¿Conocen aquella leyenda del hilo rojo?
No creía en tal cosa como el destino, pero aparentemente, ambos sosteníamos un hilo rojo en nuestras manos.
La leyenda cuenta que el hilo rojo conecta a aquellos que están destinados a encontrarse, sin importar tiempo, lugar o circunstancias. El hilo se puede tensar o contraerse, pero jamás se romperá.
Tal vez estaba siendo algo delirante al pensar eso, pero es lo que siento en este momento.
Soy su nuevo vecino, no puedo desmayarme ahora, ¿Verdad?. Debería dejar una buena impresión, e huir de nuevo a mi departamento.
Lo que tenía frente a mis ojos, era algo poco creíble, ¿Cuántas posibilidades tienes de que te suceda esto en la vida? Supongo que una en un millón.
Todo era poco creíble, desde su cabeza, su cara, hasta la punta de los pies, y sobretodo, lo que llevaba puesto.
Mi cerebro estaba a punto de partirse en dos, logrando que me tire al suelo y escupa espuma por la boca. No me salían las palabras, y estaba allí frente a él, perplejo y sin emitir sonido alguno.
¿Esto era una broma? ¿Era un sueño?, me pellizqué para comprobarlo. No, no lo era, estaba despierto y eso me había dolido.
-¿Estás bien?- Escuché esa angelical voz, mientras veía una mano pasar por el frente de mi cara. Intentaba darse cuenta si yo seguía vivo o no.
-Estoy bien- Logré balbucear dos palabras, era un pequeño progreso. Dejó de sacudir su mano, y me miró, esperando que diga algo más. -Um, escuché un golpe, y me preocupó que pasara algo, ¿Estás bien?- Más palabras, ¡Bien Sehun!
-Sí, está todo bien- Sonrió -Solo se cayó una de las cajas de allí, por la mudanza- Señaló a dentro de su departamento, y me extendió la mano -Soy nuevo aquí, me llamo Luhan-
Sé como te llamas, me lo dijiste hoy en la cafetería.
Probablemente vio a mucha gente como para acordarse de mi cara, y parece estar algo dormido. No deja de frotarse los ojos, y lleva un pijama puesto. Uno muy tierno por cierto, de color azul cielo, y con pequeños ositos en la remera.
-Oh, ¿Quieres que te ayude a levantarla?- Nego con la cabeza, y me dijo que él podía sólo.
-Mi nombre es Sehun, soy tu vecino- Le sonreí, y él me devolvió la sonrisa. Sí, ahora estaba viviendo a su lado.
Sentí que lo estaba siguiendo todo el tiempo, pero esto no era mi culpa.
Yo me vivo aquí desde antes. Técnicamente, el tiene la culpa.
¿CULPA DE QUÉ HUN? No creo que sepa quién eres, no existe una culpa aquí
-Entonces, si no pasó nada... Vuelvo a mi departamento- Luhan me agradeció que me haya preocupado, y nos deseamos buenas noches.
¿Cómo iba a dormir después de tal sorpresa?, No tengo idea. Mucho no podía hacer, ahora el era mi vecino, e iba a tener la oportunidad de conocerlo. Tal vez, esto era bueno, no todo tendría que salir mal.
~
Pensé en consultarlo con la almohada, la cual no me contestó, así que lo tomé como un 'Arréglate solo con tus problemas, pedazo de idiota'.
Estuve casi toda la madrugada despierto, pensando en todas las veces que había cometido errores y la había cagado con algunas personas por portarme como imbécil, aunque eso no tendría porqué volver a pasar. 18 años no son una larga vida llena de experiencia, pero sirven de algo para madurar y cambiar ciertos aspectos en mi personalidad. La última vez que miré el reloj marcaba las 4 am, creo que en ese momento me dormí.
Me desperté en el suelo. Por lo visto, mi madre no mentía cuando dijo que me movía mucho al dormir.
Tomé una ducha, y busqué algo para desayunar antes de comenzar con mi rutina del día sábado. Abrí uno de los muebles, y sólo encontré sopa instantánea, más sopa instantánea, y más sopa instantánea ¿No comía otra cosa?, aish
Encontré unos panes y mermelada; tostadas y jugo de naranja. Seguramente compraré algo luego, un bubble tea por ejemplo.
Un bubble tea. Y recordé todo.
No tenía memoria a corto plazo, pero cuando me levanté, no recordaba estar viviendo junto a un ángel. ¿Estará despierto? ¿Querrá desayunar? No sé cocinar, pero podría aprender.
Intenté escuchar a través de la pared, y no se escuchaba nada, seguro dormía placidamente. El solo imaginarlo durmiendo, me daban ganas de correr hacia su cama y dormir a su lado.
El reloj marcaba las 10, y yo ya debía irme. Era sábado, pero tenía curso de fotografía. Había entrado hace unos meses porque realmente me interesa y me gusta, elegí los sábados porque aún no me graduo, y tengo algunas cosas que hacer para la escuela.
Levantarme temprano un sábado era algo molesto, pero debía hacerlo, la molestía disminuía al estar junto a la cámara.
Tomé esa amada cámara junto a su estuche, mi celular, las llaves del departamento, y salí casi corriendo.
No creo que pueda soportar otra sorpresa así, voy a desfallecer. Allí, junto a mi puerta y casi a mi mismo ritmo, salía mi vecino. Mi querido vecino.
Actúa normal Sehun, normal. No es nada raro, es tu vecino -Buenos días- Ambos sonreímos. Es tu vecino, al que seguiste ayer quién sabe a dónde.
No puedo actuar normal. Tomé mi celular y finjí estar hablando con alguien, ni yo sé con quién. Una muy mala idea, ya que mi madre llamó unos segundos después, haciendo que el celular sonara.
-Sí omma, estoy bien, no te preocupes- Mi cara ardía en rojo, y podía ver que Luhan se reía un poco por lo bajo. Decidí huír de allí, me fui hablando por celular y saludando a mi, ahora, vecino
¿Qué hace un ángel a esta hora? No creo que hoy comience su turno a este horario, capaz iba a seguir con la mudanza.
-SI OMMA! Estoy bien, aish. Te llamo después, te amo- Mi omma, mamá, mami. Vivía preocupada por mi, y aunque la entendiera , a veces se me hacía algo irritante.
Caminé un par de calles hasta aquella escuela. Era una escuela de artes y diseño, una muy bella. Enseñan desde fotografía, hasta algo de modelaje, pasando por los distintos sectores del arte; Ya sea música, pintura, teatro, entre otros.
Tiene un gran y hermoso parque, donde a veces paso el rato, o saco alguna que otra foto. Pero ahora no tengo tiempo de parar a describirlo en detalle, o a darle de comer a unos pajaritos. Ahora estoy llegando tarde a clases, y mi profesor me matará.
Diez minutos después del horario límite no era tanto, ¿Verdad?. Sí, sí era, me matará.
Apenas entré al salón, allí al frente, explicando varias cosas sobre los ángulos al posicionar la cámara, se encontraba mi profesor. Un profesor del cuál no sabíamos mucho, y tampoco debíamos saberlo, ¿no?. Creo que con saber; nombre, apellido, y edad. Nos bastaba a todos.
Lee Donghae, 26/27 años. No lo recuerdo exactamente, no es que lo vea todos los días y deba recordarlo. Su apariencia tampoco ayuda, aparenta muchos años menos de los que tiene. En fin...
-Llegas tarde Oh Sehun.-Apenas entré al salón de clases, lo vi dejar de explicar, acomodar sus lentes y hablarme. Un tono muy pacifico, pensé que me mataría delante de todos.
Hice un ángulo de 90° grados para saludar al profesor y a toda la clase, quiénes me miraban como si hubiera asesinado a alguien. ¡Solo llegué tarde, no es nada fuera de lo normal! Aishh, esta gente exagera demasiado.
La clase duró una hora, como siempre. Aunque duró mucho menos para mi y mi lentitud.
Salí a ese hermoso y enorme parque que mencioné antes; Mires donde mires, está lleno de verde, solo resaltan unas flores esparcidas por todo el parque. Unas pequeñas flores blancas, aunque con un degrade rosado. Había escuchado que eran 'Flores de Cerezo Japonés' o 'Sakuras'.
Me senté a descansar en un banco, un banco que se encuentra junto a una gran fuente, la cual tiene forma de ángel. El ángel tiene una jarra en las manos, y de allí cae el agua.
Forma de ángel... como mi ángel... Había caído en un pequeño trance del cual, una voz grave y firme, me sacó
-¡Hun! Creí que te habías ido, no sabía que te gustaba estar aquí. Es un lugar calmo, justo para descansar- Y allí estaba el dueño de esa voz.
Mi hyung mayor que yo por 4 años, lo conocí en este mismo parque, la primer tarde que estuve aquí, creo que solo me habló porque me veía muy solo. Con el tiempo, nos hicimos amigos, aunque no nos veíamos muy seguido.
Volviendo a él, y como ya había dicho, es una escuela de arte y él está aquí estudiando música, rap más específicamente. Un chico muy alto (Casi como Chanyeol, una jirafa más), de cabello rubio medio largo, siempre tiene expresión seria y a veces amarga, pero al final es simpático.
Kris, YiFan, Kevin. Tiene miles de nombres, ya que es un 'chino-canadiense' viviendo en Sur Corea.
Hablamos por un rato sobre las flores, de lo lindo que era ese parque, y terminamos hablando sobre qué haríamos por la noche...
¿Qué hará Oh Sehun un sábado por la noche? Algo predecible, como siempre, nada.
Mi celular sonó. Era alguien que rara vez me llamaba, siempre era yo el que lo llamaba.
-Kris, debo atender, lo siento.- Solté antes de atender, saludando
-Ya me iba, ¡Hasta luego Hun!- Y eso hizo, se fue por el largo camino desde el parque, hasta la entrada de la escuela, tomando una de las flores y llevándola en la mano.
~
-Jongin, nunca me llamas, ¿Qué sucede? ¿Te quedaste sin remeras de nuevo?- Recuerdo esa vez que me llevó al centro comercial con esa excusa, esa estúpida excusa que simplemente acepté, ese día lleve montones y montones de bolsas.
-¡Hun, no seas tan malo conmigo!- Rió -Sólo me preguntaba si querías venir al centro comercial...- ¿Al centro comercial? HAHAHAHAHAHA no.
-Aigo Kai, ¿Para qué? En serio te quedaste sin remeras.- Volvió a reír
-No, aún tengo remeras- Tienes, pero nunca las usas. Siempre que voy a su casa, está sin remera, invierno o verano. ¿Es un hombre lobo o algo así?
-Quería ir a alguna cafetería, a estudiar. Ya sabes, estudiar en un lugar diferente, no siempre en casa- No contesté nada -Y también te debo un bubble tea, por haberte arrastrado lejos aquel día- Se excusó.
Sí, lo recuerdo Kai, aquel día me arrastraste lejos. Y porque no estabas allí para acompañarme a mi casa, terminé siguiendo a un chico hasta una ciudad completamente desconocida.
Fue el día donde conocí a Luhan, así que no me arrepiento sobre haberte acompañado.
-¿A qué hora?- Pregunté, y logré escuchar a Kai "festejando" del otro lado. No le gustaba estar solo, si podía estar con alguien, lo aprovechaba.
-¿Media hora está bien?- 'Ajam', fue lo único que contesté, media hora estaba bien. Al fin y al cabo, no iba a hacer nada en todo el día, y ya estaba despierto desde temprano.
Estaba en la puerta del centro comercial, hacia media hora. Media hora más de la que Kai había dicho. Mejor que tenga una buena excusa o de lo contrario morirá joven.
-Lo siento, lo siento, lo siento- Era lo único que escuchaba de su boca, como si él supiera que moriría joven
-¡YAH!- Paró de hablar, y comenzó a explicarme por qué llegó tarde. Recuerda... Una buena excusa Jongin, o morirás.
-Entonces, llegué tarde porque tuve que pasar por su casa antes.- ¿La casa de quién? ¿De quién carajo hablas Kai?
-Ah, perdona. Sehun, el es Kyungsoo-
Un chico se caminó unos pasos, y apareció por detrás de su espalda. ¿Estuvo ahí todo el tiempo?
Bajito, de pelo oscuro, un par de ojos grandes (Admito que me daban un poco de miedo) y actitud bastante tímida. Lo saludé, me saludó, y volvió su vista al piso.
-Él es un amigo que conocí hace poco- Le levantó la cara, tomándolo del mentón -Me ayudará a estudiar- Sonrió, logrando que el más bajo se sonrojara y asintiera nerviosamente
A Kai no le gustaba estar solo, y por eso me llamó a mi. Pero, ¿Este chico? ¿Él no existía?, Aigoo Jongin, aigoo...
Buscamos una cafetería dentro del centro comercial, por lo que aproveché la oportunidad, y sugerí aquella de la vez pasada. 'Mouse Rabbit', o algo así. Aquella donde conocí a Luhan.
Ambos aceptaron, aunque el liliputiense no decía una palabra, solo miraba al piso y asentía. Es introvertido y tímido, pero al parecer, se llevaba bastante bien con Kai.
No quedaba muy lejos, así que nos tomó solo unos minutos para llegar a la cafetería.
Nos sentamos en una mesa para cuatro, una bajita y con pequeños sillones...
-Entonces... ¿Quién va a pedir lo que tomaremos?- Preguntó Kai, con una cara que claramente decía 'No yo'. Crucé miradas con Kyungsoo (No puedo decirle liliputiense todo el tiempo, para algo tiene un nombre)
-Yo iré...- Bufé.
No, no me molestaba para nada, aunque no había visto a Luhan en el mostrador. Por lo que supuse que tal vez, no estaba. Aunque, era cuestión de ir.
3 Bubble Teas de frutilla. No olvides eso Sehun.
Me acerqué al mostrador, y me apoyé allí, esperando a alguno de los meseros, ya que no había nadie allí atendiendo. Era cuestión de ir, y no estaba equivocado.
-¿Qué desea.- Se interrumpió -Oh, tu eres Sehun ¿Verdad? Mi vecino- Recordó mi nombre, ¡SABE MI NOMBRE! Creo que tengo una sonrisa que me parte la cara en dos
-Ajam, sí... Soy tu vecino- Le sonreí (Aún más) -Luhan ¿No?- Debí preguntar, debí hacer como si no supiera nada. No podía dejar al descubierto que casi vivo con su nombre grabado en mi mente. Asintió y tomó mi orden, con una hermosa sonrisa.
-¡Sehun, tu orden ya está lista!- Estaba a unos pasos, podría hacerme señas o lo que sea, pero aún así me gritaba. No me importaba, era mi nombre, y él lo gritaba.
-Gracias Luhan- Estaba sacando la billetera, para pagar, y tomar la bandeja, cuando el pequeño ángel habló
-Ummm, ¿Sehun?- Me preguntó, bajando un poco la cabeza y enrojeciendo sus mejillas
-¿Sí?- Contesté, sorprendido, dejando que mi billetera caiga al suelo accidentalmente
-¿Podría pedirte un favor?-