Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

por Taka

[Reviews - 2]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

 

- Te amo.


El castaño lo observó, callado, sin siquiera moverse un milímetro ¿De qué estaba hablando? ¿Acaso su mejor amigo estaba loco? Descruzó las piernas del sillón del salón de su casa, ahora sí alzando una de sus cejas expresando incredulidad, suficiencia.

- Eso no existe ¿Qué se supone que es el amor? -interrogó con la voz grave, pausada, sin denotar ni una pizca de nerviosismo o miedo; de todas formas realmente se encontraba inmutable a lo recién escuchado.

El rubio no dio una rápida respuesta a su pregunta, estaba actuando extrañamente tranquilo y por dentro, a Ruki, le comenzó a causar una especie de molestia. Vio atento la mano ajena tomar la caja de cigarros y los dedos largos quitando uno de ellos con lentitud, llevárselo a la boca con una parsimonia que realmente llegó a exasperarlo, sólo por un segundo.

Encendedor, fuego, una calada y humo.

- Pregúntale a los chicos -se encogió de hombros.

Esbozando una ligera y casi imperceptible sonrisa ladina, el más alto se retiró del departamento con unos aires de autosuficiencia que Ruki nunca tenía presente, pero que en ese mismo instante le resultó lo más evidente del mundo. Apenas el sonido de la puerta cerrarse se oyó, el lugar entró en un silencio absoluto y en su mente se plantó, de manera inconsciente, una duda que de a poco le iría carcomiendo la cabeza. Se relajó sobre el sillón, dejando sus piernas extendidas mientras cruzaba los brazos, acercando con su diestra lo poco quedaba de la nicotina consumida, estaba desganado, ya era un tanto tarde, al día siguiente tendrían ensayo y...

- ¡Bah!

 


Bostezó estirando sus extremidades mientras de un pequeño giro su mano se extendió y tomó, débil, el Iphone que reposaba sobre la mesa de luz. Se sentía bien, hacía mucho tiempo que no descansaba tan profundo toda la noche de corrido ni su mente no se llenaba de sueños extraños o perturbadores. Los cuatro números en la pantalla del aparato marcaban un horario más temprano que el de siempre. Koron, su pequeño perro, emitió un corto pero audible ladrido en busca de llamar la atención de su dueño recién despierto, Ruki elevó la comisura de sus labios, sentándose sobre la cama para tomarlo entre sus brazos y sonreírle, dándole los buenos días y preguntándole si había dormido bien. El resto fue parte de la rutina de todas las frías y solitarias mañanas de invierno; una ducha relajante, el café que elevaba su temperatura corporal y el camino hacia la compañía. 

Ese fue el problema, apenas posó un pie sobre el edificio la conversación de la noche anterior llegó a su mente como si hubiera caído un balde de agua fría sobre su cabeza, soltó un bufido, y el humor tratable que tenía en su departamento se transformó en todo lo contrario. "Maldito idiota" pensó, mordiéndose el labio inferior y acelerando el paso.


Iba en camino hacia al baño para observarse en el espejo y lavarse el rostro por cuarta vez en el día con intenciones de despejar su mente y no seguirle el "juego", según él, a Reita. No, no caería, era una chiste, una broma, Ruki no podía comprender nada del amor, no había ningún sentimiento que le fuera tan ajeno como aquel. Esas cuatro letras formaban un idealismo imposible de cumplir, se trataba de una sensación inexistente, de fidelidad, compañía y paciencia eterna, algo que no encontraba en su realidad; no porque el no quisiera, porque estaba convencido que eran sólo habladurías de las personas, un mito, algo parecido a la opinión que tenía respecto a la religión y al supuesto "Dios". Un hereje del amor, eso era él.


Aoi y Uruha, malditos acaramelados de mierda ¿Qué necesidad tenían de llegar tan temprano y compartir un café juntos justamente en la sala de ensayos? Una vez que había logrado despejarse, mirarse en el espejo y centrarse en sus ideas todo el esfuerzo se hizo nulo al observarlos. Estaban sentados sobre el sillón doble, prácticamente transpirando homosexualidad mientras juraba poder ver, también, como unos diminutos corazones surgían de los cuerpos de sus amigos y los envolvía en un manto rosa donde el mundo eran sólo ellos dos y nadie más. Así es, no repararon en la presencia de Ruki parado bajo el marco de la puerta, cubierto en un aura negra que contrastaba de manera evidente con la de los otros. Entreabrió los labios e hizo el amague de emitir alguna queja, pero continuó en silencio al notar algo: La mirada entre ambos guitarristas.

Desde ese momento, comenzó a observar la escena con otros ojos.

No había besos de por medio ni caricias incitantes o sonrisas lascivas, era un simple e inocente desayuno entre una pareja que aún después de años se mantenía intacta, con el mismo afecto, fidelidad, compañerismo... Ambos reflejaban miradas dulces y cálidas, sonrisas sinceras, no era necesario para ellos andar pegados el uno al otro para demostrarse lo mucho que se querían. La "miel" que desbordaban se le antojó envidiable. Sintió el corazón latir un poco más rápido, el haberse involucrado tanto en los sentimientos ajenos había removido los propios, llenándolo de una sensación nueva, que no había experimentado nunca. Decidió luego de unos minutos de contemplación, cuando los otros se dieron cuenta que él estaba allí, retirarse antes de escuchar lo que fuera que quisieran decirle.

 

Aún era temprano, se vio obligado a salir para poder encender un cigarrillo y fumarlo tranquilo mientras la escena recién vista se clavaba en su cabeza para torturarlo de a poco, lentamente. Fue cuestión de acabar el tabaco para que Kai apareciera saludándolo a lo lejos con una sonrisa reluciente y feliz, le devolvió el gesto y lo saludó con efusividad, la amistad entre ellos dos siempre había sido buena. Camino de regreso hacia la sala de ensayos, entablaron una de tantas conversaciones triviales; que cómo había dormido, qué había hecho el día anterior, porqué estaba de tan buen humor, hasta que se detuvo y el baterista lo miró extrañado.

- ¿Qué ocu...?

- Nunca le digas a alguien que te lo pregunté -lo interrumpió, acelerándose por razones que no comprendía- Dime, Kai ¿Qué es para ti el amor?

El muchacho simpático cambió la expresión de su rostro por una pensativa, el calzado de Ruki golpeteaba repetidas veces contra el impecable suelo del lugar, impaciente. Antes de que se decidiera a apresurarlo, su acompañante rió, cerrando sus pequeños ojos en una expresión adorable, que tal vez en otro momento le hubiera causado risa, pero que ahora sólo quería clavar sus puños en ella, con anillos incluídos. 

- El amor no tiene explicación, se siente. 
Inexpresivo, estaba apunto de hacer lo que recién había pensado.

- Si no te permites experimentarlo, si no estás dispuesto a creer que existe, nunca conocerás la satisfacción y la felicidad infinita de amar y ser amado.

Estaba claro que el baterista lo conocía demasiado bien, sabía lo que decía. Aquellas palabras lo desconcertaron aún más que la escena que le mostraron Uruha y Aoi. La gran duda que sin darse cuenta había estado creciendo se hizo enorme, tan enorme que, también sin notarlo, encontró la respuesta a su propia interrogación.

 

El día fue largo y agotador, en el ensayo todos habían dado lo mejor de sí, incluyéndolo. No pensó en la cuestión hasta que los únicos que quedaban por salir eran Reita y él, porque no había nada que pensar, ya no...

Menos cuando se encontró reflejado en la mirada del rubio, cuando no hicieron falta las palabras, la cercanía surgió sola y las sonrisas cómplices de ambos enamorados dieron por finalizada la charla de la noche anterior.

Notas finales:

Espero que les haya gustado.

Luego de casi dos años, tengo la inspiración suficiente y las ganas necesarias para volver a escribir, si por ahí siguen algunos de los que antes me leían y llegan a ver ésto, mil perdones por no haber continuado el resto de mis fics. Está en mis planes resubirlos, pero no aseguro nada.

Saludos <3


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).