Y ahí se encontraba, perdido en quién sabe dónde en el intento de encontrar el camino hacia su nuevo instituto, ya se lo esperaba, pues recién hace tres días se había mudado ¿Cómo demonios se iba a aprender el camino hacia un lugar que no conocía en una ciudad que no conocía? Su tío le había dado un pequeño mapa pero aun así, nuestro querido JunHong o Zelo, como le gustaba que le llamaran, simplemente no pudo encontrar el camino correcto y erro durante mucho tiempo.
Se empezó preocupar por el tiempo así que decidió mirar la hora en su celular.
- ¿Las 8:15? ¡Dios, estoy llegando tarde! - Gritó el peliazul, apurado, el horario de entrada era a las 8:30 y estaba en quién sabe dónde, no sabía exactamente que hacer así que miro nuevamente su mapa y corrió hacia donde él creía correcto, ni siquiera miraba por donde iba, estaba demasiado ocupado intentado descifrar el maldito mapa mientras corría y es que ¿Quién quiere llegar tarde en su primer día de clases? Ni siquiera era el primer día de clases en aquel instituto, habían comenzado hace unas tres semanas pero por problemas del traslado y la mudanza no pudo comenzar antes.
Corrió, corrió y corrió, no hacía más que eso, miro la hora nuevamente y ya eran las 8:25, pego un grito de susto y aumento la velocidad a lo que más podía pero de repente choco contra algo y simplemente callo junto lo que sea que había chocado.
-Ay, ay, duele~- Decía el extraño sobre el que estaba Zelo sentando.
- Ah! … yo, lo siento, ahora mismo me quito.- Rápidamente el peliazul, se quitó de encima del extraño y le miro detenidamente – Uhm ¿estás bien? - Pregunto dudoso el más alto.
- Si, ¿y tú? - Dijo mientras le dedicaba una bella sonrisa.
- Si claro, um lamento eso, fue mi culpa, es que no sabía bien por donde estaba el camino a mi instituto y no llegaba y- Fue interrumpido por el más bajo.
- Si quieres yo te llevo, por lo que veo tenemos el mismo uniforme.- El peliazul quedo un poco hipnotizado por la brillante y cálida sonrisa que le brindaba el otro ya que no estaba acostumbrado a ellas por lo que en respuesta a lo que el otro le preguntaba asintió levemente.
- Bien vamos… em -
- Ah sí lo olvide, me llamo Choi JunHong pero me llaman Zelo ¿y tú? -
-Mucho gusto soy Moon JongUp, bueno ahora sí, deberíamos ir yendo Zelo -
Dicho esto se encaminaron al instituto, en el camino ambos hablaron y se conocieron mejor, se contaron sus vidas, sus hobbies entre otras cosas, se dieron cuenta de que tenían muchas cosas en común, al final cuando llegaron al instituto ya se habían convertido en amigos.
- ¿Quieres que te muestre donde queda preceptoria para que puedas entregar tus papeles y que te digan cuál es tu salón? - Pregunto amablemente el castaño, él era de esas personas que entablaban amistades en poco tiempo.
- Ah, no es necesario, mi tío hizo todo el papeleo antes - dijo sacando un papel algo arrugado de su mochila - Según esto mi salón es el… 2° B.
- ¡Es el mismo que el mío! - comento alegre el más bajo- ¡Ven! te llevare - Seguido de esto lo agarró del brazo y lo llevo corriendo, estaba muy feliz si bien era cierto que JongUp podía entablar amistades muy fácilmente, en ese salón, o mejor dicho en ese instituto había una razón por la cual la gente no se le acercaba mucho.
El castaño corrió arrastrando prácticamente al más alto lo llevo al salón y se lo entrego al profesor, un hombre bastante alto con el cabello negro y de una altura que superaba a la del peliazul por unos pocos centímetros; para que este pudiera presentarlo en frente de la clase.
- Bien alumnos como saben tenemos un estudiante nuevo - el hombre miro la puerta del salón y con un leve movimiento le indico al chico que pasara – Pasa por favor -
El alto se adentró en el aula algo nervioso.
- Soy Choi JunHong pero me dicen Zelo, vengo desde Mokpo, tengo 16 años, un gusto en conocerlos – se inclinó haciendo una reverencia y luego se quedó estático esperando a que el profesor dijera algo.
- De acuerdo Choi siéntate umh… - el hombre se quedó buscando con la mirada un asiento para el nuevo alumno, cosa que no le demoro mucho, ya que solo había una persona en el salón que siempre se sentaba sola - Allí, serás compañero de asiento de Moon -
Zelo miro el asiento en donde se sentaría y sonrió, lentamente bajo la mirada de todos sus compañeros se sentó, saludo a JongUp con un simple ‘’Hola de nuevo’’ y una sonrisa.
Los murmullos empezaban a oírse, todos eran murmullos sobre el Zelo, que se veía bien, que tenía cara de niño, que era demasiado alto (N/A: lol) cualquier cosa que fuera ‘‘digna’’ de ser hablada o criticada por ellos.
En lo que resta a la clase estaba muy aburrida, Zelo no podía creer que se estuviera por dormir en su primer día de clases, es que… todo eso él ya lo sabía, y como sabía que iba a terminar durmiéndose decidió ir al baño para poder lavarse la cara y despertarse un poco, por lo que pidió permiso y se fue, cuando llego al instituto logro divisar el baño por lo que no debía preocuparse por recorrerse todo el instituto para encontrar el vendito baño.
Cuando entro en él, pudo oler un olor realmente desagradable, levanto su vista y pudo ver a un chico rubio que parecía unos años mayor que él y tenía una pinta de matón, él estaba fumando ‘‘De ahí viene el desagradable olor…’’ pensó el peliazul.
Apenas entro el otro parecía haber ignorado su presencia, Zelo simplemente se lavó las manos y el rotro, estaba por caminar hacia la salida.
- No deberías fumar, es malo para tu salud – Dijo bajito y camino hasta la puerta, antes de que pudiera abrirla el rubio le grito.
- ¿Y a ti que demonios te importa? -
Se dio vuelta y se acercó al rubio.
- Tienes razón no me incumbe pero solo te digo la verdad, es malo para tu salud -
El rubio tomo del cuello de la camisa al peliazul y lo estampo contra la pared.
- Mira, no me gusta que la gente se meta en mi vida y me desagrada aún más que un mocoso se meta en mi vida, ¿entiendes? -
- Ah entonces no tienes de que preocuparte ya que si sigues fumando ya no tendrás vida en la cual los demás nos metamos ¿verdad? – dijo en un suspiro apenas audible el menor y con una sonrisa sarcástica en su rostro.
Enojado, el mayor le propino un golpe en el estómago, inmediatamente el menor cayó al piso en posición fetal. El mayor tiro el cigarrillo en quién sabe dónde y se dirigió a la salida del baño, se dio vuelta una última vez para mirar a su víctima.
- Eso es para que aprendas a no meterte en la vida de los demás, mocoso –
Y finalmente salió del baño, el peliazul se quedó un par de minutos paralizado por el dolor pero recordó que aun debía asistir a su clase así que lentamente y con todo el dolor del mundo se fue reincorporando de a poco hasta que logro mantenerse en pie, salió del baño y a pasos cortos y sosteniéndose el estómago se dirigió al salón.
Entro a paso lento bajo la atenta mirada de sus compañeros y se sentó en su lugar.
- ¿Por qué tardaste tanto? – pregunto JongUp en un susurro.
- Em… digamos que me encontré con un conocido… jeje –
El resto del día paso en un pestañeo, las clases eran muy aburridas pero pasaban rápido. Por fin toco el timbre que anunciaba la salida, JongUp le pregunto a Zelo si quería que le acompañase a su casa, se habían vuelto buenos amigos en tan solo un día, él le agradeció pero dijo que quería recorrer un poco el instituto , ya que había zonas en las cuales no había estado, el otro simplemente asintió y se fue.
Zelo, curioso decidió empezar por recorrer la parte trasera del instituto, el dolor del golpe en el estómago había cesado así que pudo caminar normalmente, empezó a oír ciertos ruidos extraños de un lugar cercano ¡y cómo no! El curioso JunHong se acercó cautelosamente al lugar, era todo un desastre, había gente desmayada y que parecía bastante herida, parecía que un tornado había pasado por allí, repentinamente escucho un sonido que lo asusto se giró para ver de qué se trataba, y era solo un simple pajarillo en un árbol cercano, no pudo evitar soltar un suspiro aliviado entonces sintió un fuerte dolor en su cabeza y como todo se volvía negro.
Despertó confundido y desorientado ¿Dónde demonios se encontraba? intento hacer memoria de lo que había sucedió y repentinamente recordó, estaba en la parte trasera del instituto y luego… sintió aquel golpe y todo a partir de ahí era borroso, decidió dejar de pensar para fijarse como se encontraba, atado de pies y manos, no vio a nadie a su alrededor así que decidió buscar algo para poder escapar hasta que la puerta de aquel extraño lugar donde se encontraba se abrió repentinamente dejando ver a un sujeto rubio, con ojos rasgados y una gran nariz.
- ¡Tu! Por fin despiertas, ahora dime donde escondieron tus amiguitos lo que nos robaron, lo queremos de regreso –
El alto confundido a más no poder respondió de manera simple.
- No sé de qué demonios están hablando – contesto con completa sinceridad.
- Sabias que no nos contarías todo tan fácil pequeño, por eso prepare esto por si las dudas. ¡Kyung! ¡B-Bomb! Ya pueden traer lo que les pedí –
Y de aquella puerta salieron dos muchachos con bates de béisbol en sus manos, Zelo temió lo peor, a decir verdad ya sabía perfectamente que iba a pasar, ‘‘Debí de haberme ido con JongUp’’ pensó, pero ya era algo tarde para andar lamentándose ¿no?
‘‘La curiosidad mato al gato’’ al fin pudo encontrarle sentido a esa famosa frase.
- Bien pequeño ahora sí, dinos donde demonios esta lo que nos robaron tus compañeros, si nos dices lo que queremos te prometo que te dejaremos ir a salvo – dijo aquel rubio mientras una sonrisa torcida se formaba en su rostro, los otros dos sujetos se posicionaron a ambos costados de Zelo preparándose.
- Ya les dije que no sé de qué me están hablando, además ¿qué compañeros? Hoy es mi primer día en este instituto - Comento Zelo de igual manera incluso si el supiera de lo que estaban hablando, no les hubiera dicho nada ya que obviamente su promesa de ‘dejarlo ir a salvo’ no era más que una estupidez, Zelo sabía perfectamente lo que venía, estaba tan acostumbrado y cansado de esto.
- Madre mía que terco eres niño, me pareces muy lindo por lo que te daré una última oportunidad pequeño – Dijo el rubio mientras se acercaba al rostro de Zelo, levantaba su barbilla y dejaba un pequeño beso en su mejilla de forma coqueta – Bien ahora, por última vez, donde esta lo que nos robaron tus compañeros buenos para nada –
- Por última vez, no lo sé, no sé ni a quienes te refieres , ni a qué cosas te refieres, déjame salir de este maldito lugar pedazo de mierda o como me suelte te pateare el trasero tan fuerte que no podrás caminar por dos malditos meses imbécil – espeto enfadado el menor, Zelo tenía paciencia pero cuando esta se acababa sacaba un lado descortés, mal hablado y furioso de él mismo, no era muy normal que alguien consiguiera enojarlo o hacerlo perder la calma, ya que era un chico muy bueno y educado y con mucha paciencia, pero como se enojara era como si otra persona tomara el cuerpo de Zelo, como si otra personalidad saliera a flote.
- Vaya boquita tienes pequeño, lástima que ya no podrás moverla de nuevo, ¡Kyung! ¡B-Bomb! Ya saben que hacer – Decía sonriente el rubio para salir de aquel lugar con una sonrisa triunfante, afuera se quedó unos segundo frente a la puerta para escuchar, quejidos de dolor inundaban ese lugar, feliz y sonriente siguió con su camino.
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- Ríndete de una maldita vez Jaehyo no puedes conmigo, nadie nunca pudo conmigo, vamos ríndete y vete con tus amiguitos a jugar a la casita – Decía sonriendo el rubio.
- No me jodas Bang, tu sabes por qué estamos peleando, dime donde esta lo que nos robaron tú y tu grupo de inútiles – decía jadeando el castaño, habían tenido una difícil pelea, y mantenerle el ritmo al rubio no era broma.
- Ya te dije que no lo hare, no pueden ganarnos ríndanse y vallan a llorar por ahí, solo no se metan en mis negocios –
- Tú no sabes nada de tod- un sonido interrumpió lo que el castaño estaba a punto de decir, era su celular, lo sacó y leyó el mensaje, no pudo evitar sonreír. – Ja, ahora no tienes otra opción mi querido Bang, tenemos a uno de los tuyos, será mejor que me digas donde esta o que nos robaron si no quieres que le pase algo malo –
- No entiendo que mierdas dices, hace un rato recibí los mensajes de todos, están en otro lugar y se ocuparon de los perdedores de tus compañeros así que deja de soñar –
- Deja de fingir, se de buenas fuentes que estabas hablando con el hoy, sabes lo que somos capaces de hacer así que habla de una buena vez – exigía el castaño impaciente, sabía que no podría ganarle en una batalla y estaba jugando su última carta.
- Sigue pensando lo que quieras, acabare con esto en un segundo –
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- Bueno Jaehyo, al parecer te dieron una gran paliza – Decía el rubio de nariz grande sentado en cuclillas para estar a la altura de Jaehyo quien se encontraba en el piso acostado y derrotado con heridas por todo su cuerpo.
- No tienes por qué recordármelo Zico –comento desganado pero a la vez calmado el castaño.
- No te pongas así, a veces se gana… y a veces se pierde, no es tu culpa, otro día recuperaremos lo nuestro, no te preocupes hombre – hablaba con confianza el líder de Block B.
- Si, como digas –
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Caminaba por aquel lugar lleno de cuerpos desmayado y heridos, una duda vino a su cabeza, ¿a qué persona habían confundido con un miembro de su grupo? No podía evitarlo, podía ser una persona temible y malvada pero tenía mucha curiosidad. Se preguntó dónde demonios se podrían esconder a un rehén. Entonces lo vio, a lo lejos, en la parte más aparta del instituto un viejo lugar hecho trizas. Pensando un poco en cómo era el estilo de Block B se dio cuenta de que era bastante obvio, el supuesto miembro que los otros habían confundido se encontraba allí, por lo que sigilosamente se fue acercando al lugar, entro despacio, y debió admitir que lo que vio lo sorprendió un poco. El chico ese que había golpeado hoy se encontraba ahí, atado de manos y pies, y con notorias heridas abiertas y muchos moretones, sangraba por todas partes, de verdad lo habían molido a golpes.
- No es mi problema, es su culpa por dejar que lo atraparan – Se dijo para sí mismo decidido a irse de aquel lugar, llego a la puerta y salió.
A los dos minutos estaba de nuevo dentro, el mismo no sabía qué diablos hacía, pero algo impedía que se vaya de aquel lugar y dejara a ese chico ahí solo y lastimado, ¿culpa tal vez? Quién sabe. Se agacho y empezó a desatar al peliazul lentamente, lo levanto a duras penas y lo cargo en su espalda. Salió de aquella casona abandonada y se dirigió afuera del instituto aun con el menor en su espalda.