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Premiere por arelii-ierOo

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Notas del capitulo:

Aprovechando que hoy fue la premiere, termino con la segunda parte de este fic.


Disfrútenlo y ya se va a estrenar la peli *-* ya quiero verla.

-¿Quieres terminar con este jueguito?

 

El rubio lo miró con mismo semblante serio de antes.- Dime que pasa contigo.

 

-No sé de qué me hablas.- Robert miró hacia otro lado con el fastidio de toda la velada.

 

-Sabes a lo que me refiero.

 

-Aha…

 

-Robert…- Lo llamó como si se tratara de un niño pequeño, obligándolo a mirarlo.

 

-No me pasa nada y vámonos de aquí antes de que comiencen a buscarnos.- La sala ya había sido desocupada por todos los invitados y las luces habían vuelto a ser tenues, tan bajas que apenas y podían distinguirse entre ellos.

 

-No me iré hasta que me cuentes.- Tomó sus muñecas y lo miró directamente a sus ojos color chocolate que comenzaban a asustarse.- Esto mismo pasó cuando fuimos a los Oscar y como siempre no quisiste decirme nada. Robert, el año pasado tuviste un nuevo hijo y no te he visto con Susan en ninguno de tus eventos. Si tienen algún problema puedes decírmelo, tal vez te pueda ayudar.- Sus ojos se tornaban cristalinos, realmente le dolía saber que su amigo estaba sufriendo y no quería pedir ayuda a alguien. Desde su encuentro cuando ambos tuvieron que trabajar en Avengers, se habían vuelto cercanos, tal vez no se conocían a fondo, pero si lo suficiente como para preocuparse el uno por el otro.

 

El más bajo suspiró y de nuevo trató de evitar aquellas orbes del color del océano.- Ok, Susan y yo tenemos problemas, como cualquier otra pareja, eso es obvio, pero somos felices, no hay por qué hablar de eso.

 

-Robert…- Volvió a regañarlo, intentando que el otro dijera absolutamente todo.

 

El castaño volvió a rendirse frente a Chris, sabía que tarde o temprano tendría que contarle la verdad o no lo dejaría en paz. -No quiero volver a divorciarme y Exton merece una familia unida a diferencia de Indio. No me gustaría que pase por lo mismo. Si estas diferencias no las superamos, francamente no me importa, sólo quiero lo mejor para mi hijo.

 

Chris soltó las muñecas del moreno y lo abrazó con fuerza, más de la necesaria. Robert sentía cómo era aplastado, pero no pudo deshacerse de aquellos brazos, lo único que pudo hacer fue corresponder. No le agradaba contar su vida marital con nadie y esperaba que después de eso no volviera a hacerlo.

 

-No sabes cuánto de admiro.- Alcanzó a escuchar al más alto, aunque fuese entre susurros.

 

-No es para tanto.- Logró liberarse, le extrañaba la actitud del ojiazul, pero no le había desagradado.

 

Chris sonrió levemente y dio un nuevo suspiro.- Espero… que se arreglen las cosas con ella.- Colocó su mano sobre el hombro del castaño en señal de solidaridad. Tenía muy en cuenta que las relaciones con esposa e hijos eran algo bastante complicado.- Yo estaré contigo por si necesitas apoyo.

 

La nueva sonrisa que se formó en sus labios era realmente bella para Robert. Nunca lo había notado, pero Chris era verdaderamente guapo, no en vano era modelo. Sus pensamientos se dirigieron a una sola acción, tal vez se arrepentiría, tal vez él no quisiera dirigirle la palabra después, pero no era la primera vez que lo hacía. Con o sin Devorah o Susan, ya había pasado antes y es que ya era costumbre que después de alguna película, que con algún co-protagonista haya realizado algún bromance. Como sucedió con  Jude Law después del estreno y durante la filmación de Sherlock Holmes; sabiendo que Susan era una de las productoras de la película.

 

El rubio lo sintió tan fugaz, en cambio el moreno como si hubiese pasado en cámara lenta. Robert se había acercado peligrosamente al rostro de Chris, tomándolo posesivamente por su corbata, atrayéndolo para bajarlo a su estatura de 1.74 que aunque sólo diferenciaba 10 cm con el rubio, marcaba una gran distancia al momento de forzarlo a unir sus labios. Robert esperaba que Chris se alejara empujándolo, pero ocurrió lo contrario. El ojiazul lo tomó por los hombros y lo recargó contra la pared más cercana, tomó el mando y entreabrió su boca para que ambas lenguas lucharan la una con la otra. Robert enredó sus brazos, atrapando el cuello del más alto. Sus piernas se entrelazaron y sus cuerpos rozaban. Las respiraciones de ambos comenzaban a agitarse.

 

Robert no había tenido un beso igual, ni si quiera con sus dos esposas. Aquel beso era tan rudo, lleno de una gran necesidad y amenazaba con no terminar ahí. Chris dejó de lado que probablemente el castaño lo hacía para saciar las noches que sabía ya no tenía con Susan, olvidó incluso que tenía un par de hijos, ya no le importaba, sólo quería poseer a aquel hombre que siempre le pareció atractivo.

 

Lograron separarse, sus labios ardían después de varias mordidas que los volvieron de un rojo escarlata; los labios de Robert eran los más heridos, Chris no había podido contener su fuerza. Sus miradas de cruzaron y una sonrisa compartida fue la que dio comienzo a lo que ambos planeaban hacer. Las palabras sobraban, corrieron saliendo de la sala abandonada y con poca luz. El lobby estaba repleto y las cámaras ya estaban dentro. Como pudieron se abrieron paso a los reporteros y Chris casi mata al Ballet para que les llevara lo más rápido el lujoso Continental. Al subir al auto, Robert aprovechó que era de madrugada para pasarse los altos y llegar lo más rápido posible a su hogar.

 

Aparcó el auto lo mejor que pudo con la excitación y entre besos subieron hacia la habitación que Robert compartía con Susan. Sabía que ella no llegaría a dormir, ya casi no lo hacía, prefería quedarse con alguna amiga o con sus padres en su “noche de chicas”. El colchón era King size, Chis había empujado al moreno y trató de arrebatarle el traje. Robert se dejó hacer hasta que fue su turno, pero a diferencia del rubio, se detuvo lo suficiente como para admirar cada parte del cuerpo del ojiazul.

 

Chris más calmado, pero con una mayor excitación besó cada parte del hombre que ahora se encontraba debajo. Acarició también cada centímetro y llegó a la parte que anhelaba. Tenía frente a su rostro el elástico de los ajustados boxers, que eran la única prenda para ambos. Bajó un poco más y acarició con sus labios el miembro del moreno que ya se había abultado en sobremanera. Abrió un poco su boca y lamió sobre la tela, dando pequeños mordiscos y jalando de vez en cuando la ropa interior. Los casi ahogados gemidos de Robert eran tan placenteros a sus oídos, bajos, pero lo suficientemente fuertes como para ser escuchados en la habitación.

 

Como una fiera hambrienta, el ojiazul bajó con sus dientes el bóxer color negro. Ninguno pensaba claramente, la adrenalina los superaba y los cegaba, ya tendrían tiempo para arrepentirse después. Tomó entre sus manos aquel falo que cada segundo se tornaba más y más duro. Su instinto sabía lo que tenía que hacer, sin titubear lo introdujo para cobijarlo entre sus tibios labios. El sabor no le desagradaba, al contrario, era casi tan delicioso como los mismos besos de Robert.

 

Mientras, el castaño luchaba para que su cuerpo no se dejara llevar más de la cuenta y en ese mismo instante profanara con todas sus fuerzas aquella cavidad tan caliente y húmeda. Robert terminó cerrando sus ojos al instante en el que Chris bajaba y subía su cabeza, proporcionándole mayor goce. Una de sus manos terminó de retirar el bóxer y con la otra acarició delicadamente los lampiños y redondos testículos.

 

El castaño mordió su labio hasta el punto que comenzó a sangrar ligeramente, la lengua experta de Chris lo hacía delirar. Aprovechando la distracción que su boca ejercía, el ojiazul se atrevió a separar las piernas del castaño y con eso sus glúteos. Robert al sentir esto se asustó en sobremanera e intento apartarse, pero la mirada voraz del rubio le impidió moverse. Pareciera como si Chris lo amenazara con sus ojos, Robert sólo se limitó a continuar disfrutando. El rubio colocó su dedo índice en los labios del moreno, introduciéndolo y humedeciéndolo, disfrutando del sonrojado y excitado rostro de su acompañante. Despacio y con cuidado rozó con ese mismo dedo la entrada del castaño. Logró escuchar un leve respingo que ignoró al sentir como este entraba en aquel apretado espacio. Reconocía la reputación de Robert, las mujeres con las que coqueteaba e incluso a veces con hombres, pero en ese instante podía jurar que en aquel aspecto en el que ahora lo tenía era completamente virgen.

 

Lo movió despacio para que su cuerpo intentara acostumbrarse a la intromisión. Sintió cómo hacia pequeños esfuerzos por liberarse y tomó su miembro para masturbarlo y así calmarlo. Se incorporó sacando su dedo y acercó al borde de la cama el dulce cuerpo moreno que se hallaba frente al suyo. Lo más sensual y lento posible se liberó de sus propios boxers para así deleitar a Robert con su musculosa anatomía. Con firmeza aprisionó sus tobillos entre sus manos y las separó un poco más.

 

No le dio tiempo de reaccionar apropiadamente, el castaño sólo pudo sentir como si lo estuvieran rompiendo en dos. Chris trató de ser lo más cuidadoso posible, pero era inevitable el dolor inicial. Notó como su estrechez lo devoraba y se sentía glorioso. Poco a poco logró introducirlo por completo, era hora de comenzar a moverse.

 

La cama hacía un ligero vaivén, menor al que Robert recibía. El sonido de sus pieles rozando y chocando empezaron a hacerse más repetitivas, veloces y constantes. El dolor dentro del cuerpo del castaño fue reemplazado por el mayor de los placeres. Chris no paraba de masturbarlo ni de penetrarlo con la mayor de sus fuerzas. Una fina capa de sudor fue recorriendo a cada uno. Chris empujó a Robert para que este estuviese más sobre el colchón. Sin salir de él, también subió a la cama y ahora sus rostros se encontraban de nuevo. Sus labios se devoraron sin piedad. Las piernas de Robert rodearon la cintura de Chris y lo acercaron para sentirlo completamente dentro y fuera de sí. La experiencia era embriagadora, totalmente nueva para ambos, pero no por eso menos satisfactoria. Querían más y más.

 

El frío de afuera no podía percibirse, dentro de aquella lujosa habitación el calor era abrazador. Pronto Robert comenzó a sentir que el clímax estaba por llegar. Chris lo notó y las embestidas subieron de nivel al igual que el ritmo de su mano. Una gran cantidad de la esencia de Robert empapó sus vientres. Chris al sentir los espasmos internos del castaño, logró venirse dentro de él.

 

El ojiazul exhausto besó con ternura los labios del moreno. Agitados se recostaron uno al lado del otro. Robert cerró sus ojos y trataba de normalizar su respiración. En cambio Chris miraba hacia el techo y de vez en cuando al rostro de su compañero. Un par de minutos pasaron para que el ojiazul se animara a pronunciar algo, pero la mirada chocolate de Robert lo interrumpió.

 

¿Faltaba decir otra cosa? Aquellas miradas no se apartaron. Ambos estaban conscientes de lo que había ocurrido. Sí, al principio sólo se habían dejado llevar, pero pudieron haberlo detenido, pudieron pararlo a tiempo, pero no lo quisieron. Podían mantenerlo en secreto, disimular que seguían siendo los colegas de siempre. Sólo un gesto de Robert bastó para que Chris entendiera que estaba listo para un “Segundo round”.

Notas finales:

PD: Les dejo mi firma, tengo más fics, imágenes y otras cosas :3


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