POV Sungyeol
Aaah, sentí un escalofrío cuando el fantasma entró dentro de mi cuerpo poseyéndolo, podía escuchar su voz en mi cabeza Yeollie, ahora somos uno, la sensación era indescriptible un calor insoportable recorría todo mi cuerpo y aunque todavía era consciente de lo que sucedía, no controlaba mis acciones. El fantasma hizo que mi mano acariciase mi cuerpo pasándola por mi pecho, siempre he querido tocarte así, incluso cuando estaba vivo, verte de lejos y no poder acariciarte era como un castigo, pero ahora, ahora puedo tener todo de ti, llevó mi mano hacia mi pene y comenzó a masturbarme. Ojalá pudiese hacer algo más, si tuviese un cuerpo podríamos hacerlo bien, empecé a gemir más y más hasta que me corrí por dentro de mis pantalones, es hermoso verte así Yeollie, sintiendo que tu cuerpo es el mío y dándonos placer al mismo tiempo, no te preocupes encontraré un cuerpo que se adapte a mí para que podamos estar juntos, solo espera. Salió de mi cuerpo y no recuerdo nada más. Al cabo de cinco horas desperté con un fuerte dolor de cabeza, no era la primera vez que pasaba.
Un día al llegar de clase lo vi sentado en mi cama y casi me da un paro cardíaco. Sungjong era un fantasma, era el espíritu de un chico que solía ir a mi instituto, cuando aún estaba vivo me perseguía a todas partes, llegó a un punto en el que daba verdadero miedo pues un día me lo encontré en los vestuarios masturbándose mientras olía mi chaqueta. Hubo un día en el que no supe nada más de él y luego me enteré de que muriera en un accidente de tráfico, para mi desgracia después de muerto no lo podía controlar y estaba pegado a mí las 24h del día y no se conformaba con eso, le encantaba poseerme y siempre que podía se lo permitiese yo o no se metía dentro de mi cuerpo y me hacía cosas indebidas. Normalmente no pasaba de masturbarme pero últimamente estaba empezando a advertirme de que sería bueno que comprase juguetes, tengo miedo de despertarme un día después de una de sus posesiones y encontrarme con un arsenal de vibradores en mi cuarto. Otra de sus más nuevas obsesiones era la de encontrar un cuerpo para eliminar su alma de él y así poder ser humano de nuevo.
No me podía acercar a nadie, se ponía furioso y la ira hacia que desprendiese un aura escarlata y eso era lo que más me inquietaba, había un chico al que empezara a tratar hace poco, era muy agradable y guapo y creo que me gustaba bastante, Sungjong siempre me decía que no debía acercarme a él, que no me convenía, que seguramente fuese un mujeriego que solo quería follarme y dejarme tirado, pero a mí no me lo parecía. Myungsoo, que era el nombre del chico, siempre me trataba bien y nunca lo había visto tontear con nadie más. Una tarde vino a mi habitación para hacer un trabajo, Sungjong se deslizaba por todo el cuarto con un enfado notable mientras que yo hacía caso omiso de su presencia. Myungsoo se inclinó hacia mí en un momento dado besándome y me susurró:
“Me gustas mucho Sungyeol” yo le devolví el beso y pronto estábamos tumbados en el suelo, envueltos en abrazos, caricias y besos apasionados. Sungjong gruñía a nuestro alrededor y pronto me quedé sin aire cuando sentí que volvía a poseerme. Si yo no puedo besarte nadie puede, ¡Nadie!, eres mío, me perteneces. Solté un fuerte gemido cuando Sungjong hizo que mi mano acariciase mi pene, solo yo puedo hacerte gemir, solo tienes que esperar a que encuentre un cuerpo por favor, cuando tenga uno te haré gritar de placer.
“No, no, ah…ah, para por favor, ah” Myungsoo me miraba con una mezcla de deseo y asombro.
“Yeol, no sabía que fueses tan caliente” estaba ruborizándose y podía observar una erección en sus pantalones, obviamente él no podía ver ni escuchar a Sungjong por lo que parecía que simplemente me estaba haciendo una paja a mí mismo.
“My…Myungsoo, ayúdame” estaba tan caliente por culpa de los toques que Sungjong me daba que creía que iba a explotar “Ah…por favor” se acercó a mí, y junto su mano con la mía sobre mi erección haciéndome jadear.
“¿Te gusta Yeol?” asentí con la cabeza tratando de olvidarme del espíritu que me invadía y centrándome en Myungsoo.
Yeollie, no te permito que pienses en él, solo puedes pensar en mí, apretó fuerte mi erección haciendo que me corriese, Myungsoo había empezado a acariciar mi bajo vientre con su otra mano y me quitó la camiseta comenzando a lamer lentamente mis pezones haciéndome gemir y dándome escalofríos, siguió deslizándose hacia arriba por mi pecho deteniéndose más tiempo en la clavícula y succionando hasta dejar una marca. Sungjong gruñó y por primera vez desde que me poseía introdujo dos de mis dedos en mi túnel rosado haciendo la tijera e intentando tocar mi punto g, arquee la espalda a causa del dolor pero a Sungjong no le importaba y continuó moviendo los dedos en mi interior, introdujo un tercer dedo y comenzó a sacar y meter lo más rápido que podía, el dolor se transformó poco a poco y mis gemidos llenaron la habitación “lo ves, solo yo puedo darte este placer”
“Wow, Yeol, eres muy impaciente” Myungsoo volvía a mirarme asombrado me dio un beso apasionado y dirigió su mano hacia la mía retirándola del agujero. Gemí al sentir el vacío y Sungjong gritaba incoherencias a causa de cómo se atrevía a interrumpirlo cuando me estaba haciendo sentir bien. Sentí como Myungsoo empezó a meter su pene poco a poco en mi interior, era enorme y sentía como si me fuese a desgarrar pero finalmente lo insertó totalmente “Sungyeol, te amo, se siente tan bien estar dentro de ti, avísame cuando estés listo” podía sentirlo dentro pegándose a mis paredes y produciéndome un cosquilleo cada vez que se movía, pronto sentí que necesitaba más y comencé a mover mis caderas, él lo tomó como una señal y comenzó a empujar dentro y fuera de mi primero lento pero cada vez más rápido, Sungjong casi no cabía dentro de mi cuerpo debido a la ira, volvió a sujetar mi pene y a masturbarlo enérgicamente. De pronto Myungsoo golpeó en algún lugar dentro de mí que me hizo estremecer de placer, comencé a gritar por más, quería que siguiese dándome en el mismo sitio una y otra vez, era como tocar el cielo. Sentí como Sungjong abandonaba mi cuerpo, Myungsoo me hizo caso y continuó ensartando su pene en mí a una velocidad inhumana.
“AH…Myung, más, más siii, más justo ahí, estoy tan cerca”
“Yo también estoy cerca Yeollie”, algo estaba mal, no sabía dónde se había metido Sungjong, aunque ahora mismo solo me podía concentrar en mi semen saliendo disparado mientras el suyo me llenaba completamente, me derrumbé por el cansancio y de pronto Myungsoo cayó sobre mi inconsciente sin haber sacado su pene de mi interior. Sungjong apareció flotando delante de mí.
“Te dije que solo yo podía hacer que sintieses ese placer Yeollie” lo miré asustado.
“¿Qué le has hecho a Myungsoo?”
“Nada malo, no te preocupes, solo lo he utilizado como contenedor durante un momento. Supongo que al ser su primera posesión no lo ha llevado tan bien. Tenemos que hacer esto a menudo, no me gusta estar dentro de él, siente demasiadas cosas hacia ti y se puso furioso, pero creo que merece la pena solo por ver como gimes debajo de mi”
“No gemía por ti Sungjong, sal de mi vida, déjame en paz”
“No te creas que es tan fácil Yeollie y créeme que aunque dijeras su nombre era yo el que te follaba e hice que te corrieras, ya he decidido quién va a ser mi nuevo cuerpo. Él es guapo, la tiene grande y tú lo deseas, es perfecto”
“¡No! ¡No dejaré que elimines el alma de Myungsoo para sustituirla!”
“Ya es demasiado tarde para eso, ahora ese va a ser mi nuevo cuerpo te guste o no y estaremos juntos para siempre” volvió a desaparecer y Myungsoo recobró la consciencia.
“¿Myung me escuchas? ¿Estás bien?”
“Ya no soy Myungsoo nunca más mi amor, llámame Sungjong y prepárate para ver las estrellas esta noche” el cuerpo poseído de Myungsoo comenzó a moverse de nuevo dentro de mí a la velocidad de la luz y al cabo de un rato volví a correrme con un estruendoso orgasmo “Lo ves, te dije que serías mío para siempre y ni siquiera la muerte podrá separarnos”