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Secret of the past por hikari shindou

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Notas del capitulo:

 ¡¡Waaaaa!! ¡Se va a crear el cielo! ¡Llover granizo! Jajajaja Ni yo me la creo que haya actualizado tan pronto. Esto es algo askhdfsai  jajaja No sé cómo describirlo. Ando mejor que la Thalía… ¡Arrasando!

Sin más preámbulos les dejo el capítulo dieciocho ¡Kyaaa!
Te adoro sister :*
Gracias a Fany por su apoyo, abajo te dejo una sorpresita ;)


¡¡Enjoy!!

“Secret of the past”
Capítulo dieciocho
Control
Hikari Shindou

 

Después del tremendo grito, Naruto se levantó de la cama, caminaba en círculos, con sus manos en su rubia cabellera ¿Cómo era posible que perdiera? Esto no estaba pasando, se suponía que el teme bastardo sería el perdedor, se suponía que él que debía estar sonriendo victorioso sería su persona y no el, ¡Se suponía que el que miraría con superioridad no sería Sasuke Uchiha! ¿Por qué el mundo era tan cruel? Estaba cien por ciento seguro que si no hubiera sido por el estruendoso sonido del celular el sería el vencedor ¿Por qué justo en ese momento tenía que hablar Itachi informándole que el chofer llegaría dentro de poco? ¡¿Por qué?! Por más que insistió al Uchiha la revancha este no accedió. No había salida. Dio su palabra y ahora tenía que cumplirla. Maldecía el tiempo en que abrió la boca y propuso semejante idiotez.

 

-          Ya resígnate dobe – Dijo divertido el azabache desde la cama. El aludido solo se dejó caer en el piso. Sentado en el frío suelo, sus ojos azules miraban al contrario con fastidio.

 

-          ¿Tengo otra opción? – Hablo frustrado el menor, tapándose la cara con sus manos – ¡Okey! – Grito elevando las manos al aire – Fue mi idea, ahora no me queda escapatoria: Lo haré. – Se recostó por completo en el piso de su habitación colocando sus manos entrelazadas sobre su estómago. – Solo me queda resolver ¿De dónde sacare la ropa de mujer?

 

-          Pídele ropa a tu prima – Propuso calmadamente el ojo oscuro

 

-          ¡Claro que no-dattebayo! Me bombardeara con preguntas, además su ropa no me quedaría porque ella es más alta.

 

-          Entonces ¿Qué te parece pedírsela a Sakura o Hinata? Tal vez algo de ellas te puede quedar.

 

-          ¡Qué vergüenza! – Volvió a cubrir su rostro – Si le explico la situación a Sakura no dudara en contárselo a Ino. Sé que Hinata no dirá nada pero….es demasiado penoso. Prefiero ir al centro comercial y comprar la ropa necesaria.

 

-          Si entrar a probarte ropa en una tienda para mujeres es menos penoso para ti. Por mí no hay ningún problema – Dijo Sasuke a propósito en tono despreocupadamente para lograr que el rubio pensara mejor las cosas. Y así fue, Naruto se tornó rojo de solo imaginarse estar en esa situación. Esa idea quedaba descartada. En ese momento Sasuke recibió un mensaje en su celular avisándole que el chofer se encontraba afuera de la casa del rubio – Ya llegaron por mí – Tomo su mochila y se puso de pie para dirigirse a la salida – Después seguimos con la letra de  la canción, mientras tanto resuelve tu problema de vestuario. – Se despidió burlonamente el Uchiha.

 

*****

               

Al llegar a su casa se extrañó de ver a su madre en la sala junto con un hombre que nunca había visto, decidió no darle importancia y continuar su camino a su habitación, pero la voz de su madre lo detuvo, esta se despidió del señor que vestía de traje y se acercó a su pequeño hijo.

 

-          ¿Qué tal la escuela Sasuke? ¿Todo bien con los preparativos del Festival?– Pregunto amablemente la pelinegra.

 

-          Todo marcha bien –  Contesto simple el menor de los Uchihas y prosigo a subir escaleras – Ahora que lo pienso – Detuvo sus pasos. Se giró para estar frente a frente con Mikoto, atenta a lo que diría su hijo.  – Nuestro salón hará una obra de teatro y a Naruto le toco ser una doncella – Al ver la cara de desconcierto continuo hablando – Los papeles fueron sorteados –  Y al parecer Mikoto había comprendido –  Sumándole que va a ser el protagónico. A lo que quiero llegar es que…la vez en que el dobe y su familia estuvieron aquí tú le trajiste ropa ¿Sabes que talla es? – Pregunto yendo directo al grano.

 

-          ¿Talla? – Repitió confundida – ¿Quieres que te ayude con el vestuario de Naruto-kun? – Sasuke solo asintió con la cabeza, lo que provoco gran alegría en la mujer. Eran pocas las veces en que Sasuke pedía que le ayudara y no lo culpaba, eso era consecuencia de no compartir el suficiente tiempo con sus hijos como deseaba. – Le diré a Anko*** que me consiga la mejor ropa. Naruto tiene que venir y probarse todas las combinaciones de ropa que sea posible ¡Debe lucirse en el escenario! – Su emoción era notoria a kilómetros, se acercó lo más rápido al pelinegro y tomo sus manos bombardeándolo de preguntas – Pero no me puedo adelantar. Rápido Sasuke dime ¿De qué trata la obra? ¿Cuándo va a venir Naruto? ¿Cuántos cambios va a necesitar? ¿Tú qué papel tienes? ¿Vas hacer el príncipe en la obra?  ¡Haba ya! ¡La emoción consume mi alma! – Sin que fuera su intención, tomo a Sasuke de los hombros comenzando a estrujarlo.

 

-          ¡Si me dejaras hablar, podría contestar tus preguntas! – Elevo su voz, logrando que su madre dejara su acción de estrujarlo.  Suspiro cansado, frotándose las sienes. En estos momentos se arrepentía pedirle ayuda a Mikoto. –  La obra se centra en un amiente moderno.  – Comenzó a responder en orden las mil preguntas de su progenitora –  El dobe vendrá el miércoles ya que mañana tiene que trabajar en la florería de su prima. Solo necesita un cambio de ropa, así que no exageres. Y no te preocupes por mí, encontrare algo en mi armario para la obra ya que ¡No soy el príncipe de nadie! – Dijo en tono frustrado lo último.

 

-          Entiendo – Hablo más calmada la mujer – Pero aun así me gustaría que te probaras algo nuevo. – ¡¿Pero qué estoy haciendo aquí parada?! Debería estar hablando con Anko** Solo tengo el día de mañana para prepararme. – En cuestión de segundos saco su celular y se dispuso a marcar el número de su amiga*** – Descuida hijo, me hare cargo de esto – Y sin decir más se adelantó en subir las escaleras e ir a su estudio.

 

*****

                En esta época del año en donde el frío era más presente y las ganas de levantarse del agradable calor que brindaban las sabanas de la cama era casi imposible, se requiere de una gran fuerza de voluntad para lograrlo, las obligaciones del día a día tenían que cumplirse. Todos en el hogar Namikaze se encontraban desayunando a excepción de Ino, la rubia debía encargarse desde muy de mañana con la florería.

-          ¿Por qué tan alegre hermanito? – Pregunto curioso el pelinoche una vez que estaban de camino a la escuela.  Le extrañaba que Naruto no le hubiera reclamado tanto por haberle quitado las sabanas y la almohada y con la misma comenzar a golpearlo levemente para lograr que se levantara y no llegara tarde a la escuela.

 

-          ¿De qué hablas? Estoy igual que siempre-dattebayo – Contesto alegremente. Después de que el azabache se fuera de su casa pensó y pensó de qué manera conseguir ropa de mujer, pero al no encontrar solución alguna decidió dejarlo por la paz y mejor concentrarse en la canción, ya después se preocuparía por la tonta apuesta. Además, las mejores ideas surgen bajo presión ¿Verdad?

 

-          Si tú dices… – Hablo no muy convencido el mayor, pero decidiendo no insistir en el tema. A fin de cuentas la verdad siempre sale al descubierto. –  Nos vemos en la casa –  Se despidió Obito desordenando el cabello de su hermano.

 

-          Basta me despeinas-ttebayo – Quito las manos del más grande.

 

-          Ja Como si te peinaras, tan solo secas tu cabello y así sales a la calle. Deberías aprender de tu gran hermano mayor – Se idolatro el ojo negro, y como si no fuera poco, nuevamente despeino al rubio y salió corriendo en dirección a su escuela. Naruto solo se resignó y camino a su escuela. Cuando llego al salón saludo a todos sus compañeros y amigos.

 

-          Oye Naruto ¿Ya saben qué canción van a cantar? – Curioseo Inzuka

 

-          Trabajamos en eso-ttebayo. Sasuke y yo decidimos componer una canción – Respondió alegre, pero al momento en que su pelinegra amiga le pregunto si se vestirían con el espíritu navideño o con los colores de invierno su cuerpo se tensó. Escucho como Sasuke contenía una risita, giro su cabeza para mirarlo de mala manera pero el ojo negro desvió si mirada, pretendiendo que no había hecho ni dicho nada. – Trabajamos en ello-ttebayo – Contestó gruñendo. Tan solo recordar ese pequeño detalle logro que su buen humor se fuera al  desagüe. En esos momentos la instructora llegó al salón y todos guardaron silencio. Las clases pasaron tranquilamente, sin ningún contratiempo, sin escuchar un “Haruno no se duerma en clases” o “ Inuzuka y Namikaze guarden silencio” “Ese grupito de atrás se me separa”

 

-          Shikamaru ¿Me prestarías los apuntes de la clase de Biología, Lengua e Historia? Por favor – Suplico el menor

 

-          Tsk…Demonios Naruto ¿En qué mundo estabas en la mañana? – Pregunto entre molesto y confundido el de coleta.

 

-          Si no tomaste apuntes de las clases de la mañana ¿Qué tanto escribías tan concentrado en tu libreta? – Secundo el interrogatorio el castaño.

 

-          Escribía la letra de la canción-ttebayo. De un momento a otro me llegó la inspiración. – Respondió a las dudas con una enorme sonrisa en su rostro.

 

-          Ya se me hacía raro que estuvieras tan contento en la clase de Historia – Reprocho Kiba – ¡Incluso tarareabas! – Elevo la voz exaltado.

 

-          Jejeje Perdón – Se disculpó rascando su mejilla como habitualmente lo hacía.

 

-          Da igual, aquí tienes. – Shikamaru entrego sus tres libretas al rubio despistado. – Solo devuélvemelas mañana ¿Entendido? No quiero que se te olviden en casa, las confundas con las de Obito o Deidara o que simplemente se te haya olvidado copiar los apuntes ¿Entendido? – Volvió a preguntar, debía asegurarse que el ojo azul haya comprendido al derecho y al revés.

 

-          ¡Si señor! – Respondió como todo un militar.

 

-          ¿A dónde vas? –  Esta vez fue  el turno de la pelirosa en preguntar

 

-          Al salón de música-ttebayo

                                                                         

-          ¿No vas almorzar? – Hablo Hinata

 

-          No, es que no quiero perder la melodía que tengo en mi cabeza, debo aprovechar la hora de descanso-dattebayo ¡Ah! Sasuke ¿Me acompañas? – El simple acto de levantarse de su lugar fue su forma de decir que lo acompañaría, después de todo ambos estaban juntos en esto. Mientras caminaban por el pasillo Naruto no dejaba de tararear, sin duda alguna no quería perder la melodía. Cuando entraron al salón de música el rubio no dudo en sentarse frente al  piano de cola y simplemente toco las teclas – ¿Qué te parece?

 

-          Nada mal….pero creo que sonaría mejor si no la hacemos sonar muy aguda. – El plinegro prosiguió a tocar la misma melodía que el rubio solo que en tono más grave.

 

-          Tienes razón, sonó mejor. Ahora veamos qué tal se escucha con la letra – Naruto solo coloco las hojas arriba del piano y comenzó a escribir la letra que se le vino a la mente durante las clases.

 

-          Dobe ¿Mañana tienes inconveniente en ir a mi casa? – Sasuke solo obtuvo una mirada curiosa del más bajo. – Ya sabes, por la canción. – Agrego el pelinoche

 

-          Claro, no hay problema-dattebayo – Una vez escritas prosiguieron: Sasuke toco el piano mientras Naruto cantaba.

 

-          Nada mal chicos – Alago el profesor Haku, el doncel pelinegro los había escuchado desde el principio, solo que los menores estaban tan concentrados que no se percataron y el mayor no quería interrumpirlos. – ¿Es para el festival? – Ambos chicos asintieron con la cabeza

 

-          Sensei ¿Nos podría ayudar? Tan solo nos quedan cuatro días-dattebayo

 

-          Con gusto – Accedió feliz el doncel pelinegro. Maestro y alumnos trabajaron todo el descanso en la canción. Agradecían inmensamente la ayuda de Haku ya que gracias a él pudieron avanzar una gran parte en tan poco tiempo.

 

*****

-          Ya que el puesto de comida está completamente terminado y lo único que falta es el espectáculo, no es necesario que se queden hasta tarde – Comunico Iruka-sensei, lo que provoco gritos de euforia por parte de sus alumnos. – Tranquilícense, todavía estamos en horario de clases, no hagan tanto escandaló.

 

-          Sensei ¿Eso quiere decir que nos dejara salir temprano? – Pregunto entusiasmada una joven de pelo negro que respondía a nombre de Fany. Aumentando la esperanza en el resto de sus compañeros de clases.

 

-          Si se comportan los dejare salir cinco minutos antes – Sus palabras desmotivaron a sus alumnos – ¿De qué se quejan? Estoy tomando tiempo de la clase de Geografía para darles una buena noticia – Les reprocho el maestro, no obteniendo ningún cambio de amino – ¡Okey! – Grito vencido, pues el aura oscura de depresión que desprendían  era cada vez más notoria. Además sus alumnos de habían ganado un merecido descanso, hicieron un gran trabajo con el puesto de comida. – Les daré salida quince minutos antes, ni más ni menos. Al primer ruido, adiós salida temprano – Aclaro firmemente, pues toda el aula estaba a punto de gritar de emoción.

 

*****

-          ¿Qué no te había dicho que ya no era necesario que vinieras? – La voz neutral del pelirojo sorprendió a la ojoverde esta se encontraba parada a tan solo unos metros de la tienda de maronitas.

 

-          ¡Sasori-san! ¿Qué no debería estar trabajando justo ahora? – Cuestiono sorprendida la menor, en todo este tiempo que convivio con el pelirrojo descubrió y dejó bien en claro que lo que más odiaba era la impuntualidad.  

 

-          Ni me recuerdes – Hizo una mueca de fastidio – El irresponsable que tengo como maestro llegó tarde, lo que ocasiono mi retraso – Aclaro a la joven, ambos comenzaron a caminar a dirección a la tienda. – Dejando eso de lado, ¿Cuántas veces te tengo que decir que tu deuda ha sido pagada desde hace tiempo? – Se estaba cansando de repetírselo una y otra vez. Aunque debía admitir que la perseverancia de la joven era de admirar. – No es necesario que te estés exigiendo de más.

 

-          Pero no me estoy exigiendo de más ¿De dónde saco eso? – Hablo sonriente, ajena a que Sasori estaba consciente de lo que estuvo haciendo todo este tiempo.

 

-          No me mientas. – Hablo en tono serio, provocando escalofríos en Sakura – Se perfectamente que te vas dos horas antes al colegio para estar libre por las tardes. – La ojo verde paro en seco, sería estúpido preguntar como supo todo eso. Sabía perfectamente que Deidara se lo había comunicado ¿Quién más si no era él?

 

-          Ya no tiene por qué preocuparse por eso – Volvió a componerse – Ayer terminamos con todos los preparativos. – Sasori no pudo evitar sentirse como un completo idiota. En todo este tiempo no se dio cuenta que la pequeña se esforzaba de tal manera, no fue hasta que Deidara le confeso todo hace apenas un día atrás. Soltó un suspiro y coloco su mano derecha en su frente. – ¿Se encuentra bien? – Pregunto preocupada la joven. Su mejor amigo tenía razón: Debía dejar de ser un egoísta y prestar más atención a su entorno. Fue gracias a su egoísta personalidad que hizo exploto laboralmente a una niña de quince años. 

 

-          ¿Te gusta el café? – Pregunto de repente, confundiendo a la pelirosa. – Hay una cafetería cerca ¿Te apetece ir? – Ofreció el mayor, ahora era su turno de compensar a la más joven. No porque sintiera remordimiento –talvez un poco- pero era lo correcto.

 

-          Pero ¿Qué hay de la tienda? – Respondió dudosa – No podemos irnos así como así.

 

-          En lo que a mi concierna, tú estás en tus días de descanso y no estaría mal en que me tome el día. Después de todo ya voy tarde – Dijo tranquilamente terminando por convencer a la ojoverde.

****

-          ¡Neji, espera! – Estaba a tan poco de poder irse cuando la voz de una compañera de clases lo retuvo. Le dijo a su prima que lo esperara en el portón de la escuela, que en unos minutos la alcanzaría. Aunque para Hinata no era necesario el quedarse en la tarde como su primo decidió hacerlo, después de todo debían volver a casa juntos.

 

-          Oye pequeña – Llamó un desconocido para la Hyuga, captando la atención de la pelinoche – ¿Estas ocupada? – La menor negó con la cabeza – ¡Excelente! – El muchacho de pelo rubio cenizo se aceró a la fémina – Mi amigo y yo estamos aburridos de estar todo el día con este absurdo festival ¿Te importaría si….? – No completo la oración tan solo coloco su mano sobre el pecho de Hinata, que soltó su mochila por la sorpresa que le provoco la acción del mayor. Esto fue visto por Neji y Obito que al igual que la Hyuga se sorprendieron por tal acto, pero eso quedo a segundo plano pues no iban a permitir que se aprovecharan de Hinata. Pero no tuvieron la necesidad de intervenir pues la ojo claro tomo la mano del sujeto, torciéndosela provocando quejidos de dolor. El compañero del pervertido trato de ayudar a su amigo pero no fue de mucha utilidad, la joven al percatarse de que se acercaba jalo de la muñeca a su agresor a dirección al castaño, ocasionando que chocaran entre sí, logrando dejarlos en el suelo.

 

-          Creo que tu primita no es tan débil como decías – Se burló Obito, pues siempre escuchaba de su castaño amigo que la pequeña era una debilucha que incluso el padre de la misma se negaba a entrenarla. Al no obtener respuesta del Hyuga volteo a mirarlo y lo que vio lo hizo estallar en carcajadas. Su amigo no salía del asombro, observaba con la boca abierta en dirección a Hinata

 

******

 

-          ¡Estoy en casa! – Anunció a lo alto el peli noche, se quitó los tenis y  se adentró a su casa.

 

-          Bienvenido hermano – Saludo el rubio menor desde la sala donde se encontraba sentado en el suelo haciendo tarea en la mesita.  Obito se acercó a su hermano, se quitó  el abrigo, se sentó en el cómodo sillón y coloco sus pies arriba de la mesa, justo a centímetros del cuaderno ajeno.

 

-          ¿Te importaría? – Dijo molesto Naruto

 

-          ¡Oh no! Al contrario hermanito. Un masaje me vendría de maravilla.

 

-          Ni de coña pienso tocar tus pies ¡Moriría por el hedor que desprenden-dattebayo!

 

-          Pero que exagerado eres Naruto. Mis pies huelen a rosas – Fingió ofenderse por los comentarios del más pequeño. – Es más, te lo voy a demostrar – Con tales palabras el rubio temió por su vida y más al ver la sonrisa traviesa del azabache. Trato de levantarse lo más rápido que pudo y salir corriendo pero la surte no estuvo de su lado. Obito lo tumbo cara al piso, se colocó arriba de los muslos del menor, con su mano derecha elevo la pierna del ojo azul e inmovilizar al rubio y sin más posiciono su pie en la cara del agredido. – Inhala el olor, siente el olor, ama al olor – El mayor pasaba por todo el rostro su pie sin compasión alguna.

 

-          ¡Déjame! ¡¡Quita tu asqueroso pie de mi cara-dattebayo!! – Por más que trataba de liberarse le era imposible, Obito era más fuerte.

 

-          Obito, deja de torturar al pobre de tu hermano ¿No ves que está apunto de desmayarse del hedor? – Deidara salió al rescate del más pequeño. – Vamos, la cena esta lista, pero antes….Naruto ve a desinfectarte la cara, no vaya hacer que contraigas una infección. –Comento gracioso el mayor de los hermanos.

 

-          ¡Ni que tuviera hogos en los pies! – Se defendió el único pelinegro presente.

 

****

 

                Justo ahora las clases habían concluido, Naruto y Sasuke se fueron juntos a la casa de este último, cuando llegaron fueron directamente a una habitación completamente desconocida para el rubio, las puertas tenían el diseño de pequeños cuadros de cristal con bordes de madera que permitía ver hacia dentro. El pelinoche las abrió permitiéndole paso al más bajo, una vez dentro Naruto quedó maravillado. El salón era un estudio con instrumentos musicales ¡Había de todo! Guitarras, bajos, baterías, un piano electrónico y uno de cola de un hermoso color negro, bongos, violín, tololoche***, panderetas, saxofón, incluso tenía un montón de aparatos para mezclar música y grabarla.

 

-          Esto es el paraíso-dattebayo  – Hablo emocionado el rubio, sus ojos brillaban de lo maravillado que se encontraba. – ¡Esta es una *****! ¡Waaaa! Esta peciosa-ttebayo

 

-          Deja de comportarte como un niño pequeño – Dijo Sasuke tomando asiento frente al piano.

 

-          No seas aguafiestas teme, tal vez esto es normal para ti pero no para mí – Sin decir nada más se sentó a lado del azabache. Acomodaron las partituras en el piano y comenzaron a construir una dulce melodía.

 

-          ¡¡Uchiha Sasuke!! – Interrumpió estruendosamente la progenitora del aludido  sorprendiendo a los más jóvenes. – ¿Por qué no me avisaste que ya habían llegado? Imagine que llegarías más tarde así que no quise interrumpirte y llamarte al celular. – ¿Cuánto tienen que llegaron? – El moreno solo se limitó a contestar la última pregunta – ¿Una hora y media? – Dijo dramáticamente – ¡He perdido mucho tiempo valioso! Vengan acompáñenme…Hijo no imagine que fueras sobreprotector con tus amigos – Puntualizo divertida la mujer, Sasuke no comprendía a lo que se refería Mikoto, hasta que ella fue tan amable de señalar el brazo del azabache. Este se encontraba rodeando la cintura del rubio, pues al estar tocando el piano su mano paso detrás del ojo azul y así poder alcanzar las demás teclas. Rubio y pelinegro se separaron avergonzados. Sonrojados decidieron seguir a la mujer a su estudio. Este se encontraba repleto de montañas de ropa y una mujer de pelo castaño oscuro*** recogido en una coleta. – Anko, aquí están los modelos – Abrazo al doncel y al varón.

 

-          Estupendo, comencemos – Comento alegre la mujer.

 

-          Este par de pillines se encontraban en el estudio de música – Informo a su amiga, esta soltó una risita divertida mirándolos juguetonamente. Aumentando el sonrojo del rubio.

 

-          Sasuke ¿A qué se refiere con modelos? – Susurró al azabache.

 

-          Solo síguele la corriente – Respondió tranquilo. – No lo arruines. – Agrego el ojo negro.

 

-          Naruto, pequeño ven aquí. – El aludido obedeció sin protestar – Ten pruébate esto – Coloco unas prendas en  sus manos y lo empujo a un improvisado probador. – Sasuke me comento de la obra de teatro que su salón hará en el Festival y que a ti te toco el papel principal de doncella – Con eso fue más que suficiente para comprender la situación. No sabía si sentirse más avergonzado de lo que ya se encontraba por tremenda situación o estar agradecido con la familia Uchiha por ayudarle con su vestuario para el festival. Aunque cuando la pelinegra le comento el asunto de la obra de teatro supo a qué se refería Sasuke con seguirle la corriente. Ese teme…aunque por fuera pretendía ser un tempano de hielo, en el fondo era alguien amable, se había tomado la molestia de ayudarle a conseguir ropa de mujer. – ¿Listo? No te preocupes si no te gusta, hay muchos más cambios que probarte – La voz amable de Mikoto saco de sus pensamientos al rubio. Salió lentamente del probador, mantenía su cabeza gacha para que no vieran su cara roja de vergüenza.

 

-          Date la vuelta – Ordeno Anko, examinando de pies a cabeza al ojo azul – No lo sé, algo no me convence del todo.

 

-          Anko querida, olvidamos ponerle las extensiones – Explico la señora Uchiha. Las mujeres no perdieron el tiempo, se acercaron al rubio para colocarle unas largas extensiones. – ¡Listo! Mucho mejor ¿No crees? – La castaña le dio la razón a la contraria.

 

-          Esto es demasiado vergonzoso-dattebayo – Hablo por lo bajo, con sus manos cubría sus rostro rojo de la pena. Retiro solo una mano para comprobar sus sospechas: El bastardo de Sasuke se encontraba viéndolo burlonamente, poco le faltaba para soltar una gran carcajada. Serás imbécil Sasuke, pensó el rubio fulminándolo con la mirada.

 

-          No tienes por qué sentirte avergonzado – Tranquilizo la mujer de piel clara. – ¡Sasuke! No te quedes ahí parado, tu cambien ve a cambiarte. – El rostro  del varón dejo de burlarse de Naruto.

 

-          ¿De qué hablas? El único que necesita vestuario es Naruto – Trato de negarse, pero le fue inútil. Su madre lo tomo de los hombros y lo guio a un probador diferente al de Naruto, le paso la ropa y no tuvo más opción que cambiarse.

 

-          ¡¡Kyaaaa!! – Gritaron emocionadas las mujeres – Se ven divinos, es el conjunto perfecto para una pareja. – Continúo hablando Mikoto Uchiha.  Habían procurado que las prendas de los dos combinaran de cierta manera.

 

-          Madre por favor…. – Suplico avergonzado el varón. – ¿Podemos terminar con esto?

 

-          ¿Terminar? Si apenas estamos iniciando – Agrego más que emocionada Anko  – ¿Qué esperan? Vayan a cambiarse, todavía hay muchos cambios que probarse y tan poco tiempo. – Anko empujo al rubio al probador mientras que la ojo negro hacía lo mismo con su hijo.

 

¿Cuánto tiempo había pasado desde que comenzaron a probarse ropa? ¿Cuántos cambios se habían probado hasta ahora? No sabían, las mujeres no les dieron descanso alguno. Ellas eran las que más se emocionaban en esa habitación.

-          Mikoto ¿Podrías ayudarme? – Llamo la castaña desde el otro vestidor que justamente se encontraba al otro extremo de la habitación.

 

-          En seguida regreso hijo – Dijo terminado de acomodar el cuello de la camisa.

 

-          ¿Por qué simplemente no nos ponen en el mismo probador? Así se evitarían el estar de un lado a otro – Comento fastidiado de esta situación

 

-          Uchiha Sasuke – Llamo firmemente la mujer – Es mejor que controles tu hormona ¿Cómo se te ocurre semejante barbaridad? No creí que fueras tan pervertido. – Sin más que decir, dejo solo en el probador a un confundido Sasuke ¿Qué pasaba por la mente de su madre? ¿Controlar la hormona? ¡Eran varones, por Dios santo! – ¡No puedo creerlo! Sasuke resulto todo un pervertido. – Comento rápidamente al entrar al probador donde se encontraba su amiga y el rubio. – Me dijo que sería mejor ponerlo a él y a Naruto juntos ¡Está muy equivocado si cree que voy a un varón y a un doncel juntos! – El rubio se petrifico al escuchar tal comentario de Mikoto. – No tienes de que preocuparte pequeño. – Hablo con voz tranquilizadora pues vio que el rubio se tensó. – Ya lo reprimí por eso – Agregó triunfante.

 

-          Mi…mikoto-san ¿Acaso usted le dijo a Sasuke que soy un doncel? – Pregunto temeroso el joven. Las mujeres se extrañaron por la pregunta y la actitud de asustado que presentaba en esos momentos.

 

-          ¿Por qué te preocupa eso? – Interrogo Anko

 

-          Es que….yo no quiero….que na…nadie lo sepa – Aclaro dificultosamente, sus bellos ojos azules se estaban poniendo acuosos debido a las lágrimas que estos retenían.

 

-          ¡Oh mi vida! – Mikoto no se contuvo y abrazo al pequeño – No tienes nada de qué preocuparte. – Comenzó acariciar la rubia cabellera. – En ningún momento dije que eres un doncel. Pero no tienes que ponerte así – Al instante las mujeres comprendieron que al pobre chico no le agradaba la idea de ser un doncel. – Ser doncel es algo maravilloso, tienes el don de dar vida. Tal vez sea tonto en no dejarlos estar en el mismo vestidor, pues al exterior son completamente iguales a excepción de una cintura más estrecha, pero para mí es lo correcto. Además, en estos tiempos piensan más con la cabeza de abajo que con la de arriba – Agrego graciosamente la pelinoche, tocando la nariz del más bajo, lo que ocasionó que sonriera.

 

-          Además, estas a unos pasos en que los cambios se hagan más notorios – Se unió a la conversación Anko – Tienes que aceptar lo que eres ¿Cómo esperas qué otros lo hagan, cuando tú mismo lo niegas? – Mikoto quería regañar a su amiga por su comentario pero se contuvo, sabía que Anko tenía toda la razón solo que le falto tacto en la manera de decirlo.

 

-          ¡Ya estoy listo! – Escucharon como informaba Sasuke desde afuera.

 

-          Venga, no estés triste, no hay motivo para estarlo – Sus palabras tuvieron efecto en el menor. Tallo su cara, eliminando cualquier rastro de tristeza, no quería que el teme se enterara de esa pequeña conversación. Más animado decidió salir del vestidor.

 

-          Amiga, creo que deberías mandar a tu hijo con un Oftalmólogo – Comento burlonamente la castaña – Sasuke está totalmente ciego al no darse cuenta que ese muchacho es un doncel y más con esa ropa que acentúa su cintura. – La pelinegra no discutió, estaba totalmente de acuerdo. Su hijo era un ciego de primera.

Notas finales:

¿Qué tal? Levanten la mano si piensan que Sasuke debe ir con un Oftalmólogo n_n/
Jajaja A Obito le encanta bromear con sus hermanos –Yo molesto de esa manera a mis hermanos XD- ¿Cómo va a reaccionar Neji después de ver que su prima es toda una dama que se respeta? Ojala y con eso entienda que debe cuidarse de su destreza
¡Eeeeeeeennnn fiiiiinnnn! Espero y les haya gustado el capítulo. Les prometo que el próximo será sobre como resulto todo en el festival. Me hubiera gustado escribirlo en este, pero me di cuenta que estaría muy laaaaargo y que tal vez podría aburrir.
Sin más que decir, solo cuídense mucho y muchas gracias por seguir esta historia n_n
♥♥♥♥
Xoxoxo
09.Enero.16


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