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Palabras (HunHan) por Macaco

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Notas del capitulo:

Yeeeeey sus RW me alegraron, aunque yo no soy el que escribo es mi amiga y se motiva con sus comentarios *-* 

Decidí abrir la puerta de una vez. Agarré con fuerza la sabana, tomé el picaporte y lo giré... Lentamente fui abriendo la puerta y...
y...
Y grité como todo macho habría gritado en mi situación. De manera aguda, cubriéndome la cara con la sabana y cerrando fuertemente los ojos. Grité tanto que todo el edificio y los alrededores se enteraron de que Oh Se Hun no es chico adulto de 18 años, si no que es una colegiala de 12 años.

-Ay Sehun, ¿te asusté?, disculpa- Creo que no había parado de gritar en ningún momento, no hasta que habló y reconocí quién era.
Era uno de los chicos del personal del hotel, ¿y qué si me había asustado? ¡SÍ! Tenía una mascara de esas que se usan por seguridad, al momento de soldar o cortar algo, y una sierra en la mano. Parecía Jason Voorhees.
No sé cómo pretendía no asustarme, apareciéndose así una noche de lluvia, en la que no hay energía en todo el edificio. Solté la sabana, e intenté calmarme, pero no me irrigaba sangre al cuerpo, sentía que me iba a desmayar en ese momento.

Giré la cabeza hacia la derecha, allí estaba Luhan en la puerta de su departamento. Con la cara ardiendo en rojo, y aguantándose la risa. Excelente Sehun, acabas de demostrarle a alguien a quien querías proteger, que no te puedes proteger ni a ti mismo, porque eres un miedoso.
Me sonrojé hasta las orejas, y volví la vista al chico antes mencionado, el de la sierra y Jason...

-Vine a avisar que no habrá energía por una hora, hora y media- Soltó -Estábamos arreglando un poste de luz, y algo salió mal. Rompimos una extensión de cable, pero, ya lo arreglaremos- ¿Una hora? ¿UNA HORA O HORA Y MEDIA SIN LUZ? ¿CON LA HORRIBLE TORMENTA QUE HABÍA AFUERA? Empezó a cundir el pánico, iba a morir de un paro cardíaco, sin duda alguna.

-Era eso solo, ¡Lamento haberte asustado Sehun!, No era mi intención. Hasta luego- Se despidió de mi, y miró a la derecha -Hasta luego, vecino nuevo el cual no sé el nombre- Rió
-Luhan- Hablé sin pensar, lo dije sin pensar, pero no pareció molestarle a Luhan. Nos despedimos de él.

-Am, ¿Sehun?- Su dulce voz me interrumpió mientras iba a entrar a mi departamento -¿Estás bien? Te ves algo pálido y estás temblando- Oh genial, todavía seguía pálido gracias al susto.
-Creo, creo que sí- Reí -Siempre fui algo miedoso- Aunque no se lo confesara, era algo muy obvio
-Si te hace sentir mejor, yo también tengo miedo- Se sonrojó -Si quieres... podemos quedarnos en mi departamento, durante esta hora, para no tener tanto miedo-
¿HABÍA MUERTO POR EL SUSTO? ¡Porque estaba en el cielo! Creo que dejé de estar pálido, para pasar a morado, a un arcoíris, y a rojo. Asentí tímidamente, y ambos entramos a su departamento.

Uno muy hermoso. Todos los departamentos eran iguales en estructura, pero este chico sabía cómo decorar y hacerlo parecer único.
Largas cortinas blancas, que contrastaban con el color crema de las paredes, la cocina bien organizada, unas velas sobre la mesa alta y negra del comedor. Se podía ver la habitación desde una puerta entreabierta, con una cama con sabanas negras y blancas, y a un costado... el espejo rosa, ese que me hizo creer que tendría una vecina. Y al final, me llevé una gran sorpresa.

-Lo siento, está algo desordenado...- ¿Desordenado? Este chico no conoce mi casa. Puedes encontrar ropa hasta dentro del horno. -Preparé algo de ramen, ¿Quieres?- El ruido de mi estómago me delató por completo, no había cenado, y el olor de esa sopa me estaba volviendo loco.

Luhan sirvió dos platos, y se sentó frente a mi. Parecía una velada romántica. Las velas sobre la mesa, las sillas enfrentadas, la lluvia, todo era hermoso.
-Lamento... ahm, haber gritado antes- Luhan prácticamente se ahogó con lo que estaba comiendo, y empezó a reír. Se estaba riendo de mi, en mi maldita cara.
-Ay Sehun, deberías haber visto tu cara, estabas espantado- Seguía riendo, estaba realmente tentado. Y aunque se riera de mi, era demasiado tierno como para enojarme, así que me dejé llevar, y comencé a reírme con él. -Fue adorable- Soltó, mientras tomaba algo de agua para calmar la risa

Me había dicho que fue adorable. Indirectamente, me había dicho adorable.
Estaba en el paraíso, siendo abrazado por miles de ángeles con su dulce cara. Volví mi vista al plato, y comencé a comer más rápido, tratando de no sonrojarme mucho y dejar en evidencia que en este momento, lo que más quiero, es abrazarlo y besarlo.

Me levanté y llevé los platos a la pileta, logrando que Luhan me gritara que él los lavaría, que no me preocupará. Igualmente seguí con lo mio, fregando el primer plato.

Sentí una mano sacudirme el pelo; Algo humedo y suave, dulce, en la mejilla...

Me había besado. Me había besado la puta mejilla. Mis ojos se abrieron aún más, mis pupilas se dilataron, y mi boca se entreabrió un poco.
-Gracias por ayudarme hoy Sehun, eres muy amable- Me acomodó dulcemente el cabello.
Me estaba volviendo loco. Me besa la mejilla, me agradece, me sacude los pelos, y me sacude el mundo.
-E-e-h-m- Balbuceé, no tenía palabras, tenía la mente completamente en blanco -No, no, no hay proble-ble-ma Luhan- Bajé la mirada a los platos, los cuáles ya había fregado unas 60 veces, y en cualquier momento se volvían translucidos y finos como papel.

Fregué y sequé todo, los platos, los vasos, la olla, casi le limpio toda la casa (Más limpia de lo que está).
Luhan llego al punto de casi suplicarme que pare de lavar, que él lo haría y yo era su invitado, no debía hacerlo. No me molestaba lavar, y tampoco quería dejar de hacerlo; Si dejaba de hacerlo, seguramente se volvería una situación algo rara, donde estaríamos sentados uno frente al otro, cruzando miradas y logrando que me sonroje.

Me di vuelta secándome las manos con un trapo que estaba allí, y lo vi a Luhan sentado en un almohadón frente a la ventana del balcón.
Las retinas son unas buenas cámaras, algunas imágenes quedan grabadas para siempre, pero amaría tener mi camára en este momento.

Tenerla y poder retratar este hermoso escenario; Luhan con una pacifica expresión sobre su rostro, mirando como las gotas de agua se deslizaban lentamente por el vidrio, y ladeando su cabeza con pesadez y cansancio.

-Hun, ¿Te vas a quedar allí parado toda la noche?- Me sonrió, mientras palmeaba otro almohadón, a su lado, invitándome a sentarme. -Oh, esto... disculpa, creo que tomé mucha confianza como para decirte Hun, disculpa- Rió
-N-n-o hay problema Luhan, después de todo, eres mi hyung- Le sonreí, solo asintió con una sonrisa en su rostro y volvió la vista al vidrio
-Es hermoso...- Interrumpí el silencio, traté de sacar un tema de conversación, ALGO
-¿Eh?- Luhan estaba en otro mundo, mirando a la ventana y hundido en sus pensamientos
-Que es hermoso ver la lluvia caer- Insistí
-Sí, sí lo es... Sehun...-Se giró para poder mirarme -Gracias por todo, por ser una persona tan amable- Soltó y miró al piso
-Sabes... No tengo a nadie aquí en Corea, solo a un amigo, y no puedo vivir aferrado a él- Su voz comenzó a quebrarse -A veces creo que en serio, no tengo a nadie, en ningún lado. Por eso... Gracias, en serio...-Vi una lagrima deslizarse en su rostro. Una SIMPLE lagrima que me partió el corazón y el alma en miles de ínfimos pedacitos.

-Luhan, no llores... Por favor- Le supliqué, tenía que hacerlo, si no dejaba de llorar, iba a soltar que pensaba en él todo el día y que quería protegerlo o cosas así.
El llanto de alguien es algo que realmente me debilita, incluso siendo alguien catalogado como 'frío'. No es que lo sea todo el tiempo, no soy así siempre, simplemente es algo que me ayuda a protegerme, evitar ser lastimado. Actuar como si nada mi importara, sin sentimiento alguno.
-No creas que no tienes a nadie, siempre que necesites algo, estará tu vecino miedoso tratando de ayudar- Luhan levantó la cabeza, y se secó un poco los ojos con el puño de su remera, ambos nos reímos -Y no des tanto las gracias, está bien- Sus ojos se volvieron a aguar ¿QUÉ HABÍA DICHO MAL? Me iba a golpear en la cara yo mismo.
-Graci.- Se interrumpió -Perdona- Rió

Hablamos por un rato más sobre varias cosas, cosas que incluían algunas preguntas sobre Corea y su lenguaje, sobretodo porque lo llamé 'hyung', y él no conocía aquel término.
Le prestaba atención, sí, y mucha. Pero no podía evitar pensar en que seriamente quiero protegerlo, cuidarlo, estar ahí con él para siempre. No podía imaginar qué tan horrible puede ser estar en un país diferente al que viviste en toda tu vida, conociendo a una o dos personas, sin entender el idioma a la perfección, extrañando a tu familia y viviendo solo. Se sentía como una pesadilla, pero despierto.

La energía nunca volvió a la hora, puesto que estoy seguro de que hablamos más de 2 o 3 horas. No recuerdo exactamente cuando me dormí, pero sé que estaba demasiado cansado, y al parecer... Luhan también.

Abrí los ojos, y a mi derecha estaba Luhan, con la cabeza apoyada en el suelo, en posición fetal, hecho un bollito. Tenía los ojos suavemente cerrados, la boca entreabierta, las manos cruzadas sobre el pecho, moviéndose al ritmo de los suspiros que daba.
Paz, paz era lo único que sentía en ese momento. Era como ver a un pequeño bebé dormir, de forma pacifica y calma.
Lo vi removerse un poco y supuse que se había también había despertado, pero no fue eso, si no que tenía frío e intentaba cubrirse con su misma ropa.
Me levanté a buscar una colcha, sabana, algo... No era mi casa y no sabía donde podría encontrar alguna cosa para taparlo. Después de llevarme por delante muchos muebles y casi romper un florero, encontré una pequeña manta...

Le acomodé la cabeza, poniendo un almohadón bajo esta para que no le doliera el cuello, y lo terminé de tapar con la manta. A mi parecer, la manta no era suficiente abrigo, y como no quería romper algo, lo tapé también con mi campera.
Oh Dios, qué escena más... más ridículamente cursi y melosa. Pero increíblemente tierna. Él durmiendo con un aura de paz, abrazando mi campera, y respirando dulcemente.

Caminé entre toda la oscuridad, tratando de no llevarme un mueble por delante, y llegué a la puerta del departamento. Acaricié toda la pared, intentando dar con la puerta y el picaporte, hasta que finalmente lo encontré y pude salir.
Miré hacia afuera por las ventanas del edificio, y parecía ser de madrugada, ya que el sol comenzaba a ponerse y el cielo tenía restos de un color violeta.

Nunca miré la hora, sólo entré a mi casa y me fui directo a la cama a dormir un rato más, aún estaba cansado...

~

Mi celular sonó una y otra vez, de manera molesta e incansable. Lo busqué sobre la mesa de noche que hay al lado de mi cama, dónde siempre lo dejo. Pero esta vez, le erré a la mesa completamente, y caí al suelo.
Volvió a sonar, y mientras me levantaba sosteniéndome de las sabanas, lo encontré bajo mi almohada.
-¿Hola?- Apenas podía hablar, recién me levantaba y tenía la garganta reseca. Solo escuché unos sonidos raros del otro lado, y muchas palabras que no lograba entender puesto a la velocidad con la que las decían.
-¡OH SEHUN TE LLAMÉ MIL VECES! ¿¡CUÁNDO VA A SER EL DÍA QUE TU LLAMES A TU OMMA!?- Mi madre. Mami, mamá, omma. Despertándome un Domingo a los gritos, me sentí como en casa.
-Omma~ Estaba durmiendo, perdona. ¿Cómo estás?- Tenía razón, casi nunca la llamaba. A veces no tenía el tiempo, y a veces me olvidaba. Pero aún así, ella tiene bien presente que la amo.
-¿Durmiendo? Hunnie, son las 2 de la tarde, ¿Qué haces durmiendo a esta hora?- LAS DOS DE QUÉ. Wow, había dormido mucho
-Ahm...- Suspiré -Nada, simplemente me acosté tarde anoche...-
-¿Hunnie salió, eh?- La escuché reír un poco. Salir, salí. A la puerta de mi departamento, y después a la puerta del vecino. -Te llamaba para preguntarte por la fiesta de Año Nuevo, vendrás, ¿Verdad?-
-Si Omma, obviamente iré. Tal vez te vaya a visitar incluso antes- Llevaba tiempo sin verla, y la extrañaba un poco
-Oh, gracias Hunnie~, ahora tengo que colgar, Te amo mucho hijo-
-Yo también te amo Omma-

Colgué el teléfono, me dispusé a empezar el día tomando una ducha. Y... ¡No pude!
Ya había abierto la canilla de la ducha, y me estaba comenzando a sacar la remera, cuando sonó el timbre.
Salí del baño, y me dirigí a abrir la puerta, para luego poder bañarme en paz.

Y allí estaba mi vecino. Con mi campera, y un libro en las manos.
-Buenas tardes Hun- Me sonrió -Sólo venía a devolverte tu campera y... este libro-
Me tendió la mano con ambas cosas, campera y un libro de... ¿Biología? ¿Qué carajos?
-Ayer lo olvidé por completo, ya sabes... por lo del corte de energía y eso- Masculló, mirando al suelo -Tus amigos olvidaron el libro en la cafetería, así que lo guardé para devolverlo-
-Oh, gracias Luhan, fuiste muy amable- Le regalé una sonrisa, tomando el libro
-No hay problema, hasta luego- Nos despedimos, y procedí a cerrar la puerta.

Volví al baño, para finalmente tomar una ducha e ir a la casa de Kai para llevarle el libro. Al fin y al cabo, era Domingo y no iba a hacer nada. Tal vez ir de Kai un rato, me sacaría el aburrimiento.

~
Llegué a su departamento sin avisarle nada. Nunca le avisaba, somos mejores amigos, casi hermanos. Nunca nos avisamos nada, incluso pensamos en hacer copias de las llaves de nuestros departamentos para cada uno. En fin... Volviendo a que llevo unos 5 minutos en la puerta, golpeando y tocando el timbre.

Una vez, dos veces, tres veces... diez veces. ¿No estaba en la casa? ¿Estaría con... alguien? ¿Murió?
Jongin.
Atiende.
El.
Puto.
Timbre.

Notas finales:

Pues espero y les haya gustado *-* Qué creen que haga el descarado de Kai :o Estara muerto? Con alguien? No esta? Esta muy dormido? Enfermo? :o 


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