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Secret of the past por hikari shindou

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Notas del capitulo:

¡Enjoy!

 

Nunca fue mi intención el escuchar las conversaciones ajenas, siempre he pensado que es una falta de respeto. Toda persona tiene el derecho a su privacidad, pero en estos momentos agradezco el haberlo hecho.

Primero descubrir por parte de mi madre que tengo un medio hermano, que mi tío es un completo enfermo mental. Segundo y última, escuchar de parte de la familia Namikaze que tenían previo conocimiento de que Obito es un Uchiha. Por un momento imagine que ellos se mantenían ignorantes respecto a eso, pero mal fue mi hipótesis.

¿Ellos habrán salvado a Obito de mi tío?

¿Lo habían secuestrado? No, claro que no. Eso sería imposible ¿Verdad?

¿Madara dio en adopción a mi hermano al no saber cómo manejar con un niño pequeño?

¡Por Dios! Se me ocurren muchas más hipótesis, pero todas más descabelladas que las anteriores.

Como no tengo un hijo y no convivo con niños pequeños, no sé cómo es criar uno, pero las películas y documentales me han dado una idea. ¿Qué tan difícil podría ser?

Honestamente no me veo en un futuro cercano con un hijo. Tal vez en unos cinco años. Unos lindos niños con cabello rubio. No me desagrada la idea.

 Cuando abandone la residencia Namikaze, maneje un poco alterado a mi hogar. Tuve suerte que ningún policía me detuviera ya que en varias ocasiones cruce la luz roja, además que excedí el límite de velocidad establecido.

            No tenía que perder tiempo.

Al llegar, abrí la puerta estrepitosamente, comencé a subir las escaleras para dirigirme al estudio de mi madre; No la encontré.

No tengo ni la más mínima idea de cómo comenzar esta conversación. ¿Ideas?

El siguiente lugar donde busque fue el despacho de papa.

La luz del lugar estaba encendida no se escuchaban voces, pero nada perdía con verificar.

¡Grandioso!

Mis padres se encontraban sentados en el elegante sofá, papa sostenía un libro y mama mantenía su cabeza recargada en el hombro de Fugaku. Una escena totalmente romántica, pero aquí estoy, poniéndole fin a esa aura tan amorosa en la que se encontraban. Creo que soy un mal hijo. 

Al verme entrar agitado ambos se levantaron inmediatamente como resorte. 

-          Hijo, ¿Qué sucede? – Con toda la intención de acercarse comenzó a caminar, pero mis palabras la detuvieron.

 

-          Tienes que decirlo, ya no puedo…. – Esperaba ver miedo en su mirada, asustada por haberla confrontado frente a su esposo, pero contra todo pronóstico me dedico una mirad comprensiva. – Si no lo dices, puede que lo pierda  – Agregue alterado, refiriéndome a Deidara. Puede que sea apresurado el sentimiento que va creciendo en mi pecho, pero en esta vida se tiene que arriesgar para ganar.

 

-          ¿De qué hablas Itachi? – Fugaku coloco una mano en el hombro de su mujer. Esta posiciono su pequeña mano sobre la de él.

 

-          Es tiempo de que lo sepas. – Lo miro directo a los ojos con decisión y seguridad. El miedo se había esfumado en su mirada. No era igual cuando la confronte hace poco.

 

-          ¿Saber qué? – Confusión; Era la única palabra que describía la bruna mirada del patriarca de la familia. – Si se trata sobre tu relación con el doncel, no tienes de que preocuparte. Tu madre ya me lo dijo todo. Es más, estaba pensado en decirte que no sería mala idea que lo invites a la fiesta de Navidad que organiza la empresa o a una cena familiar. – Comento sonriente, lo cual era poco usual. Por favor, estamos hablando de Fugaku Uchiha, una de las personas más serias de este medio.

 

-          Cariño, es mejor que te sientes. – Hablo tiernamente la única mujer presente. Obedeciendo, papa tomo asiento en la silla frente a su escritorio. Yo me adentre más al despacho, cerré la puerta tras de mí acercándome a mis progenitores.

 

Mama y yo nos sentamos en el sofá. Por supuesto que sería una mentira si no teníamos una pizca de miedo por como lo tomaría mi padre, pero independientemente de la decisión de Fugaku, mi madre tendrá todo mi apoyo.

 

-          ¿Y bien? – Animo a proseguir con el misterio –  ¿Es sobre Sasuke? – Papa no era precisamente un hombre de mucha paciencia. 

 

-          Querido, necesito que escuches atentamente lo que estoy a punto de revelar. – Papa apoyo sus codos en el escritorio, entrelazo sus dedos frente a su cara en señal de que tenía toda nuestra atención. 

 

 

~*~*~*~*~NARUTO*~*~*~*~*~*

-          ¿Qué vamos hacer? –  Pregunte alterado, casi al borde de un colapso nervioso. Después de que Itachi se marchara, paso unos minutos para que toda la familia reaccionara y procesara todo lo que acababa de ocurrir. Recapitulando en breve; Itachi ya conoce que Obito es un Uchiha, por ende no es nuestro hermano de sangre. Lo que más nos preocupa, es que Itachi y Sasuke tengan algo relacionado con Madara. Que en todo este tiempo en que la convivencia con ellos no haya sido más que una farsa. Lo cual sería sumamente triste. Aunque al principio mostrábamos una actitud de desconfianza ante ellos, han logrado demostrarnos que son buenas personas.

 

Aunque las apariencias engañan.

 

-          Vamos hermano, tranquilízate. Respira profundo y lento. –  Hablo Deidara de forma tranquila para que no colapsara. Tal vez su voz sonaba calmada, pero sus manos temblorosas que mantenía sobre mis hombros delataban que estaba en el mismo estado que yo.

 

-         ¡¿Tranquilizarme?! ¡¿Cómo quieres que lo logre?! – Cuestione aumentando mi dificultad para respirar. El aire poco a poco disminuía en mis pulmones, sabía que solo lograría que entrara oxígeno a mis pulmones si me concentraba en  mis ejercicios de respiración y mantenía la calma, justo como decía Deidara. Pero, por favor  –  Enserio  – Tome una bocanada de aire y aferraba mis manos a mi garganta  –  Me pides que me calme  –   Nuevamente repetí la acción  –  Mientras sabemos que Itachi podría saber nuestro secreto, o pero aun  – ¡Demonios! Respirar se hacía cada vez más pesado  –  Que Madara esté implicado en todo esto. –   Al mencionar su nombre, mi rubio hermano mayor deslizo sus manos de mis hombros a mis brazos, envolviéndome en sus brazos.  Ambos nos encontrábamos sentados en el mismo sillón, mientras que Obito se encontraba solo en el sofá continuo e Ino de pie frente a nosotros.

 

-          Puede que tengas razón, hermano. –  Comento desanimado. Decir que a Deidara le desanimaría mi última hipótesis era poco, porque era bien sabido que tiene sentimientos por el hermano mayor de Sasuke. Al fin cuando algo de felicidad empieza a llegar mi hermano, nuevamente la tragedia nos invade. ¿Por qué justamente cuando Deidara comenzaría un romance con una persona agradable como lo era Itachi? ¿Por qué cuando veo a Sasuke como un buen amigo? ¿Por qué cuando mejor está la situación llega el destino y nos golpea?

 

-           Tenemos que calmarnos  – Hablo nuestra prima. – Recuerden aquella ocasión cuando los Uchihas  se mudaron al pueblo. Obito hasta quería que nos mudáramos. – Todos dirigimos nuestra atención al mencionado. No había dicho palabra alguna desde hace un buen rato. Eso en verdad me preocupaba. Obito es una persona muy parlanchina, de hecho él y yo lo somos. Y justo ahora en que no ah mencionada palabra alguna es alarmante.

 

 

~*~*~*~*~OBITO*~*~*~*~*~*

 

¿Qué tan malo es portar el apellido que por nacimiento me fue dado? Mucho.

La pregunta de Itachi rondo mi mente todo este tiempo, inclusive las voces de mis familiares sonaban muy a lo lejos.

La mirada que aquel hombre quería transmitir era un extraño sentimiento cuando formulo tal pregunta, pero era tal mi pánico que no logre descifrarlo.

Compartir el mismo apellido con la persona que hizo pasar a mi familia tal suplicio no era para nada gratificante. Suficiente era con ser su hijo de sangre. Tal vez cambiar mi apellido no era la gran cosa pero, no quisiera tener nada relacionado con ese hombre.

Madara únicamente era la persona que había donado el esperma para que yo pudiera nacer. Él solo quería un heredero, desconozco los motivos, pero era tanta su afición por conseguirlo, que al parecer tuvo que alquilar un vientre para que eso sucediera. Al menos eso era lo que me comento cuando le pregunte por mi madre. Que ella desde el principio solo le interesaba el dinero, importándole poco la manera de conseguirlo, mucho menos sintió remordimiento al abandonarme cuando me dio a luz, si al final había conseguido lo que deseaba.

Sentí como bruscamente me sacudían por lo hombros. Fue lo único que me hizo regresar al presente.

Ino me miraba preocupada, y no solo ella mis hermanos también.

-          Obito ¿Estas bien? –   Cuestiono intranquila. –  Estuve hablándote por dos minutos y ni parpadeabas. –   Asentí con la cabeza. – Bueno, al menos lograste que Naruto entrara en un ataque de pánico por preocuparse por ti. –  Señalo a su espalda que es donde se encontraban mis rubios hermanos.  –  Como les decía, no hay que apresurarse. Solo tomemos esto con clama y pensemos con la mente fría, no hay que dejar que el miedo se apodere de nosotros ¿De acuerdo? –  La voz de Ino sonaba seria. En estos momentos es muy bueno tener a alguien que conozca nuestra historia pero que no haya sido participe directamente de ella. La mente clara y razonable de Ino nos ayudara mucho en estos momentos. El temor de mis hermanos y aunque me cueste decirlo y aceptarlo, también de mi parte –Pero también existía el sentimiento de la Ira en nosotros-  no nos ayudaría en nada en estos momentos.

 

-          ¿Qué es lo que sugieres?  –  Hable de igual manera.

 

-          Por descabellado que suene, no me parece mala idea tomarle la palabra a Itachi. –   Todos lo miramos incrédulos, expectantes a una respuesta. –   Solo piénsenlo. Él no se ve como una mala persona.

 

-          Madara al principio tampoco se notaba alguien totalmente peligroso. Pero al final resultó ser un abusador.

 

-          No es verdad, Deidara. Yo siempre me sentía inquieto ante su presencia. Aun después de que mama se casara con él.

 

-          Y aun siendo mi padre, nunca sentí ese lazo fraternal. –  Agregue cruzado de brazos. Madara nunca fue alguien amable ante su primogénito. Siempre fue una persona estricta, obsesionada con la perfección y la educación. Siendo como consecuencia que nos mandara al mejor de los colegios de Tokio, llegando de la jornada escolar nos ponía a estudiar y si eso no era suficiente, los fines de semanas con tutores privados. Entiendo que los padres se preocupen por la educación de sus hijos, pero Madara tendía a exagerar.

 

Asegurando que una persona mediocre, jamás llegaría a ningún lado. Mama lograba reducir las horas de estudio, pero cuando ella murió la situación empeoro.

 

-          Ese es al punto al que quiero llegar. –  Reanudo palabra Ino  –  Todos en un momento de su vida sintieron esa mala vibra que desprendía Madara. Pero con los hermanos Uchihas en ningún momento. ¿O acaso Deidara le seguiría hablando a Itachi si fuera el caso? – Observamos al aludido, en espera de una respuesta.

 

-         Siendo sinceros desde la primera vez que lo vi me pareció una persona muy apuesta, solo fue cuestión de segundos para deducir que era un Uchiha. Pero él siempre se mostró agradable.  –  Subió las piernas al sillón abrasándose a ellas, todo su rostro reflejaba cariño al hablar de Itachi. –  Además, no olvidemos la noche de Halloween. –  Se enderezo rápidamente. –   Quede drogado por culpa de unos sujetos sin moral y él me ayudo. Si hubiera tenido malas intenciones, no hubiera desaprovechado esa oportunidad. No creo que una persona que nos quisiera dañar se tomaría las molestias de llevarme hasta su casa, dejarme descansar en su propia recamara y pendiente de mis malestares. –   Su voz se elevó al defenderlo tan abrasadoramente.

 

-          Naruto, tú siempre has tenido un sexto sentido para estas cosas. ¿En algún momento desconfiaste de Sasuke? – Y no era mentira. Nuestro hermanito, tiene muy buena percepción para las personas. Como él comento: Madara nunca le dio buena espina. Cundo lo conoció se escondía de él. Mama aseguraba que era por timidez, que aún no se acostumbraba a su presencia, que solo era cuestión de tiempo para que Naruto se adaptara a su nueva vida.

 

Pero eso jamás sucedió.

 

-          Es verdad. Recuerdo que le decías a mama que le tenías miedo a Madara. Y ella siempre pensó que era normal por que eras muy pequeño cuando papa murió y todo ese cambio te afectaba, que tan solo te hacía falta acostúmbrate. –   Agrego Deidara.

 

-          ¿Naruto? –  Nombre esperando su respuesta.

 

-          Ustedes saben que con el simple hecho de escuchar su apellido entre en pánico   –    Comento avergonzado – Pero ha sido una buena persona…un buen amigo. –   Sonrió levemente. – Aun teniendo que soportar el complejo de hermano sobreprotector de Obito y presintiendo que por un motivo se debía tanta inseguridad hacia ellos. El día que perseguimos a Deidara e Itachi en su cita, deposito su confianza en mí. Que nuestra familia no era alguien peligrosa ni a la cual tenerle miedo. No podría decirle el motivo de nuestra actitud desconfiada por el apellido Uchiha, pero aun así decidió confiar. No pregunto, ni me presiono para una explicación. Además de que me cuido toda una tarde completa. – Expreso dulcemente el menor.

 

-          ¿Obito? – Ahora era mi turno de dar una mi punto de vista. Suspire sonoramente. Toda esta situación es demasiado complicada y cansada.

 

-          Odio a Madara, siempre lo odiare y a todo lo que implica esa familia. Pero, he llegado hablar con esos dos. Y según los hermanos, no tenemos por qué tener miedo.  Llámenlo instinto, pero creo que no estaría mal confiar en ellos. Y obviamente escuchar lo que nos tienen que decir.

 

-          Entonces está decidido. – Sentencio Ino como todo un juez ante un tribunal. – Esperaremos por una explicación. ¿Qué tan malo puede ser?

 

-          Por favor no digas eso. Las cosas siempre tienden a empeorar cundo dices esa frase. – Suplico Naruto con sus manos cubriendo su rostro.  

 

-          De acuerdo, olviden que lo dije. Mejor, solo vayamos a descansar, nos espera un largo día mañana. – Sin ninguna queja por parte de los demás, todos nos encaminamos a las habitaciones propias para tratar de descansar.

 

~*~*~*~*~ITACHI *~*~*~*~*~*

Como a mí, mama le explico a mi padre todo lo sucedió, claro no empezando a relatar el cómo se conocieron y como Fugaku le propuso matrimonio. Eso quedaba sobrando. Comenzó a explicarle que Madara siempre fue de sangre pesada, su simple presencia incomodaba a mi madre. Mikoto inicio por ablandar un poco el “terreno” no dejándole caer por completo la bomba que ocultaba. Cuando al fin dejo al descubierto la verada: Que en unos de sus tantos viajes de negocio, Madara abuso de mi madre, se levantó furioso, sus ojos desprendían ira.

Mama se estremeció, tal vez imaginaba una sarta de maldiciones hacia su persona por decir semejante acusación hacia su propio hermano. Pero no fue así, la ira era dirigida a mi tío.

-          ¡¿Por qué nunca me lo dijiste?! – Expreso colérico

 

-          Temía a tu reacción  – Respondía con tono bajo, obviamente el miedo ante la acción de mi padre la asusto. Tome su mano para darle apoyo y demostrarle que el miedo era lo último que debería sentir. Momentos como estos es donde la valentía debe ser acto de presencia y manejar la situación.  – Que no me creyeras.

 

-          ¡Por Dios, Mikoto! – Rodeo el escritorio rápidamente para llegar a mi madre. –  Eres mi esposa, mi mujer. Claro que te creía sin dudar. Creo más en tu palabra que en la de mi propio hermano. – Inclinandose para estar a la altura de su rostro, acuno tiernamente en sus manos el rostro cubierto de lágrimas de su esposa  – ¿Por qué? Por qué lo conozco lo suficiente para saber de lo que es capaz.

 

-          ¿Lo dices enserio? – Lentamente me fui separando de ellos, brindándoles un poco de espacio, no podía continuar siendo un mal hijo e interrumpiendo esos momentos íntimos.

 

-          ¡Por supuesto! ¿Acaso alguna vez te he fallado? – Mikoto negó con la cabeza.  – Entonces, ¿Por qué no confiaste en mí en esa ocasión? ¿Por qué no recurriste a mí?

 

-          Es solo que en ese tiempo tú te la pasabas viajando constantemente, la empresa pasaba por un dilema. Tenía miedo, mucho miedo. – Sollozo alto mi madre, ocasionando que Fugaku la abrazara protectoramente.  – Tienes que saber algo muy importante. – Su voz ahora temblaba, casi era inaudible.  – Producto de esa violación quede embarazada.  – Mi padre de manera rápida y un poco brusca tomo a mi madre de los brazos y la separo. Observándola detenidamente, analizando las palabras dichas por mi madre.

 

-          ¿Qué quieres decir? – Cuestiono asustado. – ¿Acaso Sasuke no es mi hijo?

 

-          ¡No, no! Por supuesto que es tu hijo.

 

-          Entonces ¿Qué significa? ¿Abortaste? – Los dedos ejercieron presión de más en los brazos de mi madre. Es ahí donde me tocaba intervenir. Entiendo que la noticia haya pescado por sorpresa mi padre, pero no es excusa para lastimar a mi madre.

 

-          Deja que mama continúe por explicarte la situación, papa. – Hable serio, dejando en claro el desagrado por su acción. El pareció darse cuenta de su acción y libero presión en el amarre, pero aun sosteniendo sus brazos.

 

-          Itachi y Sasuke son tus hijos. Nunca dudes de ello, pero… –  Sollozo nuevamente Mikoto.

 

-         ¿Interrumpiste el embarazo? – Su tono de voz que anteriormente fue de alto decibel, ahora era bajo, como un susurro, atónico ante esa posibilidad. No se imaginaba a su tierna y bondadosa esposa realizando esa intervención, además pasar de pasar por el procedimiento completamente sola, obviamente no es algo por que una mujer debe pasar.  La negativa que mama dio con su cabeza de manera frenética, provoco como respuesta que Fugaku suspirara aliviado. – ¿Fue un aborto espontaneo? – Pregunto, pero esta vez dolido. No pudiendo imaginar el dolor de una madre al perder a su hijo. Nuevamente Mikoto negó con la cabeza.

 

-         Como ya te he dicho; Constantemente viajabas. Raramente te encontrabas en casa. Así que no fue tan difícil ocultar el embarazo. – Una sonrisa triste adorno sus labios. La etapa del embarazo no es algo que las personas deben tomarse a la ligera. Es un tema serio, porque no solo está la vida de la madre, sino también una nueva vida formándose lentamente.

 

-          Eso quiere decir…. – Antes de que papa continuará su oración, mama asintió con esas gotas de agua saladas que brotaban de sus ojos y que no mostraban signos de parar, pero esta vez no eran de tristeza o de miedo, sino más bien de felicidad al poder confesar que Obito se encontraba con vida.  

 

-          Así es. Obito está vivo y más cerca de lo que jamás imagine.

 

-          ¿Obito?

 

-          Si, su nombre fue una de las pocas por no decir única cosa que Madara me permitió elegir. – No fue necesario que Fugaku hablara para que le insistiera en continuar, solo basto una mirada para que mi madre entendiera y prosiguiera. – Por medio de médicos muy bien sobornados por parte de tu hermano, para que mantuvieran el secreto, fue pude que pude llevar a cabo sin ningún problema mis cuidados prenatales hasta el día de parto. Una vez que Obito nació, él se lo llevo lejos de mí, justo como se había concertado en el trato verbal que acordamos.

 

-          ¿Cuál fue exactamente el acuerdo entre ustedes?

 

-          Guardaría silencio ante su acto de violación, mientras que él se encargaría de cuidar y educar a mi hijo. ¡Me dio su palabra que lo protegería! Yo tontamente quise creer en su palabra. Creyendo que mi niño estaría bien. ¡Dios! ¡¿Quién no amaría a su propio hijo?! Pero lo único que ese hombre quería tener era a un primogénito para poder tener un mayor control sobre la empresa familiar. Tú más que nadie sabes lo que tu padre estipulo en su testamento.

 

-          Por supuesto. – Afirmo seriamente. – No conforme con su lugar en la compañía y las acciones que tiene bajo su mando, tuvo la necesidad de equilibrar la balanza entre nosotros.

 

-          Y si Madara encuentra a Obito podrá lograr su cometido y tal vez solo sea cuestión de tiempo para que idee algo en tu contra, padre. – Siendo que dure un largo momento sin hablar, fue inevitable que mi voz sonara un poco ronca.

 

-          ¿Cómo qué si lo encuentra? ¿Qué ese niño no se encuentra bajo su propio techo? – Y en todo este tiempo, Fugaku aparto la mirada de su esposa para observarme.

 

-          Mama lo acaba de decir; Obito está más cerca de lo pensamos. Créeme, muy, muy cerca. – Comente mordazmente. Mi padre tomo lugar al lado de mi madre, acariciando su delicada mano, brindándole cariño y protección. – Te recuerdo que Sasuke ingreso en una nueva escuela en donde ha estado relacionándose mejor de lo esperado con sus compañeros de clase, pero uno en especial ha logrado ser considerado amigo por mi desconfiado y malhumorado de mi querido hermano.

 

-          Su nombre es Naruto Namikaze  – Agrego mi madre. Yo asentí a su comentario y papa nos miraba a los dos atentamente.

 

-          Aún desconocemos el motivo por el cual Obito termino viviendo con la familia Namikaze y aseguran que son hermanos.  – La  confusión en los ojos de mi padre no era de extrañarse. Incluso para mí lo seguí siendo.

 

-          Permíteme seguir explicando – Mama tomo nuevamente la palabra. – Irónicamente, gracias a Itachi y Sasuke fue que logre “reunirme” con Obito después de dieciocho años de no poder tener contacto con él. Fue un día que la familia Namikaze se encontraba aquí en la casa. Cuando lo vi, indudablemente supe que era mi querido hijo. Conversamos con Deidara y Naruto, los que supuestamente son sus “hermanos” asegurándonos indiscutiblemente que son hermanos. Obviamente no conforme, contrate un investigador privado, y gracias a ciertas libertades que me permití, pude tomar las suficiente pruebas para realizar pruebas de ADN que confirman que esos tres niños no son hermanos de sangre.

 

-          Y para darle un poco de humor a todo este embrollo. El Deidara con el que estoy saliendo es “hermano” de Obtio. – Burlonamente comente. – Ese es el motivo por el cual llegue armando un drama – Agregue avergonzado. Una vez pasado el momento de pánico, y que ahora me encuentro más calmado, me doy cuenta de que mi actitud no fue la más correcta ni tan propia de mi personalidad. Pero el miedo que me consumio al imaginar que todo podría acabar con Deidara fue más latente que cualquier otra cosa, nublando por completo mi juicio. No analizando que una de las opciones que podría pasar, era que papa reaccionara a todo lo contrario a como lo está tomando justo ahora.

 

Fugaku se levantó del asiento y camino apartándose a una distancia prudente de los dos. Soltando un suspiro cansado y masajeando sus sienes como manera de procesar, analizar, pero más que nada aceptar la situación, comenzó hablar.

 

-          Déjenme ordenar todo en mi cabeza. – Otro suspiro salió de sus labios, dirigiéndonos la mirada. – Mi propio hermano cegado por la ambición de tener más control sobre la empresa familiar, abuso de mi esposa. Teniendo como consecuencia un pequeño niño cuyo nombre es Obito – Asentimos ante sus palabras. – Y de alguna u otra forma ese niño termino viviendo con una tal familia Namikaze. Dicha familia consiste de sus padres, dos hermanos y del hijo de Mikoto.

 

-          Sus padres murieron en un accidente hace ya varios años. Solo tienen a su prima como único familiar. – Aclare,  ganándome una mirada de incredulidad.

 

-         Corrijo; Dicha familia que solo consiste de dos hermanos ¿De sangre? – Papa me dirigió una mirada, preguntándome que si estaba en lo correcto. Nuevamente asentí y el prosiguió, ahora con seguridad en sus palabras.  – Dos hermanos de sangre, una prima y a Obito. Uno de los hermanos es compañero de clases de Sasuke y el otro es pareja es tu pareja, Itachi. – Presintiendo que las palabras no eran necesarias en ese momento, y como ya lo había hecho anteriormente, volví a asentir con la cabeza. – ¿No se les hace un poco sospechoso?

 

-          Puede que suene sospechoso, querido. Pero no por nada contrate a un investigador privado para descartar sospechosos, realizará las pruebas de ADN y buscara información. Lamentablemente todavía falta tiempo para que me den más  información. Solo es cuestión de días para descubrir que es lo que está sucediendo.

 

-          Pero madre. Yo no quiero que un investigador privado me tenga que decir sobre la vida de Deidara. Siento que no es correcto. Claro, vi los resultados de ADN, pero solo eso. Aun cuando me muera de ganas por conocer la verdad. Prefiero que sea él quien me lo diga.

 

-          Pero Itachi... – Evitando que continuara, con voz seria agregue.

 

-          El motivo por el cual llegue así, y prácticamente exigiendo que le contaras a papa la verdad, es por que escuche de Ino. – Dirigí mi mirada únicamente a mi padre. – Su prima – Comente explicándole de quien hablaba y después proseguí con el relato – Escuche de su propia boca que  Obito es un Uchiha, por ende ellos tienen pleno conocimiento de su procedencia. Los confronte en ese momento. Y al menos creo o al menos quiero creer, que logre que mantuvieran su confianza en mí y prometí que iría a contarles todo lo que sé al respecto, pero con todas las personas implicadas. – Hice contacto con los ojos sorprendidos de mi padre. Sé que para ella puede ser muy pronto para confrontar a su hijo.

 

-         No creo que pueda. – Susurro con voz quebrada.

 

-          ¡Claro que puedes! – Asegure con plena confianza en mis palabras. – Tuviste el valor de hablar al respecto con papa. – El mencionado se acercó con pasos lentos a mi lado. De pie, frente a su esposa.

 

-         Mikoto, tienes que hacerlo. ¿Qué dieciocho años no es el tiempo suficiente para dejar de huir? Escucha a tu hijo… Escucha mis palabras. Prolongarlo no te servirá de nada, al contrario solo provocaras que las cosas se compliquen. Y por lo que me voy enterando las cosas no están nada sencillas.  – Mama nos observaba atónica. –Pase lo que pase tendrás nuestro apoyo.

 

-          Además ¿Qué hijo no querría a su madre? – Cuestione, mostrando una sonrisa cálida.  ¿Qué dices? – Agregue esperanzado.

 

-          ¿Ambos estarán a mi lado? – Fugaku y yo asentimos. Mama solo suspiro, cerrando sus ojos. Conocíamos lo que ese gesto significaba. Justo ahora acababa de ceder. – Por favor prométanmelo.

 

-          Aunque no nos lo piedras, nosotros estaremos contigo, Mikoto. Pero si te hace sentir más segura. – Con paso lento, pero seguro, Fugaku se acercó a su esposa,  arrodillándose frente a ella, tomó sus manos, agregado. – Itachi y yo prometemos siempre estar a tu lado. Pase lo que pase.

 

-         Entonces está decidido. – Mama ejerció fuerza en el contacto que mantenía con mi padre. – Tan solo teniendo los papeles del investigador privado, iremos hablar con la familia Namikaze. – Al ver que iba a protestar, continúo hablando.  – No tienes por qué alarmarte, hijo. El detective llegara dentro de dos días. Tan solo te pido que tengas paciencia durante ese corto periodo de tiempo. 

 

-         De acuerdo. – A un berrinche, a eso sonó mi contestación. Justo como si fuera un niño pequeño al cual no le dan lo que quiere.

 

-          Una cosa más ¿Sasuke está enterado de todo eso?

 

-          Claro que no, padre.

 

-          ¿Y por qué no? – Mi padre que ya hace unos momentos se había levantado del suelo, para tomar nuevamente un lugar en el sofá a lado de mi madre, continúe hablando.

 

-         Aunque haya sido yo el que pido que se hablara con la verdad, presiento que lo correcto hasta ahora es que mi hermano se mantenga ignorante sobre este asunto. Sé que es contradictorio lo que estoy diciendo, pero siento que es lo más apropiado. – Los dos pares de brunos ojos me observaron curiosos para una explicación. – Madre, tienes que aclarar esta situación ante Obito, aclararle todo lo sucedido y al fin lograr desenmascarar a Madara en el proceso. Siendo sinceros nadie sabrá  como reaccionaria Sasuke ante semejante noticia. No todos los días te enteras que tienes un medio hermano.

 

-          Tú y tu padre se lo reaccionaron mejor de lo esperado.

 

-          Si mama, pero Sasuke es aún un adolescente.

 

-          Entiendo a dónde quiere llegar Itachi.

 

-          ¿Fugaku? – Mama le dirigió una mirada impresionada.

 

-          Solo piénsalo, cariño. Un adolescente es todo un saco de emociones cambiantes. Aunque reconozco que Sasuke es totalmente serio y una persona centrada. No quita el hecho de que lo siga siendo. Es mejor explicarle todo a nuestro hijo, una vez que las cosas estén solucionadas.

 

-          En mi opinión, siento que estoy cometiendo un error. Ya no quiero mentirle a mi familia. Pero mi parte racional me dice que es lo mejor. Tengo que mantener alejado a Sasuke de los problemas que se puedan ocasionar al respecto. Solo hasta que sea el momento correcto. – Sonreímos satisfechos por su respuesta.

 

 

 

 

Notas finales:

 

 

 

 

¡¡Hola!!! Sé que ha pasado mucho tiempo, pero al fin publique. Espero que les guste el capítulo. Pero antes de despedirme, quiero agradecer a cierta personita por su comentario. ¡Muchas gracias corazón!
¡En fin! Muchas gracias por leer. ¡Los quiero! 
20.Dic.17 

 

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