Dos cuerpos desnudos, envueltos entre las sábanas, abrazados, sudados y jadeantes se encontraban sobre la cama, amándose el uno al otro en plena noche. Los gemidos eran incesantes, al igual que el movimiento sobre la cama. Los muelles de esta chirriaban demasiado, se notaba que habían sido usados varias veces y estaban desgastándose. La ropa estaba desperdigada por el suelo, demostrando así que la pareja estaba deseosa de comenzar.
Uno de los amantes era moreno, prácticamente pálido, con unos ojos ónix que ahora mismo estaban llenos de lujuria, y, además, se encontraba situado encima de su compañero. Este era Sasuke Uchiha. Sexy, arrebatador, presuntuoso y arrogante, todos coinciden en eso, devoraba el cuerpo de su amante con la boca, sin dejar ninguna parte de la piel ensalivada. Torturaba de placer a su joven compañero, le hacía llorar siempre que lo hacían, tanto placer le provocaba a su amante que siempre sonreía por ello, de una manera que a al joven enloquecía.
El otro cuerpo que se encontraba en la cama era rubio, cada mechón de su cabellera parecía una hebra dorada, ojos azules como el cielo mismo, cristalinos y llorosos, de piel tostada, deseosa y con una pinta exquisita, la cual, en estos momentos, se encontraba cubierta de saliva y sudor perlado. El joven es conocido como Naruto Uzumaki, y como todas las noches, estaba siendo tomado por su amante Sasuke Uchiha con la rudeza y lascivia de siempre.
“Amor mío….
Si estoy debajo del vaivén de tus piernas,
si estoy hundido en un vaivén de caderas.
Esto es el cielo, es mi cielo… “
Finalmente, la sesión de sexo de esa noche acabó. El moreno dormía plácidamente, pero el rubio no, no cogía el sueño. Estaba sentado, abrazándose las piernas, lagrimeando en silencio.
— ¿Por qué estamos haciendo esto Sasuke?— se decía sí mismo. No era la primera vez que Naruto lloraba después de hacerlo con el azabache. ¿La razón? Son amantes, desde hacía ya seis meses, cuando en una fiesta Sasuke, ebrio, besó al rubio, desatando así la lujuria y el deseo que el joven sentía hacia él desde hacía años; pero el moreno tenía novia, Sakura Haruno.
— Compartirte con ella me está matando por dentro Sasuke, tú sabías lo que yo sentía por ti… ¿Por qué me utilizas como tu juguete? No aguanto más Sasuke… Sólo te veo por las noches, cenamos siempre ramen, que aunque me encanta me gustaría algo romántico; luego comienzas a besarme y caigo rendido a ti sin poder negarme… Y por las mañanas cuando me despierto… N-no estás… Soy tu juguete y eso no es lo que yo quiero.
Tras varios y eternos minutos de desahogo por parte del rubio, este consigue coger el sueño. Llorar era su ritual. Cuando abrió los ojos por la mañana, su moreno amante ya no estaba, y eso no le sorprendía.
“Amor fugado….
Me tomas, me dejas, me escribes y me tiras a un lado
te vas a otros cielos y regresas como los colibríes,
me tienes como un perro a tus pies.”
Otra noche más, Sasuke comenzaba a devorar el cuello de Naruto, saboreándolo y marcándole con los dientes. El rubio no podía concentrarse, tenía que preguntarlo.
—Sasuke… —apartándole del cuello obligándole a que le mirase sus ojos azules.
— ¿Qué pasa Naruto? — un poco cabreado, no le gustaba que le cortasen de golpe. Intentando volver a abalanzarse sobre el cuello del rubio, pero este le volvió a parar.
— ¿Por qué siempre estamos escondidos?
— ¿Lo dices en serio dobe? Somos amantes y yo estoy con Sakura — ya cansado atrayendo al rubio por las piernas, tumbándole de golpe en el sofá, quedando él entre la cadera del rubio, con las entrepiernas rozándose entre las ropas.
—¡No Sasuke! Escúchame — intentando aguantar las lágrimas que amenazaban con salir — ¿Mi opinión no cuenta para ti?
Extrañado, el moreno le mira directamente a los ojos. ¿A qué venía eso?.
— Eres un completo dobe, claro que cuenta, pero como Sakura se entere….
Ocultando una lágrima que se le escapó al rubio, este mismo se tapó los ojos con la cara.
— Siempre dices eso… Haz ahora lo que quieras — respirando hondo, intentaría disfrutar de otra noche con Sasuke lo máximo posible. Otra vez volvió a caer en sus manos. El moreno siempre pensaba en su propio beneficio.
“Otra vez mi boca insensata….
vuelve a caer en tu piel,
vuelve a mi tu boca y provoca,
Vuelvo a caer, de tu pecho
a tu par de pies.
Labios compartidos,
labios divididos mi amor,
ya no puedo compartir tus labios”
Era por la mañana, otro día más, y el rubio salió a comprar, necesitaba despejarse y olvidar por un momento el hecho de que para Sasuke es un juguete sexual y nada más; pero por desgracia, el destino no estaba de su lado.
Al girar en la esquina, vio al moreno, besarse con Sakura, de la misma manera que le besaba a él; con una mano en la cintura rodeándola por completo, y la otra acariciando la mejilla.
A la chica se la veía disfrutar de ese beso y Sasuke parecía sonreír. El pobre rubio quería morirse, si ni siquiera puede imaginarse a Sasuke besándose con ella, cómo soportar verlo con sus propios ojos. No se dio cuenta cuando los ojos comenzaron a traicionarle y dejaron que las lágrimas brotaran. Siempre era el segundo para el mayor, siempre tenía que esperar. ¿Por qué Sasuke le hacía eso?, ¿era una venganza?, si así fuera, ¿venganza de qué? Es incomprensible y eso destrozaba al rubio.
“Que comparto el engaño,
y comparto mis días, y el dolor…
Ya no puedo compartir tus labios,
Oh amor…. Oh amor…. compartido”
Naruto salió corriendo entre llantos y volvió a su casa, no quería salir, Sasuke no se le quitaba de la cabeza. Esta tarde iba a celebrar una fiesta en casa, va a disfrutarlo y no iba a permitir que Sasuke le estropease esa noche, va a beber hasta desmayarse para así, olvidar todo, a ver si lo consigue esta vez.
“Amor mutante…
Amigos con derecho y sin derecho
de tenerte siempre,
y siempre tengo que esperar paciente
el pedazo que me toca de ti…”
Ya estaban todos en la fiesta, y ni rastro de que el moreno haya ido, eso le hacía feliz al rubio. Copa tras copa, el joven de piel tostada se desenfrenaba más. Estuvo todo el tiempo que pudo hablando, riendo y sonriendo, con sus amigos, hacía tanto tiempo que el rubio no se divertía así. Pero de nuevo el destino se la jugó. Mientras reía bebiendo de su copa, vio como entraba una melena morena que se dirigía a él. Naruto no quería hablar ni nada ahora con Sasuke, así que se fue corriendo al baño.
El moreno lo vio, y molesto por la actitud del rubio fue prácticamente corriendo al baño.
— ¡Ábreme! — exigía el mayor golpeando la puerta.
— ¡Déjame teme! No quiero hablar contigo — decía Naruto sentado en el suelo.
— No me voy hasta que no me abras — el tono de voz de Sasuke era serio, no lo decía en broma.
— Pues pásalo bien…. — el rubio no sabía qué hacer. ¿Abrir a Sasuke y caer en sus redes otra vez para sufrir? En su interior se estaba produciendo una guerra entre el corazón y la cabeza.
Pasaban los minutos, y solo una puerta les separaba, la gente se iba yendo y ellos continuaban quietos, pensativos, al final sólo ellos dos se quedaron en la casa. El moreno ya se estaba cansando de todo eso, pero por su orgullo no iba a incumplir lo que dijo., se quedaría hasta que Naruto le abriese.
El joven rubio se estaba muriendo de hambre, no lo pudo evitar y abrió la puerta, pero no le dirigía ni una palabra al moreno que le seguía.
— Naruto, ¿a ti qué te pasa? — cogiéndole fuertemente el brazo del joven de piel tostada. Hincaba los dedos en la piel de la rabia.
— ¡Suéltame! ¿Quieres saber qué pasa Sasuke? ¡Pasa que estoy muy cansado! ¡Cansado de ser tu juguete, tu secreto, tu objeto sexual, tu escape! Ser tu amante me está consumiendo, no puedo soportarlo más — no lo pudo evitar, Naruto se derrumbó, sus piernas le traicionaron y cayó al suelo de rodillas mientras lloraba sin consuelo. Que rabia le daba que Sasuke le viera así, tan débil.
El moreno aprovechó para abrazarle con fuerza y comerle a besos al rubio.
— No… Sasuke no por favor…
— Shhh…. Naruto cálmate… — Sasuke seguía comiéndole la boca, lamiéndole los labios, la lengua, provocando que el rubio vuelva a inundarse en el placer de la sensación que le provocaba, otra vez y otra noche más, ha vuelto a caer en brazos de ese lobo con piel de oveja. Otra noche que será torturado por el placer y la necesidad de tener ese cuerpo sólo para él
“Relámpagos de alcohol
Las voces solas
lloran en el sol
Mi boca en llamas torturada
te desnudas ángel-hada.
Luego te vas
Otra vez mi boca insensata,
vuelve a caer, en tu piel de miel.
Vuelve a mí tu boca, duele.
Vuelvo a caer, de tu pecho
a tu par de pies.
Labios compartidos,
labios divididos, mi amor.
Yo no puedo compartir tus labios
Que comparto el engaño
y comparto mis días, y el dolor
ya no puedo compartir tus labios…”
Tal vez no ahora, pero pronto, pronto Naruto será capaz de dejar a Sasuke para y que sea él el que le siga como un perro. Pero ahora, necesitaba sentirle a su lado.
Por su lado, Sasuke pensaba en el comportamiento de Naruto, creer que iba a irse de su lado, le destrozaba. Quería pensar en cómo sería todo si pudiera dejar a Sakura, y así tener siempre al rubito que tan loco le volvía, pero el miedo a lo que lo que la gente piense, no podía manchar el apellido Uchiha. Cambiará poco a poco, esta noche, por ejemplo, no se iría, para así cuando abra los ojos ver al pequeño rubio con bigotes.
“…Que me parta un rayo,
que me entierre el olvido, mi amor.
Pero no puedo más,
compartir tus labios,
compartir tus besos,
labios compartidos.
Te amo con toda mi fe sin medida,
te amo aunque estés compartida,
tus labios tienen el control.
Te amo con toda mi fe sin medida,
te amo aunque estés compartida,
Y sigues tú con el control”