Titulo: Family
Autora: Eunii
Pareja: KrisHo //Kris&Suho//
Género: Oneshot
Descripción: Después de un día de trabajo, Wu Fan vuelve a casa con su familia .
Nota de la autora: Es Fluffly(¿) El onseshot tiene una continuación, pero es explícitamente lemon, así que si alguien la quiere leer me lo dice, porque no creo que vaya a publicarlo.
Abriendo la puerta del departamento, entraba Wu fan. El maullido del gato fue lo primero que oyó lo segundo, el corretear de unos piecitos desde el living. Dejó el maletín en el suelo abriendo los brazos para atrapar a su bebe en brazos.
-¡¡Appa!!- atrapó el jovencito moreno entre sus brazos elevándolo del suelo. Sus delicados brazos cubrían el cuello del rubio, que besó su cabeza tiernamente - Mira mira, Omma me lo compró en la tienda que está al lado de donde llevamos a mimi cuando está enfermo - Su padre reía mientras escuchaba atentamente el hablar rápido de su hijo -¿Si? ¿Mimi se enfermó otra vez? - preguntó frunciendo el ceño, ya era la cuarta vez que llevaban al gato a veterinario. El nene asintió con la cabeza
-Ya veo, pobrecito ¿Tu hermana? - lo dejó en el piso con una sonoro suspiro ¿Cuándo se había vuelta tan grande y pesado? Acarició su espalda tratando de sanar el dolor. La música intro de Dragon Ball Z sonó y sin responder, el menor salió corriendo. Fan negó con la cabeza sonriendo de lado.
Caminó hasta la pieza de su hija, de seguro su marido también estaba allí. Y no se equivocó, Suho estaba dormido abrazando la pequeña cintura de Lulu. Era su segunda hija, y la más chica. Tenía solamente dos años. Su historia de vida a pesar de ser inexistente era dolorosa. Se sentó en el borde de la cama, acariciando su carita blanca y corriendo los mechones rubios y rizados de su frente.
Como todas las noches, Suho se quedaba dormido con la pequeña. Wu fan siempre llegaba tarde y se encontraba con Jongin mirando la tele. Menos mal que habían pagado por el bloqueador de canales.
Se levantó, dejándolos dormir un poco más y fue a la cocina, tenía hambre. Después de estar ocho horas sentado en una silla, no había parte del cuerpo que no le doliera. Sentado en la mesa, picando la comida había prendido su notebook, desgraciadamente se había traído trabajo a casa. Como imagen de bienvenida, aparecían sus dos hijos con su esposo en las vacaciones más tempranas, las primeras para la familia unida.
Había conocido a Suho mediante su primo. El chico trabajaba en su empresa, lo había visto algunas veces ir de acá para allá con papeles, pero nunca le devolvía la mirada. Finalmente con vergüenza y miedo le pidió el número a su pariente. No contaba con que este, haría todo un plan para juntarlos. Que al día de hoy le agradecía.
Sintió unas manos sobre sus hombros, que pasaron por su pecho, juntándose en su estómago. Un cálido aliento chocaba contra su oreja y los labios de Suho acariciaron el cuello de Wu Fan, que cerró los ojos disfrutando de las caricias de su pareja. Después de diez años no se cansaba de él.
- Hola Fan - susurró antes de incorporarse y sentarse en la silla a su lado. Tenía los ojos chiquitos por el sueño y el flequillo despeinado, ya en sus treintas lucia aun, como un adolescente. Sonrió mostrando sus perfectos dientes blancos. - ¿Cómo te fue?- preguntó refregándose los ojos, se veía extremadamente adorable.
El rubio se encogió de hombros -Normal, los extrañé. Antes por lo menos te veía de vez en cuando- Suspiró largando frustraciones. Después de las adopciones, el menor dejo el trabajo para dedicarse al cuidado de sus hijos. Wu fan se estiró, haciendo tronar los huesos de su espalda, y moviendo su cuello de un lado a otro.
-¿Quieres masajes?- preguntó Suho seductor
- Por favor…-
Poniéndose detrás de Fan, el de pelo castaño empezó a desabotonarle la camisa, metiendo una mano por el hueco formado, que le dio al rubio una corriente de electricidad; seguido de un escalofrío, - Tienes las manos frías - dice tirando la cabeza hacia tras, apoyándola sobre el estómago de Suho. Una segunda mano se metió, bajando un poco su camisa, dejando expuestos sus hombros.
Los dedos finos de Suho empezaron a hacer su trabajo, apretando sus hombros, su cuello. Bajando un poco la tensión de los huesos del rubio. Un suspiro de placer se escuchó. Una mano traviesa, bajo por su pecho acariciándole el estómago - Suho… Jongin está mirando la tele- el otro se separó al instante -¿Cómo? Ese chiquillo, ahora me va a escuchar- salió por la puerta rumbo al living.
Wu fan sabía lo que vendría ahora, le encantaba cuando peleaban porque el menor siempre venia corriendo a él por ayuda, él lo apañaba en sus macanas, Suho se enojaba y finalmente llegaba la reconciliación.
El llanto del menor se escuchaba por toda la casa, -¡APPA!- Ya lo tenía en brazos mientras limpiaba las lágrimas de cocodrilo que no dejaban de salir. Suho entro algo colorado señalándolo con el dedo - No te refugies con tu padre - Jongin lloraba escondiendo su cabecita en el hombro de Wu fan que lo llevaba a su habitación.
Suho cepillaba sus dientes, cuando escuchó al rubio entrar en la habitación. Ya tenía su pijama rosa de nubes puesto. Esperaba que al abrir la puerta Fan estaría cambiándose, pero tardo más de lo esperado y cuando la abrió, su marido ya estaba con el pijama azul, dentro de la cama, con los anteojos puestos y hasta leyendo un libro. Hizo morritos frustrado.
Bordeó la cama metiéndose rápidamente, necesitando el calor de su marido, estaban en invierno después de todo. Pasó uno de sus brazos por el estómago del contrario, mientras apoyaba la cabeza en la almohada, a la altura de la cintura de Wu Fan - Te extrañé - susurra contra la ropa del rubio.
El libro se cierra y los lentes desaparecen. Fan se acuesta de costado apoyando el codo sobre la cama y la cabeza en sus manos.
Mete una de sus manos dentro de la manta y posándola en la cadera de Suho lo acerca a su cuerpo.
- Yo también - responde besando la nariz respingona del menor. Dos dedos traviesos se cuelan por la remera y acarician el estómago plano y caliente de Suho -Hoy llevamos otra vez a mimi al veterinario -
-Si, Jongin me contó - responde Wu Fan mientras le acarician el pelo - Está preñada - La familia se seguía agrandando. La idea no le desagradaba. - ¿Qué? - pregunta el rubio sintiendo la mirada curiosa del menor, que sonríe formándosele patitas de gallo en los ojos. - Nada, es solo que estabas sonriendo. Pensé que no querías tener a los gatitos-
Wu fan se muerde el labio inferior, no está escuchando nada de lo que el otro le habla solo se concentraba en sus labios, que reclamaban su atención. Sin despegar la vista de esa conocida carnosidad, se acerca lentamente y los posiciona contra los suyos, haciendo presión.
Se separa abriendo los ojos, para ver a Suho colorado y sorprendido - No me estabas escuchando ¿verdad?- el rubio niega con la cabeza, acercándose, otra vez, a ese paraíso que son los labios del Suho. El otro resopla falsamente, y sonriendo recibe el beso, se separan solo un poco intercambiando miradas para volver a juntarse en otro beso casto. Al que le siguió otro y otro.
-Te amo- susurra Wu fan contra su boca, antes de tomar el labio inferior de Junmyeon ente los suyos delineándolo con su lengua, disfrutando del sabor a menta. El menor no se queda atrás. Mientras el rubio se entretiene con sus labios, Suho le pasa una de sus piernas por la cintura, sentándose sobre su estómago.
El mayor sin poder evitarlo, sube las manos por los muslos del peli castaño, metiéndolas debajo de la remera, acariciando su fina espalda. Siguen con sus sesiones de besos. Saben que no van a llegar a más, porque los chicos están en la habitación contigua y Lulu tiene la manía de querer dormir con ellos.
Un suspiro demasiado fuerte se escapa de Wu fan - Creo que tenemos que parar- el otro reacio a separase, sigue atacando sus labios, bajando por su cuello, mordisqueando su hombro - Suho…- advierte el rubio en un susurro -Lo sé- responde simplemente antes de dejar un último beso casto sobre los labios de Wu Fan, y bajarse de su estómago.
Rápidamente se da vuelta, esperando sentir el pecho caliente de su marido contra su espalda, que no tarda en llegar. Un beso en el cuello de Suho y una caricia con la nariz son dejados por el rubio. Que lo abraza por la cintura, entrelazando sus piernas y uniendo sus manos con dedos entrelazados en el pecho de suho.