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Ilegal por manimoe

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Notas del fanfic:

jkflsdñajfkldsñajklfsdña

 

Ésta amorfa y decepcionante creación mía va para dos cositas que adoro con toda el alma :D

 

¡Para mi Mavi-chan y mi Kimiko-shii! Que las dos me hacen jodidamente feliz :D

 

De verdad siento mucho si las decepciono, niñas, pero sin pc no puedo hacer mucho más ;___;

Notas del capitulo:

Esta cosa amorfa no merece la clasifiación de mayores de 18 porque no es taaaaaaaan perv como lo haría una pro ;____;

 

En fin, ando sin pc por muuuucho tiempo -la mía está en mantenimiento y no la tendré en mucho tiempo, eso si es que me la devuelven- Y ésto es lo que sale cuando tienes que rogarle a tu hermano que te preste la de  él para poder escribir algo fjdsklañfjdsklañ

 

¡Espero les guste así sea un poquito! 

 

No sé si dejaro así o hacerlo más largo, porque quedan cosas inconclusas que podrían cerrarse... ¿qué opinan?

 

¡A leer!~

Se bajó del auto en cuanto estacionó en su plaza predilecta. Sacó las llaves y esperó a que su pareja se bajara también de éste para asegurarlo. Nao se acercó a él para caminar juntos hasta su sala de ensayos respectiva. La primera puerta a la que se acercaron fue la de The GazettE.

–Nos vemos al almuerzo, Aki-chan. –Se despidió el baterista con un beso y una caricia amorosa.

–Nos vemos, Nao-chan. –Respondió el bajista de la misma manera. Cada uno tomó el camino correspondiente, separándose por el resto de mañana. El bajista al abrir la puerta se encontró con que era demasiado temprano como para que hubiera nadie más que él en la sala de ensayos.

Miró su reloj en busca de alguna excusa para sus compañeros y se dio cuenta de que estaba sobre la hora. Seguro el enano vocalista había secuestrado por fin al líder y por eso no habían llegado todavía. ¡Por fin! Se había demorado una maldita eternidad en tener al sonrisitas entre sus piernas.

Y Aoi debía estar follándose a Uruha sí o sí.

 Tomó su celular para marcar a su líder con la maliciosa idea de interrumpir rondando por su mente. Después de dos tonos se arrepintió de la acción.

–Ah…  -Y esas eran la clase de cosas que evitaba siempre que llamaba. ¡Tenía a su vocalista gimiendo en su oído! –Reita, más te vale… ah… que sea para algo… Kai, espe… ah… importante. –Y su voz se quedó a mitad de la garganta.

–Ruki, dile a Kai que por favor se esfuerce y te quite la cara de amargado por lo menos por dos semanas. Y hagan que valga la pena faltar al ensayo por esto. –Dijo carcajeándose y cortando la llamada. Valdrían la pena todos los gritos e insultos de su amigo por aquellas palabras. Se rio un poco más, pensando seriamente en salir a secuestrar a su pareja por toda la mañana si sus compañeros no se llegasen a presentar en los siguientes 10 minutos. Su paciencia siempre había sido bastante precaria.

Tomó su celular para jugar un rato, para pasar los 10 minutos más exasperantes de toda su mañana. Después de dos niveles de aquel jueguito enviciante sintió la puerta del estudio abrirse.

Aoi entró sosteniendo un café de Starbucks en una mano y su celular en otra. Seguramente en aquella estúpida red social que lo absorbía la mayor parte del tiempo. Su sonrisa se ensanchó hasta los límites malévolos y se levantó despacio, notando que el otro no se había fijado en su presencia. Le arrebató el celular y el café de las manos, besándolo con brusquedad y sin ternura.

Aoi tardó unos segundos en corresponder con la misma intensidad del beso del otro. Aquel juego ilegal había comenzado unos meses antes, y cada vez era más excitante, más placentero para los dos.

–Hoy llegas tarde. –Dijo en cuanto liberó los labios del mayor. Aoi sonrió de manera pícara antes de empujarlo de nuevo contra el sillón. Si Uruha los llegase a ver, podía despedirse de su propia existencia.

El beso no fue impedimento para que ambos mantuvieran la respiración presente. Ya se habían adaptado al ritmo salvaje que utilizaban el uno con el otro y a los ‘rápidos’ que tenían en aquella clase de ocasiones. 

Reita bajó con ansias por su mandíbula, subiendo sus manos por el trasero del pelinegro y colando sus dedos por debajo de la camisa, arrancando suspiros juguetones por parte del otro.

Aoi también recorrió con ansias el pecho del otro por entre la polera pegada que vestía; como adoraba esa delgadez que le marcaba los huesos de la pelvis al rubio. Por un momento se detuvieron, mirándose a los ojos con el mismo deseo de la primera vez que probaron lo prohibido y ambos sonrieron, cómplices.

–No hay tiempo, Aoi-shii. Hoy te tocará abajo. –Susurró en su oído, paseando su lengua por éste y sosteniendo las muñecas del otro. Aoi tembló de exitación a la vez que se levantaba, caminando despacio, gatunamente hasta la puerta. Echó seguro y volteó con la mirada encendida. Reita le esperó en el sillón sin tratar de ocultar su erección a la vista del otro y Aoi tampoco se esforzó en disimular su vista centrada allí.

Una vez al frente de él, se subió a horcajas sobre sus piernas, haciendo aquella deliciosa presión sobre la ingle de Reita, saboreando con los oídos y los ojos las expresiones y sonidos que dejaba salir de su excitación.

–No hay tiempo para preliminares, cariño. –Reita sonrió ante aquel mote cursi. Sabía perfectamente los jueguitos del pelinegro y le encantaban de sobremanera. Lo tomó por la cintura, acorralándolo contra el sofá y su cuerpo. Empezó a morder sin consideraciones su cuello y a desabotonar rápidamente la camisa, sin llegar a sacársela completamente.

Aoi hizo lo mismo con aquella polera pegada, sin dejar de reprimir los sonidos que se atoraban en su garganta.

Con algo de brusquedad, Reita tomó el borde del pantalón negro que adornaba las piernas del guitarrista y lo deslizó hasta abajo, junto con el bóxer que le cubría. Ni siquiera tuvo la delicadeza de sacarlo completamente. No estaba entre sus planes.

–Voltéate. –le ordenó con voz ronca, aquella que difícilmente Aoi desobedecía. Dócilmente, puso sus rodillas contra el sillón y apoyó su mejilla en uno de los cojines de cuero que adornaba el mismo. Reita casi pudo sentir salivar su boca ante aquella vista, ante aquel dispuesto trasero. No tardó más de dos minutos en decidirse a morder una de las blancas nalgas. Aoi protestó.

–Sabes que eso no está permitido. –Y aquella frase salió ahogada por el cojín y por la excitación. Reita rió sin apuros, pasando por alto la queja.

Con su lengua, recorrió los blancos muslos, dejando que se secara su saliva sin apuros, sobre-excitándose al sentir como la mano de Aoi se auto-complacía. Su lengua se coló por la caliente y dispuesta entrada del otro, haciendo que soltara casi un grito. Llevó su mano hasta la boca jadeante del otro, posando uno de sus dedos en los labios, acallando sus gemidos.

–No, Aoi-shii. Pórtate bien o tendré que amordazarte como la última vez. –Y soltó otra risa ante el gemido que Aoi dejó escapar por el comentario.

Desde aquella posición no estaba muy permitido ver nada. Solo podía escuchar como las hebillas del cinto y el pantalón del bajista se abrían y se liberaba aquel pedazo de carne que adoraba tener en su interior, aun cuando no fuese bien visto estando en una relación con alguien más. Sintió como las manos del otro le separaban un poco sus nalgas y como de a pocos, y sin preparación, entraba el bajista en él.

Reita luchaba por contener los sonidos que se atoraban en su faringe. Aquella entrada húmeda y caliente le recibía con placentera estrechez y, por más veces que estuviera allí, se le hacía deliciosa, tal y como la primera vez. Aoi soltaba gruñidos que sabía eran de impaciencia, por lo cual empezó a mover su pelvis, entrando y saliendo sin consideración, escuchando con agrado los sonidos ahogados por la almohada que cubría el rostro del guitarrista.

Pudo ver aquel estallido de colores en cuando sus manos tocaron el cielo y su cuerpo alcanzó el clímax, arrastrando a su compañero con él y volviendo a la tierra al momento de caer uno encima del otro. La puerta se abrió.

–Aki-chan, dejaste tus… -Las palabras del baterista de Alice Nine murieron en una fuerte exhalación de aire. Detrás de él, el otro guitarrista de The GazettE se tapó la boca y abrió los ojos con sorpresa. Ambos amantes se quedaron mirando a los presentes y por su cabeza solo se repitió la misma palabra.

Mierda.

 

¿Fin?

Notas finales:

¿Merezco reviews? Venga, que si por no haberme dejado casi en el final de Mirror ;___;

 

¡Nos leemos después! 

 

Beshitos a todos ;)

 

Maka c:


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