Capítulo Único
Lo sabían, que se habían envuelto en una situación peligrosa, aquellos juegos inocentes que de pronto perdieron la inocencia y pasaron a ser algo más, aquellos besos y todas las noches que compartieron juntos. Lo prometieron, que no iban a involucrar sentimientos, que solo era placer, uno desmedido que los llevo a la perdición a ambos y sin embargo ahí estaban nuevamente, besándose como si el contrario fuera a desaparecer en cualquier momento, las manos del más alto acariciaban sin miedo aquel cuerpo que había poseído ya incontables veces, y las pequeñas manos del mayor se dedicaban a recorrer sus espalda correspondiendo aquel beso lleno de pura pasión, se separaron por la necesidad de oxigeno que exigían sus cuerpos.
Ambas miradas oscuras se encontraron al momento de abrir los ojos, el mayor sentando entre las piernas del menor y este sujetándole por la cintura, frente a frente, se sonrieron como siempre y el menor comenzó a besar el cuello del mas grande, mordiéndolo y lamiéndolo sin llegar a marcarlo por mucho que deseara hacerlo, sus manos lentamente fueron subiendo por su pecho ocultas tras aquella estorbosa camisa, retorciendo suavemente los botoncitos rosados del contrario que no hacía más que suspirar y jadear aferrando sus manos al cabello del menor. La camisa desapareció y quedo en alguna parte de aquella habitación de hotel, el menor se encargo de recostar al pelinegro en la cama y comenzar a lamer su pecho, entreteniéndose en sus pezones, jugando con ellos, deleitándose con los gemidos que escapaban de la boca del más grande.
– Esta… será… la última… vez – entrecortadas palabras que escapaban de los labios del mayor.
– Lo sé… Esta es la última vez… Yesung – murmuro el menor mirándole tranquilamente sin detener sus manos que jugaban en el pecho del contrario.
Si, porque esa sería la última vez que lo hacían, porque simplemente aunque querían estar juntos, no podían dejar a sus respectivas parejas, simplemente no podían. Kyuhyun lentamente fue bajando por el abdomen plano del mayor jugando en su ombligo hasta el borde del pantalón, sus manos ávidas y rápidas le despojaron de este en un abrir y cerrar de ojos, llevándose por medio los bóxers que cubrían la intimidad del contrario la cual ya se encontraba completamente erecta, presa del placer que lo hacía sentir el menor. Una sonrisa maliciosa adorno el fino rostro del evil maknae y una de sus manos apretó el miembro del mayor arrancándole un gemido, su mano se movía tortuosamente lenta, era una tortura placentera para Yesung, subió sin dejar el movimiento lento de su mano sobre la hombría del mayor para poder besarle, sin tener que pedir permiso los labios del mayor se separaron para darle paso a la lengua del menor que le besaba con pasión, tenía que disfrutarlo esa última noche.
– Kyu… hazlo ahh… más rápido – pidió el contrario jadeando.
– ¿Por qué debería? – le divertía la situación, le gustaba hacerlo delirar de placer, lo amaba.
– Por favor… ahh… – quizás así conseguiría lo que quería, quería que le tomara.
– No, porque no es justo que solo tú disfrutes – murmuro contra sus labios con una sonrisa leve.
Ante aquello el mayor se separo del más alto y le miro sonriendo divertido, rápidamente hizo un cambio de posiciones quedando encima del maknae el cual solo le miraba con lujuria y deseo, sus manos, pequeñas pero hábiles comenzaron a quitar toda aquella ropa que no hacía más que estorbar, la camisa, los pantalones y la ropa interior quedaron en algún lado por la habitación, la verdad no importaba. Comenzó a recorrerle todo el cuerpo, con sus manos, usando su boca para lamer su cuello y mordisquearlo suavemente, sabía que era un punto débil del menor y eso le encantaba, mientras tanto este solo se dedicaba a suspirar y gozar de lo que las pequeñas manos hacían con su cuerpo. Lentamente fue bajando hasta llegar a su miembro goteante, dio una lamida desde la base hasta la punta haciendo que el menor soltara un gemido lleno de placer.
Lamía lentamente, no era la primera vez que lo hacía, estaba acostumbrado por lo que sin reparo alguno metió el miembro del maknae en su boca, el menor estaba en éxtasis, aquella dulce boca el mayor si que sabia como usarla para algo más que cantar, la lengua del mayor era simplemente gloria. Sus manos se perdieron en los oscuros cabellos del mayor obligándole a seguir un ritmo impuesto por el que al contrario no le importo, simplemente se dedicaba a darle placer con su boca hasta que se separo consiguiendo que el menor le mirara un poco molesto, si que estaba disfrutándolo.
– Te quiero dentro… – murmuro el mayor sonriéndole divertido mientras se incorporaba al igual que el menor hasta quedar sentado.
– Eres un pervertido ¿Sabías? – dijo divertido mientras el contrario se sentaba encima suyo sin llegar a penetrarse.
– Pero eso es lo que te agrada de mi – respondió con simpleza moviéndose encima del otro.
Aquel rose los hizo gemir a ambos, el menor le tomo de las caderas moviéndolo de forma un poco más rápida hasta que finalmente se detuvo, llevo sus dedos a los labios del mayor para que los ensalivara y poder prepararlo, nunca lo hacían sin preparación, después de todo por más que fuera el mayor no era elástico y hacerlo directamente podría lastimarlo, pero esa vez fue diferente. Se sorprendió de sobre manera al sentir como el mayor tomaba su miembro y lo dirigía a su propia entrada comenzando a penetrarse el mismo, hasta el fondo. Dos gritos se escucharon con fuerza, uno lleno de dolor y otro de placer.
– Eres… ahh… un idiota – jadeo el maknae mirando el rostro lleno de dolor del mayor.
– Ahh… solo… no… te muevas – la voz entrecortada y con tintes de dolor mientras finas lágrimas corrían por sus redonditas mejillas.
– Debiste esperar… que te preparara… – murmuro mientras lamía y besaba el rostro del mayor para quitar todo rastro de lágrimas.
El mayor no respondió solo dejo que el menor besara su rostro quitando las lágrimas, gimió suavemente al sentir como su miembro era tomado por una de las grandes manos del maknae y le masturbaban para distraerlo del dolor. No paso mucho antes de que con un movimiento de caderas indicara que podía moverse, el vaivén lento y acompasado le hacía gemir justo en el oído de Kyuhyun pues le había abrazado por el cuello pegándose más a él. Kyuhyun deliraba del placer, la estrechez del mayor le hacía sentir en la gloria sin duda alguna, y aquellos sensuales gemidos le ponían a mil, eran música para sus oídos.
La posición cambio y ahora Yesung se encontraba recostado en la cama con el menor dentro y embistiéndolo ya de forma más ruda, un poco salvaje, pero así les gustaba a ambos, rudo, salvaje, sin compromisos o al menos eso querían pensar. El ritmo aumentaba y ambos cuerpos perlados de sudor gemían el nombre del otro, jadeaban y se besaban hasta que necesitaban respirar nuevamente.
– Kyu… Kyu… ahhh… más… más… rápido – pedía mientras sus piernas se enroscaban en la cintura del menor.
– Ahh… eres tan estrecho… ahh – obediente a lo que le pedía aumento el ritmo de las embestidas.
– Ahh… no… no puedo más… ahh… yo me… me – no pudo terminar de hablar ya que un escalofrío le recorrió y finalmente termino corriéndose manchando su abdomen y el del menor.
Este al sentir como las paredes internas del mayor se contraían, no evito su grito de placer mientras le embestía más rápido hasta que finalmente se vino dentro de este como nunca antes había hecho. Se dejo caer sobre el cuerpo del mayor exhausto y este simplemente le abrazo ocultando su rostro en el cuello del menor.
– Fue el final… – murmuro el menor besando de forma dulce el hombro del mayor.
– Si, ya no volveremos a vernos… – respondió con voz suave sin dejar de abrazarle. – Ahh… – un gemido escapo de sus labios al sentir como el menor abandonaba su cuerpo y se dejaba caer a su lado abrazándolo.
– No quiero que termine, quiero seguir contigo – susurro abrazando de forma suave el cuerpo del mayor.
– Tienes a Sungmin y yo a Ryeowook… – respondió ocultando su rostro en el pecho del más alto.
– No me importa… lo dejaré… Te amo hyung – añadió y el rostro sorprendido del mayor se le hizo muy tierno.
– ¿De verdad? – no es que no confiara pero aquella relación que mantenían era tan extraña.
– Lo digo de verdad. Te amo hyung, de alguna forma por todo esto, me enamoré de ti – una suave risa se dejo escuchar por su parte.
– También te amo Kyuhyun-ah – murmuro dulcemente mientras buscaba sus labios.
Un dulce beso, uno que transmitía sentimientos, amor, aquello que habían callado y que quisieron camuflaron con pasión y simple deseo. Se acurrucaron entre ellos buscando el calor del cuerpo contrario, lentamente se fueron quedando dormidos, por el momento, no pensarían en más nada, ni siquiera en sus parejas que los esperaban, en ese momento solo eran ellos, Kyuhyun y Yesung, nada de Super Junior, nada de Sungmin y Ryeowook, solo eran ellos. Cuando volvieran al departamento, ya habría mucho por hacer.