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Pide un deseo. por CieloAzul

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Notas del fanfic:

Una loca idea. Espero les guste. Gracias por leer.

Notas del capitulo:

Feliz Cumeplaños Kat ~♥.

24 de diciembre del 2011, 8 a.m.

Creo que nunca olvidare esa fecha.

 Me había levantado temprano para tomar el tren de las 8 pero bueno una cosa, la otra, los audífonos que se escondían de mí, las llaves que no querían salir de mi mochila, nada ayudaba a que saliera temprano.

Si bien ese día odiaba aquellas cosas que me retrasaron, hoy se los agradezco.

Salí corriendo de casa, la estación quedaba a varias cuadras y si seguía demorándome no llegaría a la academia. El frio congelo mi nariz y seco mis labios mientras corría.

Logre llegar a la estación… y vi que el tren estaba por cerrar sus puertas… corrí un poco mas y logre entrar.

Ese momento, en ese preciso instante mis ojos vieron al ser humano más hermoso que había conocido. Entre el cansancio y la sorpresa , me quede parado en la puerta sin dar ni un paso, mi corazón se había detenido, estaba como en un estado de shock que fue desvanecido por un voz algo temblorosa que me dijo “Jovencito se encuentra bien?”. Trate de asentir y sentarme justo al frente del.

Su pelo. Tenía un color negro azabache y algo largo.

Sus labios. Eran redonditos y esbozaban una leve sonrisa, y estaban acompañados por unas rojas mejillas atacadas por el frio de la mañana.

Iba escuchando música y leyendo un libro mientras se cruzaba de piernas. Vestía de uniforme, se notaba que era algo más chico que yo.

Sin darme cuenta me había quedando mirándolo durante todo el viaje, cada detalle de su rostro, su ropa, sus movimientos.

No entendía muy bien porque me atraía de tal manera,  fue como si me hechizara a primera vista. Hasta que se levanto, y sin mirar hacia mi, se bajo.

Fue en ese momento en el que me reproche internamente por la idiotez que acaba de comerte. Me había quedado mirando a un chico con cara de acosador, seguramente; pensando e  imaginando como seria su voz o como sonaría su risa.

Tonto… idiota… que hacia emocionándome por una persona que seguramente no vería nunca más.

 

Al llegar a mi parada me baje viendo como el tren se alejaba.

 

-          Bien Daehyun… fue lindo mientras duro – sonríe ante la ironía y seguí mi camino.

 

Toda mi vida soñé con ser un gran cantante, y para mi suerte había conseguido una beca en una importante academia artística al que concurrían varios amigos, uno de ellos era Jongup.

Era un joven risueño y a veces algo lento. Pero un gran artista, bailarín y una gran persona. Lo había conocido antes de ingresar a la academia.

Después de lo que había vivido en aquel tren, estuve muy distraído en todo el día.

De donde era? A qué instituto iba? En que estación tomo el tren? … ese chico se había ganado todos los pensamientos del día … todos, y Jongup se dio cuenta.

 

-          Oye, pasa algo?... Estas muy distraído y eso no es muy común en ti.

 

-          No es nada, es solo que hoy … vi a alguien que creo que no veré nunca más, y me sorprendió. Loco no? No voy a ver nunca más a esa persona …

 

-          Estas muy raro … pero bueno hoy es navidad … los deseos se cumplen o algo así? Te lo digo por si deseas ver de nuevo a ese “alguien”  – sonrió y me dio unas palmaditas en la espalda tratando de despabilarme.

 

-          Tienes razón, pero los deseos, solo son deseos.

 

-          Vas a hacer algo hoy, no quieres pasar la noche conmigo y mis hermanos?.

 

-          Si seguro, odio pasar las fiestas lejos de mi familia.

 

-          Ven como a las 10 seguro que ya tendremos todo para festejar.

 

Sonrió y se fue. Mire la hora y me di cuenta de que el día se me había pasado volando, y no había hecho nada productivo, más que pensar en aquel chico.

Como será su nombre? … esa duda me carcomía la cabeza.

 Llegue a la estación y mientras escuchaba música vi llegar de nuevo el tren.

De nuevo el. Lo vi a un parado allí afuera … venia con su uniforme solo que ahora con una bufanda que dejaba ver su nariz. Entre más calmado y tome asiento al frente del.

Seguía leyendo aquel libro, tenía unos audífonos grandes, parecía tan misterioso y eso lo volvía aun más lindo ante mi vista.

 Trate de mirar a otro lado, no podía ser que me comportara de esta manera. Pero era más fuerte que yo, era misterioso , era un adolescente, estaba solo.

Yo en el instituto era muy popular, solía estar rodeado de amigos, pero él se ve tan feliz así. Solo él, su libro y su música. Hacia un par de hora que lo había visto, pero no tenía ganas de dejar de verlo.

Me levante por que llegaba a mi estación. Le di un último vistazo. Si los deseos se cumplen como dice Jongup, en ese momento mi deseo fue volverlo a ver. Baje y vi como el tren se alejaba.

Una estúpida sonrisa me acompaño hasta casa, hasta que me bañe, me cambie y acomode las cosas para ir a casa de Jongup. Esa estúpida sonrisa seguía allí. La imagen de su sonrisa seguía en mí.

Esa noche me olvide de todo. La música el alcohol, la comida. Fue una noche larga, pero aun recuerdo que cuando el reloj dio las 12, desee volverlo a ver, una vez más, muchas veces más.

 

Otra vez tarde, pero esta vez me acompañaba un fuerte dolor de cabeza y una ojeras impresionantes. Sin ganas, me levante y me prepare, cualquier ruido muy elevado me molestaba, me sentía fatal. Y así vinieron los remordimientos de la mañana siguiente a una increíble borrachera. No podía faltar los exámenes se acercaban.

Pero aparte de eso, quería saber si volvería a verlo.

Tome con gran pesadez mi mochila, y camine lento. Realmente el dolor de cabeza y la intriga por saber si estaría de nuevo en ese tren, me estaban matando. Me puse los auriculares y espere el mismo tren, que al llegar y abrir sus puertas me mostro que no estaba allí.

Al final yo tenía razón. Los deseos … deseos son.

Caí en el mismo asiento en el que había estado ayer, mi cabeza se partía y la gente parecía hablar más fuerte de lo común. Quería que el mundo se detuviera por un segundo. El gran estruendo de las puertas al abrirse hicieron llegar a mis oídos una dulce risa.

Una mirada asesina de mi parte se dirigió a la persona de la cual provenía. Era el, venía hablando por celular, riendo y haciendo muecas bastante lindas y graciosas.

Si les dije que me dolía la cabeza, olvídenlo ya no me dolía. Y la gente que está a mí alrededor? Créanme ellos ya no importaban. El estaba sentado al frente mío sonriendo, puede escuchar su risa y su voz. Una voz tan dulce y serena que parecía la de un ángel.

Había deseado tanto verlo de nuevo y allí estaba, como lo había visto ayer, sentado cruzando sus piernas, hablando por celular y sonriendo.

Es que estaba feliz, aunque mi cara no lo demostrara, por dentro quería gritar, saltar. Lo había visto de nuevo.

Desde ese momento me propuse a acercarme a él. Si era una locura, pero si se me había concedido la oportunidad de verlo nuevamente, dependía ahora de mi conocerlo.

Mas los días pasaban, más me intrigaba ese joven.

Mi rutina diaria ahora consistía en pensar en el, hablar de él, mirarlo a él. Me levantaba e inconscientemente buscaba mi mejor ropa,  me vestía tan bien como podía solo para impresionarlo, para ver si de una vez por toda volteaba a verme. Salía de casa esperaba en la estación la llegada del tren de las 8:30.

Cuando ingresaba, estaba el allí con su típico uniforme leyendo un libro, parecía que en su mundo no existía nada más que la lectura. No levantaba la vista ni por un segundo, solo esperaba a su parada y se bajaba. El no se daba una idea que con solo poder verlo me hacia feliz.

Llegaba a la academia pasaba varias horas ensayando con Jongup y luego de nuevo a verlo. Había días que volvía solo, un día volvió acompañado de una joven que al parecer era su amiga, había días en los que subía con su equipo de gimnasia algo sudado. Los finos mechones de cabellos se pegaban en su frente y algunas gotas de sudor caían por sus mejillas.

Reconocía cada gesto que hacia su rostro, y cada uno de ellos era más hermoso que el otro. Como cuando se quedaba pensando y se mordía su dedo pulgar mirando un punto fijo, mientras el sol le  daba en la cara, o cuando se dormitaba en las mañanas y se sobresaltaba mirando a todos lados para ver si alguien lo había visto. Era hermoso poder obsérvalo.

Si, hacia unos días que había aceptado que mi tonto corazón se había enamorado de ese extraño muchacho del tren, asir como lo llamaba Jongup.

 

-          Le sacaste una FOTO? … Daehyun esto me está dando miedo pareces un acosador.

 

-          ÑAAA es hermoso, oppa le hiciste el “Hechizo del celular” – decía una de mis amigas.

 

-          Hechizo … de qué? – dijimos al unisonó con Jongup.

 

-           Se dice que si tienes la foto de la persona que te gusta en tu celular PERO SIN QUE NADIE SE ENTERE, tu amor se hará realidad.

 

-          Pero el nos dijo que tiene una foto.

 

Ella puso una cara triste, Jongup rio ante la ocurrencia, y Yo… bueno no es que me preocupara por ese estúpido hechizo, pero me gustaba tener una foto de él y poder verlo antes de dormir, e imaginar conversación, risas …. Besos.

 

Lo veían todos los días, menos los fines de semanas, por lo que los lunes se convirtieron en mis días favoritos. Después de dos días sin verlo, volvía a estar de nuevo en esa estación esperando a que llegue el tren y poder observarlo por uno corto y perfecto tiempo.

Ese lunes la mañana estaba mas fría de lo normal. Nada importaba, con una boba sonrisa salí del departamento, llegue a la estación, espere el tren mientras escuchaba música.

De la nada un joven se sentó al lado mío. Trate de ver quien era disimuladamente. Y para mi sorpresa allí estaba ese joven, sentado al lado mío. Su uniforme, su libro en sus piernas, aunque ahora por su frente no caían mechones de cabello oscuro, sino que estaba teñido de rubio.

Me di vuelta por completo a observarlo, parecía que brillaba. Pero justo cuando iba a sonreír… vi caer lagrimas por sus mejillas, y mi corazón se encogió.

Por que lloraba? ... quien se había atrevido a hacerlo llorar?.

Saque un pañuelo de mi bolsillo y lo extendí en silencio. No solo quería saber que le pasaba, si no que el hecho de que tome o no el pañuelo me confirmaría si él quería hablar conmigo.

Lo tomo, y seco un poco sus lágrimas soltando el aire caliente de sus pulmones como un suspiro de tristeza que se escapaba de su corazón.

 

-          Me llamo Daehyun.

 

-          Youngjae … Yoo Youngjae.

 

Su nombre. Tantos días imaginándome su nombre. Su voz, el hablándome.

 

-          Puedo preguntar por qué lloras.

 

-          Qué fecha es.

 

Lo mire raro. Que podía tener de importante una fecha.

 

-          24 de enero.

 

-          Es mi cumpleaños.

 

Si mi querido Daehyun una fecha puede ser muy importante. Me dije.

 

-          Feliz cumpleaños.

 

-          Gracias, eres el primero y el único que me lo ha dicho hoy.

 

-          Y tus amigos, y tu familia?.

 

-          No tengo amigos, eso de ser el “nerd” del instituto no ayuda mucho. Mis padres y mi hermano están lejos.

 

-          Entiendo tus lagrimas, pero créeme  para todo hay solución, no debes llorar y menos un día tan importante como este, no crees?.

 

-          Estoy solo, no hay nadie a mí alrededor, como podría solucionarse?.

 

-          Es verdad no hay nada más que … nosotros?

 

Me miro algo sorprendido y expectante a lo que iba a decir. Por dentro moría de miedo, pero era una oportunidad que no podía desaprovechar.

 

-          Sabes mi nombre, ya no somos unos desconocidos, verdad?

 

-          Mmm puede ser.

 

-          Pues te invito al cine, como regalo de cumpleaños.

 

Dudo unos segundos, me miro y cuando nuestras miradas se cruzaron, todo se detuvo en mi vida. Lo amaba, amaba esa dulce mirada de Youngjae.

 

-          Lo dices en serio?.

 

-          Si, muy en serio y si te portas bien te invito un café o un té o lo que tú quieras.

 

Ya para ese entonces me había sonrojado hasta las orejas. Y él me observaba con una sonrisa de oreja a oreja, soltando una dulce risa.

 

-          Esa risa, es un sí?.

 

-          Si … voy a ir al cine contigo … Daehyun.

 

En ese mismo momento, el tren apareció y nos adentramos en el. Ya no íbamos sentados uno en frente del otro. Youngjae se sentó al lado de la ventanilla y yo a su lado. Nuestras paradas se pasaron y nosotros seguimos viaje. Ese día íbamos a desaparecer del mundo, solo nosotros dos.

Cuando llegamos al centro de la ciudad nos bajamos y comenzamos a caminar. Charlas incoherentes, sonrisas, roses, un sinfín de miradas. Ese día era perfecto.

 

-          Bueno como prometí, EL CINE.

 

-          WOOW … pagaras tu verdad? … como regalo de cumpleaños.

 

-          Para ser más chico que yo, no eres nada respetuoso con tu hyung.

 

-          Solo por un año? … no Daehyun, eso no me va a hacer que te trate de “usted” y te diga hyung.

 

Hablábamos como si nos conociéramos de años, como si los 30 días que me había pasando mirándolo hubieran sido 30 años de amistad.

No recuerdo que película vimos. Pero en medio de ella el me hablo bajito al oído.

 

-          Porque me miras tanto en el tren? Todos los días, desde que subes hasta que te bajabas.

 

-          Pues… es que … soy un acosador, y tú me pareces una buena presa.

 

-          Crees que si te viera peligroso hubiera venido contigo?.

 

-          No se capas y te gusta el peligro?

 

-          En realidad, me intriga saber porque me miras tanto.

 

Como se supone que deba responder a eso.

“Me enamore a primera vista de Ti, cada cosa, cada gesto, tu voz, tu pelo, tu sonrisa, amo todo de ti aun sin conocerte lo suficiente”.

No esa no era una respuesta adecuada por ahora.

 

-          Me parecías interesante, siempre leyendo mientras escuchabas música, me gustaba verte solo para ver si …

 

-          Entiendo… y te sigo pareciendo interesante ahora que me conoces o te paso como a todos que una vez que me conocen se aburren de mi.

 

Bajo la mirada. Me acerque suave a él y lo tome de la barbilla haciendo que en medio de la oscuridad de esa sala, nuestras miradas volvieran a cruzarse.

 

-          Todavía no he conocido todas las cosas interesantes que tienes, y no voy a separarme de ti hasta conocerlas.

 

Estaba tan cerca de sus labios, en esa sala no había mucha gente, si lo besaba solo quedaría entre  él y yo.

El podía aceptar mi beso, pero si no lo hacía, todo se iría al demonio y lo perdería aun sin haberlo tenido. Por primera vez le puse un freno a mis impulso y me levante rápido.

 

-          Esta muy aburrida verdad? Porque … por qué no vamos a tomar algo?.

 

No respondió, solo asintió y se quedo mirándome por largo rato, como si estuviera esperando algo que le tenía que dar.

Salimos de la sala y caminamos callados hasta llegar a una cafetería. El pidió un té y yo un café. Conversábamos sobre la película, de la cual notamos, que ninguno presto mucha atención.

 

-          Si estaba muy aburrida – lanzo una carcajada ante la obviedad de la situación.

 

-          Puede ser, pero es que tú me distraes.

 

-          Yo? … tú eres el de la obsesión con mirarme o me lo vas a negar.

 

Aclare mi garganta y lo mire respondiéndole con un “YO? JAMAS”. El clima se volvió menos tenso y comenzamos a charlar como lo había hecho camino al cine.

 

-          Y ese Jongup del que tanto hablas … es tu … novio?.

 

-          NOVIO? … NO es solo mi mejor amigo, estoy soltero.

 

-          AAAH… - suspiro como si se sintiera aliviado.

 

-          Y tú? Esa chica que estaba contigo hace unos días… era tu?.

 

-          Una prima, vino de visita solo por un día… yo también estoy soltero.

 

Un gran alivio recorrió mi cuerpo.  Mire la hora y ya era demasiado tarde como para que un estudiante este vagando por ahí con un … desconocido.

 

-          Creo que es tarde deberíamos ir a tomar el tren.

 

-          Mmm es verdad.

 

No quedaba lejos la estación. Pronto aquel día acabaría. Mientras íbamos caminando cruzamos una pastelería. Le pedí que se adelantara, que debiera hacer una llamada; me adentre al local y compre un pequeño pastel y una velita. Salí de vuelta a su encuentro y seguimos caminando.

Al llegar a la estación no sentamos en un banco a esperar la llegada de aquel tren.

 

-          Feliz cumpleaños- le dije extendiendo el pequeño pastel.

 

-          Daehyun … tu no … Gracias …

 

-          Debemos prender esta vela y .. te cantar?.

 

-          No por favor … es demasiado vergonzoso .

 

-          Esta  versión te va a gustar mucho créeme.

Saque de mi mochila un encendedor y prendí la pequeña velita.

 

-          Happy birthday to you … My beautiful love Baby, only for you … Because you’re here, I’m happy … Happy birthday to you … Just like today, forever Baby, only for you … We’re going to be together …

Me quedo mirando algo sorprendido y sonriendo soplo aquella llamita que se hacía paso en la oscuridad de la noche. Cuando quise aplaudir y hacer un escándalo para hacerlo sonreír de nuevo, sentí como sus brazos apresaban mi cuello.

-          Y esa versión? …

 

-          Es … una versión … nueva …. Y especial …

 

-          Me gusto mucho, gracias.

 

-          Puedo saber que deseo pediste?

 

Se separo leve de mi y respondió un “Los deseos no se cuentan, porque si se cuentan no se harán realidad”.

En ese momento el tren llego. Era horrible saber que en unos minutos me volvería a  separar de él.

Subimos y nos sentamos de nuevo juntos. El recostó su cabeza en mi hombro y se puso un auricular y el otro me lo paso a mí. En todo el tiempo de viaje se reprodujo solo una canción …. “Price Tag”.

 

-          Se acerca tu parada.

 

-          Como lo sabes? – sonreí.

 

-          Porque yo también te observaba Daehyun, todos los días esperaba ansioso verte subir en esa estación y compartir unos minutos de viaje contigo.

 

Me quede atónito ante aquella confesión. El siempre me miro, yo siempre lo mire. Quería, necesitaba reaccionar y decirle lo que sentía, pero una grave voz anuncio la llegada a mi parada.

Me miro y se acerco dejando un suave beso en mi mejilla.

 

-          Nos vemos mañana Daehyun, estaré esperándote en tu estación.

 

-          Hasta mañana … Youngjae.

 

Baje y me quede parado hasta que el tren siguió su camino. El me miraba desde la ventanilla. Sonriendo al ver cómo me tocaba la mejilla que acaba de recibir un beso de los labios más dulces del mundo.

No recuerdo como llegue a mi departamento, ni como abrí la puerta, porque no caminaba parecía que una flotaba en una nube.

 No paraba de rememorar cada minuto que había pasado con él, cada palabra que me dijo, cada mirada. Todo era perfecto y lo seguiría siendo por mucho tiempo más.

Tampoco recuerdo en qué momento me quede dormido, abrazado a mi almohada como si ella fuera Youngjae.

El sonido del despertado. Un vago recuerdo de ayer. Una nueva sonrisa.

Mire de nuevo la hora y me di con la sorpresa de que llegaba tarde para tomar el tren que tomaría Youngjae. Corrí por todo el departamento, me arregle  a mil por hora.

Baje y comencé a correr en dirección a la estación, una multitud estaba en la entrada de la misma. No me dejaban pasar, sin darse una idea del apuro que tenia.

 

-          Que sucedió?

 

-          El tren de las 8:30 tuvo un accidente, al parecer fallaron sus frenos y volcó, hay muchos muertos y varios heridos.

 

Youngjae. Nuestro tren.

El mundo se detuvo, mi corazón dejo de palpitar y recordé la sonrisa de Youngjae despidiéndome la noche anterior. No, me negaba a pensar que esa había sido la última sonrisa que vi del.

 

Empuje a la gente y fui hacia los bancos de espera. Mire hacia todos lados buscándolo entre la gente alborotada, corrí hasta donde se terminaba la estación. No estaba.

Youngjae no estaba.

Tomo el tren sin mí. Porque diablos no me esperaste. Porque no estuve a tiempo aquí contigo. Por qué?. Me repetía mentalmente una y otra vez.

Caí al piso de rondillas, me faltaba el aire, no tenía idea de que hacer o como actuar, solo atiene a llorar. Quería verlo, necesitaba volver el tiempo atrás.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

-          Daehyun?

 

Esa voz. Levante mi vista, y allí estaba , agachado al frente mío. Mirándome extrañado.

 

-          Youngjae … yo pensé que … ESTAS VIVO.

Me abrase fuerte a él. Necesitaba comprobar que no era un sueño y que él estaba a mi lado.

 

-          Si Daehyun, estoy aquí- sonreía mientras me daba palmaditas en la espalda.

 

-          Pero el accidente … el tren … yo pensé que ….

 

-          Tranquilo. Si me entere del accidente, suerte que no estuvimos allí. Yo llegue tarde por eso no lo tome – sonrió y junto nuestras frentes – no creas que te vas a deshacer tan fácil de mi.

 

-          No es por eso…

 

-          Entonces porque es?.

 

-          Me olvide de darte algo anoche …

 

No deje que respondiera. No hacían faltas las palabras en ese momento, tome su rostro con mis manos heladas por el frio y uní nuestros labios. Un beso lento, acariciando nuestros labios uno con el otro y luego nuestras lenguas jugando en nuestras bocas volvieron al beso más necesitado y pasional.

Sus brazos rodearon mi cintura. Mis manos acariciaban sus cabellos rubios. Nuestros rostros se ruborizaron. No quiera separarme, esos labios eran la gloria. Justo como los había imaginado.

 

-          Gracias … - me dijo a un agitado.

 

-          Por … que …?

 

-          Por cumplir mi deseo …

 

Lo mire con lágrimas en mis ojos aun, acaricie su rostro y me abrase de nuevo a él. Al fin y al cabo los deseos si se cumplen.

Un día desee verlo por siempre. Y aquí estoy dos años después, abrazado a mi novio, viajando en tren mientras escuchamos música, mientras él le un libro y yo lo observo.

Notas finales:

Les gusto?...

Según mi criterio es demasiado cursi, pero espero que quien lo haya leído hay disfrutado.

Besitos ;3;.


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