adrenalina corría en su cuerpo de tal manera que parecía suplantar la misma sangre de sus venas. Los roces los quemaban a los dos, pero era un dolor que no querían cesar. La espalda de Sungyeol estaba enrojecida, a diferencia de las otras partes de su cuerpo, que eran blancas como el algodón. Al momento exacto de acabar, Sungyeol besó a Sungjong bruscamente y le mordió el labio inferior, producto del impulso como efecto de la eyaculación. 

-¡Aaah! ¡Sungyeol!- El pequeño exclamaba el nombre de su compañero mientras arqueaba su espalda gracias al impacto del semen ajeno llenándolo por dentro. Su cabeza y nalgas eran las bases del puente que formaba con su espalda y Sungyeol sólo se limitaba a soltar pequeños gemidos y profundos suspiros mientras cerraba fuertemente sus ojos y mordía su labio inferior.  Finalmente Sungjong cayó completamente en la cama, haciéndola rebotar levemente, pensando que aquello había terminado, lo cual aún no era cierto. La espalda del menor estaba casi tan enrojecida como la de Sungyeol, producto de los golpes que se daba contra el espaldar de la cama cada vez que su hyung lo penetraba. El dolor era soportable, pero el cansancio lo hacía parecer un muñeco de paja aún cuando él no era el que había dispuesto del mayor esfuerzo. El miembro humedecido y aún erecto de Sungyeol permanecía intacto y el cuerpo de este se recostó levemente encima del de Sungjong, aunque sin emplear mucho peso encima de él debido a la diferencia de masas notoria.

-Pero…Aún no terminamos…Debo continuar-  Se levantó lentamente, ladeando el rostro a un lado y con una sonrisa enfermiza  y diciendo aquello con un tono cansado y desafinado.

-¿Muo?, estoy muy cansado y adolorido hyung, para por favor- Sungjong le suplicó, pero no logró ganar más que la mirada ignorante del mayor. Aunque Sungjong sólo pretendía hacerse la víctima, puesto que mientras más tiempo pasase con él, mejor para sí mismo.

Sungyeol sujetó sus muñecas fuertemente y las pegó a la cama, jalando una de las sábanas para que con ésta, tuviera la oportunidad de amarrar las manos del menor sin que éste pudiese resistirse de alguna forma.

-Hyung…Andwe, ¡Andwe!- Esta vez sí intentó desatarse las manos puesto que le parecía honestamente incómodo estar amarrado sin posibilidad de hacer alguna cosa. Entre tanto calor y sudor, Sungyeol se deslizó rápidamente hacia las caderas de Sungjong y sujetó su pequeño miembro firmemente. La expresión de Sungjong  cambió de calma a totalmente asombrada y apretó sus dientes fuertemente.

Sungyeol acercó su rostro al miembro ajeno y rodeó la punta con sus rojos y húmedos labios. Sungjong posó sus manos en uno de los sudorosos y ensanchados hombros del mayor para intentar alejarlo pero todo esfuerzo fue inútil. Sungyeol introdujo aún más el miembro de Sungjong en su boca, cubriéndolo de su saliva y acariciándolo con su lengua mientras lo rosaba con sus dientes blanquecinos.  El placer de nuevo poseía el débil cuerpo de Sungjong y este no podía contenerse. Empezó nuevamente a gemir dulcemente, lo que resultaba música para los oídos de Sungyeol que parecían derretirse a causa de tan excitante melodía. Mordisqueaba levemente la punta y luego volvía a introducirlo haciéndolo tocar sus mejillas para producir más tacto, y como consecuencia, más placer.

-Para para para, voy a correrme, ah, hyung, tú…- Para Sungjong era casi imposible pronunciar palabra alguna, puesto que la mayoría de estas eran interrumpidas por un leve gemido. Las náuseas recorrían el abdomen de Sungjong, y ya era imposible retroceder esa sensación de explosión corporal. Además de sus labios, dientes y lengua, Sungyeol empleaba su mano para acariciar esas partes donde su lengua no podía llegar. Sungjong se estremecía de placer y llegó un momento en el que abrió sus piernas lo más que pudo y posó sus dos manos en la cabeza de Sungyeol, a causa de la sábana atada que las mantenía juntas. Sujetaba el cabello del mayor, soltando gemidos que con los segundos intensificaban su sonido. Ya no había tiempo de regresar y con un grito agudo depositó su semen en la boca de Sungyeol. El rostro del menor estaba completamente enrojecido, casi tanto como su propia espalda y la de Sungyeol. El de gran estatura y hombros ensanchados entrecerró un ojo al sentir el líquido cálido que se mesclaba con su saliva y que se disolvía en su lengua para luego caer por su garganta…

Suspiró y miró hacia el techo echando su cabello teñido y mojado hacia atrás y con su mano limpió los restos de semen que se salían por la comisura de sus labios.

-Lo siento ¡Hyung lo siento!- Sungjong se disculpaba por haber terminado dentro, pero fue algo que el pobre chico no pudo controlar. Sungyeol lo miró con los ojos cubiertos de lujuria y le sonrió tranquilamente, y mientras le hablaba desataba las manos del menor.

-Tu esencia es deliciosa. Una parte de ti, ahora estará conmigo para siempre-. Le dijo con un tono despreocupado y se enderezó encima del menor, contemplando la mirada asombrada de Sungjong, quien no podía creer las palabras de aquel chico “risueño”. Sungyeol volvió a besar a Sungjong nuevamente, enrollando su lengua con la del contrario mientras acariciaba y estrujaba sus delgados muslos, y a la vez jalaba su cabello largo.

-Ngh…- Intentaba hablar pero el beso apenas lo dejaba respirar, así que se separó de Sungyeol dejando entre los dos un fino hilo de saliva que con la distancia se cortó y desvaneció como neblina.

-Me haces daño hyung…Pero- fue interrumpido por las manos de Sungyeol que lo tomaron por la cintura acercándolo más. Sus miembros húmedos se rosaban y un escalofrío corrió por el suave cuello del menor.

-¿Pero?- Preguntó Sungyeol con intriga y una sonrisa pronunciada con sus labios de cereza.
-Pero me gusta…Me gusta- Fueron las últimas palabras que se dirigieron mutuamente ese día…

Pasaron días y los días se volvieron semanas; Sungyeol había saciado su sed de placer por la ausencia de Myungsoo, con un pequeño niño indefenso y no culpable de la situación por la que habían pasado los dos. Finalmente el rodaje del drama concluyó y Myungsoo, L, volvió a Corea para continuar sus actividades como un miembro más de Infinite. Entró por la puerta del departamento a escasas horas de la madrugada. Sungyeol se despertó de primero, incluso cuando es uno de los que sufre de un sueño pesado, aunque claro, nunca tan pesado como el de Dongwoo. Bajó de su cama y revolvió su cabello mientras caminaba tranquilamente hacia la puerta. Los otros miembros alcanzaron también a verle llegar y todos estaban reunidos en la entrada, aunque dispersos. Hoya sentado en el suelo y Sungjong también, pero con una gran distancia de por medio. Sungkyu estaba apoyado en la pared y Woohyun y Dongwoo le hacían bromas a Myungsoo, como era de esperarse…

Sungyeol se adelantó y tomó por la cintura a Myungsoo, y muy seguido de eso, casi por impulso, depositó en sus blancas mejillas un cálido beso.


-Has vuelto Kim Myungsoo.- Y seguido de eso se rió como era de esperarse. Atrás de ellos, casi invisible estaba sentado Sungjong en el suelo, en el pie de la cocina, observando como Sungyeol le hablaba a L; con una mirada vacía…De pronto el teléfono celular de Sungjong se escuchó sonar…

-Niga isseoyaman yeogiga Paradise…Eojiro noreul gadwo beorin Paradise…-

Notas finales:

No, el drama que estaba grabando Myungsoo en Japón no era  "Jiu", simplemente he inventado un pretexto para mantener a L separado de Yeol (?). :I Ojalá se hayan divertido :'c y dejen review *Q* los review's alimentan mi alma ♥


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