SeHun no es un chico conocido por hacer muchos gestos faciales, es más conocido por un chico de cara seria e inexpresiva, el objetivo de su mejor amigo conseguir que sonriera lo más que pudiera, solo él sabía lo decaído que estaba últimamente.
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La pierna de JongIn se movía un poco mientras veía los lentos números del ascensor cambiar, SeHun, su mejor amigo, estaba a un lado recostado mirando fijamente la pantalla de su celular, llevaba ya desde la salida del colegio y el camino hasta el edificio mirando el aparato electrónico algo angustiado, “ya te escribirá” era lo que decía Kai.
Las puertas se abrieron y ambos caminaron por un corto pasillo hasta dar con la puerta del apartamento del mayor, una vez se adentraron SeHun no pudo evitar dar un suave y no muy alto brinco cuando al encender la luz salieron distintas personas de lugares escondidos gritando “sorpresa”; sí, Kai, cualquiera creería que adoras a tu mejor amigo, en realidad el menor sabía que eran más fuerte las ganas de hacer una fiesta y mostrar delante de todos su dotes de bailarín profesional.
En la pequeña sala de extremo a extremo hay un gran cartel con letras llamativamente coloridas diciendo “Feliz Cumpleaños”, en una esquina vio una mesa rectangular de aproximadamente un metro por cuarenta centímetros adornada con un extenso mantel de poliéster, llamando rápido su atención los diversos aperitivos que se encontraban encima y en grandes cantidades.
En otra mesa esta en forma circular un pastel, SeHun se acercó para apreciarlo mejor, sencillo pero igual muy bien detallado “SeHun, fighting”; escrito encima. Una diminuta sonrisa surcó sus labios. Tras pasar algunos segundos la música ya comenzaba a resonar por todo el lugar, no muy alta ya que no querían vecinos quejándose ese día.
Se acercaron al chico varios de sus amigos sin darle tiempo si quiera de beber del tentador liquido rosa con trozos de frutas que contenía un bol cristalino, de cuanto en cuanto podía chequear de nuevo su celular bajando un milímetro esa curvada sonrisa que se formaba al no ver nada, lo guardaba intentaba retener la tristeza y seguía prestando atención a las felicitaciones y regalos, de lo último solo unos cuantos porque para ser sincero algunos estaban colados, seguro ni sabían a quien iba dedicada la pancarta, ni conocían a quien le gritaron el “sorpresa”.
Tao le dio un nunchaku; algún día le preguntará como usarlo sin golpearse y dejarse moretones.
ChanYeol un video juego nuevo; regalo que usaría más el alto que el propio SeHun.
Éxito de sonrisa 20 %
Los regalos iban desde una camisa hasta unos audífonos, Lay tan creativo. Igual eso iba emocionando más y más al menor.
Éxito de sonrisa 40%
Celular, ninguna carta indicando nuevo mensaje, 35%
¡Feliz cumpleaños, SeHunnie! – apareció de la nada detrás de él un chico con ropa ajustada y delineado llamativo abrazando fugazmente al cumpleañero-
-Gracias Baek-hyung – contestó con entusiasmo.
-¡Ten! – BaekHyun estiró su brazo mostrando entre sus dedos un sobre blanco con una fina cinta roja- Es de parte mía y de KyungSoo, es una reservación para que por una semana bebas todo los Bubble Tea que quieras.
-¡¡Gracias, gracias!! –esta vez exclamo con mayor alegría abrazando al mayor de los dos dibujando una mayor sonrisa-
Éxito de sonrisa 60%. Claro, BaekHyun conociéndolo dio justo en el switch de emoción de SeHun sabiendo que ama esa bebida.
Transcurrieron 24 minutos con exactitud desde que SeHun llegó a la fiesta, lo sabía perfectamente por seguir mirando cada treinta segundos su móvil, se sentó en un sillón luego de un largo baile, abanicándose con la camisa secando con el dorso de la mano las gotas de sudor de su frente y de nuevo el condenado aparato sin nada; lo estaba volviendo loco, buscó con la mirada a BaekHyun, necesitaba distraerse, pero el chico que buscaba no estaba precisamente para ayudarlo a eso, prefirió dejarlo hablar con KyungSoo tranquilamente.
Una vez más dirigió la mirada donde la tenía clavada la mayoría del tiempo, sonrío, no por ver lo que esperaba si no por el fondo de pantalla.
-¿Sabías que los celulares tienen una aplicación que avisa cuando llega un mensaje o una llamada? – a SeHun no le hizo falta ladear la cabeza para saber quién era, JongIn había dejado de bailar y ahora estaba detrás de él, apoyando sus antebrazos en el espaldar del sillón. – Mirándolo no harás que suene.
-¿Y si no se acordó de mi cumpleaños? –Interrogó con suave voz lamiendo sus labios secos- Se que tiene obligaciones y está de viaje pero… ¿Ni un mensaje? ¿Nada?
-Te aseguro que no es as…- no finalizó porque esta vez fue su celular el que sonó, solo hablo pocos segundos yendo al equipo reproductor de la rítmica música bajando su nivel de volumen – Es hora de cantarle el cumpleaños a Hunnie ¿no creen? – varias cabezas asintieron a favor.
SeHun no es un chico conocido por hacer muchos gestos faciales, es más conocido por un chico de cara seria e inexpresiva y ahora más que nunca tenía esa cara de “poker face” al estar frente al pastel con diecinueve velitas encendidas y sus amigos cantándole.
-¡Sopla las velas! ¡Pide un deseo! – habló más que animado el chico alto sonriendo.
SeHun sonrió, un deseo, es tonto que a la edad que tiene pida deseos, delante de tanta gente adulta, a palitos de cera con una llamita, pero nada perdía.
Cerró los ojos ante la mirada expectante de los presentes. Expulso aire de entre sus labios extinguiendo el fuego de las pequeñas velas. Alzó la mirada y ahí, frente a él, estaba el culpable de su distracción en toda la fiesta, su amigo, su pareja.
¡Feliz cumpleaños, SeHunnie!
Se pudo casi percibir el corazón acelerado del menor, el “boom” ya no provenía de las cornetas del reproductor de música, “LuHan”, fue lo que pudo pronunciar en un susurro, su sonrisa adornando su rostro.
Éxito de felicidad 80%.
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Las manos de SeHun estaban posadas en la pared a ambos lados de la cabeza de LuHan, su aliento chocando contra sus labios, la fiesta ya acabó y solo quedaban ellos dos en una de las habitaciones del apartamento de JongIn.
-Creí que habías olvidado mi cumpleaños, desde la mañana solo esperaba un mensaje tuyo –susurró por encima de los labios de LuHan.
-Quería darte una sorpresa –sus ojos estaban entrecerrados, ya de por si esa distancia era una tortura.
-Vaya que me sorprendiste, Xiao Lu – SeHun cerró los ojos al abrir la boca solo rosando entre sus labios el inferior del mayor, se alejo para esta vez acercarse a su oído - ¡Mi mejor regalo!
-Soy solo tuyo.
Y fue esa frase la que hizo que SeHun perdiera los estribos, tres palabras, once letras, que enviaron una ola de calor por todo su delgado cuerpo y tomó los labios de LuHan entre los suyos, sin mediciones, primero lento, luego moviéndolos más, con deseo, usando su lengua para empujar los labios del otro, pidiendo entrar en su boca, bajó sus manos hasta el borde de la camisa metiéndolas entre la tela y la piel, tocando sin vergüenza el torso del mayor quien a su vez tenía sus manos en el cuello del cumpleañero, acercándolo más hacía él, profundizando así ese beso.
La camisa de LuHan fue a parar tal vez en la lámpara que adornaba el techo, el resto de las prendas en lugares indeterminados de la habitación, SeHun disfrutando centímetro a centímetro de su ahora “regalo”. Susurrar promesas, sentirse como si se elevaran al cielo con cada roce que solo transmitía amor, cielo terrenal, deseos inundados entre las sabanas; ser inmortal para estar así infinitamente.
Jadeos, gemidos, suspiros, era lo que ahora resonaba en el espacio de cuatro paredes, pechos subiendo y bajando, fleco pegado en la frente, oleadas de calor, grititos bajos al finalizar y soltar el nombre del otro seguido de la palabra “te amo”.
Éxito de sonrisa 100 %.