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Nitroglicerina por olgap_k

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Notas del fanfic:

Lo siento, cada vez mis resúmenes son peores :(



Se mece en aquel columpio, la cadena oxidada hace un ruido cada que sus piernas le empujan para continuar meciéndose; se oculta en la noche misteriosa que promete consuelo en medio de aquel momento de desesperación total que no puede sacudirse del cuerpo al saber que la noche no es eterna y que al día siguiente tiene muchos compromisos que cumplir.

Juega con un cigarrillo que no ha prendido aún, lo pasa entre los dedos y exhala.

Aún siente el sabor a cerveza en la lengua, amarga y fría, y el viento fuerte que sopla, anunciando el otoño, no ayuda a aclarar su mente, más bien le embriaga un poco más y le hace tambalearse en su asiento sobre el columpio, por lo que se aferra a las cadenas oxidadas y se ríe fuertemente, encontrando todo a su alrededor tan cómico.

Mira a su lado, a la espalda curva de Yunho, mientras éste mira el suelo y permite que el peso de sus responsabilidades le gane, le hunda, lo someta y lo convierta en una imitación de aquel Yunho que se mueve fluidamente sobre el escenario, que parece dueño de su propio cuerpo... no como en ese momento, que parece que alguien más está controlándole y no tiene mucho entusiasmo en ponerle en acción.

Estira la mano, la cadena rechina por el movimiento lateral, y el líder alza la cabeza para mirarle de reojo, y en algún momento, sin que se dé cuenta, el cigarrillo se le resbala de los dedos y se pierde entre el pasto y la arena del parque.

Le regala una media sonrisa, y él no puede evitar enfocar toda su atención en el lunar que está sobre el labio de Yunho.

—…rase una vez, la historia de dos chicos solitarios que pasaban la noche en vela, embriagándose y ocultándose del mundo en la oscuridad —empieza Changmin y su voz suena un poco arrastrada, producto del alcohol—, pretendiendo estar bien, aunque realmente era todo lo contrario.

A la distancia, el sonido lejano de los vehículos crea una música de fondo que les brinda un poco de entretenimiento; algo casual y pasajero, para no perder por completo la razón, y no escuchar esa estática abrumadora que cuando el silencio reina, invade tu cerebro.

Yunho también se mueve un poco, permitiendo que la mano de Changmin le toque, que se cierre en torno a su brazo, apretando con fuerza, enterrándole los dedos en la piel y dejando su marca, un tatuaje temporal que se desvanecerá en poco tiempo.

—…rase una vez —es el turno de Yunho—, la historia de un chico con un sueño, que luchó por conseguirlo, y en el camino conoció a la persona más importante para él...

Changmin se ríe, fuertemente y le interrumpe.

—Oh, sí... el otro chico —una pausa, se pone de pie y camina hasta que está frente a Yunho, quien alza la vista y le observa. Changmin es tan hermoso, con la luz de la luna a su espalda, creando la ilusión de un halo sobre su cabeza, dándole una apariencia angelical—, el que se robó tu sueño.

Ahora quien ríe es Yunho, se mece hacia adelante, hasta que sus rodillas golpean suavemente las piernas de Changmin y éste aferra las cadenas e impide que el otro continúe su vaivén sobre el columpio.

—No me robaste nada —le asegura el mayor, enfoca su atención en Changmin, en su cabello lacio y despeinado, revuelto por el viento y por él mismo, cuando quiso acomodarlo—, yo quise compartirlo contigo.

Le cuesta un poco, y aún con el temor de que las oxidadas cadenas cedan ante el peso de ambos, pero Changmin consigue montar a Yunho, sentándose en su regazo y rodeándole el cuello con los brazos.

El líder apoya sus manos en las caderas del otro joven, luego acaricia su espalda con su mano derecha y sube hasta llegar al alborotado cabello oscuro, lo revuelve un poco más.

Changmin le mira a los ojos, intensamente, como queriendo adivinar sus pensamientos más profundos, y él lo permite. No hay secretos entre ellos dos.

Los sentimientos de Yunho parecen desbordarse por su mirada, y el menor se sonroja, el alcohol también incrementa sus sentimientos, destruye sus inhibiciones, derrumba sus murallas y le da un confort que ni la noche le proporciona.

Se inclina hacia el frente, baja un poco la cabeza y besa a Yunho.

Un beso breve, demasiado, una promesa futura.

A pesar del riesgo, de lo complicado de una relación entre ellos dos, de los posibles secretos de todo, a Changmin le atrae el peligro. La intimidad será aún más preciada, y cualquier roce tendrá más valor.

Un segundo beso, eléctrico, cargado y ardiente, como un cartucho de nitroglicerina haciendo explosión, haciendo un sonoro boom en su pecho. Un boom repetitivo que marca su ritmo cardíaco.

—Eres un cursi romántico —dice Changmin con una risa matizando su voz, dándole una entonación como de canto que inyecta vitalidad en Yunho—. Un poco ridículo y anticuado... A veces me pregunto, por qué sigo contigo.

Suena curioso, como si realmente estuviera considerándolo.

Yunho apoya su frente en su hombro y le rodea la espalda con los brazos, pegándolo a él.

—Changdol-ah —le muerde el hombro suavemente y le mira a través de su flequillo despeinado—, te amo.

Changmin se ríe una vez más.

Esas palabras le complacen, una declaración que ha escuchado varias veces y sigue siendo satisfactoria.

Como fuegos artificiales explotando en su interior, todo el arde por Yunho.

No es alguien de palabras o confesiones, y a pesar de todo, atesora siempre lo que el otro le dice, lo encierra en sus memorias para momentos en que está solo y necesita el confort.

—Y, ¿por qué continúas conmigo? —quiere saber Yunho, curioso.

Hay una chispa de diversión en los ojos del mayor y no puede evitar reírse, embriagado por las emociones que puede sentir que fluyen de Yunho hacia él; lo marean y lo dejan débil e idiota, pero no cede.

—Cállate, hyung —dice y posa sus labios sobre los de Yunho en un beso un poco desesperado.

Se aparta y con ayuda de Yunho se desenreda de él y se pone de pie.

Le extiende la mano al líder y éste la sujeta.

Es hora de regresar a casa, cuando da el primer paso, Yunho aplasta el olvidado cigarro, ni siquiera se da cuenta.

Cuando amanezca, les espera un horario apretado con entrevistas y grabaciones, por ahora en el silencio que les acompaña mientras avanzan de regreso al departamento de Yunho, donde Changmin pasará la noche, sólo les queda disfrutar del momento.



-fin-
Notas finales:

Gracias por leer. Aunque aún no haya respondido otros comentarios (a eso voy en estos momentos), sepan que los leo todos, ah, y que ya me puse a escribir la continuación de Paralelos, disculpen la demora horrible y agonizante D=


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