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En una noche de lluvia por Hanabi Angel

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Notas del fanfic:

estoy de vuelta, en mis vacas lo unico q hice fue escribir, pero enun cuaderno porq no tenia pc jajajajaja y el ciber al q iba cerro y porfin tengo uno ahora aunq sin internet jojojojojojojoj, pero mejor eso q nada, incluso me termine este fic pero no se cuanto me demore ahora a pasarlo al pc asi q paciencia y a llenar este mundo de 8059!!!!!!!!!!!!!!wiiiiiiiiiiiiii, los extrañe!!!!

Notas del capitulo:

este capitulo y todos los q seguiran son gracias a Izumi que me dijo que podia guardar de otra forma mi trabajo para que este pc lo leyera jjojojojojojojoojojojojojojojo me salvo mi existencia y ahora me pondre a escribir como loca!!!!!un abrazote!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!

Yamamoto vio a su alrededor sin poder evitar quedar con la boca abierta, se sentía realmente fuera de lugar observando la majestuosa infraestructura de aquel lugar cuya gente parecía sacada de algún alguna fiesta de un cuento de hadas. De repente se sintió abrumado por tanta elegancia, el no sabia ni ponerse una corbata como para que fuera invitado por un amigo y cliente de su padre cuyos contactos eran increíbles por lo que haber sido menor de edad no era problema, pero el se sentía muy fuera de lugar, el solo era un chico normal y corriente que solo sabia jugar al beisbol. Ahora el y su viejo charlaban  sin dejar de reír al recordar anécdotas  que impresionaban a cualquiera que escuchaba. La fiesta a la que habían sido convidados era de gran clase y cualquiera habría dado cualquier cosa por estar parado ahí en aquel hotel que mas parecía palacio.

-Iré a dar una vuelta, padre…-El mayor miro al hombre a su lado quien sonrió alegremente colocándole una mano en el hombro.

-Esta bien, muchacho, solo no te pierdas-Se carcajeo- Este lugar es enorme, aunque ante cualquier cosa solo di mi nombre-Yamamoto asintió alejándose de ambos adultos, no importaba lo hermoso que fuera todo aquello, el sentía que se sofocaba, demasiado simple  para tanto lujo, pensó. El estaba bien con tan solo una pelota y un bat, eso era lo que creía hasta que al salir a la terraza en busca de aire fresco mientras se soltaba el nudo de la corbata y desabotonaba algunos botones de su camisa le vio. Un chico apoyado en la barandilla que separaba el término del hotel con el comienzo de la playa. Se perdió observando como el traje negro encajaba a la perfección con el cuerpo del joven cuyo blanco cabello deslumbraba en aquella fría noche.

Se acerco hasta llegar a unos centímetros de el. Notó que sus bellos ojos verdes poseían un brillo triste, su suspiro era como un llamado de auxilio y Yamamoto sintió que su corazón de pronto latió mucho más rápido, lo atribuyo a lo fascinante de la fiesta y que solo se había dado cuenta de su agitado ritmo cardiaco al salir al exterior ya que no podía ser debido al melancólico chico de plateada cabellera  ¿o tal vez si? Jamás se había interesado en todas esas chicas  que se le confesaban día tras día por ser el as de su equipo, entonces menos podía sentir algo por un chico totalmente desconocido, sin embargos sus pies se habían movido por cuenta propia hasta llegar a su lado y el asombro que sintió al ver el magnifico hotel no era nada comparado con el que sentía al ahora apreciar el rostro del muchacho que ahora dirigía sus frías esmeraldas hacia el y soltaba el humo del cigarro para luego apagarlo en el suelo.

-¿Se te perdió algo?-Espeto frunciendo el ceño. La pregunta saco de balance al moreno, se había acercado solo por instinto, ni siquiera se había dado cuenta que en aquel lugar no había nadie mas que el  chico- ¿Qué tanto me miras? ¿Qué rayos haces aquí? Se supone que a este evento no asisten mocosos…

-¿Y cuantos años tienes tu?-Pregunto divertido el pelinegro, el ojiverde se veía un tanto mas joven que el.

-¡Eso a ti no te importa!- Yamamoto sonrió ante el sonrojo del otro que aparto molesto la mirada.

-Un amigo de mi padre nos invito…-Comenzó a contarle aunque el otro no mostrara el menor indicio de querer escuchar-Dijo que se lo debía por tantos años de comer un excelente sushi. Llegó un día antes de esta fiesta a casa diciendo que debíamos acompañarlo sin falta y para no tener que dejarme solo en casa dijo que también podía acompañarlos, ya que era el quien nos invitaba no habría problemas con mi edad…

-¿Así que “Cenicienta”?-Se burlo el albino. Había estado escuchando con atención a pesar de que aparentara todo lo contrario.

-Algo así- Sonrió el  ojimiel pasándose una mano por el cabello-Por eso es que siento que no encajo aquí, desearía que al llegar la medianoche todo el lujo de esta ropa se transformara en un bat de beisbol y una pel…-Yamamoto se detuvo al ver que el otro se carcajeaba.

-¡¿No me digas?! ¡¿Un idiota del beisbol?!-El pelinegro se rio también.

-¿Idiota? Supongo que si, es lo único en lo que soy bueno en el instituto, por eso es que no logro dejar de pensar en ello. ¿Y tú? ¿Estas en algún club?-No obtuvo respuesta, solo un triste gesto en su mirar y un incomodo silencio que duro unos segundos-¡Si dije algo malo, lo siento! Como veras soy algo…

-Estúpido…no te preocupes, ya me di cuenta-El japonés se rasco la mejilla-Yo…no asisto a clases  desde que tenia ocho años que es cuando escape de casa, pero soy bueno en algo…Toco el piano para jefes de la mafia, así me gano la vida, aunque el de ahora es un idiota que no pudo evitar lucirse conmigo en esta estúpida fiesta…Entendera si lo de la mafia te asusta y sales huyendo de aquí, deportista, después de todo, yo soy toda una mala influencia para ti…

-Mi nombre es Yamamoto Takeshi, diecisiete años. Un gusto conocerte- El albino miro la mano extendida en señal de saludo con una expresión perpleja, se espero de todo menos  ver una inocente sonrisa llena de felicidad en el rostro del otro. Definitivamente era un tonto, pero por mucho que eso le fastidiara, su corazón no dejaba de latir  de una manera que nunca antes había sentido.

-Go…Gokudera Hayato, catorce años…-Se presentó desviando el rostro y sin corresponder el apretón de manos.

-Sabia que eras menor que yo…-Sonrió el moreno.

-¡Bastardo!-Grito Gokudera  ruborizado, Yamamoto aprovecho para tomarle su mano y apretarla en un cordial saludo, pero al sentir el contacto con su piel se sorprendió.

-¡Pero si estas congelado!- El peliplata aun no salía de su asombro ante el comportamiento del otro chico que ahora tomaba sus manos intentando calentarlas para luego posar su mano en su mejilla-Si sigues así cogerás un resfriado ¿Cuánto tiempo llevas aquí afuera?

-Hace más de una hora…-Contesto más bien por impulso.

-Eso esta mal, aquí realmente esta helando y pareciera que fuera a llover en cualquier momento. Tienes que volver al interior y tomar una bebida caliente…

-¡¿Qué haces, idiota?!-Replico el menor tratando de evitar a toda costa que el mayor  se quitara su chaqueta e intentara cubrirlo con ella.

-¡Así que aquí estas, maldito mocoso engreído!-Ambos chicos se voltearon  al escuchar la voz ajena. Un hombre acompañado de dos más les miraba de manera poco agradable. Gokudera frunció el ceño de inmediato chistando-¡El jefe te llama, “pianista”!-Le grito con una sonrisa burlesca haciendo que el aludido apretara los puños con fuerza.

-¡Mi trabajo ya termino! ¡Ya se lucio haciéndome tocar para todos esos idiotas que le besas los pies! ¡Si se quiere revolcar con alguien dile que lo haga con cualquier otro que se muere por lamerle los zapatos!

-¡Maldito mocoso! ¡Tu trabajas para el!

-¡Y me paga por tocar el piano! ¡Si el me paga por tener sexo eso es asunto aparte por lo tanto yo decido cuando  y si quiero o no acostarme con el!-El hombre se abalanzó contra Gokudera que le miraba desafiante. El sujeto dio un puñetazo, pero Yamamoto interponiéndose lo detuvo.

-¿Quién rayos eres tu?-Pregunto el mayor  al beisbolista mientras se veía la mano con una sonrisa de lado, sus demás compañeros habían tratado de detenerlo de golpear al peliblanco, pero no habían reaccionado lo suficientemente rápido y ahora suspiraban aliviados al ver que el golpe de su compañero no había llegado a destino.

-Yamamoto Takeshi- Respondió cortante.

-¿Con quien vienes, muchacho?

-Sawada Iemitsu- La sonrisa en los labios del hombre se amplio y los otros se miraron de reojo.

-Me salvaste, Yamamoto Takeshi. Si le hubiera puesto solo un dedo a la joya del jefe hubiera sido mi fin, por eso y por el nombre que acabas de decirme, dejare a tu amigo el “pianista” tranquilo…por el momento. Ahora vámonos.-Hizo un gesto a los demás para que lo siguieran de vuelta hacia el interior nuevamente y luego de un instante desaparecieron.

-Vaya contactos, maniático del beisbol-El pelinegro se volteo mirando a Gokudera que actuaba como si nada encendiendo otro cigarrillo-No tenias que meterte, si me hubiera golpeado habría sido mejor para mi…-Yamamoto le arrebato el cigarro y tirándolo al suelo lo pisoteó-¡¿Qué ha…?!

-¡¿Qué fue todo aquello?!-El albino vio el cigarrillo fastidiado para luego verle el rostro al moreno  de forma indiferente y hacer una mueca.

-¿Eso? Solo una simple e inútil discusión entre compañeros mafiosos…-El mayor le agarro del mentón haciendo que le mirara directamente a los ojos, el menor quiso reclamarle, pero la expresión seria que mostraba ahora el rostro del otro le hizo experimentar un extraño sentimiento- ¿O te refieres a lo que ese matón dijo? Te lo dije, hui de casa cuando tenia ocho, tenia que ganarme la vida de alguna forma y luego descubrí que haciendo lo que los jefes querían  se subía mas rápido de posición en este podrido mundo de la mafia…Ahora, claro, lo hago cuando yo quiero, tengo que dejarme desear… ¿Qué sucede? ¿Cambie ante tus ojos? ¿Ahora te doy asco? ¡Te avise que no era una buena influencia para ti, niñito de papá!-Yamamoto abrió los ojos furioso agregando mas fuerza a su agarre-¡Suéltame, idiota!-El peliplata aparto la mano bruscamente con un palmetazo.

-¡¿Quién es el idiota aquí?!-Le grito dándole una cachetada al ojiverde quien se llevo rápidamente una mano a su mejilla golpeada-¡No me digas que lo haces porque te gusta porque no te creeré!

-¡Aléjate de mi! ¡Vete!-El deportista se mordió el labio y comenzó a retirarse, pero al sentir un golpe contra el piso se giro encontrando al albino tendido en el suelo. Había olvidado lo helado que estaba, se le acerco notando que temblaba y entonces colocándolo en su espalda se dispuso a llevárselo a su cuarto en el hotel, era mucho mejor que entregárselo  a quien quiera que fuera su jefe o dejarlo en ese frio suelo, además, estaban comenzando a caer las primeras gotas de lluvia…

Notas finales:

gracias izumi!!!!!!!!!!!!!muac!!!!!!!!!!gracia sa ti he vuelto!!!!jejejejejeje

gracias por leer y cuidense, llenemos este mundo de puro 8059!!!!


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