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Uniforme escolar por Kouya Natzuki

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Notas del fanfic:

Se me ocurrio mientras escuchaba por enesima vez la canción «Seifuku ga jama wo suru» (mi uniforme escolar es una molestia) de AKB48.
Tenía planeado un oneshot pero se me ocurrió un poco más. Aparte de que hace un tiempo que no escribo lemon... De hecho toda la historia se dió por la letra de la canción pero más por la parte de «seifuku wo nugisutete» (quitarme el uniforme).

Aquí estoy en la cama de una mujer mayor en espera de mi primera vez. Ella es mí primer amor, que lástima no ser el suyo también.

 

Se preguntarán cómo llegué a todo esto. La conocí de una manera bastante inusual; un día cualquiera decidió aparcar frente a mi colegio cuando sentí que alguien me veía a lo lejos y era ella desde su auto. Esto comenzó a ser cosa de todos los días a la hora de la salida, siempre estaba a lo lejos observándome desde su auto deportivo. Por alguna razón que desconozco no temí, esa hubiera sido la reacción más normal por parte de cualquiera pero en lugar de eso correspondía las miradas; he de admitir que la primera mirada que le dedique fue con una mueca queriendo decir: «¿qué tanto miras?». También comencé a devolverle las sonrisas inconscientemente. No pude pensar en una razón del porque me veía tanto pero me sentía afortunada de atraer la atención de una mujer tan bonita. Cuando menos me di cuenta estaba coqueteandole como ella a mí.

Ella se entrometía bastante en mis pensamientos, pero tampoco era que me molestase, y me gustaba pesar que ella también pensaba en mí...


Uno de tantos días decidió acercarse, me puse muy nerviosa; su tono de voz resultó mejor de lo que había imaginado, bastante seductora o eso me pareció porque logró  seducirme. Intercambiamos números de celular y desde ahí comenzamos a conocernos. Resultó ser una persona bastante interesante. Me dijo su edad y aún así quería seguir siendo cautivada por ella.
Me encanta ésta sensación de ser querida de una manera especial y el poder querer a esa persona de la misma manera. Nuestra relación me excita, somos como dos criminales huyendo de la ley, quebrantado las normas de lo que llamamos sociedad, traspasado la barrera de lo que se considera bueno y malo, entrando a un mundo de tabúes. Nunca imaginé que llegaría a formar parte de ese mundo, ni siquiera en llegar a conocerlo.

 

Comenzó a invitarme a citas, confieso el haber dudado al principio sobre sí debía asistir o no. No podía pedir la opinión a mis amigas porque no sabían nada acerca de esto y no pensaba contarles, no aún. Por suerte pude contárselo a una amiga vía internet y fue quien me animó a aceptar en la tercera invitación, recuerdo sus palabras sobre dejar de poner excusas e ir. La primera cita fue de en sueño, me consistió tanto y lo pase tan bien que lamenté no haber aceptado antes. Aparte de que tuve la oportunidad de probar sus hermosos labios rosa pálido, ¿o fue ella quien probó los míos? Con cada cita fui comprobando sus sentimientos e intenciones, sorprendentemente sus intenciones no eran de sólo llevarme a la cama como imaginé un millón de veces y la razón de mis dudas, ella mostró tener las mejores intenciones conmigo y que iba enserio con todo esto. Por mí parte, comencé a pensar seriamente sí esto era lo que quería y me hacia feliz, y sí, esto y ella me comenzaron a llenar de felicidad. Me atrevo a decir lo afortunada que soy al tener una hermosa e inigualable mujer y persona a mí lado.

Fue cuestión de tiempo para desear ser tocada y tocar... pero lo nuestro menos a prohibido era ilegal, aún tenía 17, faltaban dos meses para mí cumpleaños y ella no quería sentirse -más- una pervertidora de menores. Hasta entonces ella y yo no pasábamos de simples besos y una que otra caricia. Estaba totalmente encantada por aquella mujer delgada de cabellera castaña y ojos oscuros. Cada que veía a sus ojos detenidamente notaba un brillo en ellos, mí egocentrismo supuso que era a causa mía.

Mis padres nunca sospecharon. Todo iba estupendo, sólo que seguía sin saber porqué estaba interesada en mí. No soy nada diferente a los demás, tengo el cabello de color oscuro y ojos cafés ¿qué hay de especial con eso? Lo único que me quedaba claro eran mis fuertes sentimientos hacia ella. Desde el primer día sigo pensando la manera de decirle a mis padres que estoy con una mujer !y de 24 años!; si ellos se niegan lucharé por estar al lado de mi príncipe -a pesar de ser bastante femenina yo la considero un príncipe. Ella no lo sabe-.

 

«!Oh!, vida que me has puesto en el camino a Romeo con el cuerpo de la hermosa Julieta, ¿acaso estoy destinada a ser la princesa de una reina?» —pensé—
Así es como dos meses después de  todo eso y pasada una semana de mí cumpleaños número 18, en pleno viernes me encuentro en su lujosa casa recostada en su perfumada cama con olor a jazmín después de haber ido a mis lugares favoritos a  celebrar que legalmente ya podemos estar juntas, ¡ah! y también mí cumpleaños. Me sorprendió bastante ver su auto aparcado fuera de la escuela y más enterarme que iba por mí para celebrar. Es obvio que estaré con mí amada mujer todo el fin de semana, ya veré que excusa le invento a mis padres.

«Ven, ya estoy impaciente. Despojame de éste uniforme como siempre lo he soñado. Éste uniforme que tenía cuando atraje tu atención; lo tengo ahora para que hagas mujer a esa pequeña niña. Enséñame el mundo del placer adulto del cual soy inexperta y sólo estoy dispuestas a aprender contigo. Quiero ser toda tuya y tú toda mía. La ropa siempre nos estorbó para poder ser una sola. Sí, tengo mucha pena de que veas mí cuerpo desnudo pero estoy segura de querer darte el honor de ser la primera y única persona que lo vea» —pienso con una sonrisa y leve rubor en el rostro–. Mis nervios se notan por doquier pero no pienso huir ni arrepentirme, he estado aguardando por esto desde que estoy consiente de que realmente la amo. No puedo darle nada, no tengo nada por ahora... quiero darle mí cuerpo para demostrarle la intensidad de mí amor hacia ella.
Es curioso, recién cumplidos mis 18 literalmente dejaré de ser una niña, eso creo, no estoy segura de si también cuenten las mujeres.... ignoro muchas cosas de ese mundo al que comencé a pertenecer hace dos meses.

—Apresúrate cariño, estas ropas no se quitaran solas y no pretendo quitármelas yo misma— susurro con una voz casi inaudible al viento y para mis adentros. Sólo escucho algunos ruidos provenientes del piso de abajo. ¿Qué tanto estará haciendo para tardar tanto? sí no fuera porque es una excelente novia -como un príncipe- ya me hubiera impacientado... pero por favor, apresúrate amor mío.


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