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Sí te avergüenzas de lo nuestro…¿qué sentido tiene continuar? por Naomiyaoi38

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Notas del fanfic:

Esto es la conti de mi anterior one-shot "El de arriba...¿irá al azar? para quienes no lo leyeron aquí les dejo el link:  http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=96472

Lo escribí para cerrar finalmente una especie de "ciclo" a esta pareja que de verdad ame :3.  A diferencia de los anteriores este está desde la perspectiva de Alex, ya que pensé que sería interesante conocerlo un poco más. Espero les guste está pequeña locura que está vez me salió un tanto cursi debido a la personalidad de Alex, él es un amor de loquillo :3  XD.

Notas del capitulo:

Un agradecimiento especial a mi nee-chan Zolu2112 quien me ayudo a transcribir este one-shot...Te quiero nee-chan *-*

Apretó sus puños con fuerza resoplando furioso al ver como SU NOVIO era manoseado descaradamente por aquella zorra castaña.

Observaba a lo lejos ardiendo de ira el como Santiago intentaba alejar nerviosamente a aquella fémina con complejo de anaconda. La única razón por la que le permitió hablar con la hija de p... de su ex-novia luego de que ésta se les acercara con cara de falso arrepentimiento durante su paseo al parque, era porque éste le había asegurado que sería solamente para dejar las cosas en claro y mandarla a la mier...

¡Pero ahí estaba!... Siendo toqueteado por aquel bicho baboso con forma de chica, haciéndole desear que un camión 350 le pasara por encima a aquella idiota justo en esos momentos, mínimo unas cincuenta veces hasta que no quedaran más que rastros amorfos de ella.

Ya no soportaba más quedarse allí parado como un pendejo mientras su novio era “semi-violado” por aquella imbécil... Caminó con expresión molesta hasta el lugar cerca de un frondoso árbol en donde se encontraban "hablando".

- DISCULPA... Pero tenemos que irnos... - habló mirando molesto al ojimiel tomándole posesivamente del brazo, dirigiéndole una mirada asesina a la castaña de ojos verdes.

- ¿Qué no ves que estamos ocupados? - la chica miró al ojigris con deprecio - Santi... Tienes amigos muy entrometidos... - comentó con falsa dulzura intentando toquetear nuevamente al menor... Y eso fue demasiado para aguantar por parte del peli azabache.

¡Nadie tenía derecho de tocar a Santiago más que él!

Haló al ojimiel por el brazo, besándolo para demostrar que él era suyo, ante la suprema mirada de sorpresa de la castaña que no podía salir de su asombro y las miradas curiosas; inclusive recriminatorias de algunas personas.

Le importaba un carajo lo que dijera y pensara la gente que los veía... Para él, eso era algo que no le importaba en lo absoluto...

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Alex suspiró recostado sobre el sofá pasando sus manos por sus brillantes cabellos de ébano ahora ligeramente más largos. Se levantó rumbo a la nevera en busca de la sexta cerveza.

Llevaba tres semanas sin ver a Santiago. Desde aquel incidente en el parque habían peleado...

Al ojimiel lo puso casi fúrico el hecho de que el mayor se hubiera atrevido a besarle en público y en especial en frente de su ex-novia, la cuál a parte de zorra tenía fama de chismosa de lengua viperina de clasificación tipo "A"... Pero... ¡¿Qué carajos importaba lo que dijera la gente?! ¡¿Acaso pretendía que se quedara solamente observando como esa "cosa" lo violaba?! ¡¿Qué demonios tenía de malo demostrar su relación en frente de las demás personas?!  

Admitía que el hecho de haber aceptado que estaba enamorado de otro hombre fue difícil... Pero sí desarrollas sentimientos por alguien, el que ese alguien fuera hombre o mujer no debía tener ninguna importancia. ¡Lo único que debe importar es lo que sientas!

Creía que luego de casi diez meses con el menor, éste lo había comprendido del todo... Pero a la final parece que no fue así...

Debió imaginarse antes que al castaño aún le costaba aceptar su "nueva orientación" en frente de las demás personas. Ahora comprendía muchas cosas que su etapa de "enamoramiento ciego" le impedían ver... Nunca le permitía tomarle de la mano en público y mucho menos besarle... Incluso debió de darse de cuenta de lo que sucedía cuando le propuso ir junto a sus padres a anunciarles la nueva "situación" y él busco una excusa para no ir, teniendo que enfrentar él sólo el deprecio de su padre; al menos su madre intentó brindarle su apoyo y su cariño aunque no comprendiera su decisión.

Se dirigió de vuelta a su "sofá de la depresión" cuando el timbre de la puerta empezó a sonar.

No tenía ánimos para hablar con nadie. Intentó ignorarlo pero siguió siendo tocado con insistencia; la persona del otro lado de la puerta se negaba a marcharse sin que le abrieran. Se levantó exasperado para ver quién rayos tenía tanta insistencia en ser atendido.

Abrió la puerta con una ligera mueca de molestia encontrándose con Santiago, el cuál tenía una expresión algo nerviosa mezclada con un pequeño dejo de tristeza.

- Santi... - le sorprendió el hecho de que el menor estuviera allí.

- Ehmm... ¿Puedo pasar?... - el castaño pasó su mano por sus revueltos cabellos nerviosamente.

Pensó en negarle la entrada. Después de todo el había sido el culpable de la discusión al no poder aceptar claramente lo que sentía ante todos sin el estúpido temor... Pero... Él verle frente así con sus brillantes orbes miel y esa sonrisa nerviosa hacia que su corazón palpitara...  

¿Por qué rayos su sola presencia tenia que causar ese efecto en él?

Le permitió el pasó, y antes de que pudiera preguntar que era lo que quería, el castaño le entregó una bolsa mediana, la cuál tomó con algo de confusión revisando el contenido. Sacando una exquisita caja de bombones rellenos de licor.

- Es de parte de mi madre... - comentó el ojimiel desviando ligeramente la mirada. La madre de Santiago le tenía aprecio a pesar de que casi le diera un ataque luego de encontrarlos aquella vez; al castaño intentando arrojarlo por la ventana para deshacerse de la evidencia y a él suplicando por la integridad de sus huesos a su momentáneamente desquiciado novio. Al principio fue una especie de "shock" para la mujer, pero luego, poco a poco fue aceptando su relación, tomándole mucho aprecio a él... A diferencia de la hermana de Santiago, que aunque no lo odiara al parecer aún no podía recuperarse del "trauma" visto aquel día.

¿Solamente había venido por la ridícula caja de bombones? ¿Acaso era tan imbécil como para no darse de cuenta de que esa acción hacia doler su corazón?...

Se sentía como un estúpido al haber imaginado que quizás habría venido para algo más...

- Alex... Y-yo siento lo que te dije - escuchó esas palabras en casi un susurro - Sé que fui un maldito idiota... Pero, yo de verdad te amo... Y no quiero perderte... - le miró a los ojos notando el sincero arrepentimiento en ellos, mezclado con la carga de sentimientos... Y su corazón palpito con fuerza...

¡¿Por qué diablos aquél rostro siempre le cautivaba y le ablandaba?! No debía dejarse conmover sólo por palabras que aunque estuvieran cargadas de sentimientos sin acciones que demostraran sinceramente lo sentido al final se volvían vacías.

- Yo también te amo... Aunque seas un verdadero tarado a veces... - se atrevió a decir el ojigris con una pequeña sonrisa algo dolorosa captando la atención del menor - Jamás pensé que pudiera enamorarme de esta forma tan estúpida y menos de otro hombre, pero, al final decidí aceptar lo que realmente sentía ante mí... Y ante el mundo. A diferencia de ti que te avergüenzas de lo nuestro - escupió cada palabra con dolor... Lo amaba, pero que sentido tiene seguir con una persona que se avergüenza de lo que siente por ti ante los demás.

Recibió como respuesta una mirada silenciosa y dolida... Tal vez lo mejor sería que se fuera e intentar callar esa maldita agonía que punzaba en su pecho... La extensión de una invitación por parte del menor le desconcertó por completo.

- Es una invitación a un evento artístico de la universidad. Quiero que vengas conmigo como mi NOVIO - ¿Acaso estaba alucinando? ¿La persona que siempre se negaba a mostrar su relación en público ahora le invitaba a un lugar para que todos se enterasen de lo que eran? No podía dar crédito a lo escuchado por sus oídos - Antes tenía miedo de lo que la gente pudiera pensar, pero sí me dejaba seguir dominando por ese miedo estúpido perdería por completo a la persona importante para mí... Y esa persona eres tú - habló con una firmeza casi inusual en él. Sus ojos denotaban la sinceridad y determinación de sus palabras. ¿Realmente hablaba en serio? ¿Dejaría de ser tan estúpido y dejarle de importar los juicios de una sociedad patética?

Una inmensa dicha se apodero de su ser extasiándolo de felicidad. El sentimiento agónico de su corazón se alejo de golpe siendo suplantado por una suprema calidez...

Le estrecho entre sus brazos como sí jamás le quisiera dejar ir, besando su cuello, aspirando aquel olor fresco y ligeramente almizclado tan típico en él... Solamente habían sido tres semanas y sentía que había pasado una eternidad sin el calor de su cuerpo...

Le acorraló contra la pared devorando sus labios con pasión, hasta dejarle sin oxígeno.

- A-Alex... - le miró viendo como respiraba irregularmente con sus mejillas ligeramente coloreadas y sus tentadores labios entreabiertos incitándolo a tomar todo de él.

Ni siquiera supo en qué momento terminaron tumbados en el suelo desnudos sobre la alfombra; él posicionado sobre el castaño... Lo único que sabía era que lo anhelaba en demasía. Recorrió cada centímetro de su piel marcándola como suya. La caja de bombones a su lado se le hizo una tentación...

Colocó un bombón en la boca del menor ordenando que lo mordiera con suavidad pero sin tragarlo. Le beso mordisqueando el dulce, fundiéndose con el contrario en un delicioso ósculo; saboreando el único sabor de la boca del contrario entremezclado con aquel chocolate licoroso casi afrodisíaco.

Cubrió su pecho y abdomen de bombones. Como si estuviera creando una exquisita obra de arte. Consumiendo con gula cada chocolate que adornaba sus tetillas logrando que el relleno semilíquido bañara sus erógenos botoncitos, lamiendo aquellos rastros con sensualidad… Se divirtió extinguiendo uno en su ombligo, causando espasmos de placer al menor.

El chocolate junto a los eróticos gemidos proferidos por el menor cada vez que se deleitaba con su piel eran una mezcla casi orgásmica. Acarició sus glúteos oyéndole suspirar.

- Hazlo... - suplico el castaño ansioso. Acrecentando su deseo por él...

¿En qué momento se había vuelto tan adicto a él?... No lo sabía. Lo único que sabía era que necesitaba todo su ser a su lado...

Acercó sus dedos de forma insinuante a la boca del menor, sintiendo el cosquilleo de su tibia lengua lubricando sus dedos observando en sus ojos aquella chispa lujuriosa. Hizo círculos cerca de su sonrosado agujero oyéndole suspirar de ansias. Introdujo un primer dedo sintiéndole tensarse involuntariamente, un segundo dedo le acompañó en el proceso de dilatar aquel lugar tan estrecho. Le oyó gemir de placer cuando introdujo un tercer dedo y dio con su próstata sintiéndole ansioso.

Le penetró con delicadeza embriagándose en aquella sensación de calidez y estrechez indescriptibles, mientras le permitía acostumbrarse a la intromisión antes de comenzar con el suave vaivén que gradualmente fue aumentando a uno pasional y casi salvaje.    

Fue como si el tiempo se detuviera perdiéndose en ese momento lleno de intensas sensaciones y sentimientos, sin importarle nada más... Solamente estar junto a él....

La sensación del clímax se le anunció llenándolo con su esencia dejando una parte de su ser en él mientras besaba esos labios, los cuáles eran su más grande adicción....   

Le abrazó sintiendo su cálido cuerpo aferrarse a su pecho... Unos labios ansiosos siguieron el camino de su pecho hasta cuello, en donde fue mordido con algo de fuerza de forma posesiva haciéndole jadear...

Amaba esa sensación. Adoraba cuando Santiago se volvía así de posesivo con él y lo comenzaba a reclamar como parte de su ser...

Dejó al menor recorrer a sus anchas su cuerpo, cada toque era como una pequeña corriente eléctrica que se expandía haciéndole anhelar más y más...

Gimió con fuerza cuando la serpentina lengua del menor invadió su interior. Danzando dentro de él de forma magistral haciéndole vibrar del más puro placer...

El tenerle dentro de sí siempre sería indescriptible, cada vez que lograba tocar ese punto en su interior le hacia gemir y jadear fuertemente, abrazándole y dejando que esos labios le robaran el aliento mientras una mano bombeaba su miembro intensificando las sensaciones hasta que le fue imposible soportar más tiempo tanto placer. Se corrió arqueándose de forma erótica sintiendo la semilla del castaño llenar su interior... Estaba enamorado... Y eso sería algo que jamás podría negar ni mucho menos avergonzarse, de amar de esa forma a ese chico que le robo el corazón...

 

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El nerviosismo le atacaba ligeramente ante aquellas molestas y disimuladas miradas sobre él. Había asistido junto al menor al evento en donde planeaba presentarlo a sus amigos como su novio pero debido a que apenas llegaron, se llevaron casi "raptado" al castaño para que ayudara con asuntos del protocolo, dejándole sólo mientras aquellas personas lo veían con curiosidad sobre cuál sería su relación con el menor.

Luego de aquel incidente con la ex de Santiago, ésta se había encargado de regar rumores males intencionados sobre la "dudosa sexualidad" del ojimiel. Haciendo que los chismorreos al verle llegar tan juntos sólo aumentaran por parte de aquella bola de imbéciles, que al parecer lo único que sabían era andar metidos en la vida ajena.

Pero al parecer no todos andaban al pendiente de cuál sería su relación con el castaño… Una chica rubia cerca de una esquina, no había parado de mirarlo de manera insinuante desde que el menor lo dejó solo.

Quizás antes hubiera hecho caso ante tales insinuaciones, pero ahora para lo único que tenía cabeza era para pensar en donde carajos se habría metido Santiago desde hace más de media hora.

Vio a la chica comenzar a caminar lentamente hacia él sonriéndole a lo lejos, cuándo sintió una presencia a su lado... Santiago, el cuál lo besó de una manera posesiva haciéndole ver a todos y en especial a la fémina que el peli azabache ya estaba OCUPADO.  

- Tengo que presentarte a algunas personas... - lo tomó de la mano llevándoselo fuera de allí ante la mirada de asombro de las personas y la de decepción por parte de la chica.

Caminaban por un pasillo un tanto solitario tomados de la mano, el mayor detuvo el paso tomando con delicadeza al ojimiel de la barbilla.

- Te amo... - dijo con dulzura depositando un suave beso en sus labios ante lo cuál el menor sonrió levemente.

Tal vez las circunstancias en las que se habían conocido no habían sido las más comunes, ni su relación la más perfecta... Pero sí de algo estaba seguro, era de que a pesar de que la sociedad acostumbrara juzgar relaciones como la suya y de vez en cuándo tuvieran sus diferencias... Jamás se apartaría del lado de aquel castaño un tanto loco que le hizo caer ante el embrujo de sus orbes color miel desde la primera vez que le vio... 

Notas finales:

¿Y? ¿Les gusto? Sé que este fue tantito más romántico que los anteriores pero es que Alex es un poquitín más cursi que Santiago :P  aunque al final a mí me gusto la personalidad de él. Es perfecta para contrastar con la de Santi 

Igualmente espero haya sido de su agrado al igual que el lemon un tanto "chocolatoso" *-* que aunque está vez no fue tan extenso y descriptivo creo yo que me quedó bonito...creo XD


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