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Happiness por keny_shawol

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Notas del capitulo:

Hola. Quise compartir esta historia que escribí ayer, empezó como un MinKey, que termine escribiéndola como un KyuTae – a mi hermana le gusta esa pareja – pero después cuando la leí, quise que sea MinKey de nuevo. Es corto y espero que les guste.  

Cuando Key se miró en el espejo, con una sonrisa falsa en los labios acorazonados, con el delineado en sus felinos ojos y con el maquillaje en su rostro, no podía verse del todo feliz.

 

 

 

Pero cuando entrecerraba los ojos y veía a través de ellos, él era simplemente Kim KiBum, el chico que viajo desde Daegu con un sueño, el chico que no ensayaba las mismas horas que los demás y aun así no se rendía, era el chico que visito a TaeMin aun sin conocerlo, solo porque se sentía solo. Era el KiBum que creyó que siendo famoso seria feliz.

 

 

 

Y lo fue, no negaba que lo fue en su tiempo. Pero semanas atrás cuando todo empezó, cuando se dio cuenta que siendo una persona famosa, no podía ser del todo feliz, en ese momento el quería ser simplemente Kim KiBum y no Key.

 

 

 

No el todopoderoso de SHINee, no la llave maestra del grupo, no el chico que era una madre para los miembros, no el chico con actitud de diva. ¡No! Quería ser simplemente KiBum, el chico de sonrisas encantadoras, el adolescente feliz que un día fue, quería ser el KiBum que salía al cine y ninguna persona estaba detrás de él. 

 

 

 

Quería en que su rostro las sonrisas mas sinceras aparecieran de nuevo. Quería ser el chico que podía salir de la mano de la persona que quería, sin que hubiera rumores y problemas. Quería por un día ser normal.

 

 

 

Pero no podía, no al menos en ese momento y ahora lo único que podía hacer, era continuar con su agenda y olvidar todos esos recuerdos que lo atormentaban.

 

 

 

Entonces cuando se miró una ultima vez en el espejo, revisando su maquillaje y con la voz de fondo de JongHyun, diciéndole que se hacia tarde, con una sonrisa mal dibujada en el rostro, salió de la habitación para encontrarse con los demás y se dijo, que era mejor no pensar en que lo pudo o no haber pasado y seguir con su vida tal y como estaba.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando su agenda termino ese día y lo único que quiera hacer era recostarse en su cama y dormir por horas, en la puerta de los dormitorios, estaba él esperándolo. Tan perfecto como siempre, no pudo evitar pensarlo. Él sonrió cuando KiBum se acerco, pero este no pudo corresponde la sonrisa.

 

 

 

Con pasos un poco inseguros caminó hasta quedar de frente a él y antes que pudiera pronunciar palabra alguna, él lo tomo de la mano y lo obligo a caminar con él hacia las escaleras. Estaba nervioso, pero lo siguió sin decir nada y no pudo evitar que una sonrisa se escapara de sus labios al ver sus manos entrelazadas.

 

 

 

Él lo llevo hasta la azotea, en donde al fin dejo ir sus manos y caminó hasta ver todo lo hermoso que era Seúl por las noches, con sus brillantes luces y edificios grandes. Una sonrisa se formo en los labios del otro y en ese momento con nadie alrededor, KiBum se permitió sonreír, al ver al otro hacerlo.

 

 

 

-Bonito ¿Cierto?- la voz de MinHo, salió suave y serena, firme y armoniosa, su mirada viajo hasta el otro y enarco una ceja, esperando la respuesta.

 

 

 

-¿Por qué estamos aquí?- no pudo evitar preguntar, queriendo permanecer calmado, sin nervios y miedo.

 

 

 

Mentía si decía no saber la razón, pues él la dejo en claro la ultima vez que se vieron a solas. La última vez en donde él se permitió dejarse llevar, la última vez en donde él probó esos labios que tanto quería.

 

 

 

Pero no era ese día, y él desde ese momento se prometió olvidar lo sucedido y continuar con su vida como si nada hubiera sucedido.

 

 

 

-Te he dicho que quiero pasar todo el tiempo posible contigo-

 

 

 

KiBum no dijo nada, se quedo callado aun costado de él, observando las brillantes estrellas y la luna que se elevaba en todo su esplendor. Sintió las manos de MinHo tomar las suyas, entrelazarlas y después colocarse enfrente de él.

 

 

 

-Déjame estar a tu lado- pidió.

 

 

 

Abrió la boca para hablar pero ninguna palabra salió de ella, bajo la mirada, incapaz de verlo a los ojos. Tenia tantas ganas de gritarle que si, que se quedara a su lado, que sostuviera sus manos todo el tiempo, que besara sus labios cada que quisiera, que lo sostuviera en sus brazos todos los días, pero simplemente se quedo así, sin decir nada, callando cada uno de esos deseos.

 

 

 

Y cuando sintió las grandes manos tomar su rostro, cuando lo vio acercarse hacia él, cerró los ojos fuertemente ansiando el contacto.

 

 

 

Los esponjosos labios de MinHo, se sentían tan cálidos sobre los de él, sintió un cosquilleo en estos y no pudo evitar enredar las manos en el cuello de MinHo. Era un beso dulce y suave, sus labios se acariciaban lentamente y KiBum sonrió cuando las manos del otro viajaron a su cintura.

 

 

 

Pero todo lo mágico del momento desapareció cuando recordó que él no era KiBum, el chico normal, sino que era Key uno de los raperos de SHINee, uno de los grupos más populares de Corea. Se separo de él lentamente, rompiendo ese mágico beso.

 

 

 

-No podemos- susurró.

 

 

 

-¿Por qué?- sintió los dedos del otro recorrer su mejilla y de nuevo no pudo evitar cerrar los ojos, queriendo sentir la caricia por más tiempo.

 

 

 

-Porque pertenecemos a SHINee-

 

 

 

Porque si ellos no fueran famosos, él no hubiera dudado en aceptarlo. Porque si ellos fueran personas normales y no los chicos más famosos de Corea, él ahora lo estaría besando.

 

Y era en esos momentos que deseaba no ser famoso, cuando no quería ser uno de los chicos más conocidos en todo el país. Era en esos momentos que quería vivir una de las historias mas cliché de la historia, era en esos momentos que quería tener cualquier trabajo que no sea cantante.

 

 

 

Quería ser el chico que se enamoro en el parque. El chico que conoció al amor de su vida en la universidad. El chico cuyo compañero de trabajo era el más atractivo de todos.

 

 

 

Tal vez, si ambos hubieran sido profesores, pudieran estar juntos. Tal vez, si hubieran vivido en otro país, podrían salir de la mano sin miradas curiosas sobre ellos. Tal vez, si se hubieran conocido en una cafetería, ahora se besarían hasta quedarse sin aire. Pero no era así, ellos eran ídolos, él era Key el todopoderoso y el otro era MinHo, el chico de carisma único.

 

 

 

-¿Por qué SHINee nos impediría estar juntos?-

 

 

 

-No podemos ser egoístas con los miembros-

 

 

 

Porque si el comenzara una relación con MinHo, quisiera abrazarlo y besarlo todos los días, si estuvieran juntos él querría salir en citas de típicos enamorados de su mano, querría pasar todo el tiempo con él. Y si la prensa y la empresa se enteraran, eso seria la ruina de sus carreras y KiBum no se sentiría bien si les hiciera eso a los demás. No quería ser egoísta y sabiendo lo mucho que los otros lucharon por conseguirlo.

 

 

 

-Cuando todo termine- dijo él, al entender su miedo.

 

 

 

-¿Qué?- la confusión se plasmo en rostro y frunció el ceño, con un puchero inconsciente en sus labios que hizo sonreír a MinHo.

 

 

 

-Cuando SHINee termine, cuando todo llegue a su fin-

 

 

 

La confusión desapareció y la duda se instalo en él ¿Serian capaces de soportarlo tanto tiempo? ¿Podrían lograrlo?

 

 

 

-No lo sé- murmuró, indeciso.

 

 

 

-¿Me amas?- mordió su labio inferior, dudoso y subió la mirada, para después asentir. Lo hacia y demasiado.

 

 

 

-Lo hago. Te amo-

 

 

 

-Siempre y cuando tú me ames, podremos lograrlo- y entonces MinHo acuno el rostro bonito entre sus manos y lo besó como si fuera la última vez, grabando su sabor, para así poder recordarlo, hasta que pudieran estar juntos. 

 

 

 

 

 

 

 

Cuando KiBum se miró en el espejo esa mañana, una genuina sonrisa se formo en sus labios. Sus ojos brillaban felices, con el perfecto delineado negro. Su rostro sin ninguna gota de maquillaje, resplandecía. Y a pesar de los años, a pesar de no estar completamente maquillado, él se seguía viendo hermoso.

 

 

 

Cuando él se miró en el espejo, ya no era Key, era simplemente KiBum, el chico ex-miembro de SHINee, el chico que ahora vivía lejos, que salía a la calle sin ser reconocido, pero que era completamente feliz.

 

 

 

Unos brazos fuertes lo envolvieron en uno de los abrazos mas cálidos que había sentido y miró al espejo, para observar el rostro de la persona que lo hacia completamente feliz. MinHo le sonrió, dejando un corto beso en su mejilla.

 

 

 

Y cuando él le sonrió de nuevo, cuando él beso sus labios, para después pronunciar un “te amo”, cuando sus manos se encontraron para entrelazarse, cuando escondió el rostro en el pecho fuerte.

 

 

 

Cuando eso sucedió.

 

 

 

Kim KiBum, se dio cuenta, una vez más, de lo feliz que era.


 
 
 


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