Cinco minutos, solo cinco minutos debía esperar para volver a verle. Se removió inquieto en aquella malgastada silla de mimbre mientras observaba con expectación el exterior. El ambiente se llenó de un momento a otro con un fuerte olor a café, mientras, se oía la suave música de un grupo tailandés con claras influencias británicas.
Siwon siempre se consideró un hombre de bien; era un fiel creyente, iba a misa con regularidad, ayudaba a su prójimo y nunca se había negado a entregar ayuda a quien la necesitase. Sus defectos eran muchos –según él- pero el peor de todos era su cobardía. Llevaba exactamente seis meses con catorce días observando a una persona que ni siquiera sabía de su existencia, nunca se atrevió a salir de aquel café y hablar con él, era aberrante de solo pensarlo. Una de las principales razones del porque no le había hablado era porque físicamente no eran compatibles, sus padres le habían dejado aquello muy claro: “Un hombre no se puede enamorar de otro, Dios creó al hombre y a la mujer por algo.” Un pensamiento que hasta la iglesia compartía, nunca se atrevería a contradecirlo o ponerlo siquiera a prueba, pero aquel chico… aquel chico era su excepción para todo. Sabía que se había enamorado a primera vista, ya que había experimentado ese sentimiento en menor medida con su primera novia, pero aún no se atrevía a dar el primer paso.
-Siwon, el café está listo –Dijo una voz tras la cocina, aquel era un café bastante rustico y nunca entraban más de veinte personas al día, Siwon era de esos clientes frecuentes que tenían la confianza del dueño y podían hasta ellos mismos usar la cocina. El ambiente relajado era de las cosas que más le gustaban a siwon, era como estar en casa de los abuelos más humildes del planeta, donde te sirven té con leche y galletas recién horneadas. La persona que le había llamado con tanta familiaridad era su mejor amigo Lee Donghae, tenían una larga historia de la mejor amistad que se podría conseguir con alguna persona, Donghae sabía las necesidades de Siwon con solo una mirada y viceversa.
-Voy… -Contestó Siwon al llamado con algo de inseguridad, sacó cuidadosamente su celular de último modelo solo con el fin de ver la hora de una manera más precisa y se quedó en su lugar. Solo faltaba un minuto, solo un minuto y vería pasar al mundo completo frente a sus ojos, porque en eso se había convertido el desconocido, su mundo. Siwon trabajaba en una gran empresa, la había heredado de sus padres y nunca se atrevió a contradecir las decisiones de estos. A pesar de ser un hombre de grandes negocios, mantenía una actitud humilde y amable.
Observó nuevamente el celular bastante extrañado, estaba seguro que ya habían pasado dos minutos más de lo usual, comprobó al ver la pantalla de su Iphone que estaba en lo cierto, eran exactamente las seis con treinta y dos minutos. El cambio en su rostro fue progresivo, sus cejas se surcaron formando una expresión confusa para luego pasar a una completamente desolada, su corazón latió una lentitud dolorosa mientras que su estómago se contraía ante malos presagios. Su mente estaba llena de pensamientos confusos y contradictorios, aquel desconocido NUNCA había pasado por el lugar tarde, ni por un minuto. ¿Lo habrán atropellado? ¿Lo habrán asaltado? ¿Lo habrán empujado a un lugar solitario y violado? ¿Habrá tenido un mal día y se ha suicidado? ¿Lo habrán secuestrado? ¿Le habrán golpeado?... Esa y miles de suposiciones más rondaban su cabeza. Solo al sentir el crujir que pronunció la silla de mimbre al descansar de su peso le despabiló, se dio cuenta que se había levantado. En menos de un segundo una figura bastante conocida para él estaba allí, tratando de frenar sus pasos al colocar una humeante taza de café frente a él.
-No fuiste a buscarlo, así que vine a dejarlo… ¿Podrías dejar de darme trabajo extra? –Gruñó en forma de protesta su amigo de cabello castaño. Una oleada de culpabilidad le recorrió por completo, colocó su mano sobre el hombro del más bajo para dar una pequeña sonrisa, sonrisa que no se comparaba con las anteriores que irradiaban felicidad. Esto preocupó al castaño ¿Desde cuándo Choi Siwon daba sonrisas falsas?- ¿Qué es lo que sucede? ¿No ha pasado aún? ¿Pasó con su pareja? –Cuestionó con evidente preocupación. Donghae sabía absolutamente todo de Siwon, no era de sorprender que supiese también sobre el extraño y el efecto que producía en Siwon con su sola presencia.
-No… No ha pasado, lleva… -Un rápido vistazo a su celular le indicó que ya habían pasado casi diez minutos.- Nueve minutos de retraso… ¿Qué habrá pasado?... –Murmuró atormentado mientras observaba el exterior. No le importó ser exagerado con respecto a sus emociones, la ausencia de aquel extraño le era insoportable. ¿Cómo podría tener buenos días si no tenía la seguridad de ver a su mundo pasar por al menos tres segundos?
-¿No has pensado que tal vez está descansando?... ¿O de viaje? –Pronunció el castaño tratando de animar el estado del moreno. Nunca había visto aquella expresión en el rostro de su amigo y eso le hacía sentir inquieto. Dejó la taza de café en la mesa para llevar ambas manos hasta los hombros del fornido chico y palmearlas de manera amistosa.- No te desanimes, mañana lo podrás ver nuevamente… -El sonido de la campanilla le distrajo de la frase que estaba pronunciando. Se volteó a ver un tanto confundido a la puerta y no pudo ocultar su felicidad al ver allí al que era su pareja, un chico con un rostro singular al igual que su personalidad. Por un momento olvidó que se encontraba dando apoyo moral a su mejor amigo y corrió a abrazar al recién llegado.
Siwon no le dio mucha importancia, sabía de sobre manera que cuando Donghae veía a Hyukjae todo lo demás se desvanecía y solo eran ellos en el mundo. Secretamente envidiaba la relación que estos tenían, sin preocuparse del “qué dirán” ni de la moral, solo amándose eran felices. Volvió a tomar asiento y observó el exterior con expresión abatida mientras tomaba la taza aun humeante girándola entre sus grandes manos. ¿Podría dejar alguna vez la moral a un lado? ¿Podría dejar algún día todo de lado por estar con la persona que deseaba? ¿Podría dejar su vida por el amor?... Aun no encontraba respuesta a aquellas preguntas, pero tenía la esperanza que las encontraría pronto. Como si fuese en cámara lenta observó la figura de un chico alto, castaño y rostro aniñado corriendo hacia el café, la persona por la cual había pasado horribles minutos estaba entrando al café en esos minutos. El típico sonido de la campanilla anunció la obvia llegada del castaño, Siwon estaba de piedra observando fijamente al desconocido, se encontraba tan cerca que podía observar un pequeño e imperceptible lunar cercano a su ojo derecho, su cabello castaño alborotado por la carrera y sus labios entreabiertos buscando oxígeno. Sus ojos hicieron contacto por medio segundo, medio segundo que fue eterno para Siwon, aquel chico definitivamente era la reencarnación de un ángel. Una amplia sonrisa apareció en su rostro, una sonrisa feliz, la respuesta a sus preguntas había llegado con su sentimiento de querer entregar todo el universo a la persona frente a sí. Dejó la taza sobre el plato, se levantó sin dificultad de aquella vieja silla y avanzó con decisión hasta el castaño encarándole con ojos brillantes.
Había decidido enamorarse, había decidido dejar la moral a un lado, había decidido dejar su vida por aquel chico.
-Hola, mi nombre es Choi Siwon y estoy enamorado de ti… -Pronunció aquellas palabras con nerviosismo y valentía a la vez. Nunca en su vida se había declarado ni mucho menos, todas aquellas palabras habían sido solo un impulso para lograr entablar una conversación por el chico que robaba sus pensamientos. Lo que vio en el rostro pálido del más bajo no era precisamente una mirada confundida, si no, todo lo contrario.
-Un gusto, soy Cho Kyuhyun… Y ya sabía que estabas enamorado de mí, siempre supe que me observabas y como nunca te acercaste, vine yo en tu búsqueda… Eres muy lento –La risa de Kyuhyun parecía música a los oídos de Siwon, al igual que la voz de este. Cada segundo se convencía que era capaz de seguir hasta el mismo infierno al hermoso e irrespetuoso chico frente a si- Entonces… ¿Qué harás Choi Siwon?... ¿Me invitarás a tomar café o también tendré que hacerlo yo? –Cuestionó Kyuhyun ladeando con ligereza el rostro mientras que una peligrosa y astuta sonrisa aparecía en su rostro. ¿Podría ser aquello el comienzo de algo?, no estaba seguro, pero lo descubriría en ese preciso momento.