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HUELLA FOTOGRAFICA por steve98

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Notas del capitulo:

Bueno perdon por no haber seguido, aqui esta el ff... Por cierto marimo! Alegrate si? :3 para el viernes quiza tenga una sorpresa para vos -w-

sin mas, lean.

Debimos entrar por varios lugares hasta por fin toparnos con una puerta que parecía ser reconocida por el. Metió una llave en la cerradura y abrió la misma, con un chirrido, con la mirada me invito a pasar, y mire hacia dentro. Me entro un escalofrío, por alguna razón me entro la necesidad de salir corriendo, de ahí salía un aura de mal augurio. La imagen de un abismo negro fue lo que se me vino a la mente, e inhale aire antes de poner un pie dentro de aquel lugar, como si pudiese ser que aquel hubiese podido ser el ultimo. 
 
El lugar estaba obscuro y la poca luz que había tenia cierta tenue luz azulada. Las cortinas eran de ese color por lo que por eso se veía así. Mire que había una luz encendida, la única en el lugar y al contrario de lo que pude haber pensado, el lugar era frío.  
 
–Espera un poco que ya prendo las luces –avisó mientras escuchaba como cerraba la puerta, mire hacia atrás, y como de una de esas películas, quise correr afuera en busca de la luminosidad del sol. Pero no corrí, solo me quede ahí, y de nuevo voltee a la única luz que había en el lugar mientras me relamía los labios, como si estuviera hambriento de algo que no tenia idea de que era. 
 
Estaba cubierto por una manta blanca, o al menos así lo veía yo, quizás podía ser de otro color, pero era al menos un color claro. Me acerque curioso, y la destape sin esperar, la luz azulada salió hacia arriba, y mire directo hacia ella, era un acuario pequeño. Y la luz azulada le daba un toque mágico a aquel artefacto donde los peces parecían felices, nadando a su antojo. 
 
Parpadee y sentí una mano en mi hombro, por poco le doy un golpe a ese cabeza de alga, si no fuera por que me tropecé y caí al suelo; el grito que solté había sido suave. 
 
–Necesito luz –murmure mientras pasaba mis manos por mis cabellos. La luz le pegaba a la cara y me tendió la mano, la agarre y de un tirón me levanto, lo que me sorprendió, supe que mi corazón latió rápidamente cuando vi aquellos ojos que parecían fríos, calculadores y hasta cierto punto atrayentes, pero me aleje de sus ojos mirando de nuevo el acuario.
 
–No hay luz, creo que no he pagado la cuenta, disculpa por eso, solo estará está, ya que genera su propia electricidad –dijo encojiendose de hombros, como no importándole demasiado el hecho de que yo estuviese ciego en la obscuridad. Pero aquello no me agradaba.
 
–¿Tienes una linterna o algo? No quiero ir tratando de ver por el lugar y dando de tropezones, hasta que me cobres algo que pueda romper –dije. Aunque la realidad era que no veía nada, y eso me desagradaba en cierta forma, era estar ciego ante el, poner mis manos al fuego por una persona que hacia unas horas conozco. 
 
–No, pero no te preocupes, ya nos vamos, solo venimos a dejar algo, ademas tienes que regresar a tu casa. Con esa herida no llegaras a ningún lado bien. No quiero andar cargando con un cuerpo en pena –dijo y vi como se lo tragaba la obscuridad. Me acerque a la pecera y con un dedo movi el agua en el cual al instante los peces parecieron alejarse despavoridos por mi causa. Era interesante ver como los peces salían nadando a todas partes. Cada quien encerrado en nuestra propia bola de cristal donde nos echan la comida y poco a poco la consumimos. 
 
–¡Oe me tengo que ir! –le grite, el regreso, su mirada parecia mas seria que antes. Solo fueron unos minutos, pero aquello me pareció interesante, atrayente. Negué para mi mismo. 
 
–Vamonos, te llevare a tu casa de nuevo... Y ya le dirás a tu padre lo demás, a ver que le inventas –dijo como si no le importase. Aunque estaba bien. No tenia por que  importarle yo. Suspire, no debia sentir nada, nisiquiera admiracion por un hombre. Simplemente no iba conmigo. Yo era un caballero amante de las damas, debía comenzar de nuevo a actuar como tal.
 
–Esta bien... Aunque ¿sabes? El no es mi padre –dije levemente ruborizado, desvié la mirada al tiempo que el me pasaba unos tenis, los cuales me puse y no tarde en darme cuenta que me quedaban grandes. 
 
–¿No? Bueno, eso explicaría por que nos triplica la edad –dijo, y como si hubiese un chiste, se rió ligeramente. Alce una ceja algo impresionado por haberlo visto sonreír siquiera. O al menos de una manera tan relajada. 
 
Salimos ambos, y llegamos a mi casa, los oficiales al parecer ya se habían marchado y mire curioso a mi abuelo que parecía intranquilo, mas no me regaño. En mi cuarto me acorde de entregarle mis zapatos a aquel marimo, pero cuando me asome por la ventana no había nadie, ni un alma paseando. 
 
¿En realidad podría ser que fuera un ángel? No, esas cosas solo suceden en libros y películas, esta era la realidad. 
 
Me acerque a la cajita y vi los cinco gatitos inquietos mordiéndose entre ellos. Baje a la cocina donde me encontré a mi abuelo esperándome con los brazos cruzados, ¿me reprocharía de que yo hice lo que dicen los oficiales? Esta bien, había golpeado a tipos por molestar gatitos, pero ¡que no asesine a nadie joder! Tampoco es que llegue a esos extremos...
 
–¿Quien era ese chico? –fue directo al grano. ¿Como responderle si ni yo estaba muy seguro? 
 
–Ah, es el marimo –dije mientras me acercaba al refrigerador donde sacaba la leche y después un bol de las estanterías. Eche el liquido blanco en el bol y guarde la lactosa. El me miro serio. 
 
–Sanji, espero que no hayas sido tu el que-.. –¡Eso era el colmo! Esta bien, me metía en peleas, fumaba y era parte de pandillas callejeras o simplemente un criminal que robaba tiendas o algo de cigarros o quizá dinero, ¡pero que el creyese que yo fuese a hacer algo así me colmaba la paciencia! Me calaba en lo mas profundo de mi alma que pareciese no conocerme. 
 
–¡Viejo! –le llame, lo mire a los ojos, realmente estaba dolido por el hecho de que pensase que yo había hecho algo así.
 
–Yo realmente.... Realmente nunca haría algo así, ¿es acaso que no conoces a tu propio nieto? ¿Y que si lo hubiese hecho? ¿Algo hubiese cambiado entre ambos, quizá temerme, o echarme de casa? –le rete con la mirada.
 
Ambos nos quedamos callados antes de que los maullidos de los gatitos me llegasen a los oídos, realmente aquellos mininos debían tener hambre y ellos no tenían culpa de mis discusiones con ese viejo rabo verde.
 
Subi de nuevo las escaleras sin importarme lo demás que fuese a decirme aquel hombre. Me encerré en mi cuarto dando un portazo, a pesar de no haber cenado y no haber salido en todo el día, no me digne a siquiera intentar aparecer sin ser visto. No quería salir, solo estar ahí dentro. 
 
Durante la noche, acomode a los mininos en mi cama y les puse mi colcha encima mientras dormía a su lado, cuidando de ellos y que no se cayesen de la cama. 
 
Realmente había sido un día muy agotador.
Notas finales:

Espero les haya gustado, en el siguiente capitulo, pasara algo inesperado(?) entre sanji y zoro ewe lemooon... Ok no ._. Es muy pronto xD

dejen sus comentarios. 

ciaossu~!


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