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Verdugo del amor por jadered1

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Notas del capitulo:

Perdonen por no haber escrito hasta ahora, había estado un poco ocupada con el trabajo, espero les guste este capitulo.

Mi corazón se aceleraba al compás de la lluvia, era como un potro salvaje que me rogaba que lo dejase salir, deseaba ser libre, Lo que hubiese dado por poder quitar la cerradura de la puerta, por dejar salir por un segundo a aquel brío animal que estaba enjaulado en mi interior
¿Por qué? esa era la pregunta ¿por qué yo? ¿Por qué así?, ¿este era mi castigo por todo lo ocurrido?, tu continuaras con tu vida te casaras, tenderas hijos… una familia, un buen empleo. ¿Y yo? y mientras yo me condenare a continuar avisándole desde la distancia. Tú eres el único que puede salvarme aquel con el que quisiera estar hasta ser mucho más que ancianos. soy un monstruo al poner tal carga sobre tus hombros, no merezco a una persona como tú, y es que siempre que pienso que en mi enferma mente tu eres el único y que yo ni siquiera formo parte de tu mundo me siento como una persona anormal, alguien en quien no se puede confiar.
Las personas como yo no deberían de llorar, ya que el llanto este reservado para la purificación, cuando ciento que una de esas furtivas enemigas quieren escapar por el borde lateral de mis ojos, asesino ese sentimiento oprimiendo mis parpados y arrancándolas con mis dedos de mi lagrimal, mi venganza no está consumada del todo así que no puedo dejar que mi alma descanse aún no.
Diecisiete, ese era el numero de victimas de Caronte, un asesino en serie que había aparecido de la nada, los periódicos no me molestaban al llamarme Caronte, me dieron ese nombre porque después de cada asesinato dejaba una moneda en la mano de la victima, lo que en realidad me provocaba nauseas, era el echo de que siempre eran llamados victimas, eso me provocaba una enorme repulsión, todas las personas a las que había asesinado eran monstruos de la nueva era, y solo por morir eran convertidos en mártires, que despreciable, todos y cada uno de ellos merecían lo que les había echo, en especial el primero de ellos.
La única y verdadera victima eras tu, te recuerdo ese día tan frágil tan solitario, después de verte salir de ese hotel, tus ojos envenenados por el delirio de pensar en la siguiente dosis, no pude mirarle durante mucho tiempo, por que si continuaba viéndole probablemente lo único que hubiera logrado seria odiarlo.
Mi venganza seria implacable, me apresure en llegar a mi hogar. Mientras caminaba, mis pensamientos se volvían turbios, mi cabeza era un océano y mi razón se hundía cual bote en medio de un tifón, pensaba en como vengarme, cuál sería la mejor manera, tal vez violándolos de la misma manera en que ellos lo habían hecho con mi Deidara, o tal vez solo tal vez podría cortar todos y cada uno de sus dedos, aún mejor los seguiría los acosaría al punto de la demencia, ¡no! Qué clase de pensamientos infantiles me invadían, hacerlos vivir algo tan ligero como eso solo me convertiría en basura igual a ellos, y yo tenía que ser mil veces peor que eso para poder hacerlos pagar como se debía, ¡no! La muerte, si, la muerte era el único designio que podría liberarme, con nada estaría satisfecho salvo con eso con la muerte de esas porquerías inmundas, pero… ¿cómo es que debía hacerlo? ¿De qué manera?
Sacudía mi cabeza como si eso ayudase a encontrar la respuesta, y funciono, ¿Por qué limitarme a la muerte? ¿Por qué no hace todo lo que pensaba? Si eso, eso sería mi nueva obsesión, mi venganza transcendería atreves de los siglos, me vengaría en nombre de la inocencia caída.
Pero necesitaba algo más, como explicarlo avía demasiados huecos en el medio, tenía que encontrar a alguien con los mismos pensamientos que yo, alguien que hubiese soñado con traer la desgracia a las personas, alguien sin la menor empatía, que sintiera absolutamente nada por la vida humana, que le diera lo mismo una muerte que millones de ellas, debía encontrar un cómplice
……………………………………………………………….
no tarde mucho en llegar a mi hogar, la lluvia había salpicado ligeramente mis anteojos nublando mi visión, y por más que intentaba acertar a la cerradura de la blanca puerta no lo conseguía, me retire los anteojos y ensarte la llave en la hendidura, pero sentí un fuerte jalón en el brazo, era mi hermano que había abierto inesperada mente la puerta, su rostro parecía algo perturbado
-Itachi, ¿A dónde te fuiste? Te necesitamos-decía al mismo tiempo que me halaba del brazo
-espera estoy mojando aún tengo la sombrilla en la mano, y mis zapatos están enlodados
-eso no importa que limpié Sakura te necesito no se qué hacer
De pronto en un punto seco viro hacia donde me encontraba y con una expresión de seriedad confeso la causa de su prisa, de la pausa y de su perturbación
-hermano, hace unos momentos, bueno cuando no encontrábamos frente al motel, ya sabes bueno vimos salir al hermano de Naruto de ahí,…pausa…… se encontraba bastante mal, y la casa de Naruto está demasiado lejos como para llevarlo, así que lo trajimos hasta aquí para atender sus heridas, pero tenemos un problema
(Suspiro) mi pequeño hermanito, ni siquiera puedo recordar cuándo fue la última vez que me pidió ayuda, me provocaba una ternura sin limites, nuevamente necesitaba de mi, justo como cuando nuestros padres murieron, ese día el corrió hacia mi buscando un abrazo, pero en lugar de eso tome su cabeza con mi mano y lo aparte de mi camino, las palabras que le pude haber dicho aun retumban en mi pensar, ¡soy un monstruo! ¿Cómo pude permitir que…?
-¿el hermano de tu novio?¿no será?
-si bien el últimamente ha tenido tiempos difíciles...
En algún punto ya no escuchaba las palabras de mi hermano, ¿podría ser que el hermano fuera mi Deidara? una emoción comenzó a invadirme, cada uno de mis bellos se frisaban de solo pensar en que el podía estar recostado en un sofá de la sala de mi casa. Detuve mis pensamientos antes de crearme una ilusión de la que después no podría despertar
-¿en donde esta?
-bueno pues eso es do lo que te quería hablar, el esta en tu habitación tuvimos que esconderlo ahí porque…
Un horrible sonido había interrumpido el dialogo, se trataba de una voz ronca y penetrante, fastidiosa y familiar, que hacia mucho tiempo no escuchaba, -sobrino ya estas en casa-mi tío Madara había vuelto de su largo y muy extenso viaje.
-¿Por qué no nos avisaste que vendrías?, abríamos ido por ti al aeropuerto
-si les hubiese avisado seguramente no habría llegado vivo a la casa ¿cierto?
-tienes toda la razón
-hoo tan siniestro como de costumbre ¿no?, jaja no esperaba menos del hermano mayor, ven dame un abrazo querido sobrino-dijo extendiendo sus brazos y acécandose a mi-
-no me da la gana-continué caminando- tengo algo mas importante de que ocuparme, Sasuke, me he lastimado el brazo llama al doctor que venga de inmediato
Sasuke no se molesto en responderme, simplemente corrió al teléfono he hizo la llamada, no me era posible mantenerme callado durante mucho tiempo frente a ese hombre desagradable, era una de las personas a las que le había deseado la muerte una infinidad de veces, pero el siempre persistía tratando de sacar las partes de mi que preferiría ocultar.
-santo Dios sobrino mio no puedo creer que te hayas lastimado el brazo, pero lo que menos puedo creer es que aun cuando soy medico prefieras llamar a alguien mas para atenderte déjame revisarte
-no, no te atrevas a tocarme estoy seguro de que si me dejara atender por ti lo mas seguro es que no llegaría vivo a mañana ¿cierto? -gritando- Sasuke cuando el medico llegue llévalo a mi habitación
No espere respuesta, sabia bien que el tener a una persona desmallada en mi habitación seria un problema enorme si Madara se enteraba, camine velozmente, subí la escalera y me conduje a mi habitación, me detuve frente a la puerta, ¿como debía de actuar? no estaba seguro de que fuera Deidara, pero ciertamente me preocupaba de verdad que en realidad se tratara de el, respire profundo, tome la perilla y abrí la puerta.
Ahí estaba, era un chico rubio de unos enormes y lagrimosos ojos azules, Naruto no paraba de llorar, pero noto de inmediato mi presencia, me quite los zapatos y camine mas cerca de la cama, ya que desde el lugar en el que me encontraba no me era posible ver el rostro de la persona que estaba recostada en mi cama.
Naruto trato de sonreírme un poco, pero fue inútil las lagrimas ganaron y su rostro se desencajo, me incline sobre mi cama, y tal y como lo suponía se trataba de el, Deidara estaba recostado en mi cama, y el solo pensar en las cientos de veces en que había deseado esto me hacían ahora mismo sentir como si fuese un pervertido, por que me hubiese gustado que fuera en otras circunstancias.
al mirarlo sobre mis sabanas cubierto con mi cobertor lo único que quería era acariciarlo, mis ojos comenzaron a examinar su rostro, su blanca piel de porcelana era hermosa, sus mejillas y sus labios parecían pedir a gritos atención, me estaba seduciendo aun sin siquiera intentarlo, mis ojos continuaban con su recorrido, cuando algo capto mi atención, una marca...había una marca roja en su cuello.
-¿tu nombre es Naruto cierto?
-huumm si yo, muchas gracias por aceptar a mi hermano
-bueno no es como que tuviera muchas obsesiones ¿no?
empece a quitarme la chamarra azul que traía puesta, note que Naruto me observaba con gran interés, así que lo mire y le dije:
-¿acaso planeas verme desnudo? esta es mi habitación después de todo, no tienes que irte mientras me quito la ropa húmeda, pero creo que probablemente tu también deberías pedirle a Sasuke que te preste ropa seca.
-humm yo lo lamento, no me di cuenta de que te estaba incomodando es solo que
-si, si ya lo se, supongo que no quieres separarte de tu hermano, pero descuida el medico no tardara el llegar, yo lo cuidare mientras tanto.
-Esta bien, estaré con Sasuke entre tanto-se levanto y camino a la puerta-
-espera, te daré un ultimo consejo, el hombre que esta en la casa, es mi tío Madara, no dejes que el sepa que tu y Sasuke están saliendo, estoy seguro de que Sasuke también tratara de evitarlo, no es por ti, es mas bien por ese monstruo.
-muchas gracias
El salio de la habitación, y entonces pude sonreír en privado, me preguntaba a mi mismo, si mi Sasuke había echo lo mismo por mi, en aquel momento en que la navaja corto mi carne y vislumbre a la muerte, ¿El cuido de mi de la misma manera? ¿El lloro por no saberme con un día mas de vida?, me lo he planteado durante tantas veces, por mas que me gustaría no causarle mas penas a mi hermano, de algún modo siempre terminaba haciéndolo sufrir, por lo que si en algún momento Sasuke tuviera la oportunidad de ser feliz, yo daría lo que fuera por que pudiese serlo, no entendía el porque el se había aferrado a mi vida mas que yo mismo, el no tendría por que sentir amor a mi, por que en el momento en el que mas me necesito, cuando mas cariño, comprensión y cuidado debí tener con el, me enfrasque en mi propio dolor y lo deje al cuidado de ese maldito hombre, debí ser alguien mejor para el, pero eso era algo que ya no podía remediar, tendría que vivir con ese horrible remordimiento.
Me quite la ropa mojada y la deje en el pasillo, me senté junto a la cama al lado de Deidara y lo observe como un idiota por un rato, toque su rostro y me di cuenta de que estaba muy caliente, seguramente su fiebre seria insoportable, yo me había quitado la ropa mojada, ¿pero y el? le quite la cobija, y lo vi, traía puesta la misma ropa con la que había salido del hotel, ¿en que demonios pensaban ese par?
El solo pensar lo que estaba apunto de hacer hacia que me ruborizara, suspire con algo de fastidio, tome a Deidara en mis brazos y le quite el la camiseta, los pantalones y calcetines, sus calzoncillos no paresia haberse mojado demasiado, pero no quería tenerlo del todo desnudo en mi habitación, tome mi pijama, una pijama negra de franela, me gustaba que fueran de ese material por que guardaban el calor, le puse la parte de arriba, le quedaba sorprendente mente grande, no demacrado, pero en definitiva estaba desproporcionado, le quite la ropa interior, y le puse el pantalón de la pijama, lo coloque del lado de la cama que no estaba mojado, pero no lo cubrí, creí que eso solo empeoraría su situación.
El haber tenido su cuerpo desnudo entre mis brazos me provocaba una enorme sensación de vació en el estomago, por que mientras le cambiaba la ropa, pude ver decenas de marcas, no solo se trataba de moretones debido a la fuerza con que lo habían tomado, también había marcas de quemaduras por cigarrillos, y algunos moretones en sus brazos, moretones probablemente de, no quería pensar en ello.
Escuche un gran alboroto, Sasuke estaba gritando, y aparentemente Madara también, obviamente eso no podía ser bueno, me apresure a ver que estaba ocurriendo, los gritos me guiaron a la habitación de Sasuke.
-Suéltame maldito bastardo
-¿Como puedes maldito bastardo? eres la vergüenza de esta familia, maricón
Madara estaba sobre Sasuke con sus manos en el cuello de mi hermano, no tuve mucho que pensar y me arroje contra el, por suerte tenia la fuerza suficiente como para ir en contra de el, Sasuke sobo su cuello y tosió un poco, me coloque en pie tratando de tomar el control de la situación.
-¿que demonios de haces a mi hermano?-le grite a Madara-
-tu, ese ese maldito bastardo y tu son míos, así que quítate de mi camino-dijo mientras se reincorporaba- ese... esa cosa ese maldito maricón
-¿de que demonios estas hablando?
-Seguramente tu lo sabias ¿no es verdad?, que mientras tu y yo descansamos este bastardo se folla a un hombre
-yo se de la relación que tiene ellos dos, y no me párese algo malo, y tampoco entiendo ¿por que habría de molestarte a ti?
-no me importa lo que pienses, el trasero tuyo y de tu hermano esta bajo mi cuidado y lo disciplinare cuando me parezca necesario, y ahora me lo párese
-No...yo no estoy bajo tu cuidado, ya cumplí la mayoría de edad, y ya soy apto para recibir la parte de mi herencia que no has podido gastarte, y yo no permitiré que le toques un solo cabello a mi hermano
Madara respiro profundamente se acomodo la ropa y dirigió a mi sus palabras
-No estaba al tanto de que ya habías cumplido la mayoría de edad, sin embargo, tu hermano aun no es lo suficientemente grande, ¿no es verdad? no voy a permitir que continué con su vida descarriada, la semana entrante lo enviare a estudiar al extranjero, jamas volverá a ver a ese mocoso, y adivina que... El maravilloso Itachi Uchiha no podrá hacer nada para detenerme.
Después de lanzar su amenaza Madara salio de ha habitación con una enorme sonrisa en el rostro, como desearía poder hacer algo para cambiar lo que había pasado, fije la vista en mi hermano, tenia un enorme corte sangrante en el labio y varios golpes mas.
Debía ser aquel hermano protector, ese hermano que antes había fallado, no importaba lo que tuviera que hacer, no dejaría que alejaran a Sasuke de mi y lo ajoraran a esa horrible soledad y obscuridad.
-¿como pudiste?
-¿de que hablas? yo solo trate de ayudarte
-gritando-eres un inbesil, se lo acabas de confirmar, el no lo sabia, Naruto se estaba cambiando de ropa, no estábamos haciendo nada, el no tenia manera de saberlo, pero tu, tu se lo confirmaste
-yo... yo no lo sabia per...
-gritando-Claro que no lo sabias, tu nunca sabes, solo eres un estúpido egoísta que solo se preocupa de si mismo, tu ya te liberaste de el, pero yo no, yo sigo bajo su tutela, eres libre, pero yo no, lárgate de aquí, ya hiciste suficiente por el día de hoy
Sali de la habitación y mi hermano cerro la puerta, me gustaría saber ¿por que demonio siempre pasaba lo mismo? cuando trate de cuidar de Deidara lo convertir en una persona débil, y ahora había expuesta a mi hermano, hubiese sido menos dañino si le hubiera colocado la yugular de mi hermano en la boca de un vampiro.
Al poco rato la sirvienta me aviso de la llegada del doctor, lo lleve a mi habitación y le pedí que revisara a Deidara, después y en contra de todo lo que quería fui al cuarto de Sasuke para avisarle que el doctor había llegado:
-Sasuke no quisiera molestarlos pero... el doctor esta revisando al hermano de tu novio
Ni siquiera había terminado de hablar y Naruto ya había corrido fuera de la habitación, en realidad se notaba que estaba preocupado por su hermano, y yo tenia que tratar de arreglar las cosas con el mio:
-Sasuke yo quería disculparme
-Sabes que, no importa, si tu le hubieses dicho o no, no hubiera habido diferencia alguna, lamento, lamento mucho haberme desquitado contigo, pero sabes eso ya no importa, nada de lo que hagamos lo hará cambiar de opinión, pero sabes últimamente has sido un maravilloso hermano, lamento que no tengamos mas tiempo
No podía decir nada, era cierto mis palabras no ayudarían en nada, solo mis acciones lo lograran, le compraría mas tiempo a Sasuke para ser feliz con Naruto, y el único modo de aser eso seria que yo me convirtiese en su tutor, claro que lo cierto es que de ante mano sabia que no ganaría un juicio en contra de Madara, pero no planeaba llevarlo a juicio, mi estrategia lo dejaría frió

Notas finales:

Gracias por leer hasta el final, dejen comentarios quejas y sujerencias.

Disculpen la mala ortografia.

                      Muchas gracias 

                                          Bay Bay


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